Primavera. Día Mundial de la Poesía

Hoy en «Crear en Salamanca» la celebración del día Mudial de la Poesía. Textos de muchos poetas de aquí y de allá a los que agradezco su colaboración.

También la magia de la imagen. Un lujo contar con las fotos de Rosa Gómez y de los parajes únicos de sus sueños. La Sierra de Francia, con sus caminos del Agua y, siempre presente La Alberca,como faro de su vivir día a día.

ROSA GÓMEZ

 

Me llamo Rosa Gómez he cruzado mares montañas y valles antes de llegar aquí. Supe que estudiaría Filología Hispánica el día que vi  por primera vez a fray Luis de León con su mano cubriendo una  realidad que quise hacer mía. Por eso aquella mañana de lluvia que mi madre vino a buscarme a la escuela de la Alberca y me dijo que  empezaríamos una nueva vida  en Salamanca no me importó.


No me importó pero le prometí a los castaños del camino que volvería. Ya he vuelto y he venido para quedarme. No volveré  a alejarme de mis raíces. He venido llena para darlo todo a mi tierra y para mostrarla a todos aquellos que no la conocen. Venid! Estoy segura de acabaréis amándola. Sí, ya sé que es mi tierra de raíces, y que por eso para mi es única. Pero  también lo fue para muchos que en principio no lo era. Quiero recordar a Maurice Legendre, hispanista francés que vino a visitar y estudiar la zona a principios del siglo XX y no sólo se quedó sino que además animó a muchos franceses a interesarse por la cultura española. Amigos de ayer pero también amigos de hoy. Amigos de occidente y de oriente.

Tierra telúrica, mi Sierra de Francia. Tierra de romanos , árabes judíos y cristianos. Tierra de fuentes y vírgenes negras. Tierra de raíces.
 Aunque en un principio estaba inmersa en el mundo de la palabra comencé a  interesarme por la imagen. Ser capaz de transformar realidades aunque sea en un mundo imaginario es algo que puede llegar a ser embriagador y además cura la nostalgia.
Mi fotografía es fiel , pero soy consciente de que es una visión muy personal de alguien que vivió aquí su infancia, que creo aquí su mundo mágico, que además de jugar, exploraba caminos, que lanzaba barcos de papel a un arroyo  y pensaba que  acabarían en el océano. Y no haré nada por evitarlo.
Mi fotografía se acerca más a la Literatura que a la Pintura, y he tenido que encontrar a José Amador para que me demostrara mi propio axioma. Muchas gracias por darme esta oportunidad de mostrar mi visión de la Sierra de Francia, tierra de raíces y paisajes emocionales.

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«Versos y oraciones del Caminante»

León Felipe

 

         Deshaced ese verso.

         Quitadle los caireles de la rima,

el metro, la cadencia

y hasta la idea misma…

Aventad las palabras…

y si después queda algo todavía,

eso

será la poesía.

 

¿Qué

importa

que la estrella

esté remota

y deshecha

la rosa?…

Aún tendremos

el brillo y el aroma.

CELEBRACIÓN POÉTICA

Vídeo

Carta de Antonio Machado a su amigo José María Palacio, una de las páginas más bellas de Amor y Primavera                  

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Margarita Arroyo (España)

CUANDO MARZO LLEGÓ

 

Y marzo llegó;

como un embalse,

como un mayo robado y generoso

que ondeaba

y acercó

los nombres que fueron una vez de otro cobijo.

 

Se acercaron los días

con la incongruencia feliz

de los bienaventurados

tomando un tinte frutal y soñoliento.

 

Hasta los ángeles tristes

llamaron en las puertas sin su antigua mueca rota.

 

Se perdieron los timbres;

los monteros olvidaron la caza

y cerraron los rastros con jazmines.

Hicieron dormir en licores los disparos.

 

Porque marzo llegó

los velos de las nupcias levantaron sin peso las cadenas.

Los racimos oscuros

golpearon su vino feliz sobre los párpados.

 

Tendieron su corazón como una alfombra

las calles.

En las plazas

bailaron los templetes de la música.

Los guerreros hicieron de sus lanzas

sándalos graves;

a tejado luminoso jugaron las tormentas.

Y el aire nos entregó su germen imborrable

cuando marzo llegó.

 

Ko Un

(Corea del Sur)

UNA GRAN PRIMAVERA

Sopla el viento Este,

la tierra se ablanda.

Es un espectáculo

que le abriría los ojos a un ciego.

Los chiquillos se agrupan como pollos.

Entonces

los insectos subterráneos se mueven

también.

¡Mira!

¡Los peces que suben de lo profundo del agua

cargan hielos

en sus espaldas!

¿Cómo es que sólo el cielo guarda silencio?

Los padres de los gansos silvestres

conducen a sus crías

hasta el río Sungari.

En este país, ahora,

está ocurriendo una maravilla:

llega una gran primavera.

 

 


Isabel Bernardo (Salamanca)

 

En la sombra del magnolio

 

 

¿Qué es el destino?

Es un perro que ladra…

 

Leopoldo María Panero


 

Estabas esperando

en la sombra de marzo

del magnolio del jardín.

 

Parecía que la luz

se hubiera lanzado

como un pájaro de sol

sobre el agua del invierno

que aún arrullaba

la fuente.

 

Murmuraciones de nieve

y otras afonías de hielo,

que había traído

el zarandillo pasar de los cierzos,

como flores de frío

que hubiera arrancado el viento,

blancas,

a tus lágrimas.

 

Bajo la tierra

se sospechaban inquietas

las semillas más rezagadas,

ansiosas de romper las binzas,

y alumbrarse

a su natural cuidado.

 

Nos saludamos con el abrazo

transparente

y florido del silencio,

sin prestarle oído a la sombra maldita

de aquel perro

que ladraba, a lo lejos.

 

Ni siquiera comentamos

que se avecinaba

una dichosa primavera.

 

Cuando hay tanta vida

alrededor, ¿para qué preguntarse

cuánto falta?

 


 

Violeta Boncheva (Bulgaria)

CUANDO VIENE LA PRIMAVERA

 

Cuando viene la primavera –

llega mamá

con un ramito de violetas

y tulipanes traviesos,

con ramitas verdes y coronas de geranio

y un remolino tierno

de hojas mojadas por la lluvia.

 

Cuando viene mamá

me convierto en una niña

que comienza a brillar,

como llevada por vientos festivos

bajo la fragancia que huelo

entre los columpios

amarrados a troncos

de nogales altos y frondosos.

 

Y me parece

que lo bueno no se acaba,

y me parece que siempre se repite lo bueno.

Así, hasta que llegue un día

cuando mis hijas

comenzarán a compararme

con la primavera infinita.

 

 

José María Muñoz Quirós

(España)

 

PRESAGIO DE PRIMAVERA

 

Sólo un jardín. Sólo un jardín vacío

de luz. Una música breve, un loco

afán de rosas apagadas. Luego

una brisa en las alas de la noche.

Sólo el agua del mundo acariciada

por el perfume de una flor que muere

en el cauce del sueño de las horas.

Y luego la armonía de los pájaros

volviendo hasta su nido con la noche

solitaria y perdida. Sólo un triste

silencio entre los sauces que no saben

cómo encender sus ojos. Luego el turbio

paisaje de la niebla cuando cubre

de palabras oscuras la mañana.

 

 

 

Elicura Chihuailaf

(Chile)


NOSTALGIAS DE LUNA NUEVA

 

Voy en el lenguaje del viento

recogiendo mis nostalgias de ti

En los labios de la noche voy

preguntando por nuestros Sueños

y haciendo rogativas en las montañas

del cielo

 

El resollar de las nubes me dice

que ya no hay sonrisas para mí

en el Jardín Azul de tu primavera

Pero la Luna Nueva me ha tenido

piedad

y me trae un poco de tu arcano amor:

Tu rostro / mi rostro, la faz de su misterio.

 

 


 

Verónica Amat 

(Salamanca)

                                               

 

SONETO PRIMAVERAL

 

Me llega otro perfume

otra caricia

que se enreda

a la luz de mi cintura

¡ Oh ¡ ruiseñora azul

de flor vertida

en rama adolescente,

trepadora.

 

Y te llevas mi sed

para salvarme,

a la altura feliz de los jazmines

desde tu esplendor

el soneto nace,

en tu ramo de sol

por trino y nube.

 

El vigor de tu esencia

Acrisolada,

capricho del sentido

al embriagarse

por la brisa

de aromas encendidos.

 

Hileras en retorno

don divino,

dulce caricia.

 pétalo de seda

colmado en la tibiez

de blando nido.

 

 


 

Harold Alvarado Tenorio

(Colombia)

PRIMAVERA

Primavera golpea las ventanas y el polvo del Gobi

cubre los objetos con una pátina amarga.

Alguien habla de un lejano país tropical.

La vida es implacable.

 

 

El tiempo inexorable.

Soledad Sánchez Mulas

(Salamanca)

Como una bandera

 

Defender la alegría como una bandera

Mario Benedetti


La mañana

abre su copa de luz a los peces del miedo.

 

Flamea dulcemente la bandera de agua cristalina

y el murmullo de labios,

en la orilla,

cuenta el color del aire,

la sorpresa de las ramas vestidas,

el secreto del tibio corazón

enamorado.

 

La mañana

invita al licor dorado del sueño que se cumple.

 

La bandera de agua se posa sobre el mundo

y los ojos tristes se alzan,

y las manos empuñan la pluma como un arma,

y las lágrimas se funden en el paño brillante.

 

Y la dama verde,

que germina en la lluvia,

recorta las sombras

y construye palabras sin espinas,

acaricia a los niños que nacen.

 

La mañana

rasga el papel oscuro que oculta la alegría,

desenvuelve el regalo.

 

Margalit Matitiahu

(Israel)

 

 

VENITES EN MI

 

Venites en mi

 

Tu en mi estas asembrado

Y yo en ti esto plantada

 

Como la primavera sobre los arboles desnudos

Mos anvelopamos los dos

De las raises asta la cabesera

Venites en mi

Con simientes de amor.

 

(En judeo-español)


 

Stefania Di Leo

(Italia)

 

 

HAY QUE RESURGIR EN ESTA PRIMAVERA

 

(En memoria de Antonio Varvella,

homelless del centro histórico de Nápoles)

 

Hay que resurgir en esta primavera

admirando los eclipses de la luna

sin perder el rumbo de la luz brillante

en el cielo vespertino de siempre.

 

Primavera abriendo nuestras almas

como flores que brotan,

primavera murmurando la atávica canción

de los amantes Tristán e Isolda.

 

Estación de coros y de Pléyades

manifestándose de repente,

como la pasión que nos asalta.

 

Primavera germina, sale, florece

donando su amor que se repite;

primavera que sólo Dios bendice

y ningún hombre contamina.

 

Entre cánticos de jilgueros y de palomas

se escucha su himno que va a lo alto,

grito de juventud entre los ángeles,

sal rosa y tesoro del Mar Muerto.

 

Primavera:

“si spengono le luci, inizia un nuovo giorno”.

 

 

 


Elena Díaz  Santana

 

 Cita con el poema

 

Pasaré la tarde contigo,

me pondré guapa para ti,

perfumaré la casa

y la música, muy suave,

poblará la estancia.

 

Una rosa

adornará la mesa

y dejará su encarnada esencia

junto al cuaderno.

 

Encenderé la lámpara

y abriré las ventanas

a los pájaros sin nombre

que van a poblar este poema.

 

Después

 alzarán el vuelo

hasta el próximo invierno,

que retornarán

buscando la rosa con su perfume,

y el calor de las manos

donde, tras largo viaje,

  anidarán las palabras.

 

 

 

Luis Rafael

(Cuba)

 

LA PRIMAVERA

 

La primavera

=Plácida —plata —plantando —plática

: Irisa en sol

/ La florida ladera

 

La primavera

=Plebeya —plegaria —pleiteando —plenitud

: Plúmbea se escurre

/ Enchumbando la acera

 

La primavera

=Principesca —primacía —privilegiando —principios

: Dulcifica las miradas

/ Del río a la cordillera

 

La primavera

=Próspera —proveedora —prodiga —providencias

: Fresquea bajo los árboles

/ Abejea sobre las alambreras

 

La primavera

=Pulpa —y pulmón —pulula —en puentes

: Y desborda el campo

…Floreciendo dondequiera.

Sofía Montero

(España)

AMANECER DE PÉTALOS

 

   

Pincel de nieve

brota bajo el sol.

Rasgado por la hierba del deseo,

tiñe los silencios,

esculpe el verso entre la arena.

Tapices de algodón

posan la esencia de una flor:

almendro de hojas,

latir de pétalos

en la corona del tiempo.

 

 


 

            Xenaro Ovin  

España

Al aire del invierno que viaja

Adivino tu cara, abrazo volátil                         

efusivo festival de algodón,                            

cascada trémula pidiendo perdón.                

Tormentas y pasiones, tiempo hostil.            

 

Sendero inacabado, vida fértil                        

y crepúsculo buscando  galardón,                 

suave brisa envolviendo su faldón                

de horas solitarias. ¡Llegas abril!                     

 

Habitas suelos, infértil  vilano                          

acunado en luz de primavera                          

jugando a desnudar el álamo.                         

 

¡ Acabas ya en deshielo anciano!                    

Insaciable noche de nueva era .                     

¡Sangrando el tiempo viajas lejano!

           

 

                                 

 

Sergio Macías

(Chile)

 

SENDEROS DE ÑIELOL

 

A Hugo Alister

La luna en el Cerro Ñielol,

se anida en la corola del copihue.

Y cuando la lluvia se desliza por las hojas,

se esparce el aroma del bosque.

Luego, el sol juega en sus arroyos,

y el amor besa con labios de arcoiris.

La piel tiembla a la sombra del roble.

Pasan las primaveras como las vidas

de los heroicos indígenas

que lucharon en sus senderos.

Esta montaña contiene la historia

y las caricias del aire sobre la hierba.

Mi juventud transcurrió entre sus helechos,

mariposas, libélulas y cantos de pájaros.

Está en la memoria que escriben sus pétalos.

 

 

Montserrat Villar

(Salamanca)

 

 

SAL QUE SALVA

 

Olas de viento

utilizan de orilla los cuerpos

sin arena en el horizonte,

sin mar que los paladee.

 

La sal es un rayo

que insiste en despertar

este tibio sol de sueños

con deseo de ser rozados

por la ternura de un abrazo.

 

El aire germina entre las escuetas nubes

figuras infantiles que nos observan,

cubriendo de antiguos recuerdos

las ansias de noches y estrellas.

 


 

 

Elena Liliana Popescu

(Rumanía)

Traducción de Joaquín Garrigós

 

SIN FIN…

 

In memoria de mi madre, Theodora

 

Pasó primero el verano,

que tanto amabas

por su luz y sus intensos colores,

y por la transparencia del cielo despejado,

sin que nos hayamos encontrado

siquiera una sola vez

desde aquel día, indoblegable,

aunque nos consumía la añoranza

de un lado y del otro lado;

llegó después el otoño dorado

cargado de aromas de membrillo, manzana,

la jugosa pera y la uva,

alimentados con el dulzor de la tierra

y el calor beneficioso

regalado por el verano apenas acabado,

 

Luego el otoño,

estación de la vuelta a casa

de los viajes,

que admirabas por el cuadro

vagamente cargado de tristeza, pero fascinante

por la riqueza de matices cobrizos

de los bosques,

pasó también, paulatinamente,

sin que caminemos juntos

por los senderos calentados por el sol suave

de la temporada de recogida de los frutos de la tierra,

y sin que nos hayamos acordado, como antaño

el intranquilo azul-verde del mar,

de nuestro último viaje,

de un verano inolvidable –

que ahora me parece tan lejano –

cuando no nos dábamos cuenta

que algo así era irrepetible

en esta vida,

 

Y mira como imperceptiblemente

llegó el invierno, brillante y frío,

como aquélla que vino

a recibirte

precisamente cuando la primavera,

estación de la renovación,

del verde chillón, recordando la esperanza,

le dejaba el sitio a un verano que parecía comenzar,

pero que no terminaría nunca,

quedando como una herida abierta

en un proceso de curación

sin fin…

 

 

 

Jesús Hilario Tundidor

(España)

 

 

EPITAFIO EN PRIMAVERA

 

EL corazón sabía…

Lo sabe. Lo está viendo.

Mínima

y breve era su voz.

Toda su alegre vida

se deslizaba, dulce

y honda;el corazón

lo sabía.

 

Como en abril la rosa

se abre, se desgañita

en pétalos al cielo,

ella era igual. Se le veía

el alma, fresca como

los guijos en el río

y cantarina.

El corazón lo sabe.

 

Fue una muerte sencilla.

Acaso pidió el sol

de primavera. Iba

siempre de mayo. A nadie

se le olvida

el mar bajo sus ojos

y la esperanza aquella sin medida.

 

Ella

Vivía

dieciséis años. Hoy

está la tierra encinta.

Es primavera, huele

Toda la tierra a su limpia alegría

 

 

 


Ana Sánchez Díaz de Collantes

España

 

ANUNCIACIÓN

 

La primavera se anuncia novicia

bajo el tambor de la mañana;

trinos heraldos pausados

estremecen el firmamento perpetuo,

y Salamanca se alza invicta

en el cénit castellano.

 

El rumor de un Fénix nuevo

convoca a su paso,

pleno y caudal el día,

mientras, en lo alto, flamea

el albor incendiado y abierto

del pretil universo insomne.

 

Sinfin embriagado y vibrante,

mas, arrebato conmovido,

cual latido enardecido,

embelesado y eterno.

foto: José Amador Martín

 

Alfredo Pérez Alencart

(Perú-España)

 

 

ASÍ LA PRIMAVERA, ASÍ EL DESEO

 

 

Para Jacqueline

 

 

Primer Movimiento

 

El deseo bajo el sol,

el aroma del hogar, la calentura de la sangre resucitándome

al giro de la rosa irresistible

bajo el vientre complacido y palpitante.

 

¡Oh Dios, que inflamas la piel y las estrellas,

Dios para tantas razones de lo humano, Dios

que nunca asfixias, pues voluntad tuya es que nos preñemos

de Amor hasta desfallecer.

 

¡Tiembla la vida cuando sucede!

 

Y siempre sucede en la turgente carnalidad desbordada,

ofreciéndose a los labios de la abeja primaveral

en dulce tránsito sin término, desnudando

los pétalos hasta sus adentros, degustando la Flor

sin importar el ruido.

 

Siempre sucede el caudal que cambia la temperatura:

climas y fragancias, néctar del jardín.

 

¡Milagro del deseo en erupción!

 

Manjares probándose en lecho de silvestre Paraíso,

tan sediento de goces tras diez mil años oculto:

reanudo el júbilo con los sentidos fogosos,

pongo la Flor a la altura de mi pecho y aguas dilatan

lo que arquean las caricias.

 

¡Oh paladar agradándote en el vergel!

 

El Árbol crece para los instantes terrenales: se enraíza,

se agolpa, da sombra por Ella: embiste

porque desea llenar la alforja vacía, porque busca

Tierra Prometida o nutrientes que lo mantengan erguido,

fuerte contra vientos destructores de renuevos.

 

Por Ti luce entero el Árbol, estremeciendo la Flor

que custodia, el fruto constante del Amor en comunión.

Estando con Ella, no quiero ningún destierro,

y clamo por eso:

 

“¡Si planean mi exilio, que el Amor los destruya!”

 

Bordeo las laderas del deseo, ágil en la tentación

para cada encuentro que no esconde un adiós,

la posibilidad de que el frío entumezca las ramas, agriete

la tierra, seque el manantial de savias donde remas

tan a gusto, perdida toda extranjería

en la orilla que aprietas para evitar desengaños.

 

¡Conmoción al extender las manos!

¡Conmoción al recibir la recompensa!

¡Conmoción al percibir la fragancia de la flor!

¡Conmoción al palpar la cereza del jardín!

¡Conmoción ante la proximidad del éxtasis!

 

 

Segundo  Movimiento

 

La llamada permanente bajo el roce de los cuerpos

y esos arpegios de una Flor invitándote

a conocer sus arterias antes que algún inoportuno

levante su voz por las inmediaciones,

antes que se sequen las raíces en lo más profundo de mí,

de Ella, de nuestras sombras perfectas y habitables.

 

¿De qué profundidad surgen las aguas que me levantan

tras relativa calma?

¿Dónde el lugar de la confiada celebración

para la sagrada entrega?

 

A veces no consigo amparo ni cuando asoma la mañana.

A veces no se vierte la savia: la torpeza quiebra

el deseo cuando falta una gran pancarta que diga:

“Te quiero”.

 

¡Ya no voy deprisa pero mantengo mi tacto de geólogo

en medio del huerto cerrado!

 

Y otra vez Dios logrando que el viento no recline el Árbol,

otra vez Dios trayendo hacia mí

a la hermosa que se cubre con tropical orquídea,

mientras mi alma da empujones queriendo estar ya

sobre la forma exacta del fruto.

 

¡Flor o Princesa, nunca más te me escabullas!

 

 

Tercer  Movimiento

 

Los abrazos que desnudan para que el deseo pernocte

antes y después de lo claro y lo oscuro,

amaneciendo entre la Rosa, años y años anotando mensajes

en el libro de las Revelaciones, en la memoria

donde todo lo nuestro reluce

como un relámpago sobre selvas y mesetas,

donde Sus palabras mantienen el poder de convencer

a dos que se aman en estado de gracia.

 

¡Este hombre que suelo ser yo, puede ver

la silueta de su dama en el río que volverá mañana

con el deshielo de primavera!

Juan Carlos López Pinto

EL VUELO DE LA PALABRA

Si hoy no escribiera
No sabría nada
De lo que siento dentro.

Si lo hago, digamos,
Es para abrir una ventana
A las cosas de la vida
Con el fin de que vengan hacia mí
En forma de palabras.

O sueños.

Porque a veces un poema
Es como un pájaro
Que se posa en tu mano,
Una aventura
Que hace hablar al silencio
En su ternura
O simplemente el aire que se rasga
En el vuelo
De la escritura.

 

António Salvado

(Portugal)

 

DE LA PRIMAVERA

(Imitación de Sículo)

 

De la primavera una incierta constancia:

a veces sonríe encantadora,

mostrando su rostro sereno y juvenil;

pero otras cubre toda la tierra con nieblas,

con lluvias y terribles relámpagos,

en una alarmante confusión entre cosas,

personas y animales.

 

Juan Ángel Torres Rechy

(Mexico)

Piedra escondida en la espesura

 

 

 

Cuando las horas del tiempo se acabaron

y apareció la noche con su vestido negro,

perdí el camino de vuelta al hotel.

Llegué al jardín en el que había estado el día anterior,

en mi paseo por la Ciudad Eterna.

No los reconocí a lo lejos, en la penumbra,

no sabía si eran arbustos o personas.

Giré en otra dirección, pero vi lo mismo.

Seguí adelante (entonces lo supe):

eran hombres. Uno avanzó hacia mí.

Me miró con sus ojos de cristal.

Yo lo miré.

Vi que era yo mismo, creo.

Quiso tocar mi mano.

No sé por qué también yo la levanté.

Escuché sus palabras

porque yo las pronuncié con su voz,

y sonó el canto de los pájaros dormidos.

Oí su silencio, palpé su deseo

de piedra escondida en la espesura.

Le pregunté su nombre,

pero no me respondió. Continuó su camino

y se perdió entre las sombras

de la oscuridad de los almendros en flor.

 

 

 Rosa Gómez

(España)

MECER DE CUNAS Y PALMERAS

Estoy,
exhausta, por el mecer,
mecer de cunas y palmeras,
mecer de brisas ya olvidadas,
distantes de este mundo.

 

Recuerdos infantiles
de una siesta de verano
(llorando la palma sola,

sola que en el patio está)

que añoro con ternura

y dulzura de algodón.

Los días, entonces,

todos sabían a viernes,

olían a lilas.

Noches de frescura,

y sombras de nogales,
peñas asoladas,
 y cruces soñolientas,
recortadas vagamente
en los cielos de las Eras.

Veneraré olvidadas melodías.
Pero volverán a mi alcoba
abierta ya a recuerdos,
flautas lejanas
sin notas estudiadas
y menos trabajadas,
envueltas en la brisa.

Ahora ya se alejaron a la umbría
de las noches de penuria
de los días con sabor a lunes
y perfume de mentira.

Y es que,
ya no me llegan
nuevas brisas, más cercanas,
a las puertas de mi alma.

José Amador Martín

(España)

¿Entiendes del jardín su hermosa canción?

¿La que desciende desde la colina, en ese instante

en que los almendros enseñan sus flores?

¿Ves cómo resplandecen, perfumadas e intensas,

por los laberintos del jardín de la tarde?

Ya los brotes dejan el corazón de las raíces

y se hace, el campo, albergue de la primavera;

y los árboles, en vano, derraman sus lágrimas

que son como canciones de sueños al aire.

El asombro se calma en profundo suspiro,

cuando aparece intenso el árbol brillante

bajo la luna creciente que se mira en los ríos.

En un lecho rosa, con paredes de nubes,

plena de luz la cúpula, resplandece el paisaje.

Así es la canción que cae como el rocío:

primero cielo, luego gloria y, después, olvido.

¡Ah!… ¿Qué es lo que cantan los sueños al aire?

¿Qué melodías son estas? Suenan como susurro

del viento entre los árboles de la mañana fresca.

¡Qué bello y  hermoso es su canto encendido!

Traspasa la cúpula, elevada y magnífica,

de cuatro amaneceres despidiendo las sombras,

trasformada en esfera dorada de nubes.

No hay canción más dulce al delicado oído

que el aire entre las hojas, el nativo aire,

cuando juega enredado en las ramas del árbol.

Sobre alas de pétalos, en delicada música,

se une a la danza de placentera armonía,

la campana, que palpita con solemne sonido.

Sobre cada paisaje  de gentiles caminos

bajo el dulce mirar del hermoso cielo,

vuela, a través del éter y silenciosamente,

la eterna hermosura de los bellos sueños.

¡Oh, la más hermosa visión, la más sublime!

de la hierba, el rocío y la temprana alondra;

la de los pensamientos en forma de ramas

que murmuran al viento por la ventana abierta.

Es, como si el almendro se bebiera a sí mismo,

sin dejar una gota en la aturdida copa,

sorprendido, en sí mismo, de dejarla llena.

¡Quédate en las esferas del espacio celeste,

en tu dominio verde para beber la lluvia!,

que tú memoria no me convierta en sombra,

por estas colinas por donde van los sueños.

Yo crecí hasta la altura de la flor un día,

por el lado del alba, con los ojos sin sueño,

con las flores que mueren frente al horizonte

de hermosa locura  que ocultan las nubes…

y me siento aquí, clavado eternamente,

en estos paisajes… donde siempre regreso.

 En Salamanca, hoy 21 de marzo, Día  Mundial de la Poesía

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4 comentarios
  • Juan Ángel Torres Rechy
    marzo 21, 2014

    Felicitaciones colectivas. Gracias por compartir con nosotros la fama de la Estación que abre las puertas de su casa en estos días.

  • Boris Rozas
    marzo 22, 2014

    Hermoso…

  • Violeta Boncheva
    marzo 22, 2014

    ¡Gracias por poder leer buena poesia, gracias por estar parte de la misma pagina primaveral, ALfredo!

  • Xenaro Ovin
    abril 2, 2014

    ¡HERMOSA ALFOMBRA DE POESÍA! Comunión de Imagen y Primavera. Trabajo agradecido, que se agradece.

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