POEMAS DE ANA HORVAT
(De la antología Dulce Libertad,
traducidos por Zeljka Lovrencic)
Ana Horvat (Zagreb, 1943). Su nombre de nacimiento es Jasna Palčec y ha sido abogada, periodista o bailarina. Tiene publicados catorce libros de poesía y uno de prosa. Es gran amante de los animales y se preocupa de ellos. Hasta ahora ha socorrido a más de tres miles perros y a una centena de gatos abandonados. También ha plantado muchos árboles. Vive en un pueblo cercano a Zagreb en compañía de cinco perros y diez gatos.
ANUNCIACIÓN
(Blagovijest)
mentiré
y a todos mis esposos
los engañaré contigo
así será
y tú sin embargo
no quisieras
mi vehemencia
y apresuramiento
como si la leche se fuera a hervir
mis inteligentes amigas
todo el tiempo en el teléfono
y bajo tus pies
una horda de niños adoptados
aretes por todos lados de la casa
y a mí
flaca de felicidad
con los poemas en papelitos
en los bolsillos
que y en la noche
durante el sueño
te ataca
¿de qué
consiste tu cuerpo
que se refleja
de todos los espejos
mientras me desvisto?
¿de qué
en realidad?
¿de un poco de sal
de nieve y de prímulas
¿qué me aclara él?
¿a qué me acerca?
engañaré todos mis esposos
y todos mis amantes
con tu cuerpo
por siglos
de los siglos
que dios esté
contigo
AGRADECIMIENTO
(Zahvalnica)
Al señor
cuyo nombre con gusto
mencionaría pero no puedo
agradezco
la ternura
con la que me alimentó
y colmó
de la que apenas asomo
mientras escribo
este poema
benditas sus
palabras movimientos y el tiempo
que todavía tiene que sufrir
y especialmente gracias
por los besos
con los que
en el largo chubasco
no sé por qué
me ha premiado
como un padre o hermano
y me devolvía, alegre,
a mí misma
y mientras me controlo
para no echarle
lilas
a su lecho
y frente a la puerta
sin que me importen
las razones
de esa ternura
que nunca
hubiera sabido inventármela
tan cercana y tan buena
como el pensamiento
a la muerte
BALADA PARA MÍ Y MIS AMIGAS
(Balada za mene i moje prijateljice)
fuimos
siempre jóvenes
fragantes
a veces hasta rubias
hemos leído
estantes de libros
terminábamos escuelas
y nos preocupábamos
de la contracepción
por ese poco
reconocimiento
siempre estuvimos
en el lugar justo
exactamente a tiempo
amamos con entrega
y dimos a luz calladamente
escuchamos con curiosidad
y con alegría
lo entendimos todo
traduciendo de muchos idiomas
publicamos libros
hicimos tartas mágicas
presentábamos
a nuestra patria
y tejíamos
mejor que la araña
no exigíamos nada
nada nos fue
demasiado grande
ni estrecho
y siempre sonreímos
pero él no nos
quiso
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POEMAS DE MLADEN MACHIEDO
(De la antología Dulce Libertad,
traducidos por Zeljka Lovrencic)
Mladen Machiedo (Zagreb, 1938). Fue profesor titular de lengua y literatura italianas en la Facultad de Filosofía y Letras de Zagreb. Es ensayista, teórico de literatura, redactor de antologías, traductor y poeta. Algunas de sus obras son: Leonardo da Vinci i poezija (Leonardo da Vinci y la poesía, 1981); Aeroliti (Aerolitos, 1982); Na strani dima (El partido tomado del humo, 1994); O modusima književnosti (Sobre los modos de la literatura, 1996); Duž obale (A lo largo de la costa, 1997); Diptih/poema Mletački capriccio i lirska proza Poruka s Vajonta (Díptico/el poema Capriccio Veneciano y la prosa lírica El mensaje desde Vayont,1998), Slatkogorka Italija (La agridulce Italia, 1999), Zrakasti subjekt (Sujeto radiado, 2003), Dvostruka milost (Doble piedad, 2004), Nikad bolje (Nunca mejor, 2010). Numerosas veces ha sido profesor invitado en universidades italianas y ha recibido, entre otros, los premios “Brianza”, “Marineo” y “Turoldo”.
NECRÓLOGO
(Nekrolog)
A la mayoría de los presentes
no dio clases el difunto
(por razones cronológicas).
Sin embargo,
atentamente escucharon
al monótono orador,
más que al viento sepulcral
tras los cristales.
(2007)
MÍSTICA 2 (Lo mismo)
MISTIČNA 2 (Isto)
¿Quién sabe si llegan hasta Él
(y cómo le llegan) las palabras
con las cuales me despido del día?
¿Podrán éstas, alguna vez,
ser sonidos que Él escuche?
No obstante, mientras
las pronuncio lentamente,
siento que Él me transforma por dentro.
Y en esto consiste, quizás, toda
la razón.
(2005)
PARA LA CENTURIA
(Za stotu)
Del Norte al Sur,
por la noche, enero lácteo.
Muchos días,
y hasta los años,
se funden mutuamente
y desaparecen.
Pero sólo una vez
tendrías cien años.
Y heme aquí,
en tu condición irrealizable.
Entre los paseos
de hace tiempo (las islas
agudizadas por viento noreste,
el romero y la salvia en flor)
y la losa de piedra
(por milagro bajo el mismo
número redondo)
que te – ¿hasta cuándo? –
cuida el nombre y las fechas.
Cada vez son menos aquellos
que pueden atestiguar
(con las notas marginales)
de tu vida no escrita
Tantos años transcurridos
en las lejanías
Tuviste los seis
al comienzo de la Primera Guerra
once cuando en su testamento
te invitó tu madre
quince cuando Europa
bufoneaba al ritmo del charleston
treinta y seis
cuando les descargaron
en la arena de El Shatt
Luego, al regreso,
con ejemplos ingeniosos
comentabas los párrafos
que ya no le interesan a nadie,
enterrados con el estado
al que desde el principio
descubriste los huecos que tenía
Post nubila Phebus*
escribió alguien
bajo la fotografía de un velero
en primavera por tu nacimiento.
Líneas rápidas navegan
junto a la pequeña ciudad
(letargo entre dos gritos veraniegos)
y él solo olvidadizo
ya no tiene autoridad ni sobre ti
ni especialmente sobre aquellos
que tú has mencionado
anteriormente.
Simplemente ya no estás aquí.
Estás en el mar, en el aire,
en el sol llevado a otra parte
de mi plaza vacía
(Hvar, 16 de enero de 2008)
*Después de las nubes, Phoebus (latín),
o sea, buen tiempo.
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