Poemas de la argentina Ana Russo. Pinturas de Miguel Elías

 

Crear en Salamanca hace un paréntesis en la publicación de los autores invitados al XVI Encuentro de poetas Iberoamericanos, para dejar el espacio que se merece Ana Russo, poeta nacida en la ciudad de Rosario. Ella es autora de los poemarios Entre el deseo y el goce (2000), Argentinitos Off (2012) y Claves y Entramados (2012), además de otros como Animal de lluvia; Calendario Azteca; Fuego de sudestada o, también, Con ciencia de estado. En 1980 obtuvo el Gran Premio de la Asociación Argentina de Escritores (sección Mendoza), y entre 1984 y 1989 tuvo a su cargo la coordinación del suplemento cultural del diario La Capital de Rosario. Destacable es su colaboración, a través de ensayos y reseñas, en las páginas de la Revista Internacional de Poesía, que en su ciudad dirige el también poeta Guillermo Ibáñez. Textos suyos han sido publicados en buen número de antologías argentinas o mexicanas.


 A. P. Alencart, señala de esta poeta: “En el Eros descubre el mejor antídoto contra la desesperanza y, mediante el impulso de la carnalidad, susurra un instante por este tránsito temporal de la existencia. Ana Russo dispara su ojo hacia lo eterno, pero también se adueña de las aceras para repartir amparo a los congéneres: así va restando minutos al miedo; así habla de ellos para convencerse ella misma. La palabra de su reino poético es sementera: detrás están los truenos y tormentas; delante, la consumadora belleza que el faro de sus sentimientos ha ido despertando”.

 

 

 

EL SUAVE EROTISMO DE LAS LUCIÉRNAGAS

(Fragmentos)

  

                                                                           

III

 

escribo tarde lo que no escribí jamás

lo que no quiero dejar sin escribir:

el amor

es una luz concedida por una sola estación

es como una luciérnaga

que ilumina

el espacio nimio de la hoja

y nos deja el efecto

de luz que dura. 

 

 

V

 

tal vez bisbiseen

en la bienhallada noche de verano

cuando hacen su amor de fuego

y su lujuria

delante de los ojos

como si nada

como si todo.

 

 

VII

 

Guardo mis ojos

en tu boca

dentro el fuego

está quemando los ojos

dentro la ceguera

y fuera el hueco

de tu boca quemando

y no ver                 

es llagar

pero de luna

roja como pétalo de fucsia

pero de fruta

sanguíneo gajo

rojo

pero de vino denso

y está bebiéndose.

 

 

  

X

 

la hembra empieza el juego

señal larga y continua

luz luna llena

el macho es la secuencia / un dibujo

en vuelo

efectos de luz mutuo acuerdo

convierten la noche en día

y es primitivo el aire

y tan completo.

 

 

 XI

 

escribir el poema antes

que las luciérnagas se vayan

escribir en el territorio inseguro

de las intermitencias

verdad / mentira

presa / depredador

hombre / animal nocturno

tanto manto espeso en refulgencia.

 

 

SÓLO EL JUSTO TIEMPO

 

 

«Acaso sea verdad/ se vive en la tierra”

—Nezahualcoyotl de Texcoco

 

 I   

           

qué hay lejos

un paso más allá

dentro del bosque

la puerta que será abierta

la que está en el centro de los árboles

la que está en el corazón del silencio

la que tiembla en el vibratum de la luz deletreada

dentro de ese bosque

pero con grafías desconocidas.

 

 

II

 

no para siempre

lo dice el aire corredizo

o el vendaval que nos desposee hasta

del cuerpo

lo dice la lluvia suelta siempre

sobre el mundo

y lo que cae

ese aguanieve que se va disolviendo

entre los pies

como sal en agua

como sangre en río

precipitada

desprendida

no para siempre aquí

lo dice tu mirada que

bendice la piedra y el silencio

 

 

 

 

 

III

 

sólo el tiempo justo

para que el cuerpo aprenda

el roce de los oleajes

el silencio de los pájaros

que en la noche nos hiere/

sólo tiempo

para tender el mantel blanco

de las invitaciones

o para cerrar los ojos en medio de la luz

y abrirlos en la desmesura

de la médula  de la noche

-que el cuerpo aprende

a andar a ciegas-

sólo el justo tiempo

de las corolas instantáneas

y del mandala de la flor

que mañana habrá decaído

/bignonia blanca con núcleo rojo

muriendo en horas/

entonces digo: a tu manera

sólo un rato para que toda el alma

vague dichosa sobre cada fruta

sobre la boca que come y ama

sobre el vino vertido en negligencia

sobre las rosas en medio

de los vientos y su espasmo

para que toda el alma

aprenda la guerra y sus medidas

y luego

pueda pedir perdón y perdonarse

sólo un rato para llorar

como es debido debajo piel

para instruirse en el arte

de pisar tierra firme

y luego el vado.

 

 

ESTADO DE ÁNIMO

 

 

“la poesía me ha devuelto a mí mismo

 en el más práctico de los sentidos”

                                 Césare Pavese

 

 I

 

Y cómo ha de vivir un poeta

Y cómo ha  de escribir/

a no ser por las sirenas

que cortan los días y las noches

de urgencia ambulatoria

y que dejan caer en la cuenta

el trillado asunto de la mortalidad/

a no ser digo

por estos flashes

que se mezclan y se cruzan

entre la maraña de las avenidas

entre las heladerías

y los chicos saliendo de las escuelas/

a no ser

por todo esto

quién quiere pensar en la muerte?

Pienso en la muerte

y en la poesía

y en la muerte urbana

ululando

y en la delectación del chico comiendo

helado

ululando

pienso

en  los  poetas voluptuosos

y en  los trágicos

y leo en tu cara el asombro

y la risa por mi confusión.

 

 

 

II

 

vivir trágicamente

y huir de la escritura trágica

amar / disecar

y no ser voluptuoso en el poema

hacer el ejercicio correctamente

oficio  de poeta

tomar distancia

alejarse del momento/ disecar

hacer un esfuerzo de “frialdad utilitaria”

me has dicho

es la verdadera tragedia del poeta

a costa de cortarse a sí mismo

sobre la mesa de las disecciones

enfriar

mientras pido un helado

y oigo el ulular

hago gimnasia.

 

III

 

me dijiste realismo

y aquí me encuentro

parada en medio de las calles

atravesándome el colectivo de las 20

y yo sin saber bien cuál es el rumbo

aquí, mirando el cartel del que fuera

el gran cine

devenido en salitas para pocos

y mirando los ojillos de woody

tratando de que  roma siga manando amor,

realismo

los manteros, es decir, los artesanos

tirados en la vía de la necesidad

ofrecen objetos sin supervivencia

me ofrezco regalarles

un poco de mi desconcierto

superfluo subterfugio

yo busco la llave y no la tienen

nadie tiene la llave que abra

el centro del corazón canto rodado

ido de si, vuelto dureza

no por no amar sino por haber esperado,

nadie me da la llave

no hay ida y vuelta

y tal vez eso sea la respuesta

ya no más

no tomar nada

ni la luz precipitada de los sexos

ni las bocas de ofidio en celo

ni la lluvia cuando se hace trágica

y nos gusta que se adense

y el cielo no se vea

y hay casi una seguridad de que no exista,

no tomar nada

entonces, esa es la llave,

tu contrariedad ha cavado en mis manos

un desapego

y de eso no se vuelve.

 

IV

 

no toques mi hombro

no sea que la noche se vulnere

de luces y de bocanadas

que el aire sea de nuevo espeso

y la lluvia una gárgara en los desagües

de la calle

y el ahogo vuelva a poner  su música

sin son

como quien come una marea ardiente.

 

 

 

 

 

GEOMETRÍA

 

un año nuevo puede ser

redondo como una moneda purificada

para  oráculo

como el ojo sol de Orus mágico sanando

o el párpado de Dios circulado

en cada apertura y cierre de los días

puede ser una fruta pasada dentro de la boca

o como una píldora vil,

digo: hay otros años oblongos

sin salida

en que doblamos y de vuelta al

punto de escape

oblongo que es una forma de decir:

mareados,

no circulares de perfección rotunda

no,

oblongos,

como las lágrimas de un árbol de cenizas

como la lengua de la mantis que de rodillas mata

como la elíptica sombra de los tristes;

hay años  triángulo equilátero

armónico y feliz de su base que son todas sus caras

y no tiene desconcierto que lo turbe

tan repetido como el sonido del acero

que con un pequeño badajo de mano

hace vidas aéreas y seres invisibles

y los hay isósceles

con opuestos iguales pero separados

con un largo camino hasta llegar a unirse

en el punto común

riesgoso andar laderas para paso y alma

resbalarnos

si declina el sol varias veces

hacer pie

si deslumbra, otro tanto,

hay esquinas agudas

rumbos de vencidos descartes

y hasta llegar al punto y sostenerse

la llaga de los pies es infinita

y el vino se consume

pero no tiembles, también

hay un año difícil en que nunca

caerás recto

con confusión de ángulos y de latitudes

las calles no coinciden

nadie te espera en ningún lado

no hay sombra que proyecte compañía

todos miden su propio egoísmo

por cualquier borde se escurre el ser

la mañana y la noche se van del todo

y en tobogán dispar se caerá siempre

no hay longitud igual ni misma espera

nada más que una escalena incertidumbre.

Pero hay un año

que dibuja debajo de los pies

una figura simple

una geométrica línea franca 

que no pasa nunca por el mismo punto y

deja abierta una bocamanopuerta

es decir:

una nueva demencia de luciérnagas

que no vuelve tampoco al punto de partida

es flecha directa,

sucesión de puntos

trazo recto

quebrando el corazón del miedo

y se va al poema por las

líneas abiertas por donde respira

la voz de quien escribe

saeta que da vida

como si estampara en una seda neutra

un tatuaje de caóticos incendios.

 

 

 

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