Crear en Salamanca se complace en publicar algunos textos de la poeta Rizolete Fernandes, extraídos del volumen titulado Decíamos Ayer, antología del XVI Encuentro de Poetas Iberoamericanos realizada por Alfredo Pérez Alencart, poeta, profesor de la Usal y director del Encuentro. Así escribe Rizolete, como anticipo:
¡Ah ese labio ardiente
esa promesa
que me vuelve hacia ti
creyente
y redimida!
Rizolete Fernandes (Caraúbas, Río Grande do Norte, 1949). Se licenció en Sociología y desde un principio comenzó a colaborar en movimientos sociales que trabajaban por una mayor igualdad social. Ahora, jubilada de su empleo en la Compañía de Desarrollo Industrial del Estado, su lucha la hace a través de la escritura. Ha publicado libros de crónicas y de ensayo histórico. En poesía tiene los siguientes títulos: Lunas Desnudas (2006), Canciones de Abril (2010) y Viento de la Tarde (Sarau das Letras / Trilce Ediciones, 2013). Es miembro de la Unión Brasileña de Escritores (sección de RGN) y del Instituto Cultural del Oeste Potiguar (ICOP). Todos los poemas han sido traducidos por A. P. Alencart.
ENSAYO DE VIDA
La vida
orquesta ensayando
día a día
bien un repertorio de adagios
andantes largos
movimientos de emoción
y armonía pura
Bien
una sinfonía desconcertante
maestría ausente
en andantinos y prestos
melodía improvisada
sin cadencia
y partitura
Porque la vida, la vida, la vida
esta grande orquesta
en permanente ensayo
debe ser regida equilibrando
en el extremo de los dedos
el vértigo de lo rápido
y en el alma un suave adagio
RAZONES DEL QUERER
Ella lo miró porque era nostálgico
él la percibió porque era diferente
ella fue a su encuentro queriendo cambiar
él la recibió por querer ser igual
ella vio espejismo como en el desierto
él se hizo sed mirando el oasis
ella osó alcobas desear
él soñó cumbres y se sonrojó
y porque sus ojos fueron ansia
desde que se adivinaran en el salón
resolvieron vivir de ahí en adelante
en flagrante estado de querer
RECUERDOS
No necesito del silencio de la noche
ni del hueco día para inspirarme
Basta el memorar de la infancia
El bullicio de los niños
en la vegetación próxima a la casa
el buenos días del sol en la ventana
y las buenas noches rojas del crepúsculo
en las casas del interior y después
la luz de la luciérnaga en la botella
alumbrando el patio de la hacienda
los bosques verdes o cenicientos
donde el mugido de las reses
al vaquero anima
Inundación bajando por el río
el invierno después arena seca
el hondo pozo en lecho de sequía
exhalando caliente olor
al mediodía
mango dulce madurado en el árbol
júbilo de los pájaros y de los niños
la caída del caballo
cuando me quise amazona
el susto del pie bajo la mesa
encima de la sandalia nueva
preludio del primer beso
que todavía encanta
Sí, yo dispenso al silencio que no crea
¡quiero el alborozo de los recuerdos
donde está la poesía!
ORACIÓN
Señor, en aquel día
que estuviste conmigo por vez primera
yo era niña y aún no sabía
de Vuestra omnisciencia
por eso y aunque llena de candor
apenas me alborozó
Vuestra presencia
La segunda vez
ya adulta y distraída
era noche oscura solo noté
que me regalaste otra visita
cuando ya habías partido
dejándome incólume la vida
e inmersa en fe.
POSTERIDAD
La arrogancia histórica se hace verdugo
al pretender acallarle su voz
robándole el contacto con la cátedra
Más el tiempo vivido en la perversa
cárcel fue en Luis de León
ejercicio de saber, no adverso
La belleza de los campos cercanos
el silencio evocando catedrales
la rusticidad de la clausura
como reafirmación de fe
Y de la mazmorra la salida honrosa
y honrada hacia la vida activa
cantada en cantares de humildad
coro de entonces, eco en la posteridad.
(*) Este poemario bilingüe, Viento de la Tarde (Coedición Sarau de Letras y Trilce) ha sido traducido al castellano por A. P. Alencart y se presentará en el Centro de Estudios Brasileños de la Usal, el miércoles 2 de octubre.
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