El poeta salvadoreño Tony Peña
Crear en Salamanca se complace en publicar una muestra de poema de Tony Peña (Santa Ana, El Salvador). Su labor literaria discurre entre la cotidianeidad interior, el humanismo, el amor en sus diversas manifestaciones y un acercamiento al erotismo. Algunos de sus poemas han sido publicados en la Revista Minerva, Universidad de El Salvador (Facultad Multidisciplinaria de Occidente), Revista “Papyroflexia… La poesía despierta”, Ciudad de Panamá, Panamá; y la Cabuda Cartonera Editorial, El Salvador. Ha participado en diversas lecturas de poesía, entre las que destacan el Encuentro Internacional de Poetas “El Turno del Ofendido” Homenaje a Roque Dalton, 2008,2010; auspiciado por la Fundación Metáfora, la “Jornada de Poesía por la Libertad de los Cinco en El Salvador”, 2011, Festival de Poesía «Amada Libertad llevada por el viento», 2014, Lectura en Sala Binacional de Arte Francisco Morazán, Tegucigalpa, Honduras, 2016. Invitado en 2013, al V Festival Internacional de Poesía en Puerto Rico; en 2016, al XX Festival Internacional de Poesía de La Habana- al sur está la poesía, XIV Festival Internacional de Poesía de Granada,2018. En 2019, Encuentro de Poetas La Espera Infinita, Progreso, Yoro. Honduras.-. Entre su obra está: “Poemas Cortos para Reír en Paz”, “Desde mis entrañas y otros poemas”, «Tiempos de victoria», «Poem Art, In Santana City», «Dimes y Diretes en Salsa a la Salvatore» y “Margarita después de la lluvia”.
Ha sido invitado para participar en el XXII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que se celebrará en Salamanca del 14 al 16 de octubre de este año
Fotografía de José Amador Martín
FE
Desde más allá de mi último aliento,
o mejor aún,
cuando ya la oscuridad
se apropie de mi último destello
y el último rayo de sol
fustigue la noche yo volveré…
Volveré transfigurado
con aura de santo tal vez…
Vendré por vos, amor,
con la fe de encontrarte,
otra vez,
al fondo izquierdo
cerca de los cristales
del aula dos…
Fotografía de José Amador Martín
POETA
«Poetas solo los muertos»
Pablo Guerra Martí
(Cubano)
No me llames poeta, hermano,
porque desatarás la ira
de las vacas sagradas de la India;
ladrarán los perros de Johann Goethe;
se turbarán las mentes del parnaso
y retumbarán las voces del gusano.
No me llames poeta, camarada,
porque despertarás la sospecha
y volverán sus asesinos
a desmembrar sus restos
cual aves rapaces del Playón.
No me llames poeta, poeta,
por que cesará la lluvia
en pleno invierno de las hadas;
se retorcerán en sus tumbas diplomáticas los modernistas
-los reyes de la métrica cansina y el soneto bobalicón-
y Borges volvería del más allá, arrepentido,
a escribir su única novela.
No me llames poeta, corazón,
porque las noches con su celo
esconderían sus secretos de luz
y el día oscurecería de tristeza.
No me llames poeta, amigo mío,
por que se confundiría
la amistad y la agresión;
se esfumaría el ideal y el credo;
y moriría el afecto y el rencor.
Por eso, no me llames poeta,
amor mío,
porque poetas…
¡¡Poetas solo los muertos!!
Fotografía de José Amador Martín
LABIOS PROHIBIDOS
“Uno no besa dos veces la misma boca”
Otoniel Guevara
Por las noches me he despedido de vos
con el húmedo intacto de mis labios…
El húmedo de los tuyos no se posó
en los míos ahora
y querían ellos despedirse;
vos, sin embargo,
no podrás imaginar jamás
el frío que hará en ellos
esta maldita madrugada…
Después de todo,
descubriré cómo la brisa
secuestrará tu sonrisa y tus labios
y arrollará en su camino
cualquier mirada intrusa que salpique tu certeza…
Anoche cincelamos el principio y el final de una ficción
que describe nuestro amor al revés;
juntamos nuestras manos
e inhalamos la fragancia de una toxina mortal…
Nuestro tiempo escurridizo obstruye con su eco la caricia
y la noche se trastorna dimitiendo para siempre de su sombra…
Tus labios retornan feroces,
me encadenan,
me torturan con su miel;
las lágrimas superfluas
me lanzan a una soledad furiosamente ineludible
y tropiezo evocando señales que jamás existieron,
más o menos como la pregunta que jamás te haré,
más o menos tanto
como lo que nunca me aventuraré a confesarte…
Aunque vos no lo sepás,
eternamente termino topándome con tu nombre
enredado en tus mensajes,
brillando en mi ordenador al amanecer,
entreteniendo mis días de silencio,
embriagándome de tus noches de tormenta…
Persistentemente acabo perdiéndome
en tu cuerpo atmosférico,
en tu cintura de abeja que rodeo con mis brazos
en una noche de septiembre invernal
en el lugar aquél
en que yacen las letras de tu nombre…
Vagabundeo por las calles de mis pensamientos,
me aferro a tu rostro de virgen perversa,
me hechizo con tu mirada sedienta
y muero…por esos tus labios prohibidos.
Fotografía de José Amador Martín
MORIR AHORA
Quiero morir por tus muertos,
por la infamia inacabada:
nube gris que nos azota;
morir por la tormenta,
la tormenta cegadora de tu cielo…
Quiero morir por tu bandera,
por el poder impune,
la eterna oscuridad de tus ocasos,
la tristeza cabalgando en cada esquina…
Quiero morir por tu historia,
por las ganas de odiarte,
la intensidad de tu dolor,
la agonía en tu rostro…
Quiero morir por la esperanza,
por lo execrable de tus héroes,
la hazaña de la mentira,
y la verdad trastocada…
Quiero morir por los cirios de la noche, en el barrio,
por la sangre derramada de la calle,
la indiferencia de los dioses,
la cobardía del burócrata…
Quiero morir, a secas,
por nada y por todo,
por la estupidez que nos devora,
la indiferencia orgiástica de tu iglesia…
Quiero morir por tus poetas,
por la amargura del segundo
la sospecha del fracaso,
la mediocridad en galope…
Quiero morir por la inmaculada corruptela,
por la certeza de la muerte,
la vida que se escapa entre los dedos,
la marea que inunda la pupila…
Quiero morir por el ahogo del silencio,
por el descaro intermitente,
la bala perdida que mutiló el sueño,
la palabra marinada en el engaño…
Quiero morir por la duda,
por la fe,
la vida,
y la muerte…
Quiero morir en tus brazos
bajo ese manto negro de tu azul.
Fotografía de José Amador Martín
TE RECORDARÉ
Habrá un instante mágico
en la mañana de un invierno gris
que te recuerde igual
en el más pulcro resplandor de la penumbra;
quizá por una hoja al caer
o por el gorjeo de un pájaro;
a lo mejor por un lento suspiro
o un beso estrepitoso;
acaso por tus trazos voluptuosos
o tu ropa diminuta…
Te recordaré,
en los más recónditos rincones
donde reposó la liviandad de nuestros huesos;
y que volvamos al abrazo perpetuo
por el hábito lúcido de la memoria
o la ausencia del olvido pasajero…
Créeme,
no podré marcharme
cuando quiera de tu imagen
porque el recuerdo se encargaría de todo
como si fuera cosa de morir
o seguir viviendo…
Y si yo pudiera marcharme de tu espacio,
en cuanto pueda,
lo haría como un cobarde infame
viviendo mi recuerdo
y esculpiendo el perfil de mi cruz…
Será el momento, quién sabe,
en que nuestras atavíos
se rasgarían dócilmente
por el milagro de un reencuentro fugaz…
Fotografía de José Amador Martín
OBESA
Tú lo sabes, amor…
Te amé sin reservas,
nuestro amor no estuvo sujeto a magnitudes ni medidas
ni a libras de más…
Te amé con la locura
de cuando la liposucción soñaba con tu vientre,
y las estrías invadían por amor tu piel ensatanada…
Te amé. Estuve ahí,
amando los “gorditos” de tu espalda
y los “tush” de tu cintura…
Siempre conversé con tu panza,
y deseé a rabiar tus chaparreras
como un convencido de que no se trataba de grasa,
si no de amor, digo yo…
Amaba tu “leggin”
por parecer un tirano
al reprimir celulitis por doquier;
también lo amé,
porque después de todo, amor,
exponía bestialmente tus encantos…
Fotografía de José Amador Martín
PROPUESTA
Dejá que tus demonios celestiales despierten,
yo estaré allí para arrullarlos…
Dejá que la lección transcurra
y permití que me estremezca
en tu cabello brilloso…
Dejá de joderme la vida
con tu cuerpo de volcán dormido,
porque no soporto ya,
pegarme a tu piel,
sin poseerla.
Fotografía de José Amador Martín
AMNESIA
Y desde ayer,
fusilaré recuerdos,
aniquilaré cada palabra envuelta en la noche y la mentira,
y esperaré en una esquina rota
donde coincidan la rabia,
el cinismo
y la neblina…
Fotografía de José Amador Martín
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