POEMAS DEL ESPAÑOL ILIA GALÁN. XVII ENCUENTRO DE POETAS IBEROAMERICANOS. PINTURAS DE MIGUEL ELÍAS

Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar algunos de los poemas que, durante el XVII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, leerá en Salamanca Ilia Galán (Miranda de Ebro, Burgos, 1966), profesor Titular de Estética y Teoría del Arte en la Universidad Carlos III de Madrid y profesor invitado en las universidades de Oxford, Harvard, la Sorbona, New York University, etc. Columnista habitual en El País, y otros periódicos.

 

1 Ilia Galán (por Miguel Elías) Ilia Galán (por Miguel Elías)

 

Entre sus libros, editados en varios idiomas, destacan las novelas: Tequila sin trabajo (2000); Tiempos ariscos para un extranjero (2001) y Todo (2004); los poemarios: Tempestad, amanece (1991); Arderá el hielo (2002); Amanece (2005); Ars Sacra (2011) y Umbria al sol (2013); de su poesía se han editado cuatro antologías. En teatro ha editado: Después del Caos (2011). Teatro en el templo de Salomón (2013) y Pintar el Crimen de los símbolos (2014).

Estos poemas forman parte de la antología “Palabras del Inocente”, realizada por Alfredo Pérez Alencart para Editorial Edifsa y la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes.

 

 

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EL POEMA

La niña reflejada en sus ojos pidió un poema
y recibió una hermosa rosa espinosa y roja
que dejó abandonada en un jarrón transparente
lleno del zumo viscoso y traslúcido de las palabras.
A través del cristal los diamantes de la luz la sinfonía escribieron
que los poetas sordos a veces escuchan
o adormecidos la respiran en sus nasales notas.
Un ejército de vates recorre las tierras yermas
y a veces, con pasos medidos, pisotean las primaveras
sin mirar a la muchachita que les mira al pasar.
Las poesías aleteando siempre nos rodean,
mas nosotros, agitando la pluma con fuerza o pereza,
a menudo no las vemos y sólo cuando un ángel nos rapta
y eleva desde los suelos, creemos que volamos
pues despertamos en el sueño.

(Para el homenaje a Gastón Baquero)

 

 
3

 

Montañas de Gredos, Candeleda,
18 de diciembre de 1999 (Praga, in memoriam)

Lejos del paraíso intentamos volver el espejo
de los recuerdos y hallar en los reflejos de otro
sol, que sin embargo no es el mismo,
el oro de un vapor que fue nuestra respiración
en la belleza.
Lejos de torres, palacios, campanarios y cruces
que cantan sobre los cielos más altos,
después de buscar su nombre e inventarlo
en las grises calles de la ciudad de hormigón
y cristal,
piso el presente haciéndolo retumbar
con la voluntad firme de una espada
que me rasga el techo del firmamento
para recoger, en el hogar
donde arde entre brasas mi alma,
estrellas del calibre de aquel astro rey
al que un día he de volver, aunque huyese
lejos,
porque en mi alma habita todavía, más cerca que yo,
y más cercano hoy.

 

 
4

 

 

 

Galicia, Cedeira, Barral, 25 de marzo de 2002

Amenazadas del mar continuo del mundo
son nuestras ideas, proyectos, castillos
de arena que se anegan lentamente;
las grandezas son esquivas con la muerte repetida
y nueva de cada ola.
Ilusiones, sal de mi vida.
Espuma, aire, tierra revuelta bajo
el fuego que llueve del cielo
su emblemática moneda de oro;
océano de plata, tierra de bronce,
paisajes de barro
donde construimos nuestras fortalezas,
fabulosas altitudes de polvo y sueños.
Algunas con fosos y dobles los baluartes,
para aguantar más de pie frente al tiempo
del olvido, ruinas
que dejan los imperios de la belleza
en cada memoria.

Así se arrojan algunos al día
y son engullidos por el momento,
en un relámpago emanado del no ser
que en el pasado ya nunca será.
Otros construyen en piedra o hierro
mansiones, palacios, alcázares,
negocios de grandes empresas o libros
que otros apenas leerán, sin comprenderlos.

No podemos huir de lo eterno
y nos afanamos en las dunas para mostrar
el rostro refulgente de nuestra infinitud
en esculturas que se desmoronarán luego,
cuadros que desteñirán su dibujo, el marco sin color.

Sin sentido y estabilidad no hay cimientos
ni quien se sostenga,
aunque todo sea para
un rato,
ratón que nos roe la bandera en el baúl,
y el viento nos muestre
aleteando el Espíritu sobre las aguas,
fluyendo con nosotros.
“Todo pasa,
sólo Dios queda”
en el Todo de las mil máscaras
que explican, desvelan y ocultan nuestra última cara,
afirmándola, desgarrándola, confirmándola,
en el Todo que danza los pasos macabros
de un camino mortal donde ha de renacer,
si queremos.

En sus sendas nos hallará,
muriendo al mundo,
la Resurrección de nuestro universo.
Desde lo alto mira la gaviota
el paso leve de la jornada,
y el sol en su ocaso hace arder al mar
otra vez, con similares palabras,
el silencio que se funde con su tierra.
Un aire nos llega con promesas
de mañana: amanecerá.

 

5

 

 

 

Londres, Kensington Palace, 11 de noviembre de 2005

El cielo está cerrado con puertas de plomo
todavía
y tu belleza llueve a mi alrededor.

Los jardines de este palacio son recuerdo
de los tuyos.

Miro aquí abajo y te veo en las hojas caídas,
ya escritas por tus siete mil treinta y una historias,
de estos árboles que se desnudan poco a poco
ante mí,
como tu verdad, que resuena alegre en mi caverna.

En mi propia mano, te beso.

 

 

6

 

ADIÓS

 
Despedida
pura nunca existe
¿me oyes, recuerdo?
Olvido, tú sepultarás en polvo
de rencor los impulsos más brillantes,
pero el viento de la inmensidad
que se arrodilla ante los hombres
te despojará las joyas que fueron
vivas,
y resucitaremos, Cristo boreal,
pisoteando la cruz, sobre las ciénagas
que la niebla esparció en la conciencia
agrietada de la Historia Universal.

Amanecer que vuela sobre las alas
de un Espíritu más Santo
que se hace yo en nosotros.
Pasado, serás futuro
continuo en mi presente eterno.
Millenium, Córdoba, 18 de Abril de 1996.

 

 

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