Harold Alva en la Biblioteca Historica de la Universidad
Crear en Salamanca se complace en publicar esta crónica del poeta Harold Alva (Piura, 1978). Escritor, editor y analista político. Director de Editorial Summa. Preside la organización del Festival Internacional Primavera Poética y la Fundación Iberoamericana para las Artes. Es autor de los libros: «Ejercicios de escritura» (2024), «Ceremonia» (2023), «Tocado por la lluvia» (2022), de las antologías poéticas «A tiempo completo» (2021) y «La épica del desastre» (2020). Publicó «Lima» (2012), «Sotto voce» (2003), «Morada & sombras» (1998), entre otros. Ha participado como expositor en diversas ferias de libros y festivales de poesía en Estados Unidos, México, Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile, Argentina, España y Portugal. Antólogo de «La primera línea», y director de Poesía Iberoamericana, colección de cien títulos que publicó el 2020 con la Municipalidad de Lima. Director fundador de ContraPoder, fue director cultural de la Cámara Peruana del Libro, conductor y productor de programas de radio y televisión. En 2021, el Excmo. Ayuntamiento de Salamanca (España), lo declaró Huésped Distinguido. Ha sido coordinador general de la Feria Internacional del Libro de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, 2024 (México).
Antonio Colinas, Harold Alva y Marta Eloy
SALAMANCA ES PATRIA Y SUEÑO
Guardo un especial afecto por Salamanca. En tercero de secundaria recitaba fragmentos de la oda «Vida retirada» de Fray Luis de León. Entonces la imaginaba «del monte en la ladera con la primavera de bella flor cubierta», y pensaba en cómo habrán sido aquellos días cuando la habitaron Cervantes, San Juan de la Cruz, Góngora, Quevedo, Santa Teresa, Calderón de la Barca o el monstruo de la naturaleza. Luego volvió a mí durante la década del noventa cuando me alistaba para empezar la universidad. Mi padre dijo: «que acabe en Trujillo y luego directo a Salamanca». Por supuesto, eso no sucedió. A mis diecinueve me obsesioné leyendo a la generación del 98. Fue con los hermanos Machado con quienes mi respeto a la poesía española alcanzó la mayor de sus cumbres, pero fue con Azorín, Valle Inclán y Unamuno con quienes aprendí que se podía ser un renacentista aún en pleno siglo veinte.
Por eso cuando mi amigo y compañero de Neón, Hector Naupari, nos reunió para decirnos que viajaría a España para estudiar el doctorado en la Universidad de Salamanca, la noticia significó el abrazo más cercano con la ciudad del Tormes. Héctor partió a Salamanca y en sus aulas conoció a quien sería su hermano y mentor, el poeta Alfredo Pérez Alencart, fundador y director, desde 1998, del Encuentro de Poetas Iberoamericanos.
Mónica Velasco y Harold Alva
La poesía quiso que conozca a don Alfredo el 2016 cuando Héctor me convocó para presentar uno de sus libros. La cita fue en el Colegio de Abogados de Lima. Han pasado ocho años. Ocho largos años. Durante la pandemia, quiso el destino ponerme al frente de un proyecto que reunió a cien de los más importantes poetas en una colección motivada por la responsabilidad de decirle al mundo que la poesía también podía protegernos.
El 2021, gracias a Alfredo Pérez Alencart, el Excmo. Ayuntamiento de Salamanca me distinguió por esa colección. Recuerdo ese 12 de octubre cuando el poeta Rafael Soler me aconsejó el tono con el que debía dirigirme al respetable, y recuerdo a Héctor, a mi hermano Héctor, feliz, emocionado, aplaudiendo orgulloso. Esa mañana evoqué a Fray Luis, al inca Garcilaso, a don Miguel de Unamuno, a Riva Agüero y, mientras los evocaba, me prometí volver. Veía los rostros de Antonio Salvado, Nuno Judice, y me prometí volver a caminar sus calles de piedra, la orilla del Tormes, el puente romano. Lo que no imaginé fue que pasarían tres años, doce estaciones como una espiral de abismo a la que no sobrevivieron Héctor, Nuno, Antonio. «Háblame, dime que los has visto. Empieza por confesar sus nuevos nombres». Le pedí al Toro de Piedra con la esperanza de que continúan aquí.
Hugo Francisco Rivella, A. P. Alencart y Harold Alva
Gracias, Alfredo, por propiciar estos encuentros. Gracias por entregarle a Salamanca la energía del mundo a través de sus poetas. Ha sido un honor coincidir con los maestros Pío Serrano, Antonio Colinas y Omar Aramayo. Gracias por permitirnos compartir en los recitales, en las caminatas, en los almuerzos y las cenas.
Salamanca sigue conmigo. Soy un hombre convencido que la patria son los sueños. Salamanca es eso.
Salamanca es patria y sueño.
Omar Ortiz Forero y Harold Alva
Tere Cortes, Harold Alva y Maria Calle Bajo
Omar Aramayo, Harold Alva y Pio Serrano
Ivan Adrianzen y Harold Alva
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