José Antonio Santano leyendo en el Teatro Liceo de Salamanca (foto de Jacqueline Alencar, 2018)
Crear en Salamanca se complace en difundir algunos poemas del último libro publicado por José Antonio Santano (Baena, Córdoba, 1957), quien cultiva la poesía, la narrativa, el ensayo y la crítica literaria. Es Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Almería, y autor de más de 20 libros, entre los que destacan: Profecía de Otoño, Premio Internacional de Poesía «Barro», (Sevilla, 1994); Exilio en Caridemo, Premio Ciudad de El Ejido de Poesía 1995 (IEA, Almería, 1998); Íntima heredad, Accésit Premio Internacional de Poesía «Rosalía de Castro» (Endymion, Madrid, 1998); La piedra escrita, finalista Premio Nacional de la Crítica 2000 (Alhulia, Salobreña, 2000); Suerte de alquimia, finalista del Premio Andalucía de la Crítica 2003 (Alhulia, 2003); Trasmar,de narrativa, Premio Andalucía de la Crítica «Ópera Prima» (Alhulia, 2005); Las edades de arcilla (Alhulia, 2005); Razón de ser, X Premio Internacional de Poesía «Luis Feria» (Universidad de La Laguna, 2008); Caleidoscopio (IEA, 2010); Estación Sur (Alhulia, 2012); Tiempo gris de cosmos, Premio Gremio de Libreros de Almería al mejor libro de poesía 2014 (Nazarí, Granada, 2014); Memorial de silencios, Ediciones en Huida (Sevilla, 2014); Los silencios de La Cava (Alhulia, 2015); La voz ausente (Alhulia, 2017); Lunas de oriente (Ediciones Dauro, 2018); Cielo y Chanca (Alhulia, 2019); Tierra madre, Premio Nacional de Poesía José Antonio Ochaíta 2017-Diputación de Guadalajara (Alhulia, 2019) y Marparaíso, Premio Internacional de Poesía «Rosalía de Castro 2019» (Diputación de Córdoba, 2019). Como antólogo, junto al poeta Alfonso Berlanga, publicó «Antología de Poesía Iberoamericana Actual» (Ex libris, Antequera, 2018).
Textos suyos han sido traducidos al catalán, euskera, gallego, inglés, francés, italiano, búlgaro, rumano, ruso, alemán, portugués, griego, árabe y chino. Actualmente es miembro de la Asociación Española de Críticos Literarios y de las Juntas Directivas de ACE-A (Asociación Colegial de Escritores de España, Sección Autónoma de Andalucía) y AAECL (Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios). Asimismo, es cofundador de Humanismo Solidario y miembro de la Junta Directiva de la Asociación Internacional «Humanismo Solidario». Está incluido en la Fonoteca Española de Poesía, en la Enciclopedia General de Andalucía y en la Biblioteca de Escritores Andaluces (BECA). El Excmo. Ayuntamiento de Baena crea en 2021 el Premio Internacional de Poesía Joven «José Antonio Santano».
Ha participado en varias ocasiones en los Encuentros de Poetas Iberoamericanos, que se celebran anualmente en la ciudad de Salamanca.
Foto José Amador Martín
La lluvia toda
su voz en la azotea,
en el patio y los geranios,
aletea como una mariposa
de múltiples colores por la estancia,
un río en los ventanales
corriente abajo
regresa,
en murmullo de sílabas
al tiempo de la historia
sigilosamente,
de puntillas pasa sobre la hierba,
su frágil cuerpo acomoda,
azulan los recuerdos en la sala,
el retrato de una joven relumbra
en el silencio
lento vuela
monocorde el sonido de campanas,
también de los espíritus,
la lluvia que no cesa.
La tarde se hace larga,
interminable el domingo
como una losa en las sienes,
las gotas una a una
van cayendo
en la empedrada calle,
en las aceras y ventanas,
se precipitan al vacío
surgido de la noche
y en la noche se ocultan
misteriosamente cristalinas,
al origen regresan
devueltas a la vida
abarcadoras de luz,
esa luz que nos habita
en silencio, inagotable
en soledades, carnoso fruto,
creciente grito
que nunca se detiene.
Foto José Amador Martín
Inefable lluvia madre
lluvia en los párpados,
en la profundidad del iris,
en la tristeza de las manos
al filo de la noche
y los espejos que miran
hacia dentro,
a lo más oscuro del vacío
y no saben de nombres
ni sombras
ni de rosas ni silbos;
lluvia en las entrañas de la tierra
en el centro mismo de la nada
abisal en su figura de espectro,
verbo que se abre único,
en las alas al mundo
y alcanza la plenitud de las horas
que dormitan en la sala,
donde ausente reposa el cuerpo,
la cabeza ligeramente caída
sobre el sillón de orejeras,
refugio y rutina de los días
que poco a poco se suceden
monocordes como esa melodía
de los atardeceres de otoño
con sonido de muerte
en las campanas de la iglesia.
Foto José Amador Martín
Porque solo ya los recuerdos
mantienen vivo el cuerpo,
todos los recuerdos
habitando la casa,
la espesa selva de los muebles,
los retratos que cuelgan de las paredes
y devuelven a la estancia
la luz sepia de otro tiempo
que nunca volverá.
Los recuerdos golpeando
la espera y sus esquinas
en la última frontera,
en esa hora final
de perpetua ruptura,
liturgia pesarosa,
única oración posible,
voz postrera
en el reloj del comedor
que anuncia monótono
el acabamiento
la despedida
esa huida a la nada,
de nuevo hacia la lluvia.
Foto José Amador Martín
Madre lluvia
que humedece las mejillas
y sabe a sal y sangre
y a derrota
después de aquel temblor
primero y naciente
llegado el invierno a los caminos
y a los campos de olivos,
como si nada existiera
en la alcoba
desolada en su ausencia,
repetida y fría como el hielo
que se hospeda en la mirada
que otea el horizonte
y nada ve y todo extraña.
En el sillón inmóvil
se deja seducir por los silencios
y poco a poco los ojos cierra
de cansancio
porque el dolor, como un cuchillo,
se adentra de nuevo en las entrañas
y líquida la sangre
como un río
corre calle abajo
desde la Plaza hacia Moral y Llana,
el aire detona en los oídos
y la homicida mano en la pistola
detenida en las sienes
aprieta el gatillo
y la tierra ensordece en ese instante,
y una vez y otra se repite
esa horrible ceremonia,
ese incomprensible rito
de bárbaro culto a la muerte
y a los muertos que muestran
en la Plaza apilados
un único agujero en el cráneo,
santificado genocidio,
verano abrasador
donde luego
laureados y marciales mílites,
engendros del miedo
impusieron su pérfida paz.
Madre sangre de lluvia
en las calles desiertas,
solo el grito del aire
coreando la farsa
y en tus ojos de lluvia
madre lluvia el silencio.
Foto José Amador Martín
PLEGARIA
Madrenuestra que habitas
en el aire y la rosa
toda tú en los campos
en el agua de lluvia
en la aurora celeste
en la música clara
de la luz en los sauces
de regreso a la tierra
una tarde de enero
en las nubes grisáceas.
Madrenuestra de lluvia
Madre Lluvia la vida.
Foto José Amador Martín
José Antonio Santano y Pilar Fernández Labrador (Foto de Jacqueline Alencar)
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