El poeta Rafael Muñoz Zayas (foto de María Alcantarilla)
Crear en Salamanca se complace en difundir seis poemas de Rafael Muñoz Zayas (Panamá, 1972). Autor de poemarios como ‘Leucemias infinitas’ (Virazón), ‘Canto del mal soldado’, ‘Sones de dicha’ (Premio de Poesía Ciudad de Ronda) o ‘Tierra de provisión’, Rafael Muñoz Zayas ha sido traducido a idiomas como el polaco, el francés, el árabe, el serbocroata o el inglés, a los que sigue la edición bilingüe lituano-española de su libro Aprendizaje, que verá próximamente la luz en el sello Siberiana Books. Su obra ha sido compilada en numerosas antologías nacionales e internacionales, entre las que destacan Los lugares del verso (Fundación Salamanca Ciudad de la Cultura), Periféricos. 15 poetas, el catálogo Roma 1999, Visioni de Futuro o Siete Sumaráis 2. Además, ha participado en calidad de poeta invitado en encuentros como el Festival Verao de Poesía (Belo Horizonte, Brasil, 2010), el festival Latinale (Berlín, 2008), el Encuentro Internacional de Escritores de Belgrado (2006) o el Encuentro de Poetas Iberoamericanos de Salamanca.
Los poemas seleccionados forman parte de su nuevo poemario ‘Los astronautas de verdad no regresan a casa’ (Pre-Textos), presentado el pasado21 de marzo en la sala Ámbito Cultural del Corte Inglés de Málaga
Foto de José Amador Martín
PARTISANA
tú
como las cosas raras
te acentúas con la lluvia
haces mejor la caída
de los pétalos de las rosas
ahora que termina el verano
eras como el día que fue
fuiste lo que no ha de venir
:
tú estás ahí
tan quieta que era imposible
saber si guarecerte
o hacer de tu camino un paso oscuro
lo que busca la emboscada cuando todos duermen
y el sueño flamea como un campo oculto
mientras tú estás
ahí
y nadie sabe si abrir las puertas
o callarse para siempre.
Foto de José Amador Martín
NO DEFENSA
Me digo que no más
frente a tu cuerpo abierto como un árbol
frente a tus manos derramando savia
frente a tu cuerpo abierto
frente al tacto de la mano
frente a la mirada limpia
frente al día más y más helado
frente a la noche que cae
y miente de nieve la calle
no queda nada que hacer
solo permanecer quieto
resistir asustado
relatar lo frágil
que es cada momento
y no quedar salvo
y estar dispuesto
como esas piraguas en el margen del río
a alcanzar la orilla de piedra de los rápidos
como nosotros
esperan
desmoronarse y caer
aunque nadie
hable
diga
nombre
ni obedezca al viento
que mueve las cometas.
Foto de José Amador Martín
PEQUOD
sopla
sopla tu viento en mi corazón
como si el blanco bufido de agua
que seguimos
viniera ahora
contra nosotros
mientras sopla el tiempo
que nadie podrá detener
mientras borra una tras otra
nuestras estrellas del firmamento
mientras se lleva mar adentro
todo lo que somos
sopla
sopla este viento
inevitable
sopla también mi corazón.
Foto de José Amador Martín
PUERTO DE ADÉN
no importa el amor
te arrancarán
los ojos al fugarte
no te hará daño
el tacto de una mano,
ni el roce
añil
de los recuerdos
qué importa
si está todo ya vivido
si eres castaño del bosque
o el desnudo violento de los cuervos
te arrancarán los ojos al fugarte,
muchacho horrendo,
te arrancarán los ojos al volver.
Foto de José Amador Martín
CREDO
Este credo no era el verdadero
no hablaba del árbol
del tronco
de la rama
de la hoja
ni nos habló del fruto
no era el verdadero
no era un continente
no sabía del límite de la tierra con el mar
ignoraba la natural frontera que nos separa del aire
el vértigo de la sima
el terror del acantilado
cuando nadie mira a tu lado
la inmensidad de la nada en una bañera
no era el verdadero
no era el cuerpo
no hablaba de sus manos
no de su cuello
no de su espina dorsal como una carretera
negaba las piernas y negaba el erizo abierto
el abracadabra de un destello
no proclamaba el cielo del lóbulo extinto
ni la mirada que acompaña al placer
era bendita
no nos daba la creencia exacta
que hace que amar sea algo táctil
la experiencia
el saber
el olfato
todo lo que es humano y no es bello
y es visceral y crudo
insaciable
como la luz que das
aunque no queráis tomarla.
Foto de José Amador Martín
LUCIÉRNAGAS
Se te apaga la luz
como esas luciérnagas
que se resisten a morir al filo del invierno
y que vuelven el juegoamor de sus luces
un camino gozoso
hacia la muerte.
Se te apaga la luz,
y allí donde no sueño
sus últimos destellos
han cerrado mis ojos
como un torrente de imágenes
anegando mi pantalla
y el sabor de este amor inalámbrico
sabe a vuelo de la muerte
a piedra estéril en órbita
a derrota alrededor
de tu satélite sin vida.
Foto de José Amador Martín
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