Enrique Cabero, Julio López Revuelta, Pilar Fernández Labrador y Alfredo Pérez Alencart, con la antología (foto de José Amador Martín)

 

 

Crear en Salamanca se complace en publicar este comentario escrito por nuestro colaborador Alberto Hernández, poeta, narrador, periodista y pedagogo venezolano (Calabozo, 1952). Reside en Maracay, Aragua. Tiene un posgrado en literatura latinoamericana en la Universidad Simón Bolívar (USB) y fue fundador de la revista Umbra. Ha publicado, entre otros títulos, los poemarios La mofa del musgo (1980), Amazonia(1981), Última instancia (1989), Párpado de insolación (1989), Ojos de afuera (1989), Nortes (1991),Intentos y el exilio (1996), Bestias de superficie (1998), Poética del desatino (2001), En boca ajena: antología poética 1980-2001 (2001), Tierra de la que soy (2002), El poema de la ciudad (2003), El cielo cotidiano: poesía en tránsito (2008), Puertas de Galina (2010), Los ejercicios de la ofensa (2010), Stravaganza (2012), 70 poemas burgueses (2014), Ropaje (2012). Además ha publicado los libros de ensayo Nueva crítica de teatro venezolano (1981) y Notas a la liebre (1999); los libros de cuentos Fragmentos de la misma memoria (1994), Cortoletraje (1999), Virginidades y otros desafíos (2000) y Relatos fascistas (2012), la novela La única hora (2016) y los libros de crónicas Valles de Aragua, la comarca visible (1999) y Cambio de sombras (2001). Dirigió el suplemento cultural Contenido, del diario El Periodiquito (Maracay), donde también ejerció como director, secretario de redacción y redactor de la fuente política. Publica regularmente en Cervantes@MileHighCity (Denver, Estados Unidos) y en diferentes blogs de Venezuela y otros países. Sus ensayos y escritos literarios han sido publicados en los diarios El Nacional, El Universal, Últimas Noticias y El Carabobeño, entre otros. Parte de su obra ha sido traducida al inglés, al italiano, al portugués y al árabe. Con la novela El nervio poético ganó el XVII Premio Transgenérico de la Fundación para la Cultura Urbana (2018).

 

 

 

 

Por ocho centurias

POR OCHO CENTURIAS DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA.

600 PÁGINAS Y VARIOS HOMENAJES

 

 

1.-

 

El cielo de Salamanca se abrió completo. Nubes, un sol que pretendía huir y algunas palomas en el lugar preciso de sus encuentros. La ciudad celebraba y celebra. La ciudad se abraza y se congratula. Ve pasar a los jóvenes de hace 8 siglos, los mismos que hoy argumentan el clima de los pasillos de la vieja Universidad.

 

Son ocho centurias, ocho siglos, 800 años. Son todos los años y todos los libros. Todos los años que han servido para reconocerla como una de las universidades más antiguas de nuestro hemisferio.  Esa hermosa casa por la que han pasado y pasan miradas, voces, susurros  y silencios de todo el mundo. De la vieja Europa, de la muy legendaria África y los países árabes, de Asia y de la espiritualmente cercana América de habla española, portuguesa e inglesa.

 

El libro que recoge esta fiesta, titulado “Por Ocho Centurias”, alberga el XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos a través de una Antología para tributar a la mencionada Universidad castellana, pero también a la Universidad  San Marcos de Lima y a los poetas Diego de Torres Villarroel y Alejandro Romualdo, dos nombres ligados desde hace todos los tiempos a ambas casas de estudio.

 

El encargado de traer todas estas voces y coordinar la publicación de este libro fue el poeta y profesor hispano/ peruano Alfredo Pérez Alencart, quien trazó este mapa con autores de México, Uruguay, Perú, Chile, España, Paraguay, Argentina, Panamá, Costa Rica, Honduras, Cuba Haití, España, Colombia, El Salvador, Portugal, Brasil, Venezuela, Bulgaria, Israel-Sefarad, Rumania, Croacia, Nicaragua, Irak, Puerto Rico, Honduras, EEUU, Alemania, Ecuador, Corea del Sur, Italia, Bolivia, República Checa.

 

Poetas con doble nacionalidad, poetas de dos mundos, de dos miradas que pasaron por Salamanca. Poetas de nuestro continente sur que celebran la bella casa de San Marcos de Lima. Poetas de todos los senderos, acentos, idiomas y actitudes, afectos por la ciudad castellana que abriga a la Universidad, la de Unamuno y la de todos. Son las “Ofrendas de una y otra orilla”.

 

 

 

Estatua de Unamuno (foto de José Amador Martín)

 

 

2.-

 

Este extenso y prolijo encuentro de tonos destaca, como ya hemos dicho, el homenaje a través de los poemas de distintos colores locales en ofrenda a Torres Villarroel y Romualdo y una muestra de sus textos “Haga aquí la justicia” e “Inquisiciones”, y “Si me quitaran totalmente todo”, respectivamente.

 

Poetas invitados, poetas desde lejos. Poetas presentes y ausentes. Vivos y despedidos hace algún tiempo o recientemente.

 

Pero también fueron celebrados, recordados y tributados los nombres de Fray Luis de León, Unamuno, Bartolomé de las Casas, Aníbal Núñez, Antonio de Nebrija, Beatriz Galindo, Tovar, San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.

 

Pronunciaciones, el español de tantos países, de tantas cadencias, de tantos relámpagos y sonoridades. Ese español regado por el mundo gracias a la poesía, al espíritu conservado de una cultura que se sigue haciendo.

 

Homenajes, recuerdos, ecos que se hicieron en los nombres de Ricardo Falla Barreda y Carmen Ruiz Barrionuevo, cantada por el ganador del Premio de Poesía Iberoamericana Reina Sofía 2018, Rafael Cadenas.

 

En el “Pabellón de los ausentes” el español José López Rueda, quien viviera en Venezuela, y Ramón Palomares, entre otros.

 

 

 

Estatua de Fray Luis (foto de José Amador Martín)

 

 

3.-

 

Venezuela se sumó en los nombres de Lázaro Álvarez, Edda Armas, Enrique Viloria Vera, Celso Medina, E. Hernández D´Jesús, Joaquín Marta Sosa, Alberto Hernández, Luis Enrique Belmonte y Ernesto Román.

 

Una verdadera fiesta de las palabras. Un homenaje que también reconoce a quienes reconocen y agradecen la existencia maravillosa de las Universidades de Salamanca y San Marcos de Lima, como la de los poetas y maestros que le han dado brillo a nuestro idioma y han colmado de imágenes desde la aulas la existencia de los tantos que han disfrutado la sabiduría y conocimientos de la antigua mansión salmantina.

 

 

Imagen del XXI Encuentro, obra del pintor Miguel Elías

 

 

El poeta A. P. Alencart, antólogo de ‘Por ocho centurias’ (foto de José Amador Martín)