Rafael Montesinos por Jaime Villanueva
Crear en Salamanca se complace en publicar este comentario de Manuel Quiroga Clérigo (Madrid, 1945), poeta, narrador, autor de teatro, crítico literario y periodista de la cultura, quien ha centrado su actividad en la labor poética y sus versos figuran en diversas antologías, revistas y trabajos colectivos, habiendo editado hasta la fecha veintisiete libros de poesía, entre los que están Homenaje a Neruda (1973); Fuimos pájaros rotos (1980); Vigía (1997); De Morelia callada (1997); Los jardines latinos (1998); Versos de amanecer y acabamiento (1998); Íntima frontera (1999); Desolaciones tardías. Aristas de Cobre (2000); Las batallas de octubre (2002); Mudo mudo (la aventura de Manila), (2004); Leve historia sin trenes (2006); Crónica de aves. El viaje a Chile (2007); Páginas de un diario (2010), Volver a Guanajuato (2012), Isla/País de colibriés (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2018); Crucero cisnes trópico castillos (ediciones Endymion, Madrid 2018); Rúas (Respirando Lisboa) (ediciones Búho Búcaro, Madrid 2018); Alrededor (Ediciones Vitruvio Madrid 2019) y Poemas de la ciudad y de la vida (ediciones Amarante, salamanca, 2019), entre otros. Forma parte de Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), Centro Español de Derechos Repográficos (CEDRO) donde figura en la Comisión de Préstamo Bibliotecario; Asociación Colegial de Escritores de España (ACE), Colegio Nacional de Doctores y Licenciados en Ciencias Políticas y Sociología; Asociación Castellano-Manchega de Sociología; Fundación Cervantina de Guanajuato; Círculo de Escritores Cinematográficos. etc.
RAFAEL MONTESINOS: “ÁNFORA BÉTICA”
Y OTROS VERSOS
Hace 25 años, el 19 de Junio de 1994, los hermanos Francisco y Tomás Creis en nombre del Grupo A-7 nos invitaron a sus Bodegas de la calle del Buenosuceso de Valdepeñas para asistir al homenaje al poeta sevillano Rafael Montesinos, acto que se encuadraba en el Ciclo de Vinos Nobles, ofreciendo al becqueriano creador lírico el Vaso 8º que quedaría rotulado con un soneto titulado “Ánfora bética”, lo mismo que las botellas del excelente vino embotellado para la ocasión y ofrecido a todos y cada uno de los asistentes.
El acto fue presentado por el poeta y profesor de la Universidad Complutense de Madrid, el talaverano Rafael Morales. La concurrencia fue extraordinaria y era digno de ver en la inmensa bodega al lado de las cubas centenarias al propio Rafael Montesinos recitando sus versos:
ÁNFORA BÉTICA
Te miro triste, hermosamente rota,
ánfora de la bética luz mía,
ceniciento esplendor de Andalucía,
desterrada conmigo en luz remota.
Se te nota la pena, se te nota
el dolor de haber sido hermosa un día.
Eres hermosa aún, no estás vacía;
abrazo el alma que en tu seno flota.
A estrecharme en tus brazos nunca alcanzas,
mutilada de un asa, malherida,
más que de cuerpo, de desesperanza.
Alma de aceite o vino, nunca sepas
que la patria andaluza anda perdida,
talando olivos y arrancando cepas.
Entre las varias antologías que recogen los versos del genial poeta andaluz creemos que una, seguramente la más sencilla e identificadora con el pensamiento lírico de su autor, es “Con la pena cabal de alegría” publicada por Libertarias/Prodhufi en 1996 y con una escueta, pero esclarecedora presentación de Miguel Galanes que terminaba su texto diciendo: “Nadie como Rafael Montesinos ha ahondado en la existencia humana y en el tiempo con más sencillez y con más claridad que cuando nos habla de su vida pasada con la palabra más sutil, entre el gesto más melancólicamente leve y ese mirar de sus ojos más alegremente triste: “A mí me da escalofrío/saber que tengo que irme/y que no sé el camino”.
Esta antología toma su nombre de dos sencillos versos de Gustavo Adolfo Bécquer: “…Es que tengo/alegre la tristeza…”. Para los estudiosos de la obra de Montesinos se pueden recomendar otras antologías como “La Soledad y los días” (Afrodisio Aguado, 1956), la “Breve Antología Poética de “La Muestra” (Sevilla 1962), el poemario “La verdad y otras dudas” libro inedito, seguido de su tercera antología poética que vio la luz en las Ediciones Cultura Hispánica de 1967, la muy celebrada “Poesía (1944-1979) en edición de Plaza&Janés (1979) y, otra, la considerada como quinta antología con notas previas de Rafael de Cózar que es “Antología poética 1944-1995 en Edición Especial de la Feria del Libro de Sevilla (Diputación Provincial, 1995).
Su primer libro titulado “Balada del amor primero” vio la luz en 1944, en 1977 publica “Bécquer. Biografía e imagen” el estudio más definitivo sobre la vida y la obra de tan reconocido autor. En 1954 se hace cargo de la, hoy denominada, Tertulia Literaria Hispanoamericana “Rafael Montesinos”, que había sido fundada en el año 1952 y durante muchos años tuvo su sede en el Instituto de Cultura Hispánica donde el poeta sevillano tuvo la rara libertad, en aquellos tiempos oscuros, de invitar a poetas de todas las tendencias y opiniones, abundando los españoles y los naturales de la América hispana.
Habiendo nacido el 30 de septiembre de 1920 en Sevilla en el entonces número 41 de la Calle de Santa Clara, en 1941 se traslada con su familia a Madrid y en los años siguientes conoce a Manuel Machado y a José Luis Cano a quien, en 1942, sugiere el nombre de Adonáis para su futura colección de poesía. 1943: amistad con el luego académico José García Nieto, comenzando a publicar en la célebre revista “Garcilaso”. En 1953 conoce a la pintora Marisa Calvo, presentados por Gerardo Diego con la que contrae matrimonio el 27 de junio de 1955 quien, con la ayuda del hijo de ambos Rafael César Montesinos, sigue dirigiendo la Tertulia, ahora llevando a cabo sus sesiones de los martes en la sede del Colegio Mayor “Nuestra Señora de Guadalupe” de Madrid.
Reivindicar la figura de Rafael Montesinos, en estos momentos en que la poesía y los poetas no parecen estar de moda, es algo que puede parecer obligatorio sobre todo para que su figura permanezca en la memoria colectiva, al lado de los grandes creadores líricos de la lengua española.
El colofón de “Con la pena cabal de la alegría” contiene dos poemas que podemos adoptar como parte de su testamento poético: “Último paseo”: “Más allá que acá,/con la infancia aún viva,/un niño me lleva/de la mano, tira/de mis ojos, dice/con los suyos: Mira/lo que queda Nada./Pero fue tu vida” . Los suyos, en este como en otros poemas, son unos versos breves, limpios, etéreos, abiertos a la sensación de eternidad de un pensamiento romántico y (casi) melancólico, muy propio de los poetas de estirpe becqueriana.
Galanes ya citaba otros versos de Rafael Montesinos. Son los de “El escalofrío”: “A mi me da escalofrío/saber que tengo que irme/y que no me sé el camino./No sé ni como ni cuándo,/pero si no me despierto/no quiero verte llorando”. Nos queda el recuerdo de otros versos, tal vez muy personales, del autor sevillano que reproducimos a continuación: “Atrincherado en mi tristeza, soy la ruinosa victoria de mí mismo”.
Cuando sólo hace unas horas que ha fallecido la inspirada poeta Francisca Aguirre Benito también, dolorosamente, recordamos que el óbito de Rafael Montesinos tuvo lugar el 4 de marzo de 2005.
En el año 1995 el Ayuntamiento de Sevilla rotuló con el nombre de Rafael Montesinos los Jardines situados en el Paseo de Colón junto al mundialmente célebre Puente de Triana.
San Vicente de la Barquera, 15 de Abril de 2019
Manuel Quiroga Clérigo
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