Es motivo de satisfacción, para Crear en Salamanca, publicar algunos textos del poeta Humberto Avilés Bermúdez, extraídos del volumen titulado Decíamos Ayer, antología del XVI Encuentro de Poetas Iberoamericanos realizada por Alfredo Pérez Alencart, poeta, profesor de la Usal y director del Encuentro. Así escribe Humberto, como anticipo:
Sueño vidas
oteo la oceánica
dimensión de Castilla.
Presiento del otro lado
la sombra…
Humberto Avilés Bermúdez (Granada, Nicaragua, 1953). Se licenció en Derecho y se doctoró en España (Estudios en las Universidades de Salamanca, Málaga y Complutense de Madrid). Ha sido catedrático en diversas universidades de su país y sus poesías se han publicado en revistas, periódicos y libros colectivos. Supo esperar y, con motivo de la IX edición del Festival Internacional de Poesía de Granada (Nicaragua), su ciudad natal, en febrero de 2013 se presentó Perfil del Olvido, un volumen donde acopia poemas de diez libros suyos, a saber: Estigmas de silencio (1976); Catarsis (1978); Hipótesis del amor (1979); Pequeño sol (1981); Retornos (1983); Pequeño todo (1999); Imágenes (2000); De la palabra y sus orígenes (2001); Libro de Lisis o el Debido amor (2005) y Adoneceres (2007).
Sobre su Salamanca, Humberto escribió en 2012: “… desde que la piedra de Villamayor esculpida fue, ya nuestra ciudad se tornó un paisaje dorado sin alucinaciones, ah! Fray Luis y el Patio de las Escuelas Menores, su aula donde sigue predicando humanidad como ayer… Don Miguel, esa Casa de las Muertes frente a su estatua por Victorio Macho y camino al Campo de San Francisco. ¡Ay Salamanca, este dolor al evocarte me recuerda cuanto te amo!”.
MIEDO
En mí toda la guerra
quiere nacer a la muerte.
Un geranio abandonado
en las aguas del miedo
como una inmensa flor
de prisa navega
entre tus sueños.
Espíritus sin nombre
rodean mi silencio
me impiden olvidar,
pensar acaso,
callar…
Son las cinco en humo
de las sombras.
Toda mi tristeza
como en una oscuridad
poblada se pierde
en tu alegría.
En mí todo el amor
se desangra
la guerra está naciendo
y no quiero ser flor…
¡Sólo soy miedo!
DESEO TOTAL
Sembrar
de amapolas oscuras
tu cuerpo
cuando ausente
tu mirar esté de mis días.
Sonrisa tuya
rescatar en mis ojos
cuando sentir pueda
que muero.
Recordar el olvido
que sentirte me hizo,
olvidar el recuerdo
apagado para nunca
al calor de tus labios.
Llorar, sí, llorar
esta ignorancia
de sonreír cuando,
menuda, tu libertad
es cruel negación
de volver a ser
amor anegado de locura.
PERFIL DEL OLVIDO
Caen tarde y luz
con ellas
nace sombra.
Distancia gris de
palabra dicha
no dicha de palabra.
Siento que ya
no ardemos…
somos fuego de nadie,
rescoldo
casi ceniza.
Entibiados por no decir
somos este perfil
olvidado de sí
en otro espejo.
CORREO DE LA NIEBLA
La niebla trepa por mi calle
humedece el aire su risa
vaga tu silencio por mis huesos.
Carta de olvido
que no escribió el adiós
habita tus rizos…
te encontré de pronto
en mí viajera.
Un pacto de ignorancia mutua
te propuse,
no sé si he de cumplirlo.
Campanas de amanecer,
reloj de Plaza Mayor insiste
devolver el tiempo…
no quiero aceptar
ni debo ni puedo,
no acepto:
Ni la niebla
ni el aire húmedo
en su risa,
ni el silencio tuyo
ni esa carta de olvido
que el adiós no escribió…
ni siquiera la casualidad
de hallarte viajera en mí
hacia otro rumbo
que ya no es el nuestro.
No te quiero virgen
para nadie
porque amo la prisa
que detuvo tu madurez…
Hoy es mi sangre
quien lo escribe.
Fin de embriaguez
impacto de ti
no siento ya nada
en lo más tuyo.
Ya no te propongo nada
ni sentimiento ni verano.
Yo he cumplido,
amanece el silencio
vacío de ti.
Como la niebla que se aleja de mi calle
reseco el aire de su ausencia
así marcha tu recuerdo
despejándome.
CASTELLANA
a Edwin Yllescas Salinas,
homenaje a su castellano linaje.
¡Ah, Castilla!
Suavidad del surco
endurecido
en la entraña.
Sol secular,
fecunda tierra
de sombras nacidas
en el rostro de una pena.
Bebe mi sangre
del grito,
del grito que me desgrana,
alma reseca de encinas…
Huella profunda
en la simiente tristeza
del beso,
horizonte de alamedas
encarnado en la llanura.
¡Castilla,
sorda dulzura
encinar de sombra!
Viña desnuda y sola
raíz mordiente,
caricia de uvas
en el corazón del vino
palpitantes
las riberas del Duero.
Húmedo vientre
del delirio que
tus campos riega…
¡Seas para siempre
una espiga del mejor trigo
que mis manos labren!
GAVIOTAS
Virgen vuelo
en mi asombro detenido
aire de tus alas
perfil dibuja de sencillez.
Transparente libertad
repentina sonrisa
moreno corazón de viento.
Volás, volamos infinitos
la distancia precisa
para el nos.
FECUNDO SILENCIO
A Fray Luis de León
Envidia con mentira
entreveradas
contigo no pudieron.
Humilde dicha
tu sabio retiro
de la maldad mundana
cárcel no pudo ser.
Estatutos de pobreza
disfrutaste al deleitoso
compás de Dios,
mientras liberado del silencio
tu sola edad nos trajo intacto,
inmemorial, luminoso, perenne,
esencial y humano eco del
“Como decíamos ayer”.
(Inédito, 19 de junio de 2013)
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