Crear en Salamanca hace un paréntesis en la publicación de los autores invitados al XVI Encuentro de poetas Iberoamericanos, para dejar el espacio que se merece Ana Russo, poeta nacida en la ciudad de Rosario. Ella es autora de los poemarios Entre el deseo y el goce (2000), Argentinitos Off (2012) y Claves y Entramados (2012), además de otros como Animal de lluvia; Calendario Azteca; Fuego de sudestada o, también, Con ciencia de estado. En 1980 obtuvo el Gran Premio de la Asociación Argentina de Escritores (sección Mendoza), y entre 1984 y 1989 tuvo a su cargo la coordinación del suplemento cultural del diario La Capital de Rosario. Destacable es su colaboración, a través de ensayos y reseñas, en las páginas de la Revista Internacional de Poesía, que en su ciudad dirige el también poeta Guillermo Ibáñez. Textos suyos han sido publicados en buen número de antologías argentinas o mexicanas.
A. P. Alencart, señala de esta poeta: “En el Eros descubre el mejor antídoto contra la desesperanza y, mediante el impulso de la carnalidad, susurra un instante por este tránsito temporal de la existencia. Ana Russo dispara su ojo hacia lo eterno, pero también se adueña de las aceras para repartir amparo a los congéneres: así va restando minutos al miedo; así habla de ellos para convencerse ella misma. La palabra de su reino poético es sementera: detrás están los truenos y tormentas; delante, la consumadora belleza que el faro de sus sentimientos ha ido despertando”.
EL SUAVE EROTISMO DE LAS LUCIÉRNAGAS
(Fragmentos)
III
escribo tarde lo que no escribí jamás
lo que no quiero dejar sin escribir:
el amor
es una luz concedida por una sola estación
es como una luciérnaga
que ilumina
el espacio nimio de la hoja
y nos deja el efecto
de luz que dura.
V
tal vez bisbiseen
en la bienhallada noche de verano
cuando hacen su amor de fuego
y su lujuria
delante de los ojos
como si nada
como si todo.
VII
Guardo mis ojos
en tu boca
dentro el fuego
está quemando los ojos
dentro la ceguera
y fuera el hueco
de tu boca quemando
y no ver
es llagar
pero de luna
roja como pétalo de fucsia
pero de fruta
sanguíneo gajo
rojo
pero de vino denso
y está bebiéndose.
X
la hembra empieza el juego
señal larga y continua
luz luna llena
el macho es la secuencia / un dibujo
en vuelo
efectos de luz mutuo acuerdo
convierten la noche en día
y es primitivo el aire
y tan completo.
XI
escribir el poema antes
que las luciérnagas se vayan
escribir en el territorio inseguro
de las intermitencias
verdad / mentira
presa / depredador
hombre / animal nocturno
tanto manto espeso en refulgencia.
SÓLO EL JUSTO TIEMPO
«Acaso sea verdad/ se vive en la tierra”
—Nezahualcoyotl de Texcoco
I
qué hay lejos
un paso más allá
dentro del bosque
la puerta que será abierta
la que está en el centro de los árboles
la que está en el corazón del silencio
la que tiembla en el vibratum de la luz deletreada
dentro de ese bosque
pero con grafías desconocidas.
II
no para siempre
lo dice el aire corredizo
o el vendaval que nos desposee hasta
del cuerpo
lo dice la lluvia suelta siempre
sobre el mundo
y lo que cae
ese aguanieve que se va disolviendo
entre los pies
como sal en agua
como sangre en río
precipitada
desprendida
no para siempre aquí
lo dice tu mirada que
bendice la piedra y el silencio
III
sólo el tiempo justo
para que el cuerpo aprenda
el roce de los oleajes
el silencio de los pájaros
que en la noche nos hiere/
sólo tiempo
para tender el mantel blanco
de las invitaciones
o para cerrar los ojos en medio de la luz
y abrirlos en la desmesura
de la médula de la noche
-que el cuerpo aprende
a andar a ciegas-
sólo el justo tiempo
de las corolas instantáneas
y del mandala de la flor
que mañana habrá decaído
/bignonia blanca con núcleo rojo
muriendo en horas/
entonces digo: a tu manera
sólo un rato para que toda el alma
vague dichosa sobre cada fruta
sobre la boca que come y ama
sobre el vino vertido en negligencia
sobre las rosas en medio
de los vientos y su espasmo
para que toda el alma
aprenda la guerra y sus medidas
y luego
pueda pedir perdón y perdonarse
sólo un rato para llorar
como es debido debajo piel
para instruirse en el arte
de pisar tierra firme
y luego el vado.
ESTADO DE ÁNIMO
“la poesía me ha devuelto a mí mismo
en el más práctico de los sentidos”
Césare Pavese
I
Y cómo ha de vivir un poeta
Y cómo ha de escribir/
a no ser por las sirenas
que cortan los días y las noches
de urgencia ambulatoria
y que dejan caer en la cuenta
el trillado asunto de la mortalidad/
a no ser digo
por estos flashes
que se mezclan y se cruzan
entre la maraña de las avenidas
entre las heladerías
y los chicos saliendo de las escuelas/
a no ser
por todo esto
quién quiere pensar en la muerte?
Pienso en la muerte
y en la poesía
y en la muerte urbana
ululando
y en la delectación del chico comiendo
helado
ululando
pienso
en los poetas voluptuosos
y en los trágicos
y leo en tu cara el asombro
y la risa por mi confusión.
II
vivir trágicamente
y huir de la escritura trágica
amar / disecar
y no ser voluptuoso en el poema
hacer el ejercicio correctamente
oficio de poeta
tomar distancia
alejarse del momento/ disecar
hacer un esfuerzo de “frialdad utilitaria”
me has dicho
es la verdadera tragedia del poeta
a costa de cortarse a sí mismo
sobre la mesa de las disecciones
enfriar
mientras pido un helado
y oigo el ulular
hago gimnasia.
III
me dijiste realismo
y aquí me encuentro
parada en medio de las calles
atravesándome el colectivo de las 20
y yo sin saber bien cuál es el rumbo
aquí, mirando el cartel del que fuera
el gran cine
devenido en salitas para pocos
y mirando los ojillos de woody
tratando de que roma siga manando amor,
realismo
los manteros, es decir, los artesanos
tirados en la vía de la necesidad
ofrecen objetos sin supervivencia
me ofrezco regalarles
un poco de mi desconcierto
superfluo subterfugio
yo busco la llave y no la tienen
nadie tiene la llave que abra
el centro del corazón canto rodado
ido de si, vuelto dureza
no por no amar sino por haber esperado,
nadie me da la llave
no hay ida y vuelta
y tal vez eso sea la respuesta
ya no más
no tomar nada
ni la luz precipitada de los sexos
ni las bocas de ofidio en celo
ni la lluvia cuando se hace trágica
y nos gusta que se adense
y el cielo no se vea
y hay casi una seguridad de que no exista,
no tomar nada
entonces, esa es la llave,
tu contrariedad ha cavado en mis manos
un desapego
y de eso no se vuelve.
IV
no toques mi hombro
no sea que la noche se vulnere
de luces y de bocanadas
que el aire sea de nuevo espeso
y la lluvia una gárgara en los desagües
de la calle
y el ahogo vuelva a poner su música
sin son
como quien come una marea ardiente.
GEOMETRÍA
un año nuevo puede ser
redondo como una moneda purificada
para oráculo
como el ojo sol de Orus mágico sanando
o el párpado de Dios circulado
en cada apertura y cierre de los días
puede ser una fruta pasada dentro de la boca
o como una píldora vil,
digo: hay otros años oblongos
sin salida
en que doblamos y de vuelta al
punto de escape
oblongo que es una forma de decir:
mareados,
no circulares de perfección rotunda
no,
oblongos,
como las lágrimas de un árbol de cenizas
como la lengua de la mantis que de rodillas mata
como la elíptica sombra de los tristes;
hay años triángulo equilátero
armónico y feliz de su base que son todas sus caras
y no tiene desconcierto que lo turbe
tan repetido como el sonido del acero
que con un pequeño badajo de mano
hace vidas aéreas y seres invisibles
y los hay isósceles
con opuestos iguales pero separados
con un largo camino hasta llegar a unirse
en el punto común
riesgoso andar laderas para paso y alma
resbalarnos
si declina el sol varias veces
hacer pie
si deslumbra, otro tanto,
hay esquinas agudas
rumbos de vencidos descartes
y hasta llegar al punto y sostenerse
la llaga de los pies es infinita
y el vino se consume
pero no tiembles, también
hay un año difícil en que nunca
caerás recto
con confusión de ángulos y de latitudes
las calles no coinciden
nadie te espera en ningún lado
no hay sombra que proyecte compañía
todos miden su propio egoísmo
por cualquier borde se escurre el ser
la mañana y la noche se van del todo
y en tobogán dispar se caerá siempre
no hay longitud igual ni misma espera
nada más que una escalena incertidumbre.
Pero hay un año
que dibuja debajo de los pies
una figura simple
una geométrica línea franca
que no pasa nunca por el mismo punto y
deja abierta una bocamanopuerta
es decir:
una nueva demencia de luciérnagas
que no vuelve tampoco al punto de partida
es flecha directa,
sucesión de puntos
trazo recto
quebrando el corazón del miedo
y se va al poema por las
líneas abiertas por donde respira
la voz de quien escribe
saeta que da vida
como si estampara en una seda neutra
un tatuaje de caóticos incendios.
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