POEMAS DEL MEXICANO MIGUEL AGUILAR CARRILLO, FINALISTA DEL PREMIO PILAR FERNÁNDEZ LABRADOR

 

 

El poeta Miguel Aguilar Carrillo (Foto de Juan José Flores Nava)

 

 

“Crear en Salamanca” tiene el privilegio de publicar una muestra del poeta y editor Miguel Aguilar Carrillo, quien nació en la Ciudad de México en 1954 y llegó a la ciudad de Querétaro en 1980. Egresó de la Escuela de Escritores de Querétaro, de la Sociedad General de Escritores de México; de 1999 a 2005 fue director de la misma. Su obra poética ha sido publicada en los medios editoriales más importantes de México, como La Jornada Semanal, Crítica, Luvina, Periódico de Poesía, entre otros. También ha merecido premios nacionales e internacionales como el Premio Internacional Letras del Bicentenario “Sor Juan Inés de la Cruz” y el Premio Internacional de Poesía “Desiderio Macías Silva”. En 2007 fue becario del Centro de Estudios Cervantinos con el proyecto “Pasión por el Quijote”. En tres ocasiones ha sido becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Querétaro con los proyectos: “Quitar la pátina”, “Pensar el ensayo” y “Sin duda es el paréntesis” Tiene publicados varios libros de poesía, entre los que destacan Oficios de la luz (1996), Hilvanes, condición de la memoria (2002), Asuntos personales (2003), Prestigio de estar aquí (2004), Laberinto del cuerpo (2006), Historias (2006), Muchacha en la playa (2008; edición española, 2009), Elegía por la sangre derramada (2011), Muchacha en la playa y + (2011), La cosa en sí (2010), Vida completa (2013), Lejos de juzgar a los espejos. Antología temporal (1973-2013), Los Poemas de Anamar (2016) y Entre la luz sitiada, áspera luz (2017) Cenizas donde hubo un cuerpo (2019) y Defectos escogidos (2019).

 

 

Ha dedicado gran parte de sus proyectos a la difusión de la literatura, principalmente de autores queretanos y de la región, mediante la edición de colecciones editoriales como “Fuera de comercio”, “El Tren de las letras” y la Editorial Calygramma, que ha merecido reconocimientos dentro y fuera de México, como el Apoyo a la Traducción y Edición de Autores Brasileños en el Exterior, convocado por la Fundación Biblioteca Nacional de Brasil; el Estímulo a la Producción de Libros, convocado por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales. Ha coordinado diversas publicaciones culturales de la región como las páginas Magapalabra del Diario de Querétaro (1995-1997) y El ruido de las letras de periódico Noticias (1996-1998); también diseñó el suplemento Direte de la Universidad Autónoma de Querétaro (1996-1998), y formó parte del Consejo Editorial de Separata, revista de pensamiento y ejercicio artístico (FONCA 2010, 2012 y 2013). Así mismo, ha ofrecido diversos talleres para la formación de jóvenes escritores en la Universidad Autónoma de Querétaro, el Instituto Estatal para la Cultura de Guanajuato, el Instituto Municipal de Cultura, el Instituto Queretano de la Cultura y las Artes y la Secretaría de Cultura de Querétaro.

Pilar Fernández Labrador (foto de José Amador Martín)

 

Aguilar Carrillo quedó entre los15 finalistas de la VII edición del prestigioso Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador, con su libro ‘El olvidado’. Recordar que a dicho premio se presentaron 1017 trabajos procedentes de 26 países. Los poemas aquí publicados no forman parte de dicho libro. Agradecemos al poeta mexicano por habernos enviados dos poemas inéditos.

 

 

 

 

CONSIDERACIONES SOBRE LA NOCHE

 

La soledad | las caderas | el recuerdo
el triste transcurrir de horas
que minuto a minuto su engrane muestran rechinando

La soledad | los pechos
una mujer bailando
                                  contaminando el aire

El calor de tu espalda
el frío
de tus nalgas | pero tú no comprendes el trabajo
de la noche | el vapor del incienso | la luna
resquebrajada

Hay un rumor
y tu cuerpo metálico conduce los otros alfileres
a mi piel
como si en sánscrito dijeras las palabras
cargadas con el sopor
que dejan ellas mismas | Moneda
y más monedas

Eso es la noche la noche
de los cuerpos untándose por una miga
sin temblor sin entusiasmo

Si lo dijeras | pero no

La noche
es silencio acobardado | esqueleto
fúnebre del llanto de las pieles que abusan 

                                                                             La soledad
es un tatuaje imperceptible al tacto | es un olor
en el lóbulo prendido cuyo sonido es incantable
cuando la voz la brisa
esa liturgia
en cuyos cálices nadie bebe  
sabe que no vendrá
que no hay monedas
que nada sigue en el camino y es mejor
olvidar la chispa el roce el epitelio
porque de nada sirven
los cuerpos bajo el manto purísimo de la noche

 

 

 

ENTRAMADO CON TRÁQUEA Y ESCAMAS

 

 

Tengo que hablarte de la angustia | de esa madeja de serpientes
que se enreda en los brazos y en las piernas
con su pesada baba
goteando incansable sobre el pecho
pecho que guarda solamente
grumos de niebla | grumos hechos de escamas de serpientes

Tengo que hablarte de las serpientes brotando
incansables de cada poro | de cada pelo | de cada humo
de plomo

Tengo que hablarte del plomo y su materia
insolente | de su materia de pelos y de poros y de sombras
Tengo que hablarte de las serpientes peludas apareciendo
incansables sobre la piel de adentro sobre la piel de afuera
en cada poro
en cada comisura | en cada territorio
de las alas resecas

Tengo que hablarte de sombras
y de vanos edificios
cuyas paredes anteriores son pedazos del insomnio
cuyas paredes posteriores son pedazos del insomnio
cuyas paredes laterales son pedazos del insomnio

Tengo que hablarte de ojos como rabos como escamas

Hablar del paladar | del páramo del paladar
y de la tráquea
que se angosta en un silbido tenue
y de los tiernos pulmones | de los tiernos intestinos
y del pene y los testículos sentimentales

Pero la tráquea no soporta las palabras | deja mudo este latir
este aire | este aire
con grumos con escamas
con madejas de serpientes | este aire de plomo
con sólo sombras
                                de sombras sibilantes en la estrechez
de la garganta | en el pecho maltrecho que se expande
como una mancha purulenta
donde el tiempo no circula

 

 

 

BEBER LA IMAGEN

 

 

Tu imagen es perversa Tu imagen
(la imagen, te imagino) me persigue
si tus senos en mis manos estuvieran
Tu imagen (no la realidad; la realidad es inasible)
da vueltas, viene y va, se mantiene
¿en dónde?  Dejo el análisis para los estudiosos
(tampoco saben) pero está aquí

Tu imagen, la sombra perseguida | la estatua,
tatuaje (no se ve), aura Tu imagen
De los sentidos parámetro | el pene truculento
los ojos sin pupila y la mano
rítmica, la perversa 

Mano es perversa
Breves tus pechos, inmejorable tu cadera
                                                                          Te imagino
Y el bloque del pecado se desploma

Tu cabello, crin, caballo (una película de los setentas)
Perversa tu imagen | Largas las piernas (pero
llega sin pensar tu imagen) | Me escondo
para ella

Si la belleza fuera perdurable
belleza no sería Bebo la imagen
que imagino (la de los años
mozos) y se guarda en lo oculto: sombra
donde estoy con diestra la mano y sin testigos

 

 

 

LA CIFRA

 

 

Doscientos es un número muy grande
si se toma en cuenta la parálisis
y esa furia del hígado
                                     Doscientos
puede ser menor si en el ventrículo izquierdo
o el derecho da lo mismo desfoga
la sangre que derrubia las arterias

Doscientos es un número | la cantidad
en el bolsillo las ocasiones que los ojos
o el misterio de las manos
Pero doscientos es la cifra y no hay remedio

Ah | si fuera menor y en la solapa
se pudiera guardar como un clavel se atrapa
en las festividades

Ah | si fuera superior
y en alas convirtiera ese regazo firme
que la sinapsis no confirma

Doscientos es la cifra cantidad o movimiento

Doscientos es igual a cinco | igual a mil
o al universo

                           El problema
es que doscientos ya corre tras la presa
y es materia ineludible y no hay remedio
de que se entienda cómo

 

 

 

DISQUISICIÓN AL CAMINAR

 

 

Primeramente la hipertensión

                                                   la válvula enroscada
en el oído

¿Cómo será tu nombre?

¿Cómo el brillo de tus senos?

Hay un árbol que marca los senderos
y no sin hojarascas | Solo
marcando el límite

En segundo lugar la hipertensión
el fluido que se enrosca entre las piernas | ¿Tus pies
sedientos acotarán el ritmo
de la brisa?

¿Sabrán
tus labios la palabra estrecha? | Hay
una piedra en el camino –dixit

José Alfredo– | una piedra
sin color | casi transparente

El último lugar
lo ocupa la hipertensión
la mariposa en su vuelo emblemático 

la ración alimenticia de los días 

                                         ¿Sabrá tu alma
del principio de tu nombre | de la total
materia que ocupa su estructura?  La piedra
no ha ascendido | Nada

Ningún destino previsible que venga
de la sombra del árbol | los límites de hierro

 

 

NOCTURNO

 

 

Preguntamos a veces | ¿por qué el dolor?
y hay una estatua sin sangre
como en Villaurrutia* que mana un líquido
feroz de carne hueca | de carne
sin sonido de carne que ha dejado
detrás de la ventana esa sustancia
aérea | un poco absurda y atrabancada
que abría los labios y caminaba
alrededor del cuarto en espera del cuerpo
y era distinto el hueso y su pelambre erecta

 

Preguntamos a veces
¿por qué la savia no cumple su labor
de rellenar el fruto con ese ácido tan dulce
de cuando en la estación no sólo cargas
y transeúntes sino pálidas figuras
de ramas enlazadas con un dolor tan ácido
que la inmovilidad tan propia producía?

 

 

(*) …en la tumba sin lecho dejo mi estatua sin sangre
para salir en un momento tan lento
en un interminable descenso
sin brazos que tender
sin dedos para alcanzar la escala que cae de un piano invisible
sin más que una mirada y una voz
que no recuerdan haber salido de ojos y labios…

“Nocturno en que nada de oye”
      Xavier Villaurrutia

 

 

DOS POEMAS INÉDITOS

 

 

Un cuarto blanco | Habitación vacía
Un cuarto negro | Habitación de sombras
Formas de la nada con límite exactos
Historia de las comisuras cuando las paredes hablan
de una historia

                        Tal vez un solo instante
de un cuarto blanco en la oscuridad
lejos del día
                  Un cuarto con un amante
sin una amada
                      Es decir
un cuarto blanco que oscurece cada instante
Instante en que la luz se degrada
para otros abismos
                             más allá del límite
que forman la mezcla y el adobe que fue lodo
y ahora musculatura que determina el peso
de la habitación vacía
con una sola sombra que enviste su propia sombra

Agradece la sombra el caminar pausado hacia la declinación
que no es bajeza | es simple descenso
La altura hacia lo bajo
del polvo de las estrellas | a las estrellas reflejadas
en el barro genitivo

                              El mal es un error
—alguien lo dijo— El mal, el mar, el mor
de la memoria y el mir que es el mirar
en el cuarto vacío | no de noche no de luz
de penumbra solitaria
con el soplo sin aire
                              del hálito
en la nostalgia de un solo pensamiento
no dicho
              El cuarto blanco, el cuarto sin costuras
El cuarto de desafía la placidez
del dedo fermentando aristas para formar la historia
líquida que a la penumbra y custodie
sin manifiesto a la sombra
del cuarto abisal

Un cuarto claro, un eslabón
en la carrera sin vallas
en la rubia cadencia del misterio
que anuda la soga no para el ahorcado
una soga para el ministerio
que establece la trama, el tejido
del cuarto que talvez tendrá una puerta

 

 

 

 

LOS GIRASOLES

(Homenaje a Van Gogh)

 

 

Buscan al sol los girasoles
Especialistas en luz son ellos | ¿Qué ven en ella?
La luz es escritura
indescifrable para el pobre hombre
que es triste, baja las escaleras, escupe
y una mirada o un roce al paso
demuestra su investidura de indigente

Los girasoles buscan la luz | Está en su naturaleza
¿Evolución genética, mandato del que rige las estrellas?

El humillado que lleva la oscuridad en su frente
ya craquelada sube las escaleras
cruza la puerta, sus pies al pavimento
vislumbra un girasol | descifra su escritura

 

 

Miguel Aguilar Carrillo dedicando uno de sus libros

 

Aún no hay ningún comentario.

Deja un comentario