He visitado la exposición de Pablo de la Peña, en el Casino de Salamanca. Un proyecto que aviva las inquietudes culturales y las ganas expositivas de los fotógrafos de nuestra ciudad. El ruido de las tazas de café, sobre las mesas, el rumor de la gente no impide el encuentro con un espacio, en definitiva, vivo. Miraba las fotos, esa forma de captar la luz, los encuadres, los distintos Universos de las fotos de Pablo, que vuelve con pequeñas dosis de luz que iluminan y colocan las cosas en el sitio que les corresponden. “Que sea la luz” es una colección de fotografías que muestran la belleza que puede encontrarse en las cosas sencillas de la vida, la poesía hallada en la ciudad, la ciudad como espacio vital en sus espacios abiertos a la vida y la calma, una exposición para sentir curada nuestra observación y curiosidad.
Pensé: es la luz la que me lleva de su mano por las distintas miradas recogidas en las fotos de Pablo. Es la luz como es el deseo de este gran fotógrafo de la realidad y de la imaginación. Me puse a pensar en la luz. Cómo se refleja en el mundo exterior visto desde el ojo del fotógrafo, de cómo son percibidos esos fotones por nuestros ojos. Pensé además en qué importante ha sido siempre la luz para la humanidad, todo lo que simbolizaba, cómo nos atemoriza la noche y cómo nos sentimos protegidos por un sol moderado, por un agua moderada.
Poder fotografiar lo que nos rodea más inmediatamente, el día a día, lo que es bello, cercano, extraño, ajeno, familiar… Toda la “poesía” que se puede encontrar en lo “aparentemente” insignificante nos hace, muy poco a poco, más fuertes, y con más sentido de la realidad
Estas fotografías hablan de “ver” y “descubrir”, la luz. La idea de encontrar en cada imagen, algo parecido a las “realidad del día a día” buscando catalogar, controlar y entender… Las imágenes algunas veces son preguntas, algunas sin ningún tipo de respuesta posible, “ que sea la luz” significa un deseo de que la luz tenga su espacio en todas las condiciones de la vida, de que todo tiene su lugar bajo el mismo cielo, todo lo que nos pasa y nos rodea se puede iluminar bajo una misma luz.
Quiero pensar que cada una de sus fotografías es un secreto, un poema, un pensamiento… porque Pablo de la Peña es un fotógrafo de las cosas bien hechas, de las fotos hechas con sentimiento, y, porque existe la luz, los mundos fotografiados están teñidos por una pequeña porción de oscuridad, “Que sea la Luz” se convierte, desde ese punto de vista, en una búsqueda de la Luz, como destino y camino.
La exposición estará hasta el 12 de Abril.
Cafetería del Casino de Salamanca
Plaza de la Libertad.
José Amador Martín
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