Margarito Cuéllar (foto de Rogelio Ojeda)
Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar algunos poemas inéditos del libro ‘Ensayo sobre la belleza y el desorden de las cosas’, de Margarito Cuéllar, ganador del prestigioso Premio Internacional de Poesía ‘Pilar Fernández Labrador’. Cuéllar (San Luis Potosí, 1956) es autor de una decena de poemarios muy valorados por la crítica especializada y ha obtenido importantes reconocimientos por los mismos, el penúltimo otorgado en Huelva el año 2020, el Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez, por su libro ‘Con Nadie, salvo el mundo’. Otros reconocimientos son el Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer (México, 2014) o el Premio Hispanoamericano Festival de la Lira (Ecuador, 2019).
La selección ha sido hecha por el poeta A. P. Alencart, coordinador literario del Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador. El libro se presentará en Salamanca en el marco del XXIV Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que se celebrará a mediados del mes de octubre. Dicho Encuentro se organiza bajo el amparo de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, y es dirigido por Alfredo Pérez Alencart.
Besos en el Parque Central, de Roberto Veras
POEMA DE LOS QUE SE AMAN EN LOS PARQUES
No les preocupa la densidad del bosque.
Para los que aman en los parques
el bosque es un desierto y a veces es el mar.
Desnudos por las dunas lunares
si el bosque es un desierto.
Y si el bosque es el mar
se arrojan ciegos a los acantilados
los que aman en los parques.
Para los que aman en los parques
la otra orilla no existe
el mar no tiene fondo
y aprenden pronto el arte de los peces.
Caminan sobre el agua sin hundirse
y cuando encuentran a otros
que como ellos se aman en los parques
comparten la música del bosque
y anidan en las ramas y procrean hijos verdes.
A los que se aman en los parques
la lluvia los bendice
y los enseña a cazar a las bestias del tedio
a contar piedras, a masticar gorriones
y a no morir de nada.
Los que aman en los parques
encienden fuego con los ojos cerrados
florecen todo el tiempo
se alimentan de hongos y lombrices
y no les faltan corazones atravesados por flechas
en la corteza de los árboles para volverse a ver.
Ahora que el amor está lejos, la lluvia no cesa
y la noche trae notas de más
encenderé una fogata en el parque
y si me recuesto en la hierba
tal vez mi sueño sea feliz
y el aire del domingo me confunda
con uno más de los que se aman en los parques.
Abril 11 de 2017
Bogotá, Colombia, Hotel Virrey Park
PARVADAS
La lejanía es un problema menor.
Y ¿cuál registro fiel
raíz cuadrada ¿de qué álgebra?
¿Qué distancia hay
entre un desfile de modas y estas líneas?
Yo digo un día de vuelo
tomando en cuenta escalas turbulencias
y los lápices delineadores de cejas.
La memoria bitácora de vuelo
entre pasos de baile se emborracha
se pierde en callejones en que tal vez Gardel
pero más bien tus ojos
saben de bosques que abrigan tus parvadas.
Julio 28 de 2017
Jose Vicente Anaya, Mónica González y Margarito Cuéllar
EL BOSQUE MINADO DE LA HERIDA
Envidio la tierra
porque te da sus vibraciones
y cruza El Bosque Minado de la Herida.
Al viento que viene y va a tus hombros
como charlatán oculto
en el doble fondo de mi camisa.
Al sol que se desmorona en los charcos
mientras sus rayos
aburridos y perezosos juegan cartas
y tus tacones alertan a las palomas en la plaza
y las miradas convergen en un punto
y las nubes dibujan sus incipientes trazos.
Las palabras al nombrarte de la forma que sea
ya no me pertenecen.
Se acomodan en la fiebre
y no saben qué ser ni qué decir.
Julio 23 017
Calle Clavel 3373
FREDONIA
Para Jen
Iré a Fredonia un día de pájaros migrantes
después de las últimas lluvias
cuando ya los cantores se hayan ido.
Aún si la tormenta borra los caminos
y la luna se enreda en las ramas
iré a Fredonia un junio
de nubes a punto de estallar.
Y en medio de una plaza sin gente
relámpago en la cumbre del cielo
salmón a contra corriente en los mares
me cegará la luz de lo imposible.
Julio 14 de 2017
Medellín, Colombia
Gonzalo Rojas e Hilda May, su esposa (Salamanca, 1992, foto de Jacqueline Alencar)
LECCIÓN
Yo leía versos de Gonzalo. Y las muchachas ruborizadas sigilosas en su estrella rodante seguían la fiesta. Las oficinistas ríen a discreción se acomodan la falda entre columnas de papeles.
Las estudiantes piden rabiosos versos. Queremos ver sangre/ gritan los masoquistas. Leo el de la loba el de los pasos perdices en el vértigo de las tumbas y Ensayo sobre la belleza y el desorden de las cosas.
Entonces devoraba lo que caía a mis manos. Yo alcanzaba su falda y la noche se iba en reír de nada retozar uno encima del otro sin que las horas entre su continente y el mío fueran obstáculo serio.
En el sueño hay aviones que viajan a la velocidad del deseo y nos vemos en la calle en la que te perdiste y yo digo quédate y tus ojos se nublan y tu figura -hermosa como barco a la deriva- se hizo más transparente. Después vinieron los días de Virgilio y en la biblioteca desaparecen libros y aparecen en los estantes de la memoria y las oficinistas se alzan el uniforme más arriba de la costumbre.
Hace calor aquí y los gatos afuera: “uno más largo, por favor.” Las palabras fluyen contra mi voluntad las cosas salen de control y en vez de versos cálidos contamos ranas dispersas libélulas amargas tonos que no van bien a tus vestidos; además partes al bosque de los lobos y la luna no basta y las palabras gajos o gotas cristalinas. Y todo es desangrarse por la boca días anarquistas y el corazón quiere imponer su ley y la cabeza sus mandamientos. Lo único cierto es que a esa edad los grados de alcohol son lo de menos y el verso un ingrediente altamente peligroso pero no suficiente por más ritmos elocuencia o los pasos nuevos del baile.
Fue la vez de las gaitas y Javier: “cabrón jalan más las piernas de una paisa que una locomotora japonesa.” Dijo otra cosa pero Gonzalo me dictaba los versos más calientes esa y las otras noches. Yo los repetía como quien azota con versos prestados las heridas. Tú y las oficinistas y las chicas de la calle gritaban queremos más pero llegó Gardel y cantaste bajito para no alertar lobos hasta que el sueño se declara culpable y dejo que ella haga lo que quiera en los adentros de mis ayeres.
Agosto 05- 2017
EL BISTURÍ
Entra y se ocupa de las caricias
y de lo que se dice cuando las palabras
ocupan el vacío
y el deseo es una nave en construcción
y la sangre va y viene
como la bala loca del poeta.
La voz se pulveriza
y los pedazos vuelven a juntarse
en otra dimensión
y te dispersas como un ácido necesario a los tímpanos
y te disuelves en mis pulmones
y mis defensas no hacen nada.
De mis cuerdas vocales no queda ni un Gardel
sólo tú belleza balbuceante y corriente
hasta hacerme sangrar.
Y así la noche entera.
Agosto 05- 017
Margarito Cuéllar en Jianshui, Yunán, China, 2015
ARGONAUTA
A su manera al arrojarse de un peñasco
Safo rinde homenaje a la música antigua.
En su intento por alcanzar el corazón del sonido
se deja llevar por el movimiento de las ondas.
Sabe que “es íntimamente triste
perder lo que se ama.”
ORACIÓN DEL ÚNICO HABITANTE
DE LA ISLA DE LOS PÁJAROS CABEZA DE MUJER
Doblegado por el amor escucho el canto.
Sale de los corazones como un lamento que perturba
y me hace seguir como un autómata
cuyos oídos entrenados para escuchar sólo esa música
no se detiene aunque el desfiladero se acerca.
Marzo 14 de 017
Margarito Cuéllar con Regina Naúmova en Casa Universitaria del libro
III. BARBA JACOB FUNDA ACUARIMÁNTIMA
“He posado mis ojos sobre las murallas de Babilonia, y la estatua de Zeus,
y los jardines colgantes, y el Coloso del sol, y la enorme obra de las altas pirámides,
y la vasta tumba de Mausolo.
Pero cuando vi la casa de Artemisa, allí encaramada en las nubes,
esos otros mármoles perdieron su brillo.”
Antípatro de Sidón
En Mogadiscio cuna de la civilización
las llamas arrasan símbolos numéricos
vestigios de escritura
(el Tigris y el Eufrates arrastran
no agua sino sangre).
Colonia Budapest Rotterdam Gernika
surgirán del escombro (todavía se oyen bombas
en busca de su blanco).
Fundo esta ciudad
a imagen y semejanza de las creadas por los dioses.
Por lo tanto imperfecta atroz y despiadada.
Habrá quienes la odien quienes la veneren
y quienes en su nombre se exterminan.
(En la esquina del tiempo
una sombra un cadáver viviente escupe a la modernidad:
“Una limosna para el más grande poeta de la noche.”)
Octubre 7 de 2017
El jurado de esta VIII edición estuvo integrado por Pilar Fernández Labrador, António Salvado, Carmen Ruiz Barrionuevo, Jesús Fonseca, Alfredo Pérez Alencart, Carlos Aganzo, José María Muñoz Quirós, Inmaculada Guadalupe Salas y David Mingo. Victoria Pérez Castrillo actuó como secretaria. Para Carmen Ruiz Barrionuevo, reconocida como una de las más importantes especialistas en Literatura Hispanoamericana a nivel mundial, y quien escribirá el prólogo del libro que saldrá bajo el sello de la Diputación de Salamanca, destaca: “Margarito Cuéllar, en ‘Ensayo sobre la belleza y el desorden de las cosas’, plantea un itinerario que conlleva el descubrimiento de una nueva tierra en la que también encuentra la belleza y el desorden. ‘La niebla desarticula la belleza y el orden de las cosas’, reflexiona, a punto de emprender ese viaje sobre el que termina imponiéndose la mirada que plasmará en el poema: la belleza que comporta el desorden, la descomposición y el extravío del mal, junto con el reto de la negación y lo intangible de las cosas. Frente a ello la poesía es escalofrío y estremecimiento, y el poema reducto necesario en el que se vuelca la lectura del mundo, o la observación de cuanto vive sobre la tierra, aunque sea evanescente, caduco y limitado”.
Perfil de Salamanca (foto de José Amador Martín)
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