El poeta Aladar Tameshi von Becker
Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar cinco textos inéditos de Aladar Temeshy Von Becker (Budapest, Hungría 1925 – Stevensville, EE.UU., 2020). Oriundo de Hungría, arquitecto de perfil renacentista con estudios en Budapest, Viena, Perugia, Los Ángeles, Caracas, con obras en tres continentes. Vivía desde 2008 en Texas, Estados Unidos. Perteneció al grupo literario de Alfredo Silva Estrada, Elizabeth Schon, Ida Gramco, Belkys Arredondo y Rosita Melo. Entre sus poemarios publicados están Líneas cortas (1993), Cantata profana (1997), Probando el tiempo (2001), El Califato (2005), Hierba alta (2006), El libro de las decepciones (2008) o Viajes en la Noche (2009). También los libros de relatos Estrellas fugaces en las esquinas del mundo (2006), Al margen de la tarde (2010), Papeles en el Viento, (2011), El otro lado de la acera (2014) o Juegos de Fauno (2016). También los libros de ensayo Cartas a Magdalena (2011), La soledad y otras muertes (2015), además de otros de temas variados: El trecientos italiano; La pintura francesa desde Carlo Magno hasta el siglo IXX; El comportamiento social; Políticas de Agua. Sus artículos han sido publicados en los periódicos El Universal, La Razón y The Colum.
Foto de José Amador Martín
Esto escribió el poeta Alfredo Pérez Alencart sobre el poeta húngaro-venezolano: Ni fronteras geográficas o temporales: sólo palabras decantadas, vivencias reveladas con meticulosa precisión, con trascendente parsimonia. Me refiero al húngaro Aladar Temeshy von Becker, nacido en Budapest, morador de Caracas por largos años y ahora residente en Stevensville (EE.UU.). Así dice este arquitecto (también del verso): “…Estoy lleno de juego/ magia interminable/ de luz lacerante/ canto sin frontera/ niño eterno, feliz/ lleno de ti”. Estamos ante un poeta cuajado tras largas destilaciones, ciudadano de un universo lírico que merece ser conocido (y reconocido), un hombre que invoca lo sagrado con sutil entrega, un cantor sin fronteras que hermosamente recrea su tránsito existencial ajeno a las fronteras: “Me llevo mis fotografías/ y las corcheas flotando/ en el viento de la tarde/ de mi universo:/ la casa conquistada”. (Crear en Salamanca, 19 de enero de 2016).
Los poemas aquí seleccionados, son todos inéditos y forman parte del libro ‘Líneas para un mundo de domingo’ que el autor enviara a A. P. Alencart. Aladar Tameshi falleció el pasado 14 de febrero, “hermoso y simbólico día para emprender la Travesía”, según Alencart.
Foto de José Amador Martín
ANTES DE IRME A NO SÉ DONDE
yo te buscaba
en las encrucijadas de la noche
yo te buscaba
en el silencio del dolor
yo te buscaba
adentro y afuera del mundo
sabiendo que ya no hay mundo
que las aves se fueron
con la tarde del ayer
y el azul del cielo se cayó
en miles de pedazos
pero te buscaba
en que quedó de nuestro mundo
que vinieras conmigo
a no sé donde
buscando a un domingo
para pintar su pálida cara
sí te buscaba
para ir al desconocido momento
de la lluvia.
Otra imagen de Aladar Tameshi
EL MINUTO IDO
Algo se me quedó
en la mesa,
entre papeles
o no sé dónde,
no me acuerdo,
pero no regreso
ya que no encontraré
el minuto ido.
Foto de José Amador Martín
HUELLAS OLVIDADAS
Estoy recogiendo
mis huellas olvidadas
abiertas, sueltas, vagas
por la prieta tierra,
bien esparcida
por la vida vivida
entre sueños y lunas,
rosas amarillas
y espirales resedas
color de naranjas
que da la tierra
mientras que guarda
mis olvidadas letras
entre flores y siembras
sin tiempo, sin margen
en las distancias negras
donde el ayer crece
en las lluvias lentas.
En la sombra de verbos
entre piedras y aguas
recojo los versos
sus largas palabras
crecidos montes
y algunos flores
andando mi camino
con las huellas
en la mano
con el peso
del pasado
más y más
delgado
inerte
final.
Foto de José Amador Martín
VAPORES NOCTURNOS
Las aguas represadas
vendrían del otro lado
cuando él se va a morir,
las esperaba para verse
en el espejo de su miedo
escondido en la burbuja
de la ofendida noche,
noche pálida, silente,
que morirá en la madrugada
verde, rígida, inerte
como morirá él
en el vapor caliente
de las aguas represadas
con sed de secar una tilde
de la letra mágica
que mandaste ayer
en tu carta breve.
SOLAMENTE LÍNEAS
Ya no cruzaré los puentes
tan queridos Señor,
y tus caminos cortos
me quedaron largos,
ando con pasos apretados
murmurando versos,
rimas cruzadas,
rosas amarillas
en una madrugada
bien olvidada
para ahora, la despedida
y darte las gracias
por la suave brisa,
que abrazaba el río
cuando caminé
sobre el puente
a la otra orilla.
Ya no cruzaré los puentes
viejos, dorados
que guardarán
en la húmeda brisa
mi magra sombra
en la otra orilla
del río querido.
Foto de José Amador Martín
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