Salamanca (foto de José Amador Martín)
Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar estos poemas y textos inéditos escritos por autores de España, Portugal y América Latina. Es un auténtico privilegio y una Gracia para estos días y los venideros.
Foto de José Amador Martín
Juan Antonio Massone en la Plaza Mayor de Salamanca (Foto de Jacqueline Alencar, 2008)
JUAN ANTONIO MASSONE
(Chile)
POR NAVIDAD
El Adviento es una espera, mas también una disposición. Existen maneras diferentes de acoger la Navidad. A todas luces queda en evidencia que Adviento significa un acontecimiento del espíritu: todo un renacimiento; no de los regalos ni de las tarjetas de débito; sí del alma.
En medio del ruido y del activismo aturdidor, se hace patente la necesidad de cultivar el silencio activo de la plegaria, de poner en orden las prioridades relacionadas con la nutrición de la vida. Solemos emprender muchas actividades, pero olvidamos vivir con significado que sobrepase la anécdota extenuante.
¿Podrá Jesús nacer en nuestro corazón y en nuestra mente? ¿Seremos Navidad?
Alfredo Pérez Alencart (Foto de José Amador Martín)
ALFREDO PÉREZ ALENCART
(Perú-España)
EL ENVIADO
Somos todo
por lo que vino
el Enviado.
Mientras
unos duermen
al pie de las estatuas,
otros estamos
en vigilia,
atentos a las señales.
Su heredad es
otro tiempo meridiano
para volver
a la Esperanza.
Todo somos para Él
y todo puede ser
en esta Hora
esmaltada de Parábolas.
Pintura de Miguel Elías
José María Muñoz Quirós (foto de José Amador Martín)
JOSÉ MARÍA MUÑOZ QUIRÓS
(España)
CUANDO LLEGA SU NACIMIENTO…
Va errante en la ciudad y no ha encontrado
posada. Nadie responde, nadie abre
la puerta, nadie espera. Está cansada
durmiendo solitaria entre cartones
que resguardan del frío y de la helada.
Nadie sabe de qué lugar ha huido
de la guerra y la muerte. Está esperando
un hijo. Diciembre está cumplido.
Detrás de la escondida luz un triste
desierto de silencio abre sus alas.
Dan las doce. La niebla está encendida
cuando llega su nacimiento y fluye
un niño entre la noche. Está manando
como el brillo aquietado de una estrella.
Foto de José Amador Martín
David Escobar Galindo.
DAVID ESCOBAR GALINDO
(El Salvador)
NAVIDAD GLOBAL
De pronto la galaxia es una aldea
que vuelve a recordar su primer sueño.
Es como si el paisaje fuera dueño
de la revelación que lo recrea.
Alrededor, la luz sólo desea
que el fuego del hogar, leño tras leño,
reproduzca el sagrado desempeño
de la estrella en la frente de Judea.
El peregrino entonces se pregunta:
«¿Dónde queda Belén?» Y el aire vivo
le señala un establo transparente.
En ese establo la Creación se junta
mientras el tiempo astral, bajo el olivo,
nace otra vez en clave de presente.
David Escobar Galindo.
Bruno Sáenz en Salamanca
BRUNO SÁENZ ANDRADE
(Ecuador)
POSTAL NAVIDEÑA CON MÚSICA
Un pastor afina la guitarra. Canta, a la puerta del establo. El instrumento no es judío ni palestino -español, sí, o italiano- ni lo fabrican diestros ebanistas y luthiers bíblicos o talmúdicos. El ritmo y la melodía vienen de unos Andes aún no conocidos, peor colonizados, de pueblos paganos, adoradores de los astros y de los cerros. Los padres, fatigados por el viaje, mal habituados al incómodo alojamiento, no han aceptado probar la agridulce bebida de los adoradores. Tal reticencia no impide a los visitantes sumar a su alegría, a la vista del recién nacido, la moderada golosina de un trago. El licor no está hecho de uva, de leche ni cebada, sino de maíz fermentado, un cereal ajeno a estas tierras. ¿Importan a alguno las aparentes incongruencias? ¿O todo se vuelve posible y el pesebre y el pueblo de Belén se desplazan, ruedan por el mundo, con su Dios niño a cuestas? La hora presente divide en dos porciones el tiempo concedido a la creación. El porvenir ha llegado, desemboca en la eternidad. El patriarca José se ha animado a dar unos pasos de baile (No sé, niño hermoso, que he visto yo en ti, / que no sé qué tengo desde que te vi). No se ha puesto un poncho americano; tampoco usa calzón blanco hasta el tobillo. Lo cubre una túnica bastante usada. Toma, coquetamente, con la mano, la costura lateral de la vestimenta, la alza un poquito. Se quita el sombrero e, inclinándose, saluda con él desde el aire, sin rozar el polvo… La Virgen mira el cuadro, extrañada, también complacida. Conserva la visión, la estampa fugaz, como tantos otros prodigios, en su corazón.
Felicitación del Festival Internacional de Poesía de Granada (Nicaragua)
Máximo Cayón (foto de Jacqueline Alencar)
MÁXIMO CAYÓN DIÉGUEZ
(España)
HENCHIDO DE CONTENTO
“Mi corazón se regocija
por el Señor, mi Salvador”.
I Samuel, 2,1
Está el cielo oscuro. La luna, ausente.
En los riscos la escarcha cristaliza.
El cierzo sus aristas agudiza
y la nieve desciende mansamente.
La niebla adensa. Suena, persistente,
el silbido del viento. Fronteriza,
la noche los caminos enceniza
y una estrella rutila solamente.
Aún así, mi corazón, henchido
de contento, de gozo se atavía.
Y es que el Hijo de Dios, recién nacido,
a sus puertas llamara hace un momento.
Y él le diera, temblando de alegría,
primero, adoración, luego, aposento.
León, Navidad, 2018
Paloma de Navidad, de Emilio Sánchez (España)
António Salvado (foto de José Amador Martín)
ANTÓNIO SALVADO
(Portugal)
MANJEDOURA
De longe que a manhã fora prescrita:
as armas recolheram aos museus,
os campos revestiram-se de trigo,
o azul de novo coloriu o céu
do ar da boca e d’outros céus ainda,
aves voltaram feitas peregrinas,
na terra acasalaram mais os bichos,
no mar os peixes destruíram breus.
Noite do caramelo ameno dia
chegado ao lume do madeiro ardido:
véu rompido onde a paz vai reviver.
De boa e sã vontade se cobriu
o mundo: os homens todos já se uniram
e nem um Deus precisa de nascer.
Dibujo y mensaje del poeta Emilio Rodríguez (España)
Leopoldo López Samprón (foto de Jacqueline Alencar)
LEOPOLDO LÓPEZ SAMPRÓN
(España)
NATIVIDAD
Estoy contento en mi alegre pecho
de tenerte en las horas más tristes
de la amargura, aquí conmigo.
Apenas se nada de lo que fuiste
antes de abandonar el trono
y nacer niño en el pesebre,
con alma divina y piel de humano
bajar a buscar aquí en la tierra,
donde nace pobreza y llanto.
Ahora ya tenemos primaveras
que tú regalaste en el Calvario
y aunque el alma casi siempre llora
alguna alegría en el destierro,
sabemos que tu sacrificio por la vida
nos dio la llave para abrir el cielo.
Las cadenas que ahora cierran la inocencia
fundirán campanas para anunciarte
en otra navidad, como rey eterno
cuando el tiempo te regrese.
Felicitación de Emerenciano, pintor y poeta Emerenciano portugués
Juan Ángel Torres Rechy (foto de Jacqueline Alencar)
JUAN ÁNGEL TORRES RECHY
(México)
La Navidad
no siempre suscitó
este encuentro blanco
con la noche, no había puesto
su fuego en la esquina del aire.
El mundo tenía otra forma
cuando yo desconocía el orden
de los números. No recuerdo su aspecto.
No sé si era como un jaguar o un sueño.
Creo que era como un dibujo.
Fue cuando llegué al mar y las gaviotas
volaban en círculos frenéticos y las olas azotaban
las rocas con sus manos. La luz de la luna se partió
por la mitad y apareció él por vez primera.
Ahora lo veo camino a mi ventana,
dejando atrás la hoguera en la nieve
del pueblo lejano. Yo apago la luz.
Orquídea enviada desde Colombia por Carlos-Enrique Ruiz
Foto de José Amador Martín
José Jiménez Lozano
JOSÉ JIMÉNEZ LOZANO
(España)
LA ASNILLA
Con tanto ruido de trajines
de mundo y palabrería interminable
acerca de las fiestas del solsticio de invierno
durante más de dos mil años,
habló, al fin, la asnilla del establo
de Belén, nieta de la del profeta
Balaám, y dijo incomodada:
Please, my lords!
¡Un poco de silencio!
Ilustración de Fulvio Capurso
Alencart, Salvado y Lopes Pires, en Toral de los Guzmanes (foto de Jacqueline Alencar)
CARLOS LOPES PIRES
(Portugal)
ERA VERDAD
era verdade
e não se via
era como um segredo
uma mão
que se abria ou fechava
e onde tudo acontecia
às vezes
em certas noites
e diante do mar e seus vestígios
as crianças perguntavam
mas os adultos não sabiam
era um segredo
e de uns
para os outros seguia
e nunca se mostrava
não tinha nomes
nem nada dentro
era apenas e quando
Poema-felicitación de Antonio Gómez Yebra (Espala)
Aníbal Lozano (foto de Jacqueline Alencar)
ANÍBAL LOZANO JIMÉNEZ
(España)
EPIFANÍA
Epifanía. nombre femenino
1.
FORMAL
Manifestación de una cosa. «la fuerza y la vida no son sino epifanías de la realidad última; el cuerpo del hombre es la epifanía o mostración de su fisis propia»
2.
Festividad religiosa que se celebra el día 6 de enero, en que los cristianos conmemoran la adoración de Jesús por los Reyes Magos y su aparición y manifestación al mundo.
«la Epifanía también se llama Adoración de los Reyes Magos»
I
La copa abraza el eco de la abuela
y la estilográfica en el cristal
ha secado un poema adolescente.
Escribías epifanía sin detallar en qué juego
la infancia olvidó su desnudez;
en qué cuerpo distrajo los abrazos
y los afectos dormidos,
y las figuras en barro de un belén sin musgo.
Sólo papel de plata en la oculta alacena
divertía el espejo arrugado de lavanderas
y gansos y ocas flotando en desventuras.
Figuras en un paisaje (ellas y tú),
en la misma canción de la tierra,
donde se pierde en el desván.
Y allí desvanece.
Foto de José Amador Martín
II
Se hizo rostro de lo efímero aquella vez.
En la residencia, un niño sabio hacía de Chaplin anciano.
Antonio Pescador paseaba como Buster Keaton
desde la humildad coronada en un bastón,
eco de su padre que adquirió en Nueva York,
cuando Al Jhonson era cantor de jazz
y Groucho Marx hilaba en calcetines
la travesía del mar.
Epifanía en do menor: diciembre.
Era el día más largo y ausente también su miedo
de recuerdos,
de labios en la nieve,
un día bajó al restaurante y pidió
Qué bello es vivir.
(Si supieras cuántas vidas ha afectado tu vida
y cómo serían las suyas si nunca hubieras existido).
Foto de José Amador Martín
III
Funde la noche en presencia lo recordado:
‘A ver si vas a romper la copa de la abuela’– oyes-,
cuando vienes ahora a desandar tú lo inmóvil,
(washapea esto si te atreves,
y enciende la tulipa que se fundió,)
cuando desbrozas en oscuridad lo imaginado.
En un campo de serrines una mujer con niño y alcuza va,
atraviesa un puente de madera y su reflejo en rio de plata
asoma naturalezas en otras figuras enmohecida.
El mismo pastor que sentado esperaba frente a tu mirada de niño,
en el papel de plata
ahora descubre planetas para tu reflejo de botarate.
Nacimiento, de Miguel Elías
IV
Abres aquella maleta y del desván crece la humedad de la saliva,
la epifanía de aquel invierno,
como un latido en conserva,
como una Verónica de Ramón Gaya,
como el pesebre en una caja de zapatos,
como el reflejo en el cristal de la copa de la abuela,
como las palabras errantes en una trastienda que se alquila.
como cuando hacías con harina la nieve de los tejados.
Y manchabas tus dedos de la nieve de la infancia.
Hoy ella en hielo funde tu memoria.
Poema y felicitación de María Sanz (España)
Álvaro Alves de Faría (foto de Jacqueline Alencar)
ÁLVARO ALVES DE FARIA
(Brasil)
25 DE DICIEMBRE
Guardo en mí legiones de hombres curvados
pies heridos
manos cortadas
la oración olvidada en el fondo de la boca
guardo en mí lo que fue olvidado
el tiempo de esperar la mañana
para la cosecha de los campesinos
las manzanas los higos las uvas
los dedos arrancados
lo rojo de la sangre en el cuerpo
como el riesgo del corte de un cuchillo
guardo en mí lo que no existe
una estrella que brilla un milagro
que abre el cielo
e ilumina ángeles callados
que permanecen en el silencio del tiempo
guardo en mí lo que no guardo
lo que desapareció para siempre
un hombre
una mujer
un niño
una niña
un animal
una planta
la vida
esa vida
esa vida
esa vida
esa vida
que renace siempre en el espejo
donde la cara se hiere
la fiebre que se multiplica
en el dolor infinito
guardo en mí palabras de las montañas
las sandalias cubriendo los pies y las piedras
la cicatriz que me corta el rostro
como la costura de la piel
con gruesas agujas
la lana de las ovejas
el agua de un pozo en el fondo del patio
las varas de los días invisibles
guardo en mí todos los pecados del mundo
llagas de espanto
lo que se humilla y se exalta
lo que come de la propia hambre
y bebe de la propia sed
guardo en mí
multitudes de hombres mutilados
mujeres que tropiezan en las súplicas
estoy en medio de los escombros
como aquel que se perdió
y no puede caminar más
ni conoce la salida
de la puerta
de la ventana
de la casa
de los muros
de las llanuras
de los árboles
del pájaro que perdió el vuelo
con las alas quebradas
guardo en mí los gestos más ocultos
y espero el amanecer
de un tiempo nuevo
espero amanecer la noche
espero anochecer la mañana
espero atardecer el día
para salir de mí
y echar la semilla a la tierra
guardo en mí lo que me aguarda
la palabra que redescubre
el renacer siempre
guardo en mí lo que golpea
lo que desespera
lo ausente
el ser distante
lo que enmudece
y se calla en el dolor angustioso
de la última oración.
(Traducción de A. P. Alencart)
Felicitación del Pintor Miguel Elías
Foto de José Amador Martín
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