Árbol caído, de José Carralero (España)
Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar textos de cuatro poetas de Europa y América, acompañados con pinturas y fotografías del maestro José Carralero, de Miguel Elías, José Amador, Sendo, Martín Carrique e Iván Fernández Dávila.
VIOLETA BONCHEVA
(Stara Zagora, Bulgaria)
Poeta, narradora e hispanista búlgara. Vive en su ciudad de nacimiento, Stara Zagora y desde allí ha versionado la poesía de Pedro Salinas o Alfredo Pérez Alencart, entre otros. Boncheva forma parte de la Unión de los Escritores Búlgaros y embajadora de Bulgaria del movimiento Poetas del Mundo, y ha publicado cinco libros de poesía y tres de prosa. Una parte de su obra está traducida al español, francés, catalán, sueco, inglés, alemán, etc., y publicada en México, Francia, España, Suecia, Argentina, Chile… Estos poemas, escritos originalmente en búlgaro, han sido traducidos al castellano por la propia autora.
Pueblo nevado, de Miguel Elías (España)
NOCHEBUENA
Te regalo una estrella blanca
para que brille en tus noches oscuras
cuando las nieves caen transparentes y puras
y la luna se parece a un
redondo pan
Te regalo mi pequeña ventana
para que veas a lo lejos,
allí donde las nubes
como si fueran espejos
y entre ellas mis huellas están.
Te mando un toque por el viento,
por un jardín imaginado
por el sentimiento
poderoso y fuerte,
como un huracán.
Atardecer en Toraño, de José Carralero (España)
OTOÑO
El otoño me balancea entre sus brazos
y canta canciones amarillas y rojas
dibuja vientos en mis ojos,
llena de miel la copa del cielo,
algo susurra por las hojas.
Algo tierno,
algo triste,
algo muy otoñal
y de cantos llenos.
Mi otoño dorado,
¿cómo viniste
sin avisarme de nada,
sin decirme que luego
por tus pasos lluviosos
viene invierno?
Hojas en la fuente, fotografía de José Amador (España)
La nieve, la nieve,
cae la nieve
y cubre con su vestido cristalino
las esperanzas de la primavera,
los sueños del verano,
las lágrimas del otoño
sobre las hojas marchitas
y hace un montículo blanco y tierno
el frío viento,
el novio del invierno…
Paisaje de otoño, de Martin Carrique (España)
Como riachuelo pasas por mi mundo
y cuando quiero ver mi imagen
reflejada en tus aguas,
ellas la arrastran por doquier.
Sόlo tus ojos aparecen diciéndome
que la esperanza
dura más que la vida…
MILAGROS MORALES GARCÍA
(Tarazona – Zaragoza, 1957)
Poeta, escritora de cuentos y relatos, artesana y actriz. Comenzó a escribir poesía en la adolescencia y ha colaborado con sus escritos y poemas en Asociaciones, festivales benéficos, revistas locales y provinciales, recitales, rondas poéticas, programas de fiestas, festivales, encuentros poéticos, copa de letras y programas de radio y televisión. Sus libros publicados son ‘Poemas de colores’ (2008) y ‘Caricias del alma’ (2009). También ha publicado poemas y cuentos en varias antologías, como ‘Yin. Poetas aragonesas’, de Editorial Olifante (2010). Entre sus varios reconocimientos, en poesía se cuentan el Premio Internacional de Poesía Altino (Venecia, 2014) y el Premio de Poesía Erótica ‘Casa de Zitas’ (Zaragoza, 2012). Es miembro de la Asociación Aragonesa de Escritores. Ha participado en el III Pemio Internacional de Poesía ‘Pilar Fernández Labrador’.
Acuarela de José Carralero (España)
MI VOCACIÓN
Mi vocación no es de árbol milenario
con mi sombra a la espera de que llegues
cansado del camino,
ni velar a mis hojas, o sostener las nieves.
Me he dado tanto que estoy extenuada,
ya no importa tener copa, ni brisa,
ni estorninos.
Duele la presión de las raíces
cuando sólo retienen un puñado de tierra.
Hermes, de Emilio Sánchez (España)
JORNALERA DEL DESTINO
Recojo una a una las espigas
que se desperdiciaron de la siega.
El rastrojo me araña, me deja en carne viva,
pero con ellas llenaré el granero.
Luego serán harina.
No me importa si debo subsistir con migajas
– soy una jornalera del destino-
amasaré su carne y en las brasas
serán panes calientes
que sabrán a mañana.
Pintura de José Carralero (Fragmento, 1966)
DECEPCIÓN
No pensé que quedara varado
el mensaje de auxilio
dentro de una botella,
en un pantano donde la sequía
seca y cuartea el fondo.
Perpleja, desnuda de inocencia,
siento pena de mí.
Me ruborizo.
Sin destino se queda la certeza
en medio de la nada.
Huele a ciénaga el aire que respiro.
Elena Liliana Popescu (Jacqueline Alencar, Salamanca, 2014)
ELENA LILIANA POPESCU
(Turnu Magurele, Rumania, 1948)
Es doctora en Matemáticas por la Universidad de Bucarest, de la que actualmente es profesora. Pertenece a la Unión de Escritores de Rumania. Tiene publicados más de veinte libros de poesía y traducciones del inglés, francés y el español, publicados en Rumania y en el extranjero. Entre sus libros podemos citar: Ţie (A Ti, 1994), Cânt de iubire- Song of Love (Canto de Amor, 1994), Peregrino (España, 2004), Himno a la Existencia (México, 2006), La versión china de Canto de Amor (Taiwán, 2006), Cât de aproape… – Lo cerca que estabas… (2007), edición bilingüe rumano y español, Unde eşti, Timp? (Tiempo, ¿dónde estás?, 2007), Poeme (Pakistán, 2008), edición bilingüe rumano y urdu, Peregrino (Brasil, 2009). Premiada y reconocida, entre otros, en el Festival Internacional de Poesía de la Uzdin (Serbia, 1997) o en el Festival de Poesía “Novalis” (Munich, 1998). Sus poemas traducidos al inglés, español, francés, italiano, serbo-croata, portugués, chino, urdu, albanés, neerlandés y latino, han sido publicados en varias antologías y revistas impresas y de Internet, tanto en Rumania como en Alemania, Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Cuba, EE.UU., Italia, España, México, Nicaragua, Puerto Rico, Serbia, Taiwán, Uruguay). Se puede visitar su página Web personal http://www.elena-liliana-popescu.ro. Ha traducido al rumano de la obra de más de cincuenta autores clásicos y contemporáneos, poetas y narradores.
El caminante, del pintor leonés Sendo (España)
PEREGRINO
I
No soy más que un pensamiento tuyo alado
cuyo sino es viajar por los siglos
vivir en mundos lejanos, morir
y proseguir con mi vuelo de dios errante…
Ser atraído por sueños ilusorios
creer en el embrujo de la fata morgana
no acordarme de la misión que me has dado
elegir siempre el error, ser irreconciliable,
Olvidar mi fuente sagrada, cada vez más,
no saber escuchar el mensaje del corazón
y vivir la pesadilla hasta el final: que el odio
y la muerte sean mi firma
Guerrear en vano contra otros pueblos
acumular sin descanso inmensas riquezas
que el egoísmo sea mi ley primordial
y, entre los hombres, dar primacía al cobarde
Que la fe que proclamo sea palabras al viento
y, aunque la predique a diario, no creer en el verbo
mentir con facilidad y pervertir la palabra
y subyugar a todo el género humano
No entender que la vida es un regalo inmaculado
desperdiciar en vano el talento heredado
no saber qué es la clemencia y golpear sin piedad
al caído, al pacífico y al indefenso
Repetir sin parar el error inicial,
el primer paso dado en la senda del engaño
evitar la justicia en el dicho y en el hecho,
hacer de la ignorancia un voto duradero
No poder sopesar mi insensatez ni mi miedo
no saber qué es la vergüenza, ser débil y traidor
alardear siempre de actos insignificantes
la caída en el poder del ego hipócrita…
El Amado galileo, de Miguel Elías (España)
II
Un pensamiento mío, verdadero, alado
desterrado en un mundo de fantasmas
y errando de un lugar a otro, ignorante,
poder alguna vez regresar triunfador,
Lograr zafarte de los sueños del engaño,
que nada te aparte del camino escogido
redescubrir paso a paso la misión que te he dado,
descifrar el misterio en ti encerrado,
Recordar cada vez más claramente
a quien compartió tu solitario periplo
dar paso al amor, guardarlo en el corazón
y defender la vida de los que despertaron de la muerte.
Poder ver en todas las cosas al que las ha creado
saber que la riqueza no la tiene el rico,
que el propio universo vive por el amor:
escrito en tu ser está el poder perdonar a tu enemigo.
Tu fe crecerá más y más
cuando te sometas a la única prueba,
buscar la verdad: ¿ser o no ser?
¡Conseguirás ser dueño de ti mismo!
Sabrás entonces que la vida no tiene fin
y toda la herencia que crees haber desperdiciado
te espera multiplicada, su dueño serás
cuando el centro de tu mente no tenga límites…
Buscarás el principio y no lo encontrarás
en el último salto que puedas pensar
hacia tu tierra natal, vestido con el ropaje más humilde,
purificado y libre de todo juramento.
Allí donde el mal no puede llegar
sólo la armonía de todo, que es una sola cosa, se refleja.
La palabra, los actos y el pensamiento en ti se expresan,
la entera libertad en silencio te anuncian.
Elena Liliana Popescu – Rumania
(Traducción del rumano por Joaquín Garrigós)
LEANDRO AREA PEREIRA
(Baruta, Venezuela, 1950)
Embajador jubilado de la Cancillería Venezolana. Politólogo y poeta. Profesor e investigador de la Universidad Central de Venezuela, en el Instituto de Estudios Políticos por más de 30 años, actualmente jubilado. En el área diplomática ha sido miembro de mecanismos de negociación, integración y generación de confianza mutua, con especial referencia a las relaciones con Colombia. Ha sido Director del Instituto de Altos Estudios Diplomáticos «Pedro Gual» de la Cancillería Venezolana y Director Adjunto del Instituto de Estudios Políticos de la UCV. De consolidada obra publicada en el área académica y cultural (quince libros publicados), también es articulista de medios venezolanos y extranjeros. Actualmente es consultor externo y participa activamente en distintos foros nacionales e internacionales.
Pintura de Miguel Elías (España)
LOS POROS DE MI AMADA
Las plumas de las alas de un ángel
son todas maravillosos tesoros cada una,
hojas multicolores de las ramas de un árbol
que en el edén florecen inmortales
y cuyos pájaros gramáticos
cantan y por doquier de sus bellezas
sin reparar en nuestro asombro vano.
Para sorpresa hasta de los dioses,
las plumas de las alas del ángel
y las hojas de las ramas del árbol
envidian a los frágiles poros de la piel de mi amada,
que son tan solo
minúsculos radares pasajeros,
inconstantes indefensos finitos
enfermizos mortales,
breves respiraderos
fugaces y lejanos luceros esparcidos
desde el fin de la noche de los tiempos
hacia un casual destino
que echó raíz de semilla volátil
en el azar flotante de la tierra madre,
donde todos nacemos, soñamos y morimos amando.
Y debe estar allí su sin razón inexplicable,
en el hecho de que todas las fuentes de la vida
que necesita un río para llegar al mar,
se concentren multiplicadas en el sudor
que la vida exige en su difícil recorrido
en los poros de la piel de mi amada
que tantos tesoros innombrables guarda
y en cuya cuenca salina
al fin se acunan transformados en savia
las plumas todas,
las alas de los ángeles, las envidias, las hojas de las ramas,
los árboles, los pájaros, los amores flotantes y floridos,
lágrimas, semillas, victorias y derrotas,
estrellas esfuerzos dioses ilusiones palabras.
Y en esa distante y humana plenitud
de gruta apetecida tan extraña a los ángeles
es donde mi lengua cultivada
celebra el impetuoso encuentro
que nos sorprende a veces
frente a tanto pudor
con un mordaz y retozón chasquido
que la premura del maná provoca
ante la angustia vehemente del deseo.
Porque lo que el oído no deduce
ni el tacto seco capta
la vista no registra
ni sospecha el olfato,
tan solo la saliva
descubre y agiganta.
Es la obsesión de lamer, de disfrutarte,
de besar, de morder y de tragarte,
antes que dudes, pestañees y te desates
en la avidez escurridiza y torpe de la entrega,
lo que apremia el punzón de mi lengua
que busca ansiosa el alimento
en las orillas humedades de tu espacio
derritiendo tus plumas en mis alas
mis hojas en tus ramas
tus mares en mis ríos
y a tus poros que nadan con los míos
en el interminable espejo de la piel incansable
que transpira y dilata el temblor del lento desabrigo
de dos cuerpos que jadean y laten desahogados.
(Caracas, 12-02-16)
Retrato en el Hotel Melgar, de Iván Fernández Dávila (Perú)
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.