Luís Aguiar fotografiado por José Amador Martín
Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicas este texto e imágenes de Luís Aguiar, nació en Oliveira de Azeméis, el año 1979), pero desde hace años vive en la ciudad de Águeda. Destacado poeta y fotógrafo. Tiene publicados los siguientes libros: Rostos Descalços (2006), Filhos Raianos (2006), Intemporais Mares do Tempo (2008), O Muro Onde a Sombra Persiste (2017), Respirar pássaros como se o sol doese (2019) y No regaço da madrugada’ (Labirinto, Fafe, 2022), entre otros. Desde 1999 ha obtenido númerosos premios y menciones de honor, entre los que se destacan el Prémio Nacional de Poesia da Vila de Fânzeres (2019), Prémio de Poesia Judith Teixeira (2017), Prémio Literário Manuel Maria Barbosa du Bocage (2016), Prémio Literário Francisco Guerreiro (2010), Prémio Literário Irene Lisboa (2009), 2.º Classificado no Prémio Internacional Sepé Tiaraju de Poesia Ibero-Americana (2009), Menção Honrosa no Prémio Literário Florbela Espanca (2007), Prémio Literário São Domingos de Gusmão (2007), Prémio Literário Afonso Lopes Vieira (2006), Premio del Concorso Internazionale di Poesia Castello di Duino – Trieste, Itália (2005), Menção Honrosa no Grande Prémio Nacional de Poesia Natércia Freire (2005) o el Prémio Nacional de Literatura Juvenil Ferreira de Castro (2000).
SALAMANCA, CIDADE PÉTREA
Para Alfredo Pérez Alencart
Em certas cidades a ternura ainda se debruça sobre o rio.
Cidades que guardam a caligrafia dos deuses,
cidades onde a chuva denuncia o sangue
dos animais feridos, cuja seiva é foz
e espuma de fogo – doçura presente nos poetas
que desenham líquidas rosas nas lívidas searas.
É esta a árvore despida, constipada de frutos,
mas que serve de casa às aves e aos pássaros matinais.
Salamanca, cidade pétrea, por vezes exangue,
é em ti que procuro as ruas e os hotéis de prata,
mas apenas encontrei o arco de terra onde o sol fez ninho.
No teu peito milhares de estorninhos gritaram
nomes impronunciáveis. Ainda hoje não os sei soletrar.
Escuta-me, cidade, anel do tempo,
juro que vi da Catedral de la Asunción de la Virgen
o doce-agreste mar do meu Portugal.
Agora, choro a tua ausência na minha carne,
a tua partida nas veias que ampara as salinas.
No teu seio plantei róseas pedras noutras pedras,
como se fossem belíssimos versos de Camões,
ou novos pensamentos de Unamuno – ímpia morada
onde a noite se ergueu límpida perante a tempestade.
Salamanca, 12 a 16 Outubro 2024
SALAMANCA, CIUDAD PÉTREA
Para Alfredo Pérez Alencart
En algunas ciudades, la ternura aún se asoma al río.
Ciudades que guardan la caligrafía de los dioses,
ciudades donde la lluvia denuncia la sangre
de los animales heridos, cuya savia es desembocadura
y espuma de fuego – dulzura presente en los poetas
que dibujan diluidas rosas en las mieses lívidas.
Éste es el árbol desnudo, resfriado de frutos,
pero que sirve de hogar a las aves y a los pájaros de la mañana.
Salamanca, ciudad pétrea, a veces exangüe,
es en ti que busco las calles y los hoteles de plata,
pero sólo encontré el arco de tierra donde el sol hizo su nido.
En tu pecho gritaron miles de estorninos
nombres impronunciables. Aún hoy no sé cómo se escriben.
Escúchame, ciudad, anillo del tiempo,
juro que lo vi desde la Catedral de la Asunción de la Virgen
el dulce y salvaje mar de mi Portugal.
Ahora, lloro tu ausencia en mi carne,
tu partida por las venas que sostienen las salinas.
En tu seno planté piedras rosas en otras piedras,
como si fueran hermosísimos versos de Camões,
o nuevos pensamientos de Unamuno – morada impía
donde la noche se levantó clara antes de la tormenta.
Salamanca, 12 a 16 Octubre 2024
Carlos Nuno Granja, A. P. Alencart y Luís Aguiar en el Colegio Fonseca de la Universidad
(foto de José Amador Martín)
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