POEMAS DE MARTÍN RODRÍGUEZ-GAONA. XIX ENCUENTRO DE POETAS IBEROAMERICANOS

 

 

 

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Martín Rodríguez-Gaona, por Miguel Elías

Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar algunos de los poemas que en Salamanca leerá Martín Rodríguez-Gaona (Lima, 1969), poeta peruano-español que ha publicado Efectos personales (Ediciones de Los Lunes, 1993), Pista de baile (El Santo Oficio, 1997), Parque infantil (Pre-Textos, 2005), Codex de los poderes y los encantos (Olifante, 2011) y Madrid, línea circular (La Oficina de Arte y ediciones, 2013), así comoel ensayo Mejorando lo presente. Poesía española última: posmodernidad, humanismo y redes (Caballo de Troya, 2010). Su obra como traductor  incluye Pasaje techado de John Ashbery (Visor, 2016), Lorcation de Brian Dedora (Visor, 2015), La sabiduría de las brujas de John Giorno (DVD, 2008) y Pirografía: Poemas 1957-1985  de John Ashbery (Visor, 2003). Ha sido becario de la Residencia de Estudiantes y obtuvo el premio de poesía Cáceres Patrimonio de la Humanidad. Reside en España desde 1998. Como editor ha publicado libros para el Fondo de Cultura Económica de México y la Residencia de Estudiantes de Madrid.

 

 

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Don Quijote, de Miguel Elías

 

COMO EN OTRAS OCASIONES, EL INGENIOSO HIDALGO DUDA
ENTRE PERMITIR QUE SU CUERPO DESCANSE
O ENTREGARSE A LA EVOCACIÓN DE UN RITMO

YA PARA SIEMPRE PERDIDO

 

 

Gran señora mía: esta permanente

pesadez en los párpados casi se parece

a la armonía de reposar

en vuestro centro nervioso,

mientras, por la ventana, la humedad de los cristales

va destruyendo los molinos.

 

Si solamente leer fuese la forma más auténtica

de tocar, complacido estaría

de haber desperdiciado otra madrugada

en estos obcecados balbuceos.

Pero tales asuntos, entre nosotros, no pasan ya

de ser albedríos ciegos, espacios vacíos, cosas

que se cierran o callan

al cerrar un libro, al caer la noche.

 

No dejéis de tener confianza

en lo que sin esfuerzo pronunciasteis 

antes de quedar dormida.

 

Por mi parte os prometo, dulce enemiga mía,

con total entrega y convicción,

no despertaros jamás.

 

 

 

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 Saliendo del país, de Miguel Elías

 

DIFÍCIL PENSAR QUE AQUELLO PASÓ, DIFÍCIL

PENSAR EN UN TIEMPO GRIS

 

Un hombre escapa de una ciudad pequeña,

cruza un país a medio edificar, prueba fortuna

algún año en los seguros, otro en la venta

inmobiliaria. Discute con jefes prepotentes

                        el alza de los cursos

en una autoescuela. Treinta años más tarde

no sabría decir qué ha sucedido, tiene una mujer,

                        casa y dos hijas, la suerte

está echada, una mariposa revolotea

sobre su frente, la menor de las niñas

            le ha dado su segunda nieta.

 

Desde un lecho de hospital

estudia los vientos en antiguos mapas, la extraña

                        cartografía del sur.

 

 

 

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 Ya no quedan luces, de Miguel Elías

 

SUEÑO DE UNA AMIGA QUE DICE

QUE ESTA CIUDAD ES MUY RUIDOSA

 

 

Encerrados en un túnel transparente

pasamos nuestra vida. Nuestro túnel

se entrelaza con algunos túneles

en los que se encuentran los demás.

                        Nos agotamos

en leer sus labios, nuestras caras y manos

pegadas inútilmente a las paredes.

 

La sombra de un sueño: atrevernos a abrir

esas escasas y complejas escotillas.

 

Ya lo hicimos alguna vez, a riesgo

de perder oxígeno

y energía y debilitarnos sin remedio.

Por eso las escotillas dejaron de ser

una esperanza

y hoy sólo anuncian otra mala tentación.

 

 

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Desnudo, de Miguel Elías

 

 

 

MADRUGADA EN LA GLORIETA DE BILBAO

 

 

El murmullo impreciso de las calles

se arrastra hasta la ventana apenas cerrada

                        y trae una lejanía

en la que casi se oye el mar. Todo se está iniciando

en una habitación de hotel: la belleza

que hoy parece que descansa y que esas manos

                        no logran nunca dibujar,

trazos nerviosos en restaurantes y bares

de última hora, las llamadas no realizadas

y nuevamente la distancia, esta vez

                        en actos y palabras increíbles

que llenan de hielo y fulgor

las sombras que propicia la noche.

 

Así es como nace el amor y aquí vienen

                        quienes se han de unir,

una última vez, en su temible despertar.

 

 

 

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Interior de Casa Lis, de Miguel Elías

 

 

QUINCE MINUTOS ANTES DE QUE NUESTRA

AUSENCIA SEA PÚBLICA

 

 

Y sí, son sin duda otros

aquellos señalados para implementar

            los cambios

y las acciones necesarias,

pero qué difícil será la jornada

sin tu mirada que limpia, cura

y todo lo ennoblece.

 

La luz se abre paso, desciende, cumple

su pacto inmemorial con la ciudad dormida.

 

Si un verano cualquiera

llamaras y dijeras que tu casa está vacía

saldría a la calle apresurado y seguro

de que para siempre en plazas

            y bares

habrán dejado de tener sentido

palabras como sospecha y madrugada,

silencio o nube.

 

 

 

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Flores, de Miguel Elías

 

METEOROLOGIA Y AMOR

 

 

No soy alguien a quien mirar,

soy un hombre para sentir

y no me gusta estar solo. Así que tranquila,

no pongas cara de miedo,

la que tienes siempre no está mal.

 

Y si me acusan de hablarte sólo a ti

no sabría defenderme

pero también me agradan otros mundos

aunque es difícil explicarlo.

 

Quisiera, algún día, compartir

un té de frambuesa y galletas de vainilla,

una película hindú, dos niñas coquetas

arrebatándose un polo de algodón

que diga: «Difícil ser una mujer

difícil», un concierto con David Byrne

y Celia Cruz –

 

También una invitación a tu cumpleaños

y al de todos tus hermanos, amigos

y conocidos.

Es tan especial el ser tímido

y estar en situaciones en las que dejas de serlo

es como que, de pronto, poco importe

estar equivocado

y lo que es mejor, que esto a nadie

le haga daño –

 

Es el poder admitir como única certeza

que en la ciudad en que vivimos

Dios acontece los sábados por la mañana

cuando llueve.

 

 

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 Cartel del XIX Encuentro de Poetas Iberoamericanos

 

 

ESCENA DE MISTICISMO MUNDANO

 

 

Yo podría decirte que mi nombre es Jueves

si es que tú, por ese día, nacieras en mí.

No logro dejar de hablar de tus modales

ocultando el sol,

me persigue el resplandor de lo negado,

espléndido resplandor,

debes tener perfil de nube

para estar tan serena en las alturas.

 

Y, ¿serás una virgen?, o simplemente

aquella maldición de la belleza en un barrio

de hambre.

Este es un tono demasiado intimista

para los muertos que se apilan mientras tú

compras el pan.

 

El deseo es un gato que rueda escaleras

y ni siquiera muestra una garra para evitar

que lo pateen,

no cruces la pista, no entres en tu casa,

después de una visión como la tuya

por la mañana,

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