Hoy en «Crear en Salamanca» la celebración del día Mudial de la Poesía. Textos de muchos poetas de aquí y de allá a los que agradezco su colaboración.
También la magia de la imagen. Un lujo contar con las fotos de Rosa Gómez y de los parajes únicos de sus sueños. La Sierra de Francia, con sus caminos del Agua y, siempre presente La Alberca,como faro de su vivir día a día.
ROSA GÓMEZ
Me llamo Rosa Gómez he cruzado mares montañas y valles antes de llegar aquí. Supe que estudiaría Filología Hispánica el día que vi por primera vez a fray Luis de León con su mano cubriendo una realidad que quise hacer mía. Por eso aquella mañana de lluvia que mi madre vino a buscarme a la escuela de la Alberca y me dijo que empezaríamos una nueva vida en Salamanca no me importó.
No me importó pero le prometí a los castaños del camino que volvería. Ya he vuelto y he venido para quedarme. No volveré a alejarme de mis raíces. He venido llena para darlo todo a mi tierra y para mostrarla a todos aquellos que no la conocen. Venid! Estoy segura de acabaréis amándola. Sí, ya sé que es mi tierra de raíces, y que por eso para mi es única. Pero también lo fue para muchos que en principio no lo era. Quiero recordar a Maurice Legendre, hispanista francés que vino a visitar y estudiar la zona a principios del siglo XX y no sólo se quedó sino que además animó a muchos franceses a interesarse por la cultura española. Amigos de ayer pero también amigos de hoy. Amigos de occidente y de oriente.
Tierra telúrica, mi Sierra de Francia. Tierra de romanos , árabes judíos y cristianos. Tierra de fuentes y vírgenes negras. Tierra de raíces.
Aunque en un principio estaba inmersa en el mundo de la palabra comencé a interesarme por la imagen. Ser capaz de transformar realidades aunque sea en un mundo imaginario es algo que puede llegar a ser embriagador y además cura la nostalgia.
Mi fotografía es fiel , pero soy consciente de que es una visión muy personal de alguien que vivió aquí su infancia, que creo aquí su mundo mágico, que además de jugar, exploraba caminos, que lanzaba barcos de papel a un arroyo y pensaba que acabarían en el océano. Y no haré nada por evitarlo.
Mi fotografía se acerca más a la Literatura que a la Pintura, y he tenido que encontrar a José Amador para que me demostrara mi propio axioma. Muchas gracias por darme esta oportunidad de mostrar mi visión de la Sierra de Francia, tierra de raíces y paisajes emocionales.
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https://www.flickr.com/photos/rosagomez/
«Versos y oraciones del Caminante»
León Felipe
Deshaced ese verso.
Quitadle los caireles de la rima,
el metro, la cadencia
y hasta la idea misma…
Aventad las palabras…
y si después queda algo todavía,
eso
será la poesía.
¿Qué
importa
que la estrella
esté remota
y deshecha
la rosa?…
Aún tendremos
el brillo y el aroma.
CELEBRACIÓN POÉTICA
Vídeo
Carta de Antonio Machado a su amigo José María Palacio, una de las páginas más bellas de Amor y Primavera
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Margarita Arroyo (España)
CUANDO MARZO LLEGÓ
Y marzo llegó;
como un embalse,
como un mayo robado y generoso
que ondeaba
y acercó
los nombres que fueron una vez de otro cobijo.
Se acercaron los días
con la incongruencia feliz
de los bienaventurados
tomando un tinte frutal y soñoliento.
Hasta los ángeles tristes
llamaron en las puertas sin su antigua mueca rota.
Se perdieron los timbres;
los monteros olvidaron la caza
y cerraron los rastros con jazmines.
Hicieron dormir en licores los disparos.
Porque marzo llegó
los velos de las nupcias levantaron sin peso las cadenas.
Los racimos oscuros
golpearon su vino feliz sobre los párpados.
Tendieron su corazón como una alfombra
las calles.
En las plazas
bailaron los templetes de la música.
Los guerreros hicieron de sus lanzas
sándalos graves;
a tejado luminoso jugaron las tormentas.
Y el aire nos entregó su germen imborrable
cuando marzo llegó.
Ko Un
(Corea del Sur)
UNA GRAN PRIMAVERA
Sopla el viento Este,
la tierra se ablanda.
Es un espectáculo
que le abriría los ojos a un ciego.
Los chiquillos se agrupan como pollos.
Entonces
los insectos subterráneos se mueven
también.
¡Mira!
¡Los peces que suben de lo profundo del agua
cargan hielos
en sus espaldas!
¿Cómo es que sólo el cielo guarda silencio?
Los padres de los gansos silvestres
conducen a sus crías
hasta el río Sungari.
En este país, ahora,
está ocurriendo una maravilla:
llega una gran primavera.
Isabel Bernardo (Salamanca)
En la sombra del magnolio
¿Qué es el destino?
Es un perro que ladra…
Leopoldo María Panero
Estabas esperando
en la sombra de marzo
del magnolio del jardín.
Parecía que la luz
se hubiera lanzado
como un pájaro de sol
sobre el agua del invierno
que aún arrullaba
la fuente.
Murmuraciones de nieve
y otras afonías de hielo,
que había traído
el zarandillo pasar de los cierzos,
como flores de frío
que hubiera arrancado el viento,
blancas,
a tus lágrimas.
Bajo la tierra
se sospechaban inquietas
las semillas más rezagadas,
ansiosas de romper las binzas,
y alumbrarse
a su natural cuidado.
Nos saludamos con el abrazo
transparente
y florido del silencio,
sin prestarle oído a la sombra maldita
de aquel perro
que ladraba, a lo lejos.
Ni siquiera comentamos
que se avecinaba
una dichosa primavera.
Cuando hay tanta vida
alrededor, ¿para qué preguntarse
cuánto falta?
Violeta Boncheva (Bulgaria)
CUANDO VIENE LA PRIMAVERA
Cuando viene la primavera –
llega mamá
con un ramito de violetas
y tulipanes traviesos,
con ramitas verdes y coronas de geranio
y un remolino tierno
de hojas mojadas por la lluvia.
Cuando viene mamá
me convierto en una niña
que comienza a brillar,
como llevada por vientos festivos
bajo la fragancia que huelo
entre los columpios
amarrados a troncos
de nogales altos y frondosos.
Y me parece
que lo bueno no se acaba,
y me parece que siempre se repite lo bueno.
Así, hasta que llegue un día
cuando mis hijas
comenzarán a compararme
con la primavera infinita.
José María Muñoz Quirós
(España)
PRESAGIO DE PRIMAVERA
Sólo un jardín. Sólo un jardín vacío
de luz. Una música breve, un loco
afán de rosas apagadas. Luego
una brisa en las alas de la noche.
Sólo el agua del mundo acariciada
por el perfume de una flor que muere
en el cauce del sueño de las horas.
Y luego la armonía de los pájaros
volviendo hasta su nido con la noche
solitaria y perdida. Sólo un triste
silencio entre los sauces que no saben
cómo encender sus ojos. Luego el turbio
paisaje de la niebla cuando cubre
de palabras oscuras la mañana.
Elicura Chihuailaf
(Chile)
NOSTALGIAS DE LUNA NUEVA
Voy en el lenguaje del viento
recogiendo mis nostalgias de ti
En los labios de la noche voy
preguntando por nuestros Sueños
y haciendo rogativas en las montañas
del cielo
El resollar de las nubes me dice
que ya no hay sonrisas para mí
en el Jardín Azul de tu primavera
Pero la Luna Nueva me ha tenido
piedad
y me trae un poco de tu arcano amor:
Tu rostro / mi rostro, la faz de su misterio.
Verónica Amat
(Salamanca)
SONETO PRIMAVERAL
Me llega otro perfume
otra caricia
que se enreda
a la luz de mi cintura
¡ Oh ¡ ruiseñora azul
de flor vertida
en rama adolescente,
trepadora.
Y te llevas mi sed
para salvarme,
a la altura feliz de los jazmines
desde tu esplendor
el soneto nace,
en tu ramo de sol
por trino y nube.
El vigor de tu esencia
Acrisolada,
capricho del sentido
al embriagarse
por la brisa
de aromas encendidos.
Hileras en retorno
don divino,
dulce caricia.
pétalo de seda
colmado en la tibiez
de blando nido.
Harold Alvarado Tenorio
(Colombia)
PRIMAVERA
Primavera golpea las ventanas y el polvo del Gobi
cubre los objetos con una pátina amarga.
Alguien habla de un lejano país tropical.
La vida es implacable.
|
El tiempo inexorable.
Soledad Sánchez Mulas
(Salamanca)
Como una bandera
Defender la alegría como una bandera
Mario Benedetti
La mañana
abre su copa de luz a los peces del miedo.
Flamea dulcemente la bandera de agua cristalina
y el murmullo de labios,
en la orilla,
cuenta el color del aire,
la sorpresa de las ramas vestidas,
el secreto del tibio corazón
enamorado.
La mañana
invita al licor dorado del sueño que se cumple.
La bandera de agua se posa sobre el mundo
y los ojos tristes se alzan,
y las manos empuñan la pluma como un arma,
y las lágrimas se funden en el paño brillante.
Y la dama verde,
que germina en la lluvia,
recorta las sombras
y construye palabras sin espinas,
acaricia a los niños que nacen.
La mañana
rasga el papel oscuro que oculta la alegría,
desenvuelve el regalo.
Margalit Matitiahu
(Israel)
VENITES EN MI
Venites en mi
Tu en mi estas asembrado
Y yo en ti esto plantada
Como la primavera sobre los arboles desnudos
Mos anvelopamos los dos
De las raises asta la cabesera
Venites en mi
Con simientes de amor.
(En judeo-español)
Stefania Di Leo
(Italia)
HAY QUE RESURGIR EN ESTA PRIMAVERA
(En memoria de Antonio Varvella,
homelless del centro histórico de Nápoles)
Hay que resurgir en esta primavera
admirando los eclipses de la luna
sin perder el rumbo de la luz brillante
en el cielo vespertino de siempre.
Primavera abriendo nuestras almas
como flores que brotan,
primavera murmurando la atávica canción
de los amantes Tristán e Isolda.
Estación de coros y de Pléyades
manifestándose de repente,
como la pasión que nos asalta.
Primavera germina, sale, florece
donando su amor que se repite;
primavera que sólo Dios bendice
y ningún hombre contamina.
Entre cánticos de jilgueros y de palomas
se escucha su himno que va a lo alto,
grito de juventud entre los ángeles,
sal rosa y tesoro del Mar Muerto.
Primavera:
“si spengono le luci, inizia un nuovo giorno”.
Elena Díaz Santana
Cita con el poema
Pasaré la tarde contigo,
me pondré guapa para ti,
perfumaré la casa
y la música, muy suave,
poblará la estancia.
Una rosa
adornará la mesa
y dejará su encarnada esencia
junto al cuaderno.
Encenderé la lámpara
y abriré las ventanas
a los pájaros sin nombre
que van a poblar este poema.
Después
alzarán el vuelo
hasta el próximo invierno,
que retornarán
buscando la rosa con su perfume,
y el calor de las manos
donde, tras largo viaje,
anidarán las palabras.
Luis Rafael
(Cuba)
LA PRIMAVERA
La primavera
=Plácida —plata —plantando —plática
: Irisa en sol
/ La florida ladera
La primavera
=Plebeya —plegaria —pleiteando —plenitud
: Plúmbea se escurre
/ Enchumbando la acera
La primavera
=Principesca —primacía —privilegiando —principios
: Dulcifica las miradas
/ Del río a la cordillera
La primavera
=Próspera —proveedora —prodiga —providencias
: Fresquea bajo los árboles
/ Abejea sobre las alambreras
La primavera
=Pulpa —y pulmón —pulula —en puentes
: Y desborda el campo
…Floreciendo dondequiera.
Sofía Montero
(España)
AMANECER DE PÉTALOS
Pincel de nieve
brota bajo el sol.
Rasgado por la hierba del deseo,
tiñe los silencios,
esculpe el verso entre la arena.
Tapices de algodón
posan la esencia de una flor:
almendro de hojas,
latir de pétalos
en la corona del tiempo.
Xenaro Ovin
España
Al aire del invierno que viaja
Adivino tu cara, abrazo volátil
efusivo festival de algodón,
cascada trémula pidiendo perdón.
Tormentas y pasiones, tiempo hostil.
Sendero inacabado, vida fértil
y crepúsculo buscando galardón,
suave brisa envolviendo su faldón
de horas solitarias. ¡Llegas abril!
Habitas suelos, infértil vilano
acunado en luz de primavera
jugando a desnudar el álamo.
¡ Acabas ya en deshielo anciano!
Insaciable noche de nueva era .
¡Sangrando el tiempo viajas lejano!
Sergio Macías
(Chile)
SENDEROS DE ÑIELOL
A Hugo Alister
La luna en el Cerro Ñielol,
se anida en la corola del copihue.
Y cuando la lluvia se desliza por las hojas,
se esparce el aroma del bosque.
Luego, el sol juega en sus arroyos,
y el amor besa con labios de arcoiris.
La piel tiembla a la sombra del roble.
Pasan las primaveras como las vidas
de los heroicos indígenas
que lucharon en sus senderos.
Esta montaña contiene la historia
y las caricias del aire sobre la hierba.
Mi juventud transcurrió entre sus helechos,
mariposas, libélulas y cantos de pájaros.
Está en la memoria que escriben sus pétalos.
Montserrat Villar
(Salamanca)
SAL QUE SALVA
Olas de viento
utilizan de orilla los cuerpos
sin arena en el horizonte,
sin mar que los paladee.
La sal es un rayo
que insiste en despertar
este tibio sol de sueños
con deseo de ser rozados
por la ternura de un abrazo.
El aire germina entre las escuetas nubes
figuras infantiles que nos observan,
cubriendo de antiguos recuerdos
las ansias de noches y estrellas.
Elena Liliana Popescu
(Rumanía)
Traducción de Joaquín Garrigós
In memoria de mi madre, Theodora
Pasó primero el verano,
que tanto amabas
por su luz y sus intensos colores,
y por la transparencia del cielo despejado,
sin que nos hayamos encontrado
siquiera una sola vez
desde aquel día, indoblegable,
aunque nos consumía la añoranza
de un lado y del otro lado;
llegó después el otoño dorado
cargado de aromas de membrillo, manzana,
la jugosa pera y la uva,
alimentados con el dulzor de la tierra
y el calor beneficioso
regalado por el verano apenas acabado,
Luego el otoño,
estación de la vuelta a casa
de los viajes,
que admirabas por el cuadro
vagamente cargado de tristeza, pero fascinante
por la riqueza de matices cobrizos
de los bosques,
pasó también, paulatinamente,
sin que caminemos juntos
por los senderos calentados por el sol suave
de la temporada de recogida de los frutos de la tierra,
y sin que nos hayamos acordado, como antaño
el intranquilo azul-verde del mar,
de nuestro último viaje,
de un verano inolvidable –
que ahora me parece tan lejano –
cuando no nos dábamos cuenta
que algo así era irrepetible
en esta vida,
Y mira como imperceptiblemente
llegó el invierno, brillante y frío,
como aquélla que vino
a recibirte
precisamente cuando la primavera,
estación de la renovación,
del verde chillón, recordando la esperanza,
le dejaba el sitio a un verano que parecía comenzar,
pero que no terminaría nunca,
quedando como una herida abierta
en un proceso de curación
sin fin…
Jesús Hilario Tundidor
(España)
EPITAFIO EN PRIMAVERA
EL corazón sabía…
Lo sabe. Lo está viendo.
Mínima
y breve era su voz.
Toda su alegre vida
se deslizaba, dulce
y honda;el corazón
lo sabía.
Como en abril la rosa
se abre, se desgañita
en pétalos al cielo,
ella era igual. Se le veía
el alma, fresca como
los guijos en el río
y cantarina.
El corazón lo sabe.
Fue una muerte sencilla.
Acaso pidió el sol
de primavera. Iba
siempre de mayo. A nadie
se le olvida
el mar bajo sus ojos
y la esperanza aquella sin medida.
Ella
Vivía
dieciséis años. Hoy
está la tierra encinta.
Es primavera, huele
Toda la tierra a su limpia alegría
Ana Sánchez Díaz de Collantes
España
ANUNCIACIÓN
La primavera se anuncia novicia
bajo el tambor de la mañana;
trinos heraldos pausados
estremecen el firmamento perpetuo,
y Salamanca se alza invicta
en el cénit castellano.
El rumor de un Fénix nuevo
convoca a su paso,
pleno y caudal el día,
mientras, en lo alto, flamea
el albor incendiado y abierto
del pretil universo insomne.
Sinfin embriagado y vibrante,
mas, arrebato conmovido,
cual latido enardecido,
embelesado y eterno.
Alfredo Pérez Alencart
(Perú-España)
ASÍ LA PRIMAVERA, ASÍ EL DESEO
Para Jacqueline
Primer Movimiento
El deseo bajo el sol,
el aroma del hogar, la calentura de la sangre resucitándome
al giro de la rosa irresistible
bajo el vientre complacido y palpitante.
¡Oh Dios, que inflamas la piel y las estrellas,
Dios para tantas razones de lo humano, Dios
que nunca asfixias, pues voluntad tuya es que nos preñemos
de Amor hasta desfallecer.
¡Tiembla la vida cuando sucede!
Y siempre sucede en la turgente carnalidad desbordada,
ofreciéndose a los labios de la abeja primaveral
en dulce tránsito sin término, desnudando
los pétalos hasta sus adentros, degustando la Flor
sin importar el ruido.
Siempre sucede el caudal que cambia la temperatura:
climas y fragancias, néctar del jardín.
¡Milagro del deseo en erupción!
Manjares probándose en lecho de silvestre Paraíso,
tan sediento de goces tras diez mil años oculto:
reanudo el júbilo con los sentidos fogosos,
pongo la Flor a la altura de mi pecho y aguas dilatan
lo que arquean las caricias.
¡Oh paladar agradándote en el vergel!
El Árbol crece para los instantes terrenales: se enraíza,
se agolpa, da sombra por Ella: embiste
porque desea llenar la alforja vacía, porque busca
Tierra Prometida o nutrientes que lo mantengan erguido,
fuerte contra vientos destructores de renuevos.
Por Ti luce entero el Árbol, estremeciendo la Flor
que custodia, el fruto constante del Amor en comunión.
Estando con Ella, no quiero ningún destierro,
y clamo por eso:
“¡Si planean mi exilio, que el Amor los destruya!”
Bordeo las laderas del deseo, ágil en la tentación
para cada encuentro que no esconde un adiós,
la posibilidad de que el frío entumezca las ramas, agriete
la tierra, seque el manantial de savias donde remas
tan a gusto, perdida toda extranjería
en la orilla que aprietas para evitar desengaños.
¡Conmoción al extender las manos!
¡Conmoción al recibir la recompensa!
¡Conmoción al percibir la fragancia de la flor!
¡Conmoción al palpar la cereza del jardín!
¡Conmoción ante la proximidad del éxtasis!
Segundo Movimiento
La llamada permanente bajo el roce de los cuerpos
y esos arpegios de una Flor invitándote
a conocer sus arterias antes que algún inoportuno
levante su voz por las inmediaciones,
antes que se sequen las raíces en lo más profundo de mí,
de Ella, de nuestras sombras perfectas y habitables.
¿De qué profundidad surgen las aguas que me levantan
tras relativa calma?
¿Dónde el lugar de la confiada celebración
para la sagrada entrega?
A veces no consigo amparo ni cuando asoma la mañana.
A veces no se vierte la savia: la torpeza quiebra
el deseo cuando falta una gran pancarta que diga:
“Te quiero”.
¡Ya no voy deprisa pero mantengo mi tacto de geólogo
en medio del huerto cerrado!
Y otra vez Dios logrando que el viento no recline el Árbol,
otra vez Dios trayendo hacia mí
a la hermosa que se cubre con tropical orquídea,
mientras mi alma da empujones queriendo estar ya
sobre la forma exacta del fruto.
¡Flor o Princesa, nunca más te me escabullas!
Tercer Movimiento
Los abrazos que desnudan para que el deseo pernocte
antes y después de lo claro y lo oscuro,
amaneciendo entre la Rosa, años y años anotando mensajes
en el libro de las Revelaciones, en la memoria
donde todo lo nuestro reluce
como un relámpago sobre selvas y mesetas,
donde Sus palabras mantienen el poder de convencer
a dos que se aman en estado de gracia.
¡Este hombre que suelo ser yo, puede ver
la silueta de su dama en el río que volverá mañana
con el deshielo de primavera!
Juan Carlos López Pinto
EL VUELO DE LA PALABRA
Si hoy no escribiera
No sabría nada
De lo que siento dentro.
Si lo hago, digamos,
Es para abrir una ventana
A las cosas de la vida
Con el fin de que vengan hacia mí
En forma de palabras.
O sueños.
Porque a veces un poema
Es como un pájaro
Que se posa en tu mano,
Una aventura
Que hace hablar al silencio
En su ternura
O simplemente el aire que se rasga
En el vuelo
De la escritura.
António Salvado
(Portugal)
DE LA PRIMAVERA
(Imitación de Sículo)
De la primavera una incierta constancia:
a veces sonríe encantadora,
mostrando su rostro sereno y juvenil;
pero otras cubre toda la tierra con nieblas,
con lluvias y terribles relámpagos,
en una alarmante confusión entre cosas,
personas y animales.
Juan Ángel Torres Rechy
(Mexico)
Piedra escondida en la espesura
Cuando las horas del tiempo se acabaron
y apareció la noche con su vestido negro,
perdí el camino de vuelta al hotel.
Llegué al jardín en el que había estado el día anterior,
en mi paseo por la Ciudad Eterna.
No los reconocí a lo lejos, en la penumbra,
no sabía si eran arbustos o personas.
Giré en otra dirección, pero vi lo mismo.
Seguí adelante (entonces lo supe):
eran hombres. Uno avanzó hacia mí.
Me miró con sus ojos de cristal.
Yo lo miré.
Vi que era yo mismo, creo.
Quiso tocar mi mano.
No sé por qué también yo la levanté.
Escuché sus palabras
porque yo las pronuncié con su voz,
y sonó el canto de los pájaros dormidos.
Oí su silencio, palpé su deseo
de piedra escondida en la espesura.
Le pregunté su nombre,
pero no me respondió. Continuó su camino
y se perdió entre las sombras
de la oscuridad de los almendros en flor.
Rosa Gómez
(España)
MECER DE CUNAS Y PALMERAS
Estoy,
exhausta, por el mecer,
mecer de cunas y palmeras,
mecer de brisas ya olvidadas,
distantes de este mundo.
Recuerdos infantiles
de una siesta de verano
(llorando la palma sola,
sola que en el patio está)
que añoro con ternura
y dulzura de algodón.
Los días, entonces,
todos sabían a viernes,
olían a lilas.
Noches de frescura,
y sombras de nogales,
peñas asoladas,
y cruces soñolientas,
recortadas vagamente
en los cielos de las Eras.
Veneraré olvidadas melodías.
Pero volverán a mi alcoba
abierta ya a recuerdos,
flautas lejanas
sin notas estudiadas
y menos trabajadas,
envueltas en la brisa.
Ahora ya se alejaron a la umbría
de las noches de penuria
de los días con sabor a lunes
y perfume de mentira.
Y es que,
ya no me llegan
nuevas brisas, más cercanas,
a las puertas de mi alma.
José Amador Martín
(España)
¿Entiendes del jardín su hermosa canción?
¿La que desciende desde la colina, en ese instante
en que los almendros enseñan sus flores?
¿Ves cómo resplandecen, perfumadas e intensas,
por los laberintos del jardín de la tarde?
Ya los brotes dejan el corazón de las raíces
y se hace, el campo, albergue de la primavera;
y los árboles, en vano, derraman sus lágrimas
que son como canciones de sueños al aire.
El asombro se calma en profundo suspiro,
cuando aparece intenso el árbol brillante
bajo la luna creciente que se mira en los ríos.
En un lecho rosa, con paredes de nubes,
plena de luz la cúpula, resplandece el paisaje.
Así es la canción que cae como el rocío:
primero cielo, luego gloria y, después, olvido.
¡Ah!… ¿Qué es lo que cantan los sueños al aire?
¿Qué melodías son estas? Suenan como susurro
del viento entre los árboles de la mañana fresca.
¡Qué bello y hermoso es su canto encendido!
Traspasa la cúpula, elevada y magnífica,
de cuatro amaneceres despidiendo las sombras,
trasformada en esfera dorada de nubes.
No hay canción más dulce al delicado oído
que el aire entre las hojas, el nativo aire,
cuando juega enredado en las ramas del árbol.
Sobre alas de pétalos, en delicada música,
se une a la danza de placentera armonía,
la campana, que palpita con solemne sonido.
Sobre cada paisaje de gentiles caminos
bajo el dulce mirar del hermoso cielo,
vuela, a través del éter y silenciosamente,
la eterna hermosura de los bellos sueños.
¡Oh, la más hermosa visión, la más sublime!
de la hierba, el rocío y la temprana alondra;
la de los pensamientos en forma de ramas
que murmuran al viento por la ventana abierta.
Es, como si el almendro se bebiera a sí mismo,
sin dejar una gota en la aturdida copa,
sorprendido, en sí mismo, de dejarla llena.
¡Quédate en las esferas del espacio celeste,
en tu dominio verde para beber la lluvia!,
que tú memoria no me convierta en sombra,
por estas colinas por donde van los sueños.
Yo crecí hasta la altura de la flor un día,
por el lado del alba, con los ojos sin sueño,
con las flores que mueren frente al horizonte
de hermosa locura que ocultan las nubes…
y me siento aquí, clavado eternamente,
en estos paisajes… donde siempre regreso.
En Salamanca, hoy 21 de marzo, Día Mundial de la Poesía
marzo 21, 2014
Felicitaciones colectivas. Gracias por compartir con nosotros la fama de la Estación que abre las puertas de su casa en estos días.
marzo 22, 2014
Hermoso…
marzo 22, 2014
¡Gracias por poder leer buena poesia, gracias por estar parte de la misma pagina primaveral, ALfredo!
abril 2, 2014
¡HERMOSA ALFOMBRA DE POESÍA! Comunión de Imagen y Primavera. Trabajo agradecido, que se agradece.