TRES POEMAS DE ‘LA MANO DEL HIJO PRÓDIGO’, DEL CUBANO LEÓN DE LA HOZ. ILUSTRACIONES DE LUIS CABRERA

 

 

León de la Hoz

 

 

Crear en Salamanca tiene la satisfacción de difundir tres poemas del nuevo libro de León de la Hoz (Santiago de Cuba, 1957). Ha publicado Coordenadas (La Habana, 1982); La cara en la moneda (La Habana, 1987); Los pies del invisible (La Habana, 1988); Preguntas a Dios (Madrid, 1994); La poesía de las dos orillas. Cuba (1959- 1993); (Antología), (Madrid, 1994); Cuerpo divinamente humano (Madrid, 1999), ilustrado por Roberto Fabelo; La semana más larga (Madrid, 2007, 2018); Los indignados españoles: del 15-M a Podemos (Madrid, 2015); Vidas de Gulliver (Madrid, 2012, 2016, 2017 y 2018). En Cuba, entre otros premios nacionales, obtuvo los premios “David” (1984) y “Julián del Casal” (1987), ambos de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC). Dirigió la revista cultural La Gaceta de Cuba dentro de la isla y más tarde los inicios de Otrolunes en el exilio. Ha sido incluido en numerosas antologías, entre otras, Poesía cubana: La isla entera, Felipe Lázaro y Bladimir Zamora (Madrid, 1995); Los ríos de la mañana, Norberto Codina (La Habana, 1995) Las palabras son islas. Panorama de la poesía cubana del siglo XX, Jorge Luis Arcos (La Habana, 1999); Antología de la Poesía Cubana, Vol. IV, Ángel Esteban y Álvaro Salvador (Madrid, 2002) y Poemas cubanos del siglo XX, Manuel Díaz Martínez (Madrid, 2002). Actualmente publica un blog de opinión, El blog de León (https//leondelahoz.com).

 

 

 

 

‘La mano del hijo pródigo’ acaba de ser editado por la madrileña Editorial Betania, dirigida por el poeta Felipe Lázaro. Puede ser adquirido a través de Amazon.

 

Las ilustraciones de Crear en Salamanca son obra del destacado artista cubano-español Luis Cabrera Hernández, especialmente vinculado con la capital del Tormes.

 

 

 

 

 

BIENES

 

de todos mis bienes, propiedades y herencias,

lo que más quiero es mi corazón.

 

no importa que esté roto, dividido y sin color.

 

todo lo demás me fue útil para servir a los otros

pero mi corazón ha sido el ángel de la guarda,

compañero, y esclavo sin que lo esclavizara,

obre todo cuando me hizo amar a alguien

que habría odiado justamente y sin piedad.

 

también salvó mi vida cuando me hizo temer

de una que por amor me mataría.

 

todo lo demás me dio poder, fama y fortuna,

sin embargo a él debo las vidas que he tenido

juntos hemos perdido y también hemos ganado

en el largo viaje que iniciamos en la primera isla

sin pedir nada a cambio por servirme.

 

si todavía puedo soñar al timón de mi barco

en horizontes con más atardeceres que auroras

es porque mi corazón lo pide con tanto amor

que no puedo negarme y decirle, “estoy viejo”.

 

si me toca enfrentar el peor de los destinos

él abre el cofre que custodia y muestra su belleza,

estrellas que resplandecen en la noche profunda.

 

de todos los bienes, propiedades y herencias,

nada tiene más valor que mi anciano corazón,

arrodillado a mi sombra como el perro fiel

que sobrevive conmigo a todos los naufragios,

y estará en mí en ese puerto adonde vamos.

 

 

 

 

 

 

 

VEO QUE NO TENGO NADA

 

veo que no tengo nada más por ver.

 

todo lo que estaba en el otro lado

lo vi poniendo la yema de los dedos

cuando me quedé solo y sin nada.

 

vi la luz que habita en la propia luz,

también vi la oscuridad por dentro.

 

vi lo que no debía ver,

lo que no puedo decir.

 

vi amansarse la parte estéril de la rosa

con los mismos ojos que la verán aparecer

arrastrando la última noche bajo el jardín,

ese peso muerto que la luz lleva consigo.

 

vi en la noche la mano del primogénito

pintarse una diana negra en la cabeza

y con la otra acomodar una bala de plata,

no puedo decir que fuera la derecha.

 

vi la belleza con sus ojos esquivos

a la espera de alguien que la convirtiera

en piedra, en poema, en rosa, cualquier cosa

que la hiciera indócil a la muerte.

 

vi los muertos en el fondo del mar

cuando pasó el último de los aguaceros,

estaban enrollados en la bandera haciendo

una montaña que espera el último caído.

 

incluso vi un alcatraz bailando un son,

y un cuerpo desnudo, eternamente blanco,

como ítaca en las pesadillas de odiseo

que siempre en mis sueños me acompaña.

 

vi todo lo que podía ver y no puedo contar

y nadie es capaz de poner en duda,

sin embargo no pude ver a la muerte.

 

ese es un don de los que pueden tocar

el horizonte, sin arrancarse los ojos en el espejo,

un minuto antes de saltar a picotear el cielo.

 

 

 

 

 

 

 

ORACIÓN POR CUBA

 

martí,

sálvame de los patriotas

y de su patria.

 

quítame esa bandera de encima

con barras y con sangre.

 

y dame una blanca como la rosa

que vista todos los santos,

los que te afirman vehementes

y los que te niegan tres veces.

 

ni altar, ni pedestal,

ni sacrificio,

quiero yo donde hemos nacido.

 

ninguna iglesia, ningún obispo

que oficie tu adoración.

 

danos una palabra que no sea patria,

otra que no sea bandera,

y no dejes que nadie muera por ellas.

 

danos tu alma, nada más,

y pónsela a tu gente sobre la herida.

 

martí,

sálvanos de ti y la idolatría,

y vuelve a dejarte morir

para empezar a levantar otra vez

la casa

que acoja a toda la familia

con todos lo que se fueron,

incluso a los que no te quieren,

y una tumba

donde quepan todos los muertos.

 

martí,

deja que se queden con la patria,

pero que nos dejen cuba

no importa dónde, ni porqué.

 

 

 

 

A. P. Alencart y León de la Hoz, en Salamanca (foto de Jacqueline Alencar)

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