POEMAS DE MATE GANZA
(De la antología Dulce Libertad,
traducidos por Zeljka Lovrencic)
Mate Ganza (Brštanovo, Croacia, 1936). Publicó su primer poemario en 1962. Trabajó como periodista, dramaturgo y redactor en la Radio y Televisión Croata. Sus poemas han sido traducidos al inglés, francés, alemán, italiano, japonés y otras lenguas. En 1965 recibió el Premio Mladost (Juventud) por el libro Trg dobre smrti (La plaza de la buena muerte) y en 1993 el Premio Tin Ujević por Knjiga bdijenja (El Libro de velada), otorgado por la Sociedad de Escritores Croatas. En 2005 recibió el Premio August Šenoa por Most s putnikom (El puente con el viajero), y el Premio Josip Sever por Hvatanje sjena (La captura de las sombras). Es redactor en jefe de la Pequeña Biblioteca de la Sociedad de Escritores Croatas.
ANDAR DE LADO
(Hodati po strani)
No pertenecer. Andar de lado
hasta que los zapatos lo soporten.
Vivir en la periferia donde habitan los claros
entre el cielo y la tierra,
donde al alba se espera el sol
y la mañana se apoya en las laderas
de las lejanas cumbres nevadas.
No pertenecer. No tener miedo,
pero tampoco desear.
Mantener el brillo de la nieve y no sentirlo.
La nieve puede enviar una luz que atraviesa
la distancia entre el cuerpo y el alma.
Encontrar el refugio en la nieve, la casa,
el final del camino.
Es suficiente quedarse despierto
junto a la luz encendida
hasta bien entrada la noche.
Callar, callar largo tiempo estando
silenciosamente sentado,
pasando los dedos por las gastadas
páginas del libro.
Andar de lado, allá donde se pierden
las huellas, alrededor
del gran charco del tiempo.
INESTABILIDAD
(Nepostojanost)
Las palabras te llegan desde la inestabilidad.
En el cristal de la inconstancia están los colores
que se extienden frente a tus ojos;
éste es el cristal de tu alma en el que vives.
Tu manuscrito se destiñe
y se riega por la superficie de papel, de una
a más palabras por el silencio de la inestabilidad.
Si miras o tocas tu rostro,
verás que no lo puedes detener con tu mirada,
porque de tu mirada sólo queda la intemperie
inestable que se alojó en ti como árbol nocturno.
Lo que ves, lo que piensas, lo que oyes, viene
de su mirada, de su plenitud que te inunda.
No sabes si lo has heredado o si naciste con ella;
no sabes ni el lugar que en ella ocupas
y por qué justamente ella te llena
con su enorme apariencia.
Palabras pronunciadas, escritas, pasadas,
actuales, aquellas que has olvidado
y aquellas otras que nunca se pierden,
que se extienden en innumerables voces, colores…
todas ellas son parte de esa profundidad
desconocida, del vacío frente a tus ojos
que nunca has distinguido ni podido aclarar.
DOLOR EN LOS OJOS
(Bol u očima)
Tengo que consolarme por aquello
que no pude ver, como esta noche
y sus ojos húmedos, por la lluvia muerta
que dejó de caer hace tiempo.
Consolarme con lo que viví o busqué,
apretar fuerte esta mano después
de haber tirado muchas piedras.
Entré al número que se multiplica y divide,
al espacio que se cierra u oscurece
si no lo miro directamente a los ojos.
No sé si ésta es la alegría que me acompaña
desde el inicio, el momento de hacer la paz
o sólo una parada para que descanse
el dolor que reflejan mis ojos.
————–
POEMAS DE LJERKA CAR MATUTINOVIĆ
(De la antología Dulce Libertad,
traducidos por Zeljka Lovrencic)
Ljerka Car Matutinović (Crikvenica). Poeta, narradora, ensayista y traductora, También autora de libros para la infancia. Se graduó en la Facultad de Filosofía y Letras de Zagreb, cursando luego estudios de filología croata e italiana. Es miembro de la Sociedad de Escritores Croatas desde 1975. Desde el 1961 publica sus en diferentes revistas literarias y en los diarios. Además de sus obras (novelas, teoría literaria, ensayos, libros para niños, traducciones del italiano), ha publicado diecisiete colecciones poéticas y obtenido varios premios. Sus poemas se han traducido a diez idiomas y están recogidos en antologías croatas y extranjeras. Vive y trabaja en Zagreb.
SONETO SOBRE EL REGRESO A LA ORACIÓN
(Sonet o povratku molitvi)
Presiento el regreso a la oración:
Al silencio y al cielo sin nubes
Al callado anhelo por oler plantas junto al mar
A los huertos sin cercas y a los frutales en flor
Presiento el regreso a la oración:
Al respeto olvidado y a la paciencia
A la contrición de los sueños salidos del corazón
Presiento la vergüenza por las rotas ilusiones
Presiento el regreso a la oración:
A la palabra maternal y al hogar paterno
Al suave ondear de las hojas al crepúsculo
Presiento el regreso a la oración:
La vuelta de los desaparecidos en la oscuridad
De los enviados a una tremenda soledad
SI YA EXISTE LA MONTAÑA
(Kad već postoji planina)
Si ya existe la montaña hay que escalarla
pacientemente y por mucho tiempo,
hasta la misma cima.
Si ya existe la montaña hay que conocerla
con el corazón y el oído,
como a las palabras de la madre.
Si ya existe la montaña hay que conquistarla,
lenta y sabiamente, como al único amor.
Si ya existe la montaña hay que quererla
por entero y con ternura, como al recién nacido.
Por eso existe la montaña,
para descubrir recónditos senderos
y así devolver Belleza a las distancias.
AQUÍ UNA VEZ ESTUVO LA CIUDAD
(Ovdje je nekad bio grad)
(A Vukovar, ciudad no sometida)
Hijo mío, no olvides:
AQUÍ UNA VEZ ESTUVO LA CIUDAD
Preciosa, en flor,
delgados campanarios crecidos del llano
canto pleno y feliz,
como los ojos de los niños que el juego ilumina.
Hijo mío, no olvides:
AQUÍ UNA VEZ ESTUVO LA CIUDAD
Fantasmales brotan ahora las paredes negras,
los quemados restos del incendio, gentes
ametralladas y humilladas
hasta el sufrimiento sobrehumano.
No olvides, hijo mío
AQUÍ UNA VEZ ESTUVO LA CIUDAD
Indefensas mujeres y niños, los heridos
en los refugios bajo ruinas.
Los defensores en las zanjas retan a despecho
Arcángeles maravillosos de espada flameante
Todas las lágrimas de esta ciudad,
todo el duro clamor lo transforman en flechas
de fuego
Ni un pedazo de la tierra croata a los atrevidos irracionales
Hijo mío, no olvides:
AQUÍ UNA VEZ ESTUVO LA CIUDAD
y estará para siempre.
(20 de octubre de 1991)
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