Retrato de Miguel de Cervantes, por Miguel Elías
Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar los poemas Maribel Andrés Llamero (España), Maria do Sameiro Barroso (Portugal), Verónica Amat (España) y Marisa Martínez Pérsico (Argentina-España). Son textos inéditos y aparecerán publicados en la antología AL HIDALGO QUIJOTE, coordinada por el poeta Alfredo Pérez Alencart como parte del XIX Encuentro de Poetas Iberoamericanos que esta XIX Edición rinde homenaje a Miguel de Cervantes, poeta.
Don Quijote y Sancho (Boceto), de Miguel Elías
MARIBEL ANDRÉS LLAMERO
(España)
PIERRE MENARD A D. MIGUEL DE CERVANTES
Non fuyades, cobardes y viles criaturas,
que un solo caballero es el que os acomete
Miguel de Cervantes
E a criança tão humana que é divina
Alberto Caeiro/Fernando Pessoa.
Sepa que soy yo ocupado lector
esclavo de mi afán, de mi deseo
de vencer en batalla con Briareo,
medida de mi pluma su valor.
Así hago por mudar en su esplendor
las gestas quijotescas que laureo,
y alumbro nuevos versos y alanceo
con palimpsesto al ingenio creador.
Más a veces un miedo bien profundo
insinúa un fracaso que presiento:
que no habrá de cantar mejores modos
la férrea obstinación de aqueste mundo
en su ataque a rocín flaco y jumento,
defendiendo lo noble contra todos.
[Del prólogo a El ingenioso hidalgo don Quijote
de la Mancha, en su edición de 1935]
Maria do Sameiro Barroso, por Miguel Elías
MARIA DO SAMEIRO BARROSO
(Portugal)
QUIJOTE
Al poeta Miguel de Cervantes
Heinrich Heine lo ha leído en un día claro de mayo,
escuchando a los ruiseñores, a los riachuelos
y subía por los rosales olorosos para conocer
la purpura y las perlas en los umbrales de la vida.
La ironía no era un desierto, ni lo grotesco una risa
de lágrimas, y Heine, en la Alameda de los Suspiros,
escuchaba al viento, al silencio,
y a la verdad, cerrada en su cráneo de enigmas.
En los ópalos de sus ojos, la grosería y la llama
de los sueños se mezclaban con las ramas
de las árboles, la cintura de Dulcinea,
los molinos blancos, Quijote, el ingenioso,
y los relinchos de su rocinante escuálido.
En Sancho Panza, leía la tierra, en su jardín
de raíces verdes.
La grandeza y la pequeñez del mundo
sonaban hondo en el corazón de Heine
que en Cervantes trasfiguró su rostro.
En cada línea, leía el oro, los zafiros,
la lúcida mirada, el rocío de la mañana.
Los caballeros de la luna suelen ser barberos
que los poetas descifran en sus castillos puros
de sombra, musgo y niebla trasparente.
Verónica Amat, por Miguel Elías
VERÓNICA AMAT
(España)
Vuelve al Toboso buen Sancho
y lleva a mi Dulcinea
mi más sentida pasión
que es el amor cosa fuerte
que invade toda razón.
CANTO DE AMOR A DULCINEA
Ella parece una estrella
que va regando fulgores
invadiendo de colores
la brisa, la noche bella.
Viene el sueño, el encanto
me voy rindiendo a su canto
volando en él solo yo
por el ritmo de su tacto.
Ella es la rosa que embriaga
en la tarde florecida
es como un soplo de vida
para mi alma que se apaga.
No es extraño que me haga
sentir todo lo que siento
porque su voz y su aliento
son en mi pecho temblor.
Que ruboriza de amor
las lunas del sentimiento
ve pues buen Sancho y lleva
tanto amor hoy desde el cielo.
Marisa Martínez-Pérsico, por Miguel Elías
MARISA MARTÍNEZ PÉRSICO
(Argentina-España)
DIRÁN DE VOS
…muchos teólogos hay que no son buenos
para el púlpito y son bonísimos para
conocer las faltas o sobras de los que predican.
Miguel de Cervantes, D.Q.2, III.
En su cuarto centenario
Si tu natura es de afición andante
saldrá a volar ribera tu temple de jinete
no importa si en low cost,
en rucio viejo o bicicleta fija
tu golondrina sola querrá hacer primavera.
Y la gente se reirá, por igual, de tu locura,
de la rara lealtad de algún amigo errante
–jefe de ínsulas, taxista en Minicooper,
banquero de Manhattan o vecino–.
De escuchar un sermón de disparates
te arderán los oídos.
Quijote se dolía si a Sancho lo manteaban
(más pena tuvo en su alma que el paje en su pellejo)
si dices algo así, calumnias te sobraran:
te llamarán marica, farsante y deshonesto.
Con disfraces o espejos, maliciosos, bromistas
cruzarás Bachilleres Carrascos a montones
te endulzarán la oreja
burlarán tus anhelos
por minar tu victoria indudable, prevista.
Se diga en Portugal, Barcelona u Orense
que han impreso tu fama mil libreros de Amberes,
que no habrá pueblo o lengua donde no te traduzcan,
no creas cuanto digan:
confía en tu aventura.
Don Quijote, de Miguel Elías
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