Crear en Salamanca se complace en publicar algunos textos del destacado poeta Eduardo Curbelo, extraídos del volumen titulado Decíamos Ayer, antología del XVI Encuentro de Poetas Iberoamericanos realizada por Alfredo Pérez Alencart, poeta, profesor de la Usal y director del Encuentro. Así escribe Eduardo, como anticipo:
Compartamos el sudor y el hormigón
hecho a mano. La higiene bajo el chorro
frío de una canilla, un pico de botella
y un desnudo de mujer. Y entre vino
y queso, la metáfora. Que nuestros
hijos no padezcan esta gloria
Eduardo Curbelo (Montevideo, 1962). Médico psiquiatra de profesión. Ha publicado los poemarios Basalto (1999), Fragor de la posguerra (mención en el premio IMM, 2000), incluido en Diario íntimo de un comensal (2001), Abrevadero (mención en el Premio Anual de Literatura, MEC, 2004), Penitentes (Premio IMM, 2006), La rosa del manicomio (mención en el Premio IMM, 2010), Perros de caza (Premio Anual de Literatura / MEC 2011) y Aplomo (mención en el Premio Juan Carlos Onetti / IMM, 2011), los dos últimos publicados por Estuario Editora (2012). En 2011 se publicaron algunos poemas suyos junto a otros de Washington Benavides y de Circe Maia en un número especial de la revista El Cobaya (Ávila) dedicado a la poesía latinoamericana.
NO VULGATA
Demoledora lumbre
Un inquisidor
Apaga la membresía
El panteón humedece
Su paño de fieltro
Un fray sin frac
Inunda de poesía
El pupitre
La expedición difamatoria
La cátedra
Noctiluca del asombro
EL OCASO DEL ÁNGEL
El poeta que se citó a sí mismo bajó los brazos. Quedó mirando el epígrafe y en el centro de la hoja vacía abandonó reiterativamente un trazo infantil. Una, dos, tres veces las imá-genes poéticas rebotaban en su cabeza inauditas, sin finalidad, encabezadas bajo la luz del fracaso, su propia sombra. El poeta que se citó a sí mismo puso dos hielos en un vaso y luego whisky y luego acarició, frustrado, el lomo del gato que ca-minaba por encima de la mesa. Pensó “debo abandonarlo todo”, “no en-cuentro la palabra exacta que resuma los rincones de la muerte”. El poeta que se citó a sí mismo tomó un trago y pensó en un plagio; meditó al instante que eso no era lo correcto. Tomó otro trago y pensó en el suicidio. Encendió un cigarrillo y desechó tal posibilidad. El poeta que se citó a sí mismo miró hacia los ojos del gato, se llenó de rabia e impotencia y escupió algo parecido al odio, por la ventana. El poeta que se citó a sí mismo estalló en lágrimas, tachó el epígrafe de su autoría, dio vuelta la página y continuó, lentamente, condenándose al olvido.
LA ROSA DEL MANICOMIO
Fragmentos
1.
Necesito un Súper Héroe
Que me asesine lo indigno, lo inmoral, la deshonra
La rosa con espinas atardeceres seres cuerpos de mujer
Que chupe se mame del silencio que llevo vino lija
Hija rajatabla habla hasta por los codos
Y me condena silenciado a otro silencio que guardo
En silencio y acopio en botellas en vísperas de veda electoral
Un Súper Héroe que incline hacia la muerte
El vestido de fiesta coartada puñal mal agüero eros de mujer
Súper Mujer Súper Madre –todo es lo mismo, Psicóloga, disculpe-
La dote de la novia es un vestido blanco y la carga impositiva
Un esférico a la venta: el número cuatro de los buitres que giran
Las nubes uves lunas soles cielo sobre nuestras cabezas
Y preconizan los sudores temores ores que derrotaron a aquella niña
Y le arrancaron perfil uña moña estufa a leña edredón de plumas
La dejaron sin ropa ni metáfora ni poeta ni verso – pobre
Sin pechos pequeños humedad y antología – le dejaron
Necesito un Súper Héroe / de pies de barro, no
Enmascarado entallado musculoso de traje ajustado al cuerpo
De pectorales como tetas y testículos de oro
Que me esconda lo ruin del alma y la carraspera
Párpados amígdalas que me espejan vejan en la sombra
Que me asesine las ampollas ollas del corazón cansado de caminar
Que me ultime los zapatos y las medias, los orgullos perogrullos
La espada que me sostiene de la garganta hasta los pies, el sacro/coxis
Que me deje sin el gigante de las pesadillas debajo ajo de la piel
O el enano maltratado de mi sueño recurrente
Necesito un Súper Héroe
Que dispare a mi espalda con un láser y a mi frente con rayos gamma
Extracorpóreo a los ojos de los otros corpóreo a los ojos míos
Y yo desconozca mi filiación itinerante
Por afincar a un desconocido ido cuyo rostro me incomoda
Por agarrar a patadas a este espejo a esta ventana
– Licenciada, ¿cuánto tiempo
Nos queda de entrevista?-
Disimular emular a este viejo encorvado hado
Que estorba mi paso el baño este azulejo cerámico este duchero
Donde cuelgo la soga y me suspendo endo
Necesito un Súper Héroe vocero de tanta rabia
Que me proteja de lunes a viernes y aniquile a los hombres que codiciaron mi disfraz
Quienes intentaron homicidio contra sí mismos
Un Súper Héroe que me extirpe eclipse y me arroje lejos de aquí
Que me revuelque junto unto a los amantes en el césped del cielo
O me devuelva hacia los árboles encalados, me custodie / odie con vida
–Psicóloga, se acaba nuestro tiempo
Vigilante, áteme de pies y manos-
Y amanezca perentorio como un espía atrás de los yuyos
Y sin pestañear extermine lo malo en mí, lo sucio / ucio
-Un Súper Héroe de pies de barro, no-
Que me acribille lo sarcástico y me maldiga
-Enfermero, por favor, mi vacuna-
Perdone me admire y no me lo diga nunca y me arrodille hasta las éscaras
8.
Acá no los hay ni ricos ni pobres
Los hay pobres
Caídos del sistema
Que beben ensopados tigres de angustia
Dinosaurios interminables / a lo largo y ancho
Ingresan a la Capilla pilla por la puerta del costado
Desolando habitaciones atestadas testadas
Por lustros de ladrillos grises y piernas de mujer
Acá no hay sanos ni enfermos
Los hay enfermos
Caídos de sus camastros
Payadores donde vibra el cordaje aje del amor
Las cuerdas quintas que gimen hímenes rotos por la desidia
Los hay pobres
Los hay enfermos
Los hay caídos
Este es el lugar donde se entra y quedamos ocultos
El lugar de la transparencia y los pasos invisibles
18.
Pasemos visita:
Acá, de muselina rosa, la hija del Zar
Le sigue una reencarnación, un suicida
Un célibe buscapleitos que nos trajo la Justicia
Más allá un homeless canoso y descamisado
Un alucinado de semáforos ojos verdes
Adelgazado con arrogancia de beduino
Un señor que se la pasa frente al espejo
Otro que fuma y fuma y fuma y toma mate
Una mujer que se apoda La Novia Mundial
Otra que cortó sus muñecas en público
Un poeta intoxicado por nuestros fármacos
Una colega restablecida con micronarcosis
Traída de vuelta a este mundo
Un demente se balancea, una rubia platino se desnuda
Otra rubia que debemos mantener todo el tiempo sujeta con correas de cuero
Allá, cama cinco que repite: “Cuando digo diapasón
Acaso me refiero a dos apasones?”
Un silencio
Dos silencios
Tres
Y cama diez que contesta: “Yo combato
Las disciplinas que intentan abolir el azar
PERROS DE CAZA
(Fragmentos)
Yo tomé al depredador por la espalda
Lo hice mío en su cogote yugular
Urticaria en carne viva
Pobre depredador / me dijo que era: La Poesía
Su voracidad intolerante / mediante
Sus dulces versos dedicados a La Novia
(Manojo como en la escotilla
Estricta dulzura de su cadena)
La ternura hecha un aullido / pulido
(Pobre depredador)
Soñando sus nostálgicos abandonos
Hecho bebé entre mis brazos / mis lazos
Hecho carozo / un cielo / otro espacio vacío
Otro más / otra nada / depredador
Las musas ya no existen
Fallecieron en tu hemorragia
Belleza dolorosa La Belleza / perro
Llora / no lo mereces / escribe siempre
Los días de lluvia de una mujer
Se parecen a un domingo en los hospitales
Pelamen, no llueven niñeras del cielo
Quedamos sin clandestina cita / regurgita
El abrazo lazo hacia tu caballo
Largo cuello de nuez juego a ser tu crin
En la clara morochez chamán de tu falda
El lugar indicado caos fondo de las cosas
Caos que refulge / urge
La ingeniería falaz del amor y el pene
La suma deseo sauna varios animales
La pata encima de las huellas barro
Que me desliza y tapiza epidermis
Que me disloca coyunturas y su frémito
Pelamen, no llueven niñeras (en celo) del cielo
Con decoro digo no hay silencio
Condecoro palabra grave o llana / no mana
Madre que me desdiga
Al menos hoy
A las cuatro de la tarde no lo hay / silencio no
Tiento el sol peripecia de luna diaria
La hora de la mujer (arcos iris paralelos)
La ceniza pataleando en el cuerpo del ave
La brasa roja / pulpa y merodeo / me rodeo
(Yo hablo y las mariposas mueren)
Hundo el cuchillo y la bestia sangra
Aún cruda sin rostro de cadáver
Ni rictus antes del machete
Degüelle
Separado de su cabeza todo cuerpo cae
Trincho las horas como membranas de sebo
Haber de sentencia extinto a mis espaldas
(Yo hablo y las mariposas mueren)
Corrígeme la pátina, lástima verbal y oprobio
La posteridad de unos postigos entornados
Enjamaicados
En duramadre postrera
Amanecí borracho / lapa de chillido cortante
Me peleé toda la noche con la palabra amor
Y todas sus variables demográficas
Después del tercer whisky todos son el tercero
Después del primer amor todos son el primero
El cielo desespera sorpresa / despereza la resaca
Arrope y ladre / a cara de perro / tumores impacientes
(Me peleé toda la noche con la palabra amor)
Hila la luna mi ladrido / mi olvido / hacen nido
Me acuchan
Me aperrean
(Tumores impacientes)
Los perros de la poesía no lloran
Nunca mueren en la casucha sueñan
Hartos de lamerse la ovejera ojeriza
Carcomen versos amor de la olla
Encharcados en el hueso
Encendidas hembras de magreo
Perras burdas dentelladas
Atragantarse de ladridos / palabras aullando a la luz
(Los perros de la poesía no duermen)
Cachorros / chorros / chinchorros / canes
Domésticos de profuso masticar y acullá
(Tu rezo desmalezo como a una mujer)
Galgueando las orejas con los dientes
Ojeras empellones magullones a destajo
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