Portada de la edición rumana de Una sola carne
Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar este comentario sobre la edición rumana de la antología Una sola carne, de Alfredo Pérez Alencart. Ha sido escrito por Gabriela Girmacea, profesora de Lengua y Literatura Rumana en la ciudad de Onesti. Ella es ensayista, promotora cultural, traductora, crítica literaria en varias revistas de su país y ha publicado varios libros de ensayo y narrativa. Su última traducción, presentada recientemente, es el libro ‘Paco Yunque’, del peruano César Vallejo. La presente reseña apareció publicada, en rumano, en la revista de cultura Ateneu, de la ciudad de Bacau. La traducción al castellano es de la propia autora.
La traductora carmen Bulzan con un ejemplar de la antología
UNA SOLA CARNE, DE A. P. ALENCART
El amor es un sentimiento que conoce diferentes manifestaciones y sentimientos. Fue y será elogiado por escritores, cantado por intérpretes en variadas formas, representado por actores en escenarios y, también, por el hombre normal en su vida diaria. No me equivoco si digo que es un sentimiento muy difícil de definir, pero que de cierto aparece en una relación ceñida con la felicidad.
Se puede hablar y escribir mucho sobre los relatos de amor que han permanecido largo tiempo en nuestra memoria, pero el escritor Alfredo Pérez Alencart se propuso describir el sentimiento de amor no hacia una amada cualquiera, sino para con su esposa. Una sola carne/ O singurã carne (Magic Print, Onesti, Rumanía, 2017. Selección y traducción de Carmen Bulzan, pp. 332) es una antología bilingüe español-rumano seleccionada y traducida por Carmen Bulzan, donde el autor propone su perspectiva sobre el amor carnal. Después de 25 anos de matrimonio, Alfredo Pérez Alencart analiza sus sentimientos y dice muy fuerte que la mujer es la fuerza en este mundo, una perspectiva muy interesante que subraya la fidelidad del hombre amado, la tendencia de parte de la mujer para proteger a su marido y para derramar un amor maternal, pero acrecentado con delectación.
En este diálogo con gestos de amor tierno, afectuoso, la pareja tiene la revelación de similitud en los sentidos, como los primeros enamorados. En este caso, los dos se sienten bendecidos por Dios y el poeta desgrana este estremecimiento de plenitud. En un discurso lirico que se caracteriza por una expresión sincera, Alfredo Pérez Alencart vive entrañablemente confiado en su esposa y está convencido que juntos pueden descubrir uno de los grandes misterios. Menciono el poema ‘Aquí o en otra parte’: “Con un leño / -y a contraluz de mi sacrificio- / sahumaré misterios.// Sobrepasarán / el gran espejismo, desclausurada ya la claridad.// Y pisaré otras moradas / en la profundidad / del universo.// Un navío de estrellas / me volverá /en sangre y hueso. // Y aquí o en otra parte / enlazaré mi cuerpo / al tuyo”.
Jacqueline Alencar y Alfredo Pérez Alencart en Urbino (foto de Gianni Darconza)
La invocación a la amada, en la poesía de Alfredo Pérez Alencart, tiene semejanzas con El Cantar de los Cantares, mientras que los gestos del enamorado me recuerdan al hombre del pasaje bíblico. Me impresiona el retrato que hace en el poema titulado Amada. Aquí, la mujer está invitada acercarse a él con su caravana de sensibilidades mientras que el hombre se vuelve humilde ante ella: “…Yo lavaré tus pies / mientras unges mi pecho / en la tienda/que levantamos lejos…”.
El sentimiento del amor y la felicidad están relacionados con el universo íntimo y protector de la casa, que a ambos ofrece estabilidad y equilibrio emocional. Digo esto porque Alfredo Pérez Alencart declara que el sentido de pertenencia reciproca se confunde con la idea de país o patria. Directamente, renunciando a lo declamatorio, con sinceridad dice a su esposa: He llegado a comprender que /–en este mundo– / mi patria verdadera/ la encuentro/en el mapa de tu cuerpo. // No hay más patria/ que tu entrega/ ni hay más mundo/ que este amor.// En la esposa del amor/ está la patria.
Gabriela Gîrmacea, A. P. Alencart, Jacqueline Alencar y Carmen Bulzan (Bucarest 2017. Foto de Dragos Ionita)
Interesante forma de construir el espacio. Al inicio, este espacio está delimitado por la casa y, mientras que la relación en pareja, se consolida, el espacio se ensancha y se convierte en patria. El autor propone aquí un atractivo abordaje sobre el amor hacia una persona que transforma a la otra que le ama. En este caso, el hombre ama no solo a la persona que vive con él, sino también el universo entero de la persona amada.
Alencart afirma que amar no es fácil. Ahora el discurso lírico se complica. Situado en un espacio nocturno, romántico, la pareja de enamorados vive plenamente. Con el temor de que la felicidad es como un meteorito y el momento –pasajero–, el enamorado siente que se convierte en un mensajero de parte de todos los esposos que aman con este impulso instintivo, viviendo la alegre locura de amar a su mujer. Así, afirma que la alegría de vivir junto a su esposa tiene un origen divino.
De verdad, su mundo nació por amor y se manifiesta en el cotidiano existir, donde puede tener un papel salvífico: “Me fuiste enviada para evadir el naufragio cotidiano/ y por ello te soplo un beso ingenuo mientras salgo/ en busca del jornal”.
El sosiego de la casa es el que concede otro estado – la realización. Nacido en Perú, Alfredo Pérez Alencart se estableció hace más de 25 años en España, en Salamanca, donde llegó para hacer sus estudios doctorales. Es en esta ciudad donde ha reencontró sus raíces europeas. El discurso lírico que nos propone en esta antología para los lectores rumanos es especial, tanto por los sentimientos, percepciones y tonos variados de la misma. Resulta una obra valiosa, con un mensaje universal que puede ser entendido por todos aquellos que aman.
Reseña de Una sola carne en rumano
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.