POEMAS INÉDITOS DE ‘ENSAYO SOBRE LA BELLEZA Y EL DESORDEN DE LAS COSAS’, DE MARGARITO CUÉLLAR, PREMIO PILAR FERNÁNDEZ LABRADOR 2021

 

 

Margarito Cuéllar (foto de Rogelio Ojeda)

 

 

Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar algunos poemas inéditos del libro ‘Ensayo sobre la belleza y el desorden de las cosas’, de Margarito Cuéllar, ganador del prestigioso Premio Internacional de Poesía ‘Pilar Fernández Labrador’. Cuéllar (San Luis Potosí, 1956) es autor de una decena de poemarios muy valorados por la crítica especializada y ha obtenido importantes reconocimientos por los mismos, el penúltimo otorgado en Huelva el año 2020, el Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez, por su libro ‘Con Nadie, salvo el mundo’. Otros reconocimientos son el Premio Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer (México, 2014) o el Premio Hispanoamericano Festival de la Lira (Ecuador, 2019).

 

 

La selección ha sido hecha por el poeta A. P. Alencart, coordinador literario del Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador. El libro se presentará en Salamanca en el marco del XXIV Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que se celebrará a mediados del mes de octubre. Dicho Encuentro se organiza bajo el amparo de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, y es dirigido por Alfredo Pérez Alencart.

Besos en el Parque Central, de Roberto Veras

 

 

 

POEMA DE LOS QUE SE AMAN EN LOS PARQUES

 

 

No les preocupa la densidad del bosque.

Para los que aman en los parques

el bosque es un desierto y a veces es el mar.

 

Desnudos por las dunas lunares

si el bosque es un desierto.

 

Y si el bosque es el mar

se arrojan ciegos a los acantilados

los que aman en los parques.

 

Para los que aman en los parques

la otra orilla no existe

el mar no tiene fondo

y aprenden pronto el arte de los peces.

 

Caminan sobre el agua sin hundirse

y cuando encuentran a otros

que como ellos se aman en los parques

comparten la música del bosque

y anidan en las ramas y procrean hijos verdes.

 

A los que se aman en los parques

la lluvia los bendice

y los enseña a cazar a las bestias del tedio

a contar piedras, a masticar gorriones

y a no morir de nada.

 

Los que aman en los parques

encienden fuego con los ojos cerrados

florecen todo el tiempo

se alimentan de hongos y lombrices

y no les faltan corazones atravesados por flechas

en la corteza de los árboles para volverse a ver.

 

Ahora que el amor está lejos, la lluvia no cesa

y la noche trae notas de más

encenderé una fogata en el parque   

y si me recuesto en la hierba

tal vez mi sueño sea feliz

y el aire del domingo me confunda

con uno más de los que se aman en los parques.

 

Abril 11 de 2017

Bogotá, Colombia, Hotel Virrey Park

 

 

 

PARVADAS

 

La lejanía es un problema menor.

Y ¿cuál registro fiel

raíz cuadrada ¿de qué álgebra?

¿Qué distancia hay

entre un desfile de modas y estas líneas?

 

Yo digo un día de vuelo

tomando en cuenta   escalas   turbulencias

y los lápices delineadores de cejas.

 

La memoria    bitácora de vuelo    

entre pasos de baile se emborracha

se pierde en callejones en que tal vez Gardel

pero más bien tus ojos

saben de bosques que abrigan tus parvadas.

 

Julio 28 de 2017

 

Jose Vicente Anaya, Mónica González y Margarito Cuéllar

 

 

EL BOSQUE MINADO DE LA HERIDA

 

Envidio la tierra

porque te da sus vibraciones

y cruza El Bosque Minado de la Herida.

Al viento    que viene y va a tus hombros

como charlatán oculto

en el doble fondo de mi camisa.

 

Al sol    que se desmorona en los charcos

mientras sus rayos  

aburridos y perezosos juegan cartas

y tus tacones alertan a las palomas en la plaza

y las miradas convergen en un punto

y las nubes dibujan sus incipientes trazos.

 

Las palabras    al nombrarte de la forma que sea

ya no me pertenecen.

Se acomodan en la fiebre

y no saben qué ser ni qué decir.

 

Julio 23 017

Calle Clavel 3373

 

 

FREDONIA

 

Para Jen

 

Iré a Fredonia un día de pájaros migrantes

después de las últimas lluvias

cuando ya los cantores se hayan ido.

Aún si la tormenta borra los caminos

y la luna se enreda en las ramas

iré a Fredonia un junio

de nubes a punto de estallar.

Y en medio de una plaza sin gente

relámpago en la cumbre del cielo

salmón a contra corriente en los mares

me cegará la luz de lo imposible.

 

Julio 14 de 2017

Medellín, Colombia

Gonzalo Rojas e Hilda May, su esposa (Salamanca, 1992, foto de Jacqueline Alencar)

 

 

LECCIÓN

 

Yo leía versos de Gonzalo. Y las muchachas    ruborizadas sigilosas en su estrella rodante seguían la fiesta. Las oficinistas ríen a discreción   se acomodan la falda entre columnas de papeles.

 

Las estudiantes piden rabiosos versos. Queremos ver sangre/ gritan los masoquistas. Leo el de la loba    el de los pasos perdices en el vértigo de las tumbas y Ensayo sobre la belleza y el desorden de las cosas.

 

Entonces devoraba lo que caía a mis manos. Yo alcanzaba su falda y la noche se iba en reír de nada    retozar uno encima del otro sin que las horas entre su continente y el mío fueran obstáculo serio.

 

En el sueño hay aviones que viajan a la velocidad del deseo y nos vemos en la calle en la que te perdiste y yo digo quédate y tus ojos se nublan y tu figura -hermosa como barco a la deriva- se hizo más transparente. Después vinieron los días de Virgilio y en la biblioteca  desaparecen libros y aparecen en los estantes de la memoria y las oficinistas se alzan el uniforme más arriba de la costumbre.

 

Hace calor aquí y los gatos afuera: “uno más largo, por favor.” Las palabras fluyen contra mi voluntad    las cosas salen de control y en vez de versos cálidos contamos ranas dispersas libélulas amargas   tonos que no van bien a tus vestidos; además partes al bosque de los lobos y la luna no basta y las palabras gajos o gotas cristalinas. Y todo es desangrarse por la boca días anarquistas y el corazón quiere imponer su ley y la cabeza sus mandamientos. Lo único cierto es que a esa edad los grados de alcohol son lo de menos y el verso un ingrediente altamente peligroso    pero no suficiente   por más ritmos   elocuencia o los pasos nuevos del baile.

 

Fue la vez de las gaitas y Javier: “cabrón    jalan más las piernas de una paisa que una locomotora japonesa.” Dijo otra cosa    pero Gonzalo me dictaba los versos más calientes esa y las otras noches. Yo los repetía como quien azota con versos prestados las heridas. Tú y las oficinistas y las chicas de la calle gritaban queremos más    pero llegó Gardel y cantaste bajito para no alertar lobos    hasta que el sueño se declara culpable y dejo que ella haga lo que quiera en los adentros de mis ayeres.

 

Agosto 05- 2017

 

 

 

 

 

EL BISTURÍ

 

Entra y se ocupa de las caricias

y de lo que se dice cuando las palabras

ocupan el vacío

y el deseo es una nave en construcción

y la sangre va y viene

como la bala loca del poeta.

 

La voz se pulveriza

y los pedazos vuelven a juntarse

en otra dimensión

y te dispersas como un ácido necesario a los tímpanos

y te disuelves en mis pulmones

y mis defensas no hacen nada.

 

De mis cuerdas vocales no queda ni un Gardel

sólo tú    belleza balbuceante y corriente

hasta hacerme sangrar.

 

Y así la noche entera.

 

Agosto 05- 017

 

 

Margarito Cuéllar en Jianshui, Yunán, China, 2015

 

 

ARGONAUTA

 

A su manera     al arrojarse de un peñasco

Safo rinde homenaje a la música antigua.

En su intento por alcanzar el corazón del sonido

se deja llevar por el movimiento de las ondas.

Sabe que “es íntimamente triste

perder lo que se ama.”

 

 

 

ORACIÓN DEL ÚNICO HABITANTE

DE LA ISLA DE LOS PÁJAROS CABEZA DE MUJER

 

Doblegado por el amor escucho el canto.

Sale de los corazones como un lamento que perturba

y me hace seguir como un autómata

cuyos oídos      entrenados para escuchar sólo esa música

no se detiene     aunque el desfiladero se acerca.

 

Marzo 14 de 017

 

 

Margarito Cuéllar con Regina Naúmova en Casa Universitaria del libro

 

III. BARBA JACOB FUNDA ACUARIMÁNTIMA

“He posado mis ojos sobre las murallas de Babilonia, y la estatua de Zeus,

y los jardines colgantes, y el Coloso del sol, y la enorme obra de las altas pirámides,

y la vasta tumba de Mausolo.

Pero cuando vi la casa de Artemisa, allí encaramada en las nubes,

esos otros mármoles perdieron su brillo.”

Antípatro de Sidón

 

En Mogadiscio       cuna de la civilización

las llamas arrasan símbolos numéricos

vestigios de escritura

(el Tigris y el Eufrates arrastran

no agua       sino sangre).

 

Colonia       Budapest        Rotterdam          Gernika

surgirán del escombro (todavía se oyen bombas

en busca de su blanco).

 

Fundo esta ciudad

a imagen y semejanza de las creadas por los dioses.

Por lo tanto        imperfecta        atroz y despiadada.

Habrá quienes la odien        quienes la veneren

y quienes en su nombre se exterminan.

 

(En la esquina del tiempo

una sombra       un cadáver viviente           escupe a la modernidad:

            “Una limosna para el más grande poeta de la noche.”)

 

Octubre 7 de 2017

 

 

El jurado de esta VIII edición estuvo integrado por Pilar Fernández Labrador, António Salvado, Carmen Ruiz Barrionuevo, Jesús Fonseca, Alfredo Pérez Alencart, Carlos Aganzo, José María Muñoz Quirós, Inmaculada Guadalupe Salas y David Mingo. Victoria Pérez Castrillo actuó como secretaria. Para Carmen Ruiz Barrionuevo, reconocida como una de las más importantes especialistas en Literatura Hispanoamericana a nivel mundial, y quien escribirá el prólogo del libro que saldrá bajo el sello de la Diputación de Salamanca, destaca: “Margarito Cuéllar, en ‘Ensayo sobre la belleza y el desorden de las cosas’, plantea un itinerario que conlleva el descubrimiento de una nueva tierra en la que también encuentra la belleza y el desorden. ‘La niebla desarticula la belleza y el orden de las cosas’, reflexiona, a punto de emprender ese viaje sobre el que termina imponiéndose la mirada que plasmará en el poema: la belleza que comporta el desorden, la descomposición y el extravío del mal, junto con el reto de la negación y lo intangible de las cosas.  Frente a ello la poesía es escalofrío y estremecimiento, y el poema reducto necesario en el que se vuelca la lectura del mundo, o la observación de cuanto vive sobre la tierra, aunque sea evanescente, caduco y limitado”.

 

 

Perfil de Salamanca (foto de José Amador Martín)

 

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