Un alumno que duerme, de Jean-Baptiste Greuze (1755)
Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar otro poema inédito del notable Washington Benavides. Benavides (Tacuarembó, Uruguay, 1930) es poeta de premiada obra (Nacional y Municipal de Poesía), cuyos veinte títulos van desde Tata Vizcacha (1955) hasta Los pies clavados (2000), pasando por Las Milongas (1965), Hokusai (1975), Murciélagos (1981), El molino y el agua (1991) o Canciones de Doña Venus (1998). Ha sido profesor de Literatura en la Universidad de la República, habiendo dirigido, en radio, programas musicales y literarios. Entre los cantantes que han dado voz a sus poemas están Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti, Raúl Ellwanger, Pablo Estramín, Eduardo Darnauchans o Laura Canoura. En 2016 el Fondo de Cultura Económica, de México, publicó su antología ‘Sansueña’, realizada por Diego Techeira, donde se reúnen poemas aparecidos en libros suyos desde 1959 hasta 2000.
Washington Benavides, Gran Premio Nacional a la Labor Intelectual 2012
Otra de mis «hazañas»: recordar
la juvenalia estudiantil. Aquellos
leves rasgos de la adolescencia.
Si valen, pues querido Alfredo,
a «Crear en salamanca»
¡Abrazo forte de Bocha Benavides!
Correo de 4 de mayo
Colegio de Tacuarembo
TOMABAS EL PAR DE LIBROS QUE LEÌAS…
Tragabas el café matinal,
Te ahorcabas con la corbata deshilachada,
Calzabas el viejo saco oficial
Y te salías a la calle, rumbo al Liceo.
Allí la algazara, el reencuentro con los condiscípulos,
Los conocidos, los desconocidos.
Había un frescor oportuno en el patio
Con la magnolia foscata gigante,
La canilla de agua siempre rota
Bajo el limonero,
Y el atropellarse oyendo el timbre
Que iniciaba las clases.
Después, un silencio raro.
Algunos tardíos estudiantes zapateando en las baldosas blanquinegras.
El portero y el cuidador del patio fumaban su cigarrito
Y hablaban del futbol local.
Una paloma gris bajó a la canilla rota
Que ofrecía un charco permanente a la sed.
Desde un salón llegaban apagados
Los dedos de la profesora en el viejo piano mientras
Hablaba sobre los cancioneros
De Lieders de Franz Schubert.
De otro salón, salió corriendo un alumno
Con una escuadra amarilla…
Pero sobrevivía el silencio.
No por mucho tiempo, claro.
El alumno que seguimos al comienzo
Dormitaba en su silla del fondo del salón,
Mientras el profesor trazaba las vías férreas
Del Egipto, gracias a un plano que le prestaron
En la Estación ferroviaria.
Al vistear a su alumno entredormido,
Se le acercó, cuidadosamente, y de golpe: lo llamó
Por su nombre. El adormilado y sorprendido
Estudiante, se acomodó en la silla e intentó
Poner cara de atento. El profesor sonreía
Maliciosamente…
Afuera sonaba el timbre de recreo…
(Washington Benavides reconstruye algunas horas
del mal estudiante que fue. Mayo. 2017. Montevideo)
Un futur savant, de Henry Jules Jean Geoffroy (1880)
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