POEMAS DE TORRES RECHY, DI LEO, DÍAZ DE COLLANTES Y LEITE. XIX ENCUENTRO DE POETAS IBEROAMERICANOS

 

 

 

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Don Quijote, de Miguel Elías

Crear en Salamanca tiene la satisfacción en publicar los poemas de Juan Ángel Torres Rechy (México), Stefania Di Leo (Italia),  Ana S. Díaz de Collantes (España) y David de Medeiros Leite (Brasil). Son textos inéditos y aparecerán publicados en la antología AL HIDALGO QUIJOTE, coordinada por el poeta Alfredo Pérez Alencart como parte del XIX Encuentro de Poetas Iberoamericanos que esta XIX Edición rinde homenaje a Miguel de Cervantes, poeta.

 

 

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Juan Ángel Torres Rechy, por Miguel Elías

 

JUAN ÁNGEL TORRES RECHY

(México)

 

POEMA DE DON QUIJOTE Y CERVANTES

 

Nuestra condición de peregrinos por este mundo

que no acabamos de entender a ciencia cierta

nos iguala a tu ser de papel y de sueño.

Acudimos a ti en nuestra ceguera

por ver si de la sílaba de tu labio

recuperamos el sentido de la vida.

Acometes la empresa de justicia.

Eres imagen y semejanza de tu creador

de tinta negra en busca del hombre perdido

en el ascenso social. Un árbol ha crecido

en el patio de la casa. A él llegan sin mácula

los pájaros manchegos. Con sus trinos imposibles

cierran tus ojos y miras de otra forma la caballería

que encarnas. Nadie más conoce tu estrella,

salvo los reyes que la vieron en Belén.

Tu sed de amor se ha vuelto la pedagogía

que nos da a beber de su pecho.

El alma de tu cuerpo cansado anima la letra

que nutre nuestro espíritu sanchopancesco.

 

 

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 Don Quijote, de Miguel Elías

 

STEFANIA DI LEO

(Italia)

 

POEMA PARA ALONSO QUIJANO

 

 

 Encuentro tu sonrisa desgastada

detrás de la delgadez que marcan las horas.

Intento recordarla desarmando el tiempo,

y cada instante más se aferra,

la aguja que sentencia el día.

Busco un atardecer en el sol entre molinos,

en el caudal de estos ríos.

Busco la sombra de un árbol

en esta semilla plantada en la tierra. Y tu,

hallas amor para Dulcinea,

para devolverla a los campos

donde las flores ya son hierbas.

Blanco, huesudo, iluminado por tu propio brillo

te volviste mito en el jardín del saber.

 Creció la oscuridad socavando

cada instante de luz en tus ojos.

Hablaste de ilusión y de poesía

hasta adivinar las gotas de vino

flotando entre copas de Sancho.

El viento comenzó a susurrar

que ya era tarde para tu mundo imaginario.

Las estrellas se volvieron tenues ,

después de estirar tus  cándidos brazos

en medio de tanta inmensidad,

apagaste la última luciérnaga.

Hoy te recordamos como el mayor

protagonista de nuestra historia,

que es la vida,

que no es sino una novela.

 

 

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 Ana S. Díaz de Collantes. Foto: José Amador Martín

 

ANA S. DÍAZ DE COLLANTES

(España)

 

EL HIDALGO Y EL AIRE

 

Procuro adicta alcanzar su eco.

 

Tiendo la pluma que persigue

vuelos de su estampa audaz;

el lábil de altozanos y bajíos

se afana, flotando, hasta mí.

 

La voz adormece el sesgo

mas resuelve y trae retazos

de su porte hidalgo,

el magro cuerpo erguido.

 

Clip, clap, clap,

Rocinante avanza

tan profundo como el alba.

 

Sólo la voz queda, el aire

y la figura como otero,

las ascuas matrices ( sabedoras) de sus ojos,

remolinos que se fijan con el día.

 

Esbozos de honor y lid

semejan que hablan.

Centellas de brío inquebrantable

flamean grandiosas,

arruinando malandrines y rufianes,

agostando el soplo gris

de gigantes en las sombras.

 

Miguel insurrecto, ministerio y excelso

detiene un destello universal, mas

labora estoque en los tallados versos

“la gracia eminente, escribe,

que no quiso darme el cielo.”

 

 

 

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David de Medeiros Leite, por Miguel Elías

 

DAVID DE MEDEIROS LEITE

(Brasil)

 

 

QUIJOTE DE HOY

 

De Touros a Maracajaú,

de Perobas a Punaú.

Son el nordestino cuadrilátero

del Quijote de nuestros días.

 

Moliendo la moderna

energía eólica,

en sus hélices gigantes,

los molinos de viento

están colocados:

enjaezados para

abundantes combates.

 

Y la marcha do guerrero

Se dará sobre dunas,

bajo o sol que embellece

albos y ebúrneos caminos.

 

Rocinante resurgirá

transformado de potente cuadriciclo.

La dulcísima Dulcinea, quizá,

lo espere en uno de los sitios recónditos

de la encantada playa de Pitinga.

 

Pero será difícil reinventar

al contemporáneo Sancho

: la fidelidad resulta escasa.

 

 

Traducción de A. P. Alencart

 

 

 

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Don Quijote y Sancho (Boceto), de Miguel Elías

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Cartel del XIX Encuentro de Poetas Iberoamericanos

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