Alfredo Pérez Alencart, con dos ejemplares del ensayo (Foto de José Amador Martín)
Crear en Salamanca se complace en publicar el comentario que, sobre el libro del puertorriqueño David Cortés Cabán, ha escrito Alberto Hernández (Calabozo, Venezuela 1952), poeta, narrador y periodista. Egresado del Pedagógico de Maracay, realizó estudios de postgrado en la Universidad Simón Bolívar (Caracas) en Literatura Latinoamericana. Fundador de la revista literaria Umbra, es colaborador de revistas y periódicos nacionales y extranjeros. Su obra literaria ha sido reconocida en importantes concursos nacionales. En el año 2000 recibió el Premio “Juan Beroes” por toda su obra literaria. Ha representado a su país en diferentes eventos literarios: Universidad de San Diego, California, Estados Unidos, y Universidad de Pamplona, Colombia. Encuentro para la presentación de una antología de su poesía, publicada en México, Cancún, por la Editorial Presagios. Miembro del consejo editorial de la revista Poesía de la Universidad de Carabobo, Venezuela. Se desempeña como secretario de redacción del diario “El Periodiquito” de la ciudad de Maracay, estado Aragua, Venezuela. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, al italiano y al árabe.
Portada de ‘Visión poética…’, con retrato del pintor Emerenciano
VISIÓN POÉTICA EN TRES LIBROS
DE ALFREDO PÉREZ ALENCART
1.-
El autor de “Islas” (Monte Ávila Editores Latinoamericana, Caracas, 2011), David Cortés Cabán, se embarca en un estudio de tres libros del poeta peruano-español Alfredo Pérez Alencart. Es una escritura en la que se puede ver claramente el espíritu de un creador verbal, de un inventor de travesías, de un poeta que recorre todos los caminos que la poesía le puede ofrecer.
Cortés Cabán estudia esta aventura. El autor portorriqueño, tomado por los sonidos de la poesía de Pérez Alencart, desarrolla un ensayo en el que los libros Cartografía de las revelaciones, El pie en el estribo y Savia de las antípodas conforman un mosaico de intenciones que descubren el carácter universal del latinoamericano radicado en Salamanca.
Escribir es un juego, un simulacro que recrea el mundo. Escribir es volver a ser. En el caso que nos toca, estamos frente a un revelador de huellas dejadas por los pasos del tiempo. En cada libro hay una clave que indica un viaje, un sendero por el que se asoma siempre la totalidad de una poética cuya belleza establece sus dones en cada inflexión.
Los tres libros estudiados por Cortés Cabán revelan distintos espacios, pero siempre estará el ánima de quien suscita en el lector reacciones también distintas, pero acopladas al ritmo que le imprime la totalidad. Es decir, Pérez Alencart es un poeta establecido en una imagen movediza que tiene origen en un mismo alegato: es español, es peruano, pero sobre todo es cervantino, lo que le permite ser abierto a todos los paisajes y aventurar con las formas.
David Cortés Cabán con el libro sobre Alencart(Foto de Gloria Quiñones Caraballo)
2.-
Visión Poética en tres Libros de Alfredo Pérez Alencart (Hebel Ediciones / Editorial Betania, Santiago de Chile/ Madrid, España, 2017) contiene, entonces, el alma inquieta de un poeta que no deja de escribir, que tiene en ese oficio la diaria respiración de esa inquietud. Sin ella, no habrían sido posibles esos libros.
En el primero, Cortés Cabán encuentra que la vida del que habla se enfrenta a un mundo de contrastes y complejas realidades. Se trata de una poética intuitiva en la que la angustia como referente construye otra realidad, de la cual emerge la plenitud del ser.
La poesía abarca todos los misterios. Ella misma lo es, un misterio que suena, que silencia, que se revela como un mapa en el espíritu, tanto del poeta como del receptor, del lector, ávido de ser parte de ese misterio, de esa vida plena.
3.-
El segundo ensayo es la aproximación a una cabalgata. La metáfora podría ser válida en tanto en cuanto el personaje que habita el poema es Don Quijote, viajero de La Mancha. Se trata de breves y algunos menos breves poemas en los que el personaje de Cervantes tiene como asiento la curvatura de su caballo, que es como decir el cosmos, el universo entero. Cervantes universaliza la geografía de esa España en la que su personaje totaliza su mundo literario. Pérez Alencart es parte de esa amorosa búsqueda del conocido y celebrado héroe. La novela de Cervantes se convierte en poema. Es un homenaje a quien deshace entuertos y se enfrenta a los molinos de viento, a las metáforas de su imaginación.
El cuerpo poético es el mismo cuerpo protagónico de quien cabalga o vive. Es el cuerpo afectivo, guardado para la vida, para los regresos. Su pasión lírica es la misma del personaje que atisba el horizonte en búsqueda de Dulcinea. El viaje lo consagra, los sueños lo realizan. La ruta del Quijote toma lugar en cada verso, en cada contraolvido, en cada recodo de los versos. Unos poemas aventureros, quijotescos.
David Cortés Cabán
4.-
En Savia de las antípodas Cortés Cabán habla de otra ruta tomada por el poeta Pérez-Alencart. Ya no es La Mancha y sus polvaredas, sus molinos y personajes. Ahora es la respiración de Japón. El haikú como necesidad extrema de resumir ahondando los sentimientos. El poema toma otra forma en homenaje al maestro Basho. El poema, cortante como una navaja, es un interior visible. Se hace imagen ante los ojos del lector. Casi fuera de él. Palpa el decir. El ser se invierte. Es.
La savia es la sangre de ese árbol poético de Oriente, de las antípodas, del otro lado de la tierra. Sabiduría de aquel extremo del orbe. Una voz en la que se esconden y descubre tantos matices. “Emociones y vivencias” que trasladan al lector a diferentes sentires. La meditación como cotidianidad de una cultura que establece sus cánones desde el silencio, desde la elevación. Y el asombro como marea de un mar tranquilo, vitalmente tranquilo. Sosegado: hecho palabras, emociones, paisaje trazado con la voz. Se trata de una voz muy personal, elevada por su volatilidad.
El escritor venezolano Alberto Hernández
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