POEMAS DE LA COSTARRICENSE MACARENA BARAHONA RIERA

 

 

Macarena Barahona leyendo en el Instituto Fray Luis de León (foto de Jacqueline Alencar)

 

 

Crear en Salamanca se complace en publicar estos poemas de Macarena Barahona Riera (Madrid, 1957), escritora, ensayista y catedrática universitaria, quien se dedica a la docencia e investigación de temas culturales, políticos y de las humanidades en la Universidad de Costa Rica. Nacida en Madrid, de padre diplomático costarricense y madre mallorquina. Realizó estudios de Letras y Ciencias Sociales en España y Costa Rica. En la Universidad Complutense de Madrid se doctoró en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales y en la Universidad de La Salle de Costa Rica obtuvo el doctorado en Educación. Licenciada en Sociología de la Universidad de Costa Rica. Su obra literaria está presente en diversas antologías  de América Latina, Centroamérica  y Europa. Se ha traducido al inglés  por especialistas de la Universidad George Washington y al francés en una antología de París. Su obra poética abarca desde la reflexión de la naturaleza, lo político,  lo místico y lo erótico amoroso. En poesía tiene publicados los siguientes libros: “Contraatacando” (1980, Premio Joven Creación), “Resistencia” (1989), “Atlántico” (1994),  “Tak Mewo” (2008),  “Mesoamérica” (2014) y “La navegante” (2015). Ganadora del Premio Ángela Acuña Braun de 1998 y Premio al mejor Documental de 1999 con “Las mujeres del 48”, sobre la guerra civil de Costa Rica.

 

Participó en el XXII Encuentro de Poetas Iberoamericanos, celebrado en Salamanca el pasado mes de octubre.

 

 

  Lectura de Macarena Barahona en el Aula Magna de la Facultad de Filología (foto de José A. Pérez Alencar)

 

 

SOY LA OLA…

Soy la ola

Que desde lo lejos llega a la playa

Cada gota con sus ansias

Cada esplendor de la espuma

 

Instantes de seres

el águila el gavilán

que desde los aires rutas libres instauran poderosos

 

Soy el verde del trópico

Lo que la lluvia libre llena de vida cada hoja cada planta

Soy los ríos riveras que corren hacia el mar

en el devenir de la luna y del planeta

 

Soy la minúscula abeja

la Pitón que duerme sobre mi cama

Y cada sapo que arrulla en sus cantos

La noche oscura de estas tierras caribeñas

Cuando salamandras y ranas cantan

 

Una vida eterna

Sin nosotros.

Macarena Barahona leyendo en el Teatro Liceo de Salamanca (foto de José Amador Martín)

 

 

RÍO POTOMAC

 

Río

 

La sombra del esclavo africano

fustiga Vernor.

 

En los equinoccios de verano

guarda los sobros del vino

de George Washington

 

Ama el Río Potomac

le tira excrementos

 

El, un John de las primeras generaciones

atracado en el muelle de su amo, vio el aire por primera vez

un verano que salió del fondo del carguero esclavista

y respiro sin comprender

ni idioma ni espacio ni tiempo.

 

Amo y el crecieron juntos

Su vida un retrato en miniatura de la loza inglesa

De la ama.

 

Su canción silenciada

que lleva el agua por el Río Potomac

hacia la curva atlántica de una casa vacía.

 

Y él,

el otro George Washington

amo de llaves

de los umbrales de la África

 

celador del tiempo

conductor del miedo

de blancos y negros

de vivos y muertos.

 

Macarena Barahona y algunos de los poetas invitados al XXII Encuentro (foto de José Amador Martín)

 

GOZNES DE LA NOCHE

 

 

Eres el deseo

 

Un palpitar de madrugada

El anhelo cóncavo de un abrazo

Que la espera emociona

En rituales del alma

 

Un resplandor del sueño

Que me salva

Tenue e impreciso auxilio

Ante el dolor

 

Puente de tus ojos

Siempre en la memoria

 

Guerrero que libra

Un pulso ante la muerte

 

Que espera

 

Te convierto en el anhelo

Cada madrugada

Que asustada por

sueños

 

Agolpan el pecho

 

Irrumpes

 

Sonriente

En mi deseo.

Los poetas Vitale, Bonilla, Peña, Barahona, Pérez López y Salazar, en el Aula Magna de la Facultad de Filología

 

 

 

EL EXILIO

 

I.

 

No sé pertenecer

más allá de una costa

No sé lo que lleva el río

No sé lo que lleva el mar

Unos ojos cansados

Un brillo

Que se pierde

El olor el guiño

De lo que se va

 

Tengo miedo

 

La muerte viene

Familiar

Casi amiga

Frecuente

 

Nos busca

Nos encuentra

 

Río manzanares

Dónde estás

Y quién eras

Cuando dejaste de ser para mí

Cuando el hada te llevo.

Alencart, Rodríguez, García de Lucas, Barahona, Peña, Ñaupari, Sierra y Enríquez (Foto de Jacqueline Alencar)

II.

 

Tendrá que ser el Mar del Norte, o el Mediterráneo,

o el Atlántico o un coto del Caribe

respirar salina

hervir bajo el agua

y ser marea que crece

errabunda

algas en oxigeno

bajo las alas de gaviotas

picoteando riscos

corales y almendros.

 

Desmenuzada en la costa de una isla

mis huesos en carroña viva

ojos de horizonte

 

bajo la piel perdida

los recuerdos de los gozos

marítima terrenal

como los viento alisios

navegaré bucanera ardiente

sin sentido

como mi tiempo.

 

Caribe Sur.Talamanca. 2020

Alencart, Bonilla, el alcalde de Salamanca Carlos García Carbayo, Salvado Colinas y Barahona (foto de Jacqueline Alencar)

 

 

 

PUERTO DE LA HABANA

 

Este aire color de cielo en verano

Aroma de sal y barco antiguo

Sueña en veleros que surcan

Las marea de los sueños

De los que no pudieron ser

De los límites en el aire

De los aviones oxidados

Cuando volamos y el infinito

No llevaba medida

Camino y sin decir

Las sombras se enredan

 

En abrazos y promesas

Los viejos bancos del malecón urden

Negocios

Los besos y las miradas corren en añoranzas

En mi pecho que viaja

Las aceras son arcadas testigos de si

De un futuro que se escárpela.

De lo que se cuece

Los límites de papel

De tu vida

Desde el malecón de los sueños

Surcando siempre

El fondo de una arena

La quilla diminuta

Donde viaja

Anémona perdida

Mi beso hacia ti.

Salamanca. Foto de José Amador Martín

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