TRES POEMAS INÉDITOS DEL ABULENSE JULIO COLLADO

 

El escritor Julio Collado (foto de Jacqueline Alencar)

 

Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar tres poemas inéditos escritos por Julio Collado (Muñopepe, Ávila, 1949), poeta, columnista del Diario de Ávila, conferenciante, coordinador de talleres literarios en institutos abulenses y en la sede de la Fundación Caja Ávila, así como guionista y presentador de Campañas de Animación a la Lectura en diferentes radios y televisiones de su ciudad. Como escritor tiene publicados cuatro libros de literatura infantil en la Editorial Edelvives, además de haber participado, con cuentos, poemas y relatos, en varios libros colectivos (Rutas literarias por Ávila y provincia; Una métrica diferente; Chile en el corazón, Arca de los afectos, Palabras del Inocente, No Resignación, por citar algunos). Participó, como poeta invitado, en el XVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos de Salamanca, dedicado a Gastón Baquero.

 

Isabel escudero

 

CANCIONCILLA DE AMOR

(Homenaje a Isabel Escudero)

 

Reza, niña, el rosario,

reza el rosario,

que tiene mucho misterio

y además, es barato.

 

                        ISABEL  ESCUDERO

 

 

Condiciones de luna                                                 

tiene mi amante:                                                       

a veces, creciente;                                                     

a veces, menguante.                                                 

 

Tiene mi Niña                                                                       

un no sé qué,                                                            

que, con sólo mirarla,                                               

me pongo bien.                                                           

 

Es su cintura

suave y llana,                                                                                   

y con voz de arrullo

qué bien me llama.

 

Es su beso y no su boca,

el que sin darme cuenta

la color me roba.

 

Al escondite,

cual travieso niño,

jugar quisiera

con sus racimos.

 

Quiero quedarme

en tu mano, Diosa,

que es tu mano

prisión dichosa.

 

Quiero decirte,

ahora que estás sola,

que en tu pelo encuentro

dulce de moras.

 

Quédate, no te vayas,

que tus ojillos

placer me causan.

 

Pocas cosas valen

como  la risa:

la tuya me ha cambiado

la noche en día.

Porque huyen y ríen

al mismo tiempo,

me parecen tus pies

un gran misterio.

 

Si miro a la luna,

a ti te veo,

pues, además de luna,

eres lucero.

 

 

  Isabel Escudero y Agustín García Calvo

 

 AGUSTIN GARCIA CALVO

 

 

 

LIBRE TE QUIERO

                                  

                                   Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña.
Pero no mía.

                                               AGUSTÍN GARCÍA CALVO

 

 

Libre

como flor en el almendro

como nube en la brisa

como cigarra en su canción.

 

Libre

como perdiz en el trigo

como cereza en su aroma

como río en la arena.

 

Libre

como beso de fuente

como risa de niño

como luna en la noche

como viento en la esquina…

 

Libre.

Libre, te quiero.

 

 

  Agustín García Calvo e Isabel Escudero

 

  Foto de José Amador Martín

 

 

IMPRECACIÓN AL CORONAVIRUS

 

Coronavirus ignoto,

que levantas fronteras

a besos y a abrazos;

que robas sonrisas

y te escondes cobarde,

yo te maldigo.

 

Porque entristeces las almas

y a los cuerpos

robas deseos;

porque hollas caminos

de la amistad y yergues murallas,

yo te maldigo.

 

Porque en tus alforjas,

viajero de muerte, escondes

la fría escarcha  del dolor;

porque siempre quitas y nunca pones,

por egoísta y por torpe,

yo te maldigo.

 

Porque a nadie respetas;

por mal ciudadano

y por bicho raro;

por dejar sin juegos a los más pequeños

y en la soledad a los de más años,

yo te maldigo.

 

Ojalá te persigan, virus del averno,

abandonado a tu suerte,

todas las Furias del mundo griego

y mueras

de tu misma muerte. 

 

 

                                               Ávila, 26 de Junio, 2020

 

Foto de José Amador Martín

 

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