‘REGRESO’ Y OTROS POEMAS DE ANNIE ALTAMIRANO PARA EL XXVII ENCUENTRO DE POETAS IBEROAMERICANOS

 

 

 

Crear en Salamanca se complace en publicar estos poemas de Annie Altamirano (Punta Alta, Argentina, 1955), quien desde 2003 reside en Salamanca. Es profesora de Filología Inglesa y Magíster en Lingüística Aplicada y en Enseñanza de Inglés como Lengua Extranjera. Es autora de libros de enseñanza de inglés y formadora

de profesores. Ha sido siempre una ávida lectora, lo cual trajo como consecuencia que, ya instalada en Salamanca comenzara a escribir relatos y luego poesía. Durante 5 años participó del taller de escritura creativa de la Biblioteca Pública Casa de las Conchas

dirigido por el poeta salmantino Raúl Vacas y ha estudiado con Mercedes Roffé, poeta y ensayista argentina radicada en Nueva York. Fue miembro del grupo de escritura Salamanca Letra Contemporánea y del grupo poético-musical SonLetras. Es miembro de la Orden Poética del Tejo de Valladolid y del grupo Poetas en Red, que reúne a poetas de distintas ciudades de España. Organizó el XIX Encuentro de Poetas en Red en Salamanca en 2018, al cual acudieron más de 50 poetas de la ciudad y de diversos

lugares de España. Ha participado en los Encuentros de Poetas Iberoamericanos y en el Congreso árabe – hispánico. Es presencia habitual en homenajes a poetas, lecturas en

encuentros y tertulias tanto en España como en Argentina.

Publicaciones: Sus poemas y relatos han sido incluidos en diversas antologías, como

Rincones de Creación, Fundación Salamanca Ciudad de Cultura (2009), El Bosque y Yo, Ediciones Casiopea (2011); Antología Día Internacional de la Poesía 2012, (Diputación de Segovia y Ayuntamiento de Segovia, 2012), SonLetras, Antología Poética (2012), Cosecha de Verano, Antología de relatos, Unaria Ediciones (2013), Manual para Depredadores, Colección de Relatos, Editorial Seleer (2013, El cielo de Salamanca, Antología (2013 y 2014), Antología FIPA 2014 (Festival Internacional de Poesía del Atlántico, Argentina, 2014), Palabras para el inocente, XVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, Antología por el

centenario de Gastón Baquero (2014), Desde un preciso lugar en el mundo, antología para celebrar el Día Mundial de la Poesía, Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes (2014); Gaceta internacional de literatura Metaforología editado por la poeta Ana Cecilia Blum (2015), No resignación – Antología de Salamanca (Poetas del mundo por la no violencia contra la mujer), Ayuntamiento de Salamanca (2016), Por Ocho Centurias – Homenaje a la Universidad de Salamanca, XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos (2018), Punto Alto, Antología de Poetas Rosaleñas, editorial Una Pálida Idea (2020), Encuentro de Poetas en Red, Antología, Tarqus Editora (2015 – 2024)

 

 

REGRESO

 

Una ráfaga de luz se cuela

entre el follaje nuevo.

Rezuma el olor del tomillo

y la salvia y las espigas,

aun verdes, se mecen suavemente

con la promesa del fruto.

 

Se acerca la noche

con su rumor de grillos y el río

pasa con su eternidad más leve.

Me siento en la orilla sosegada

y descifro ecuaciones viejas

en los innumerables mapas de la memoria.

                                                     

De las sombras he vuelto a este paraje.

Yace aquí mi contenido.

            La costumbre de los tiempos.

 

Soy mi madre,

                soy mi padre,

                              las viejas palabras de mis abuelos,

y, aunque todos se han marchado,

su amor aún estremece mis huesos

como si rompiera los candados de la muerte.

 

 

 

AFUERA LA LLUVIA

 

De este lado la ventana.

La tristura del invierno

respira sobre el cristal

y se condensa.

 

Afuera el agua.

 

Silenciosa cae sobre el asfalto.

Migradora se desliza calle abajo

en la delgada oscuridad

que presiente la mañana.

 

Afuera el alba.

 

Exige su razón de luz.

Atrás queda, ya inútil,

apenas consumida

la noche.

 

 

 

EL CAMINO DE LAS LUCIÉRNAGAS

 

 

A la hora en que los álamos relucen de atardecer,

cerca del río croan las ranas y comienza

la insistente convocatoria de los grillos.

Cae la noche en los sauces.

La oscuridad se dilata

y la impaciencia del verano se demora en la sierra.

 

Al sur del ventanal llama la Cruz del Sur –

recompensa que tenemos

quienes trasnochamos en aquel hemisferio –

y comienza el balbuceo inasible

de las luciérnagas encendidas.

 

Vuelvo a los primeros manantiales

con el pecho abierto a las ausencias –

el corazón no sabe cómo narrar las migraciones –

y con la memoria amontonada en las arterias

escribo despacio el verso que los nombra.

 

Las estrellas se deprenden de la noche,

siguen su propia ruta,

antigua huella labrada.

Separo cuidadosamente los recuerdos,

el sosiego de aquellas voces

que conozco desde siempre,

y regreso al lugar donde dormía

siguiendo el camino de las luciérnagas.

 

 

 

 

EL VIEJO Y EL MAR

 

En la noche sonámbula de mástiles

el viejo pescador recorre el muelle,

     envuelta la silueta en retales de niebla,

         raro velamen, 

               los ojos fatigados

              anclados en un suspiro.

 

Responde al atávico reclamo

de la marea y al salto de los peces

que sueñan con el vuelo.

 

En su rito silente, los dedos ásperos

rozan el cabo y tejen nudos

       anticipando la nostalgia.

 

Las olas tienen rostros,

náufragos en el mar sin orillas,

que, con los párpados abiertos,

llaman más hondo que la voz de las aguas.

 

Vuelve el viejo lentamente,

desanda su pena en término y distancia.

Ya no llora la vida de sus ojos

buscando la luz que olvidan las estrellas

al huir presurosas por la ruta ancha

     por donde llega el alba.

 

En el muelle quedan los rostros

que miran desde el lado opuesto. 

Allí crece, por encima del aire,

          en el litoral amargo,

                   el llanto sin pañuelos.

 

 

 

 

 

FEUILLES MORTES

 

A veces escribo como si trazase un boceto.

Remedios Varo

 

Envuelta en la penumbra,

devana el frágil hilo de los sueños.

 

La sombra de la pesadilla y los despojos

fluyen

desde el túnel

donde la eternidad toma un nombre.

 

Recala

su álgebra inútil

que se hunde en el silencio

sin encontrar el rastro

fugitivo de quien fuera.

 

El vuelo sosegado de la brisa

no concede tregua

a los instantes que recuerda,

           a los nombres que la rondan

           desprovistos de materia.

 

Lo que amó es cosa del pasado,

          vigilia o sueño

                      

                     o memoria en ruinas,

ausencia viscosa

que busca un consuelo extraño

más allá

de la puerta de Tanhaüser.

 

 

Inspirado en ‘Feuilles mortes’, pintura de Remedios Varo

 

 

 

OBLIVION

 

¿A dónde iré cuando me haya ido

definitivamente,

cuando haya abandonado mi lugar,

mi espacio vivo,

mis certezas,

el centro luminoso de la gota de agua?

 

 

Tendré que perdonarme,

destejer nidos de ausencia

(ninguna vida alcanza

para presentir el milagro de los recuerdos),

los ojos volcados hacia penumbras,

la mano sobre jazmines mustios

que una vez crecieron al pie de los cerros.

 

Del páramo hacia adentro

asumo la miseria del póstumo miedo

como una letanía

en el encuentro de los huesos,

como un abismo

detrás de la memoria.

 

Cierro los párpados del sueño

para buscar la piel que huye

luz adentro.

 

Cuando en la inevitable inmensidad del olvido

mi memoria se pierda

en su tiempo también limitado

cuando mi sombra sea polvo

y el polvo sea nada,

caminaré por la noche

que termina en esta línea

y pasarán gaviotas blancas

al sur de la nada.  

 

TANGO

 

El vino y el gris deambulan,

distraídos,

mientras la noche brota

con fulgor estremecido de candiles.

 

Ella llega con sabor a azucenas nocturnas

Y un sol resplandeciente en cada párpado,

tarareando sílabas acuosas

que hacen eco en los rincones.

Llega puntual con el gozo presentido

a escanciar cada destello

del fondo rubí de una copa de vermut.

 

Él rescata la mirada

desde más adentro de la piel,

desde antes del amor.

 

Entre un latido y otro

se van rondando las miradas,

quebrando el aire suspendido

en la cadencia de sus bocas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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