Poetas participantes del XII Encuentro Los poetas y Dios
Crear en Salamanca tiene a bien publicar los poemas inéditos de Juan Ángel Torres Rechy, Isaura Díaz Figueiredo y Juan Carlos Martín Cobano. Dichos textos fueron leídos durante en XII Encuentro ‘Los poetas y Dios’, celebrado en Toral de los Guzmanes (León), el 20 y 21 de noviembre.
Reportaje fotográfico de PABLO RODRÍGUEZ
Torres Rechy, Manuel Corral, Miguel Ángel Fernández y Juan Martínez Majo
POEMAS DE JUAN ÁNGEL TORRES RECHY
Juan Ángel Torres Rechy (Xalapa-Equez., Veracruz, México, 1983). Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas por la Universidad Veracruzana. En España escribe su Tesis Doctoral en el Programa Vanguardia y Posvanguardia en España e Hispanoamérica. Tradición y Rupturas en la Literatura Hispánica (Universidad de Salamanca). Poemas suyos están incluidos en las antologías Neblinenses (Xalapa, 2005); Poesía para un existir (Homenaje a Santiago Castelo, Badajoz: Unión de Bibliófilos Extremeños, 2010); O Divino. Sílabas do Oeste (Sirgo, Castelo Branco, Portugal, 2011); Di tú que he sido (Homenaje a Miguel de Unamuno, Salamanca, 2012) y en la revista digital Crear en Salamanca (2012). Ha participado en Lecturas poéticas en la Universidad de Salamanca (2008), en el XV Encuentro de Poetas Iberoamericanos (Salamanca, 2012); en el Encuentro Los Poetas y Dios (Toral de los Guzmanes, León, 2009-2013), en el Encuentro Cristiano de Literatura y Premio Jorge Borrow de Difusión Bíblica (Salamanca, 2011-2013), en el Homenaje Internacional a San Juan de la Cruz (Ávila, 2013) y otros. En su país fue profesor de Español y Literatura en Secundaria y Bachillerato. Forma parte del Seminario de Estudios Medievales y Renacentistas (SEMYR) de la Universidad de Salamanca.
El Poeta Juan Ángel Torres Rechy
LOS POETAS Y LA FE
Elevamos nuestro canto en tu casa, Lucero de la vida,
te ofrecemos girasoles y azucenas.
El incienso sube con nuestro corazón en flor.
La música que tañes en tu cruz resuena en nuestro pecho.
Haces nuestro el anhelo de tu verdad más pura.
El cielo abre una ventana a sus plazas.
Qué es la fe, oh Colibrí, si no la espada de justicia
clavada en el sueño de la razón y sus pesadillas.
¿La certeza de saberte, Príncipe de la mansedumbre y de las armas,
con tus racimos de uvas y tus cestas de panes y peces,
sentado a la mesa, cuando la tarde pasa?
PIEDRA ESCONDIDA
A Esperanza y Juan Ángel
Caen al vacío
las partes de mi ser,
pero nada se desprende
de mi cuerpo. Oigo el silbido
del paso de la noche
con su vestido negro,
cuando las horas del tiempo se terminan.
Estoy en un jardín romano. Camino
entre flores, piedras y arbustos…
veo una fuente y unos pájaros.
Me parece extraño
que no haya nadie. Giro
para volver a casa, pero no la encuentro:
está el mismo jardín, duplicado,
con una persona más,
que soy yo mismo.
Él camina hacia mí
y quiere tocar mi mano.
También yo la levanto.
Me mira con sus ojos de cristal
y yo lo miro. Escucho sus palabras,
porque yo las pronuncio con su voz,
y suena el vuelo de los pájaros.
Leyendo en la casa de Calle Mayor
CAEN LAS HOJAS DEL ALMA
A Luis Frayle Delgado
Me gustaría no haber leído en no recuerdo qué libro oriental
que el mundo es una ilusión.
Pienso en él ahora que veo la fotografía de una fuente castellana.
Ahora que no solo la veo, sino que también la escucho
con su sonido de cristal que cae en el agua líquida.
Ahora que no solo la escucho: también la siento blanca y transparente,
con su color azul del cielo mojando mis manos. Y floto en ella
como flotaba un día en el vientre de mi madre,
cuando la vida no era ni siquiera de leche.
NO SOY YO QUIEN VIVE EN MI PECHO
La piedra que desecharon los edificadores
es ahora la piedra angular.
Salmo 118, 22
No soy yo quien vive en mi pecho.
Yo respiro y soy. Pero solo soy
sonido y tiniebla alrededor del vacío.
La piedra frágil no es mi hogar.
Ahí vive el silencio,
detrás de la palabra y la noche aún sin nombre,
donde no ha caminado Eva a la orilla del mar.
PENSAMIENTOS EN EL VACÍO
A José María Sánchez Terrones
En la Capilla del Santísimo Sacramento encontré mi voz
detrás del silencio. Me puse en cuclillas, me persigné
y comencé a desgranar las cuentas de mi oración,
pero no pude seguir adelante.
Me encontré incapaz de formular ningún rezo.
Lo más que pude hacer fue respirar.
Respirar. Escuchar el silencio. Ver el atrio
lleno de ese silencio mudo.
Eran otras personas quienes rezaban por mí,
con una plegaria callada,
que no alcanzaba a salir más allá de las fronteras del pecho.
El tic tac del reloj, el crujido del banco,
los pasos en el umbral del templo:
todo cayó como la luz oblicua de los ventanales y nada quedó en pie,
salvo el olor de las flores y el incienso: ahí estaba mi voz,
oscura y blanca, plantando pensamientos en el vacío.
POEMAS DE ISAURA DÍAZ FIGUEIREDO
Isaura Díaz Figueiredo es escritora gallega afincada en Salamanca desde 1985, donde ha colaborado en periódicos (EL Adelanto y Tribuna, especialmente) y programas de TV, además de mantener un programa cultural en radio Oasis. Ahora tiene una columna semanal en SALAMANCAaldía RTV. Poemas suyos han sido publicados en revistas como ‘Papeles del Martes’ y ‘Crear en Salamanca’, o en volúmenes como ‘Decíamos ayer’, dedicado a Fray Luis de León dentro del XVI Encuentro de Poetas Iberoamericanos. Su primer libro de poemas fue ‘Baladas de la duda’ (Sociedad de Estudios Literarios y Humanísticos, Salamanca, 2014). Es el tercer año que participa en el encuentro ‘Los poetas y Dios’.
Díaz Figueiredo, Corral, Mata y Fernández
ESPERA
Llave de ansiedad se abre al alba,
esperando en la infinitud de la duda,
la voz que es luz,
¡amada luz que enciende el alma!
¡Oh alma!, si Él quisiera,
llevaría entre céfiros mis sueños de brisa y aire fresco,
en la blanca madrugada.
Si viniera, viviríamos en el secreto más puro
los aires de almas solitarias.
¡Alma triste! no gimas,
no te quedes aleteando en el eco tembloroso,
y cuando cansada mires los campos tristes y los cielos yertos
o contemples tu faz avejentada en el espejo,
escucha queda y silenciosa,
el rumor indescifrable
escrito en la memoria iluminada del viento
“amada, te espero”.
Isaura Díaz Figueiredo , Antonio Salvado y Alfredo P. Alencart
ERES
Eres brisa en la brisa,
eres fino hilo de luz que anuncia el alba ,
eres basa, columna, relámpago sacro,
eres fluir en el sonido del viento,
eres gemido incesante de amor
que me enseñó a callar, sabiendo
que callar y esperar es seguirte presurosa,
gastar contra las piedras del camino,
en crudo invierno mis pies descalzos,
recogerme en la tempestad, saciar mi espera,
y en el frescor de la mañana,
o en la inmovilidad de la tarde que ve su ocaso,
saborear el néctar de la cruz,
mirándonos enajenados,
buscando atados por el misterio
una lagrima de amor… ¡mirándonos!
Leyendo en la casa de Calle Mayor
BUSQUEDA
Arreciaban vendavales,
y me fui quedando junco sin juncal,
y todo mi universo cupo en mi mano,
y el frio de las nieves cupo en un vaso.
¿Tú me miras?, ¡mírame hasta el fondo!
no quiero perderte entre delicadas nubes, que en
gráciles azules se dispersan.
Acompáñame, sesteemos en la última esperanza,
recordando el sabor
de huertos virginales,
volvamos a vestir de vaho y niebla,
escalemos el azul puro del cielo
rodeemos de amor intangible cada arista,
cada mascara infinita de tormento,
que como espinas se clavan en mi carne.
EL CALOR DE TU MANO
El calor de tu mano me hizo creer,
que no eres búsqueda imposible,
que vale el quebranto,
aunque duela como aguda espina,
que no existe hechizo, ni talismán,
en la luz que tu enarbolas.
El calor de tu mano, hizo,
que las dudas pergeñadas al alba dejaran de ser jaulas,
y torpe sigo lo que tú me indicas en ésta noche
que no tiene aurora,
y atientas toco lo que apenas veo,
y digo que el monte, es llano,
el mar bravío, un lago,
y río, ocultando el llanto
para que tú también sonrías.
POEMAS DE JUAN CARLOS MARTÍN COBANO
Juan Carlos Martín Cobano es filólogo y reside en Ajo (Cantabria). De cuna andaluza, formación catalana y madurez aragonesa, se azora cuando le llaman escritor y directamente se mimetiza con los muebles cuando le dicen “poeta”. Ha servido a la literatura como profesor, librero, editor y colaborador con distintas editoriales. Ha participado en ediciones tan dispares como las de las novelas de Harper Lee para Hispanoamérica o los thrillers de Ted Dekker en español. Como traductor, sus nietos lo recordarán por la versión española de laInstitución de Calvino en 2012, aunque también se siente orgulloso de haber traducido a San Agustín, a C.S. Lewis o al obispo N. T. Wright. Ha impartido talleres y conferencias por varios países de América, ha escrito artículos, relatos breves y colaboraciones en diferentes revistas y recopilaciones, sobre todo del campo cristiano, pero su sueño sigue siendo resucitar su editorial Setelee para servir a los poetas y, de paso, intentar aprender algo de ellos. He aquí unos tanteos en ese camino.
Martín, Corral, Fernández y Martínez Majo
TRIBUTO A LAS MORADAS
Me acuerdo de ti en Fonda Castelo,
tus silencios de fuego y de luz,
en el séptimo piso,
al final del pasillo,
donde el vértigo azul que no entiende
de vidrios, ventanas ni puertas.
Pisabas la uva,
metal en virutas.
Tú
tocabas el cielo,
yo chapoteaba en el cieno de normas y leyes.
Celaban las sabandijas ponzoñosas en barahúnda de trampantojos,
se cernían con lisos peldaños
lóbregas rampas de códigos graves,
suelas macizas de barro y de plomo,
y tú, nada,
mirabas con palomas de helio
y cantabas:
“Comamos y bebamos,
porque ayer ya morimos
de tanto no haber muerto”.
“La enramada alcemos y sirva de incienso”
gritabas
“Comamos y bebamos,
que a la tarde, a la noche, al alba, nos levantaremos”.
Hoy miro a mis pies y me hallo a las puertas,
maderos de sangre volaron los puentes,
no veo las escalas, tan solo descensos,
columnas de nube, murallas de fuego
que vienen, que bajan,
yugos de aire que elevan mis cargas.
Quiero correr y ya había llegado,
exprimo las uñas, cancelo mis párpados
y no hay otros soles, ya era de día.
Hoy rompo ascensores y quemo escaleras.
Juntos dinamitemos los muros, castillos, paredes
y descabecemos bedeles de paja.
Está clara la aurora, ahora lo veo,
y van dos milenios,
a tomar viento las velas, candiles, linternas.
Comamos, bebamos,
la mesa está puesta,
hay pan, hay sangre, hay agua,
tú pon los cabellos, yo pongo el perfume,
miremos al sol, miremos al suelo,
y recuerda:
tenemos visita.
DEL POSMODERNO CUESTIONAMIENTO AL ELOGIO TERESIANO DE LA PACIENCIA EN FORMA DE SONETO INCONCLUSO CON EXCUSA METAPOÉTICA LOPEMONTERINA. O TEORÍA APLICADA DEL BAJONAZO LÍRICO
Nada te turbe, ¿ni sombras de guerra
desde las faldas de sacras montañas
en que las madres alumbran entrañas,
luto y ceniza y clamores de tierra?
Nada te espante, ¿pues qué de la perra
fiebre de trapos e insignias hurañas
que hilan el cuento de las dos Españas,
verjas de historia que Orgullo nos cierra?
Todo se pasa, y bien que lo sabe
ese que mueve, con nulo secreto,
sobres o cargos, con cero artimañas.
Sólo Dios basta, hallaste la clave,
háblame de esto… después del soneto.
(En Sión, ya si eso, te invito a unas cañas)
Teresa, Pulido, Muñoz Quirós e Isaura
noviembre 25, 2015
Excelente idea y presentación, Alfredo.
Al ver los poemas sobre el papel, nos adentramos más en ellos.
Gracias.
TRES EXCELENTES POETAS.