El poeta Humberto Vinueza, por Miguel Elías
Crear en Salamanca se complace en publicar algunos de los poemas que leerá en Salamanca el poeta ecuatoriano Humberto Vinueza (Guayaquil, 1942). Vinueza ha publicado libros de poesía como Un Gallinazo Cantor Bajo un sol de a perro (1970); Poeta, Tu palabra (1989); Alias Lumbre de Acertijo (1990); Tiempos Mayores (2001); Constelación del instinto (2006); Obra cierta, (2009, antología poética); Noticias del polen (Caracas, 2011, antología poética); Árbol de los vínculos (2011); y, Verso Travesti (2014, antología bilingüe ítalo-española). En 1991, recibió el Premio Nacional de Poesía Jorge Carrera Andrade por su libro Alias Lumbre de Acertijo y, el mismo premio, en 2007 por el libro Constelación del instinto. Su antología poética Obra cierta en 2012 mereció el Premio Iberoamericano de Poesía “José Lezama Lima” (La Habana, Cuba). Sus poemas han formado parte de antologías de poesía ecuatoriana, latinoamericana y algunos poemas han sido traducidos al inglés y francés. Próximamente se publicará una antología suya traducida al persa.
Grito, de Miguel Elías
Tener menos miedo y silabear
la inminencia de la palabra en la arcilla
en la osamenta
y en el polvo de caminos esfumados
atar la voluntad al deseo de exceder
el credo a la patria
la pata de algo que va a moldearse con algo
rumbo hacia el extremo
tener menos miedo
de celebrar las certidumbres
y entre serpentinas aproximarse a golpear
con un palo de ciego la vasija de los aciertos
la médula que mientras duermes confunde
el espíritu y la burbuja protectora de la carne
el hilo carnal de la tentación
y el espíritu que se hila a sí mismo
y tener menos miedo
de que todo vuelva a escribirse
y lo escrito
deje de estar en un solo anillo
y en el asombro se descongele
lo más diferente de lo distinto
y sea un resguardo del sentir de los decires
y abandone el deseo de mostrarse
solo con su voz que conspira desde el desacierto.
Pájaro, de Miguel Elías
Cantan los pájaros al amanecer
antes de revelar ausencia o presencia con su vuelo
los trinos parecen avisos que vienen
tras la lluvia desde absolutos futuros
o se alejan en la brisa
hacia presentes con mejor suerte
despertando a las cosas de su sueño
cantan al deseo de decir algún nombre
unánimes
a la gracia del propio trino cantan
hasta volverse destemplanza
exigua nota
instante sonoro entre una prisa imprecisa
y todos los tiempos
luego se espulgan en medio del gorjeo
y el enmudecimiento recíproco
para nombrar al infinito todos al unísono
los pájaros cantan a la perfección del silencio
sin darse cuenta.
Caballo, de Miguel Elías
El caballo relincha y presiente lluvia
más allá la historia es un páramo
de fulanos y zutanos
en la noche sin bornes
mi bisabuelo era un jinete que corría
detrás de un horizonte esquivo
un hombre a caballo inclusive cuando iba a pie
yo le habría leído un poema de Arquíloco
o este otro sobre la estrella que me visita
a través de las distancias que no miden
lo mismo al anochecer o al amanecer
quizás no frecuentaba la poesía
si para vivir a caballo no era imprescindible
o tal vez otros versos leyó
-no los poemas de Kalidasa ni los míos-
porque para amar y vivir dependía
del silencio que casi con ternura
se pronuncia a sí mismo
y del amor que hace como que canta sus silencios
hoy su ausencia ha dejado de ser jirón de nombre
y me conmueve deletrearlo lentamente
un pensamiento en la luz
no de cualquier crepúsculo vespertino
sino de este atardecer-anochecer
que resuena en el latido de Venus.
El caballo presiente niebla y relincha.
Pájaro del Paraíso, de Miguel Elías
Estas almendras no son las mismas
con las que Omar Khayan
masticándolas
organizaba la cadencia de sus dísticos
con las mías
marco el ritmo rumiante de las sílabas
que no entran en la voz
sino en el oído
mas unas y otras –las almendras–
propician con la gracia del canto
la percepción de que he empezado a ser
la rara ave de algún paraíso.
Don Quijote, de Miguel Elías
ÉL
Habla la ironía con piel y textura de lenguaje
sobre aquello que es y no es igual
a lo idéntico
a lo diferente
es su misma piel de texto la que lo dice
para no solo decirlo
sino acompasar y trascender las certezas
bajo el ritmo de la respiración del azar
y del destino de las fábulas
así nadie es tantos humanos a la vez
como en su voz que prescinde de ardides
y desafía a ejércitos de cabras y de ovejas
mientras gritos y balidos entre sí
se escuchan absurdos e instintivos
entre las jerarquías en desbandada del ser
así nadie es tantos excéntricos o concéntricos
en beligerancia con el poder de los molinos
pulverizadores de las alegorías del fruto
y de la semilla del retorno al entorno
y al suceso
así nadie que no sea él
se convierte en fajo esquelético de letras
sobre un caballo galopando a la deriva
y se reconcilia con la armonía del sarcasmo
que se filtra
en lo inviolable de la yema de los símiles
o con la tercera persona de la vida del autor
más versado en desdichas que en versos
y espectros de fonemas de fuga-aparición
tras la imaginería de los fiascos
o el velo de mesura en el delirio
él es un ser en lo optado y adoptado
otro no parece ni es él
él no parece ni es otro
habla y habla
sobre la idea de una libertad múltiple
fuera del orden de lo múltiple
y afirma que su sentido siempre es imprevisto
sin la premonición cierta que lo anuncie
y en la lectura repite más de lo que el autor dice
a través de sus códigos en la intemperie erosionada
o dice que se dice
y ante la sobriedad de la mitad-Sancho que somos
nos quedamos transmutados en los signos
de todos los fingires de la otra mitad-Quijote
y no se sabe cómo unir lo que parece unible
con cuál mínima memoria generar el exceso
sin rebasar la exactitud
o en qué momento espontáneamente amarlos
en este diálogo interior
y redimirnos salvándolos o no
porque si todo no está en ambos a la vez
uno y otro carece de sentido
dentro o fuera de la razón de la sinrazón
que a su razón sostiene
ahí donde el tiempo nuevo
no siempre sucede al presente ni al arcano
entonces la inocencia se eleva
hasta la hondura de un deslinde que incide
en las condensaciones del sujeto de parodia
más allá del contraluz del pronombre
y del hechizo de los aires de su nombre
la apoteosis de la analogía
se insinúa poder distintivo de la diferencia
para el verso y la prosa de otras aventuras.
(En homenaje al poeta Miguel de Cervantes,
autor de El Quijote.)
Cartel del XIX Encuentro de Poetas Iberoamericanos
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