Ilustración de BEF
Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar, en primicia, tres poemas de Samuel Lagunas (Querétaro, México, 1990), quien tiene publicados los poemarios Todavía mañana (2013) y Godfully (2015), así como el libro de ensayos ‘Dios, nueva temporada. Miradas teológicas al cine y la TV en el siglo XXI’ (2020). Está antologado en CuatroCuatroDos: narradorxs queretanxs (2020) y fue ganador del Concurso de Escritores del San Miguel Writer’s Conference (2018), del Certamen González-Waris (2018, España), y de los Juegos Florales Ramón López Velarde (2017). Algunos de sus poemas se han traducido al inglés. Es Maestro en Estudios Latinoamericanos y Licenciado en Lengua y Literaturas Hispanoamericanas por la UNAM. Actualmente realiza estudios de Doctorado en Literatura Latinoamericana, escribe crítica de cine para medios electrónicos y es profesor en la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Querétaro. Forma parte de Tiberíades, Red Iberoamericana de Poetas y Críticos Literarios Cristianos.
La próxima semana ‘A veces un ma/pa es una casa’ estará en las librerías de su país. Por permitirnos ofrecer este adelanto a nuestros lectores, Crear en Salamanca agradece al autor y a la Editorial Palíndroma. El libro alberga siete ilustraciones de Bernardo Fernández BEF, el diseño de portada lo firma Romano Ponce Díaz y la maquetación es fruto de Hugo Cervantes Flores. Aquí las formas de contactar conla editorial: editorialpalindroma@gmail.com / twitter.com/_palindroma_ / instagram.com/_palindroma_ / facebook.com/palindroma.ed / t.me/palindroma_ed /
CUERPO(S)
Hija,
he ahí tu madre.
Cada vez que cierra los ojos te habita
con una presencia más blanca que la muerte.
Tu madre piensa en ti,
peregrina,
reposa en tu mirada,
pequeña y poderosa como los átomos de uranio,
como una poesía que unge
la garganta.
Tu rostro se impone en el de ella
y desata un contagio de sonrisas. Un temblor
de alegrías reverbera por las manos,
mariposas, caricias juguetonas en el vientre, tropeles
de cosquillas por el pecho, picores
de júbilo en los pies.
Mira la invasión que provocaste.
Nada duele ya,
nada nos duele.
Los muertos se asoman y saludan nuestro gozo,
ya tenemos el antídoto para los días fríos y de penumbra.
¡Ah, divinidad encarnada!,
mano noble sobre el corazón derrotado,
¿quién te hizo así?,
¿en qué planeta te formaste?
Un hombre y una mujer no logran volar ni cuando sueñan.
¿Cómo pueden golpear
la quijada del diablo con tanta certeza? ¿Cómo pueden
sacudir el mar con la locura de un cuerpo nuevo?
¡Qué injusta trama, qué placentera!
Y las palabras se suceden sin mancharte. Cada una se arrodilla,
se revuelve en su cultura,
sílaba por sílaba pierde sus imágenes
y sale de tu boca un ruido indescifrable, bitácora del cielo,
arte de caminar sin la tentación del significado.
Tus cantos inventan nuestros nombres.
En cambio,
yo sólo repito ante tu cuerpo
la secuencia de un tiempo pulverizado.
Hija,
he aquí tu padre,
he ahí
tu madre,
en actitud de espera,
sin diccionario ni máscara en el ceño.
En ese llano de pureza,
en un plural
inusitado
nos amamos.
Samuel Lagunas y su familia
A VECES UN MA/PA ES UNA CASA
ma,
repites y comienzas a llenar el universo
con tus ruidos.
Las puertas se abrazan,
los muebles se retuercen para imitar los labios
de tu boca.
Nunca hubiera pensado que algo tan simple
pudiera ser tan emotivo.
ma,
sucede que me pierdo en esa sílaba
que prefigura la siguiente pa.
La presencia de tu voz nos reconstruye.
No dejo de ver cómo todos los muros
desaparecen con tu grito:
el universo se comprime.
A veces un ma/pa es una casa.
M., leitmotiv del libro
FUTURO
Dejo para otros la algarabía
de los anuncios apocalípticos. Ya sé
que el fin del mundo no servirá para nada. El mundo
siempre recomienza.
Dejo para otros
el éxtasis de la película del fin de semana,
la inocencia de los placeres digitales, el sexo por whatsapp,
el amor en su tren más novedoso.
Dejo, también, la audacia del clamor antigobierno
que nos libera
del fardo de la vida.
Dejo el dolor
y todo lo que podemos hacer
con la tristeza.
Dejo los principios imprecisos,
la pesadilla de los finales.
Dejo el odio de juventud
y el conformismo patológico de la vejez.
Dejo la angustia ante la muerte.
Dejo
los heraldos de la dicha. Dejo la fe.
No para siempre,
nada dura para siempre, pero lo dejo.
Hoy,
que estamos aquí,
dejo de escribirte
y te miro.
Por encima de las cosas te miro.
Ilustración de BEF
Samuel Lagunas y su familia
Samuel Lagunas y M. Última foto del 2020
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