Alfredo Pérez Alencart, con Una sola carne(foto de José Amador Martín)
Crear en Salamanca acoge con especial satisfacción el ensayo que, sobre la antología «Una sola carne’ , del poeta peruano-salmantino Alfredo Pérez Alencart, ha escrito Sylvia Miranda (Lima, Perú, 1966). Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca. En 2007 obtuvo el doctorado en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Complutense de Madrid. Entre sus publicaciones de poesía están: Como todos anduve en el invierno (1990), Zita y otros poemas (2001, Premio Tomás Luis de Vitoria, Salamanca, 1994) y Poema del tigre y el mar (2004, plaquette de 50 ejemplares con un aguafuerte de Sylvain Mâlet, Madrid, Centro de Arte Moderno), La foudre demain (La Rochelle, Les Arêtes Editions, 2013. Con pinturas de Sylvie Lobato) y Tiempo de sol (2014). Otros poemas suyos están recogidos en antologías de poesía peruana e iberoamericana.
Sylvia Miranda retratada por Miguel Elías
Su tesis, y otros libros de ensayo y crítica literaria testimonian sus investigaciones sobre la ciudad de Lima y la poesía de vanguardia peruana. entre otros. Poemas suyos han sido incluidos en Antología de la poesía peruana. Fuego abierto, a cargo de Carmen Ollé, Santiago de Chile, Ediciones LOM, 2008, pp. 232-234. Su novela Memorias de Manú (1998) obtuvo el Premio Novela Corta del Banco Central de Reserva del Perú, en 1996.
Alfredo Pérez Alencart, Jacqueline Alencar, Marcos Ana y Sylvia Miranda (Salamanca, 1989)
‘UNA SOLA CARNE’ DE ALFREDO PÉREZ ALENCART.
LECTURA PARA UNA CELEBRACIÓN
Adentrarse en la lectura de la poesía amorosa del poeta y amigo Alfredo Pérez Alencart me trae el recuerdo de ese primer tiempo de amistad que compartimos con nuestra querida Jacqueline, en el que se tejen delicados y seguros lazos que conforman parte de nuestra historia personal. Por esta razón es una gran oportunidad poder acompañar con mi modesto comentario los versos de esta bella antología (1996-2016) que cubre 20 años no sólo de una reiterada labor de escritura sino de una fidelidad a la azarosa saeta o ángel del silencio que fue a dar en sus corazones.
En su introducción, la profesora e hispanista rumana, Carmen Bulzan nos da algunos datos sobre su selección de los textos, así sabemos que nos enfrentamos a una organización no cronológica sino libre y que gran parte de los poemas aquí reunidos son inéditos mientras el resto han sido extraídos de sus diferentes libros y otras publicaciones en plaquetas, revistas en papel o virtuales. Otro detalle a tener en cuenta es la oportunidad con la que sale a la luz este conjunto, coincidiendo con los 25 años de andadura compartida del poeta y su amada. Nos enfrentamos, entonces, a un libro cuyo objetivo no es develarnos una progresión, evolución o cambio en la escritura poética de su autor en estos años sino, más bien, se trata de la expresión de una constante amorosa, el tema del amor conyugal, que el poeta ha asediado desde distintos ámbitos, privilegiando dentro de esta temática la relación entre el amor carnal y el espiritual, de esta manera titula su libro Una sola carne, tomando prestada la frase del libro del Génesis, 2: 24, que indica que hombre y mujer formarán una sola carne.
Jacqueline y Alfredo (abril 2007)
El tono del “Poema inicial” que abre el libro es el de la remembranza de lo vivido, aquí nos habla de las pruebas que el amor tuvo que superar, el triunfo del mismo y la prolongación de este amor en el hijo. Pero, ante todo, este poema es un homenaje a la esposa en este momento del atardecer de la vida del poeta, cuando se sopesan los esfuerzos y se distingue nítidamente la luz de lo verdadero. Este poema extraído de “Esposa de mi atardecer” contiene ya muchos de los temas que el poeta desarrollará a lo largo del libro: la pasión de los cuerpos, el tiempo compartido, la apelación sagrada a Dios como camino de vida, la importancia de la visión paradisíaca que en este poema está en ese bello apelativo con que decora a la amada llamándola “fresca flor viva”, el tema del hijo como recuerdo fiel de lo amado. Asimismo, este poema extiende desde el principio sus vasos comunicantes con el gran clásico del género que es el Cantar de los cantares de Salomón. Cuanto más avanzamos en el libro la relación velada o expresa al Cantar de los cantares se hace más patente señalándose como la principal fuente literaria que inspira al poeta.
Amoris causa, primera de las cuatro partes del libro, entra de lleno en el tema del amor carnal con el poema “Gacela mía”. En todo el libro veremos muchos apelativos para llamar a la amada (paloma, morena, esposa, princesa, Eva…), aquí, siguiendo el libro de los Proverbios la llama Gacela (1), pero no Gacela simplemente, sino con el posesivo que determina la pertenencia. Podría parecer algo sin importancia, pero este “mía” define bien un rasgo muy señalado en el libro, subrayar que se trata de una amada determinada. No es una mujer ideal –aunque la idealización, por supuesto, es materia declarativa también- es una mujer concreta. El poeta, como ya veremos, intenta en múltiples ocasiones decantar lo real, lo verdadero, de lo que es superfluo, decorativo, convencional. La amada es entrada y centro de este mundo de lo verdadero. El poema comienza descubriendo las delicias del cuerpo de la amada: “Pura delicia, ella /cae sobre mí /desde el árbol altísimo del deseo / y se encostilla /para que yo exista palpitando extasiadamente”. Las figuras del árbol y el encostillarse nos remiten necesariamente al Génesis, al principio de la creación, nos plantea un espacio primero y una fundación, la existencia de un paraíso y el inicio del amor para los amantes.
Jacqueline y Alfredo (junio 2007)
En ese mundo donde sólo existe la ley divina los amantes se encuentran: “matrimoniados / por la ley de las caricias / cosa real / de un gran oficio: Amar sin freno /el fogoso cuerpo / empecinado en el remolino (…)”. Ley de amor que rige a los amantes, ley superior a cualquier contrato. Reafirmando esta idea aclara: “cosa real”, “de un gran oficio”, contraponiéndolo superlativamente al mundo formal del trabajo al usar el término “oficio”, pero también apuntando que es una cuestión de “conocimiento”. Que es cosa de saber del oficio, de conocer de lo que se habla o, como aconsejaba Ovidio en su Arte de amar que el amor debía ser dirigido por el arte (2). Goethe escribió en su juventud que “No se conoce sino lo que se ama, y cuanto más profundo y cabal quiera ser el conocimiento, más fuerte, vigoroso y vivo debe ser el amor, incluso la pasión” (3), en este sentido amor y conocimiento están intrínsecamente ligados, pero el conocimiento en el poema es algo divino, es algo intuitivo, se reviste de lo inesperado y maravilloso, ella “cae” como si fuera del cielo y encuentra su lugar al lado del amante.
Observamos también en este poema algunos rasgos, atributos, alegorías que lo comunican con el Cantar, como la mención al vino y a las viñas. Recordemos que la pastora del Cantar para justificar su piel morena explica que le viene de haber sido enviada por sus hermanos a cuidar las viñas, o que son las caricias del amado “más suaves que el vino”, o las tantas veces que hace mención de las viñas en flor (3). El vino y las viñas en Una sola sangre embriagan a la pareja y en ese trance se produce el verdadero conocimiento, las profecías: “embriagando con vino / de la viña que fomenta profecías /oídas clamando / desde el abecedario del prodigio”. En estos versos se vivifica el símbolo del vino como iniciación y conocimiento. Más adelante, hacia el final del poema, consolidando esta idea, hará referencia a la amada, llamándola la Enviada y relacionándola con la virgen como ejemplo de pureza y calificando el tálamo como “lecho de aprendiz”. Para los amantes todo es comienzo.
Jacqueline y Alfredo (junio 2009)
Resulta interesante también comentar el apelativo Varona, para llamar a la amada, con la clara intención de fundir si cabe aún más, al hombre y a la mujer en su afán de ser una sola y única carne. Este es uno de los temas centrales del libro que me ha llevado a recordar el famoso como querido mito del andrógino o mito de la unidad, que tantas páginas literarias ha prodigado desde Platón. Es lo que comúnmente la tradición popular ha dado en llamar encontrar su “media naranja”, aquel otro o aquella otra que fue uno con nosotros, antes de que Júpiter separara esa unidad en dos mitades exactas como castigo por haber batallado contra los dioses. Desde aquel momento buscamos incansablemente esa otra mitad que es única y que nos completa. Decía Platón en El Banquete que “Una vez hecha esta división, cada mitad trató de encontrar aquella de la que había sido separada y cuando se encontraban se abrazaban y unían con tal ardor en su deseo de volver a la primitiva unidad, que perecían de hambre y de inanición en aquel abrazo, no queriendo hacer nada la una sin la otra.”(4) De esta misma manera, en muchas partes del libro, este abrazo de los amantes se describe con una necesidad primordial y desprovista de toda lógica como en el poema “¿Locura?” que empieza diciendo: “Probar tu carne me transforma en un loco / que solícito se encadena o pide crucificarse / a tu costado! (…)” y también como algo divino y misterioso que los conduce a un estado de beatitud en Dios: “Tú y yo / subiendo ante Dios, / mistérico anclaje” (A diario el amor).
Alfredo y Jaqueline (2011)
Todo este amor, toda esta pasión aparece al interior de un paisaje que se describe como un paraíso, pero este paraíso tiene un lugar concreto en el mundo, es la selva amazónica. El amado y la amada se encuentran fundidos en el calor, en el sol, en la humedad exuberante de la selva. En el poema “Y él durmió con ella”, uno de los últimos versos indica: “¡Oh hermosa venida de tierras más cálidas”, y en “Devoción” dice: “o bajo árboles / de gran temperatura. // Otro mundo aflora /cuando el cetro cruje / y ya no hay quien / frene // mi devoción.” Y en otro poema aún es más clara esta identificación con la selva cuando expresa “Soy vida verde / y pongo mi piel / sobre piel / de mujer con sabor / a trópico.” (Amar no es cosa ligera) y en “El hombre-tucán” donde desarrolla la transformación en otra vida como tucán para “para atisbar /ríos arriba, ríos abajo /de nuestra selva.”
La segunda parte Justamente así, es una colección de poemas cortos, algunos con tono sentencioso que lo vinculan también a los de la parte titulada Esquirlas. Otros, sin embargo, delicadamente enfrentan el tema religioso, el amor espiritual como en “Aquí es el cielo”: En este campo de amapolas / voy orando por nuestras vidas. // Entreabre tus brazos, /esposa mía (días / y noches, noche / y días). El lenguaje se hace aquí menos barroco, la imagen es más diáfana y escueta, hay claramente un acercamiento al temperamento del haiku en estos versos que, como sabemos, es también un ejercicio acometido con acierto Alfredo Pérez Alencart en su libro Savia de las antípodas. Encontramos también, en algunos versos, un cierto humor que no llega a la ironía como en el poema “Terrateniente” o la reflexión sobre la manera de amarse en la fe como el poema “Justamente así” que da título a esta sección, cuando dice: “De mi boca ahora / salen expiaciones que ella / identifica con la purificación / más favorable que la vida.”
Alfredo y Jacqueline (julio 2011)
En la tercera parte Mujer de la mañana, el poeta asedia el tema amoroso desde los aspectos más prosaicos, más cotidianos como “También te amo / cuando tu rostro se despierta a las siete y treinta / e inaugura el nuevo día con la ternura / de unos labios carentes de carmín.”, o cuando en otro poema dice: “Muchos se preguntarán de dónde sale tanta fuerza / desconcertados ante el caudal de mis empresa” (Eres mi Corina), para resolver que “es amor el combustible”. También hay referencias a Tejares, a Salamanca y a su “Patio chico”, a esos espacios en que transcurre la vida cotidiana de los esposos, espacios en los que el amor y la pasión continúan, porque este es “(…) un mundo de amor, / constante como el aire imprescindible.”(Apetencias). De esta parte me gustaría señalar la particularidad del bello poema “José de Alencart besa a Iracema entre los árboles de Olinda”, un poema que vuelve a la vida la leyenda de José de Alencart y de la india Iracema en el nordeste brasileño. El amor y el mestizaje. La primera vez que lo leí, hace ya tiempo, me dio la impresión que era la descripción de un cuadro del barroco americano y me pareció extraordinario poder casi verlo a través de esta espléndida alegoría del mestizaje, con sus árboles, con su exuberancia, quizás también porque dice el poeta “Ahora mismo / estoy viendo besarse a Iracema con José, resarciéndose / de tantas habladurías, tocándose /sin que mermen las edades ni se apague el incendio”, de esta visión pone por testigos a los escritores que lo acompañan Luiz Cláudio Aguiar y Martím Soares, para dar fe de la realidad de lo que observa. Iracema es un romance histórico escrito por José de Alencart en el siglo XVII creado como fundación poética de su tierra natal a la que compara analógicamente con América, ya que Iracema es un anagrama de la palabra América. Esta leyenda calza como anillo al dedo a toda esta poética de Alfredo Pérez Alencart, encontrándose figurados su amada y él mismo, más aún como descendiente del autor, en este romance de fundación en la tierra mítica en la selva. Es una bella recreación, llena de color, de fuerza felizmente resuelta.
Alfredo y Jacqueline (2012)
En Esquirlas, encontramos comentarios explicativos sucintos, sentencias, juicios que puestos así, en solitario, aparecen como condensados de su arte poética, de una fe o un manifiesto, como “El tiempo de Amar precede al tiempo de hablar” o “Admitámoslo: eres una flor cálida abierta en la noche interminable”. Son como rastros, huellas, de su entrega amorosa y poética: “Voy siguiendo ese aroma de tu cuello…”. El libro se cierra con el “Poema final”, musicalizado por el poeta chileno Héctor Titín Molina, en el que a la manera de canción tradicional latinoamericana se ensalza la figura de la esposa del poeta como mujer habilidosa, tierna, que cuida del hogar y del hijo en la dulzura de la naturaleza: “Y brilla la casa y cuida a su niño / y va leyendo un clásico latino, / y añora, Señor, todo lo suyo, / la familia, el río, las hojas caídas.” Bello cierre para este intenso homenaje a la mujer amada acompañado, siempre, de los delicados dibujos de Miguel Elías.
Madrid, 29 de junio de 2017.
José Alfredo, Jacqueline y Alfredo (Navidades de 2014. Foto de José Amador Martín)
NOTAS
- En el Cantar de los cantares es la esposa que compara al esposo con la gacela: “Se parece mi amado a la gacela” en: El Cantar de los cantares, traducción del hebreo en verso castellano, introducción y comentario de Eloíno Nácar Fuster. Xilografías de Eric Gill, Lima, PUCP, col. El manantial oculto, 2007, p. 39. José María Becerra Hiraldo, en su traducción del latín de la Triple explanación de El Cantar de los cantares de Fray Luis de León, traduce por cabra montés: “Semejante es mi Amado a la cabra montés” en: Fray Luis de León, Triple explanación de los Cantar de los cantares, vol. I, Lima, PUCP, col. El manantial oculto, 2007, p. 193.
- Ovidio, L’art d’aimer, Alger, Editions de L’Empire, agosto de 1950, p. 9
- En: Max Scheler, Amor y conocimiento y otros escritos, edición y traducción de Sergio Sánchez-Migallón, Madrid, Ediciones Palabra S.A., 2010, p. 11.
- Platón, Diálogos, Fedón o de la inmortalidad del alma, El banquete o del amor, Giorgias o de la retórica, México, Espasa-Calpe, 1982, pp. 145-146.
Jacqueline y Alfredo (2017 Foto MGala)
Portada de Una sola carne (foto de José Amador Martín)
julio 13, 2017
¡¡Bravísimo, Alfredo!! Un buen ensayo para tu valiosa poesía. Saludos desde Chile.
julio 13, 2017
…he concluído esta lectura, encuéntrome en suma emocionado, de verdad me invade un exulto. Expreso mi admiración y respeto para la Fam. Pérez Alencart. Amigos entrañables.
julio 13, 2017
Enhorabuena, poeta Alencart.
Me ha encantado el ensayo sobre su poesía.
julio 13, 2017
Tu poesia salta de corazón a corazón, poeta. Te abrazo y te saludo con mucho orgullo.
julio 14, 2017
Alfredo: Me alegro por los éxitos de tu poesía y más todavía por esta vertiente amorosa.
julio 14, 2017
Parabéns, amigo Alfredo.
Uma maravilha.
julio 14, 2017
Como o querido poeta ama a poesia Como a poesia gosta de você!. Que maravilha! Casamento esplêndido! Parabéns! Parabéns!
julio 14, 2017
Que encanto, Alfredo! Acredito que esta onda de felicidade trará
mais felicidade.
Gratíssima pelos textos, ainda mais de terras peruanas.
Para você e Jacqueline, meu afetuoso abraço,
julio 14, 2017
Realmente celebratoria me ha resultado la lectura de este bien trabado ensayo de la peruana sobre un poeta de primer nivel como es Pérez Alencart. Gracias, a ambos.
julio 14, 2017
Alfredo, amigo y poeta, estás disfrutando un gran éxito ¡Felicitaciones!
Que sigas igual de inspirado, enamorado de la vida y del Cielo…
julio 14, 2017
Querido poeta, bendito sea tu amor que puede transmitir tanta ternura y belleza. Los ensayos muy buenos y merecidos.
ENHORABUENA amigo, un fuerte abrazo.
julio 14, 2017
Enhorabuena, profeta en tu tierra y en la nuestra, que es también tuya.
Un abrazo.
Enrique
julio 15, 2017
Felicitaciones, querido hermano. Me alegran tus éxitos.
julio 15, 2017
Sea de nuevo enhorabuena, Alfredo, viento en popa, tu nave descubre sin cesar nuevos continentes!
julio 15, 2017
Felicitaciones desde Canadá, amigo Alfredo. Estoy siguiendo los profundos ensayos que vienen escribiendo sobre tu poesía amorosa. Este de Sylvia Miranda es muy bueno. Que sigan los éxitos.
julio 15, 2017
Felicidades amigo. Por el éxito de tu trabajo poético. Y a ti y a Jacqueline por los cinco lustros. Si Gardel dijo que veinte años no eran nada, veinticinco de amor son muchísimo amor. Y eso es algo cada vez más escaso.
julio 15, 2017
Mi poeta fraterno: Felicitaciones, y mi alegría porque sé cómo era significativa para ti la recepción de tu trabajo en Perú. Te abraza. Jaime,
julio 16, 2017
Querido Amigo: Una vez más, enhorabuena por esos merecidos reconocimientos a tu excelente trabajo poético. Atractivo ensayo.
Un abrazo.
julio 17, 2017
Amigo Alfredo, sucesso merecido por tuas obras, excelentes artigos e ensaios.
julio 17, 2017
Me ha encantado este ensayo introductorio a la antología de Pérez Alencart. Realmente invita a leer el contenido total de sus versos amorosos. ¡Gracias!
julio 18, 2017
¡Qué hermoso regalo para cualquier mujer amada!
Delicioso ensayo sobre una poesía de primer nivel.
Mi enhorabuena para ambos, poeta y ensayista.
julio 27, 2017
Queridos Alfredo e Jacqueline,
que imensa alegria comemorar 25 anos de casamento com livro de celebração do amor. Uma aliança que já trouxe o fruto do filho José e que agora surge com «Una sola carne».
Considero um milagre abençoado o que ambos Vêm realizando em tempos tão difíceis e ásperos. Trata-se sem dúvida de uma vitória do amor. Aplausos para o casal.