POEMAS DE AMOR DE YEHUDA AMICHAI, TRADUCIDOS POR MARIO CAMELO

 

El poeta israelí Yehuda Amichai

 

“Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar una muestra de la poesía amorosa del notable poeta israelí Yehuda Amichai (Würzburg, Alemania,1924 – Jerusalén, Israel, 2000), seleccionada, traducida y presentada por el poeta colombo-suizo Mario Camelo (Leticia,1952). Camelo cursó estudios de literatura en Colombia y Suiza, país  este último  donde  se  estableció definitivamente  desde 1979. Ha ejercido como profesor de literatura, traductor, conferencista y fotógrafo. Es miembro de la Sociedad Suiza de Autoras y Autores. Su poesía se haya traducida al italiano, francés y alemán, entre otras. En poesía ha publicado los siguientes libros: Asuntos Elementales (Bogotá.  Cuadernos de poesía, 1974), Las victorias del miedo (Bogotá. Publitextos, 1978), Libro de conjuros (Barcelona, Libros de la frontera, 1983), Primer libro de Crónicas (Libros de la frontera, 1990), Crónica del reino (Libros de la frontera, 1997), Crónicas sur (Dinamarca, Ediciones  Aurora Boreal, 2013), Luna de las iguanas (Aurora Boreal, 2014) Cantigas (Sestante  edizioni, Italia: Universidad de Bérgamo. 2017) y Cantigas. Antología de poesía (Sílaba editores, Colombia, 2019).

 

La presentación de Mario Camelo (al final de los poemas) trata de las tres vertientes centrales de la poesía de Amichai: El amor, la paz y Jerusalén. Aquí la  muestra de de ese primer eje. Dejamos constancia de nuestra gratitud al poeta colombo-suizo.

 

 Foto de José Amador Martín

 

CANTO REAL, DE AMOR

 

Eres bella como las profecías

Y triste como las que no se realizan

Sosiega como la paz, después.

Negro de la soledad blanco del jazmín

Tu boca tiene colmillos de loba y de reina.

 

Tu vestido corto es de ahora

Pero tu llanto y tu risa son antiguos

Tal vez del libro de otros reyes.

Nunca he visto la espuma en el belfo de un caballo de guerra

Pero cuando haces espuma con el jabón sobre tu cuerpo

Entonces veo.

 

Eres bella como las profecías

Que jamás se realizan.

Y es por tu cicatriz real

Que pasan mi lengua

Mis dedos sobre la suave herida.

 

Con el talón de tus zapatos golpeas

Las rejas de la prisión que me rodea.

Tus anillos locos

Lepra santa de tus dedos.

 

De la tierra viene de nuevo

Todo lo que no querías ver más :

Pilar y consola, jarra y cornisa, restos de vino.

 

Hay muchas caras escondidas aquí

( De los unos y los otros ).

La noche se corona de oro ciego

Pesa sobre los placeres

Con el peso de la realeza y la fatiga.

 

 Foto de José Amador Martín

 

 

POEMAS PARA UNA MUJER

 

 

1

 

Tu cuerpo es blanco como la arena

Donde nunca han jugado los niños

 

Tus ojos tristes y bellos

Como flores pintadas ilustrando un libro de escuela

 

La cinta de tus cabellos cayendo

Como el humo del sacrificio de Caín :

 

Debo matar a mi hermano

Él debe matarme.

 

2

 

Si abres tu abrigo mi amor debe ensancharse.

Si portas ese sombrero blanco y redondo

Mi sangre debe enrojecerse.

 

Por todas partes donde amas

Hay que vaciar el mobiliario de la estancia.

Y del mundo los árboles mares y montañas

Dado que el mundo es estrecho.

 

3

 

Cuando sonríes

Las ideas serias se fatigan.

 

A tu lado de noche los montes no son sino silencio.

De mañana la arena se desliza contigo hacia el mar.

 

Cuando me haces feliz

Las industrias pesadas callan, todas.

 

 

 Foto de José Amador Martín

 

OTRO POEMA DE PAZ

 

 

Mi amada no estuvo en la guerra,

Ella aprende el amor y la historia

De mi cuerpo, y sus guerras.

 

De noche cuando mi cuerpo transforma

La guerra en paz, ella se sorprende.

Su sorpresa es su amor y su aprendizaje.

Sus guerras y su paz. Su sueño.

 

Me hallo ahora en mitad de la vida.

Momento cuando se comienza

A reunir los conocimientos los detalles

Y los mapas exactos

De un país que no ocuparemos nunca

Y de un enemigo de una amante

Cuya frontera jamás atravesaremos.

 

 

Foto de José Amador Martín

 

ESTUVIMOS TAN CERCANOS

 

 

Estuvimos tan cercanos el uno del otro

Como dos números de una lotería

A un decimal de distancia,

Uno de nosotros ganará, tal vez.

 

Cómo es bello tu rostro y tu nombre impreso en ti

Como el empaque de una conserva maravillosa :

Fruto y nombre de fruto.  Estás aún dentro ?

 

Vendrán los años, los días

Serán tan dulces como las noches

Y bellas para todos aquellos

Que no se preocupan más del tiempo.

Será entonces cuando sabremos.

 

Foto de José Amador Martín

 

COMO LA HUELLA

 

 

Así como la huella de nuestros cuerpos

Ningún signo de nuestra presencia quedará aquí

El mundo se cierra detrás de nosotros,

La arena se  endurece.

 

El tiempo ha acordado una cita

Para cuando no estés,

Una brisa empuja ya las nubes

Que no lloverán más sobre nuestros rostros.

 

Tu nombre está ya incluido en la lista de pasajeros,

En los registros hoteleros

Cuyos nombres solos

Entierran el corazón.

 

De los colores que me hacen ver y soñar,

De las tres lenguas que conozco,

 

Ninguna podrá ayudarme.

 

 

 Foto de José Amador Martín

 

POEMAS DE ACHZIV

 

 

1

 

Toda la noche has quedado despierta boca arriba.

Había otro viento, un viento como tú.

La claridad de la luna lanzaba otra reja distinta sobre el muro.

“ La llave está bajo la piedra al pie de la puerta.”

Dibujado por los restos de cigarrillos

Apareció el perfil de tu cuerpo por tierra

En la madrugada.

 

2

 

Alrededor de la palabra difunto : “ Hemos amado”

Cubierto de algas sobre la arena.

Se congregaron los curiosos.

 

Hasta tarde escuchamos el testimonio

De las olas contarnos cómo ocurrió.

 

3

 

Tus llantos átalos a una cadena

Y tú conmigo.

 

En la casa semidestruída

La luz sola habita.

De la oscuridad ellos crean una platería fina

Para la cena última.

 

Pez mi boca,

Peces tu boca tu seno :

Anudaron la noche.

 

Y hay una noche de luna

Más blanca que el día del perdón.

Tus llantos rompieron la cadena.

Huyeron lejos.

 

Foto de José Amador Martín

 

4

 

En la arena fuimos un cancerbero de dos cabezas

Mostrando los colmillos : en la tarde

Una de tus piernas estaba al este, la otra al oeste

Y yo medio-apoyado sobre las mías

Mirando desconfiadamente a todo lado, rugiendo

Guardando mi presa.

 

Quién eres ?

Un niño de la diáspora

Capelo sobre la cabeza. De otro lugar otro tiempo.

 

De noche estamos juntos sin memoria

Ni sentimientos. Músculos

Que se tienden y se apaciguan.

 

5

 

He aprendido

A hablar a tu sexo

Como a un rostro.

 

Hablo su lengua primera

Plegada y hecha de una materia más antigua

Que toda la memoria de los libros.

 

Ella se dirige a nosotros

Jugando,

Como a su lejana descendencia.

 

Lejos de aquí en otro continente del tiempo

Los Rabinos muertos de mi infancia

Levantan las piedras tumbales

Por encima de sus cabezas.

Sus almas sujetas al nudo de mi vida.

Dios mío, Dios mío,

Por qué no me has abandonado ?

 

Foto de José Amador Martín

 

6

 

Cómo es eso de ser mujer y sentir

Un vacío entre las piernas, una curiosidad

Bajo la falda en verano, en el viento

Y aquella insolencia detrás ?

 

Un hombre debe vivir con ese paquete

Extraño entre las piernas. “ Dónde quiere usted

Que lo ponga ? “ me pregunta el sastre

Que toma la medida de mis pantalones,

Y no sonríe.

 

Cómo es eso de tener una voz entera

Que no se rompe ?

Eso de vestirse y desvestirse

Por deslizamientos ondulaciones caricias,

Como bañada en aceite de oliva,

Untando el cuerpo con tejidos delicados, ligeramente

Sedosos entre quietos murmullos rosa o malva ?

Un hombre se viste con gestos rudos

Cierres y aberturas difíciles,

Los ángulos y los huesos batiendo el aire

El viento enzarzado en las cejas.

 

Cómo es sentirse mujer ?

Y tu cuerpo que te sueña.

Cómo es hacerme el amor ?

 

Restos de mujer sobre mi cuerpo

Y marcas de hombre sobre el tuyo

Anuncian el infierno

Que nos está abierto

Y tu muerte y la mía.

 

 

 

 

TUS CABELLOS FUE LO ÚLTIMO QUE SECÓ

 

 

Tus cabellos fue lo último que secó

Cuando estuvimos lejos ya del mar

Cuando las palabras y la sal en nosotros enredadas

Terminaron por separarse

Y tu cuerpo no mostraba más

Los signos de terribles antecedentes.

Fue en vano que olvidamos ciertas cosas

Para poder regresar a la playa.

No volvimos.

 

Hoy recuerdo los días en que tu nombre

Estaba impreso como el nombre de un barco.

Y cómo entre dos puertas abiertas

Vimos a un hombre pensar y cómo mirábamos

Las nubes con aquella mirada antigua

Heredada de los ancestros

Acechando la lluvia,

Y cómo de noche, cuando el mundo se enfría,

Tu cuerpo guarda su calor largo tiempo

Como el mar.

Foto de José Amador Martín

 

 

POEMA DE AMOR

 

Las gentes se utilizan entre sí

Para cicatrizar el dolor

Se entremeten

En sus heridas existenciales

Por el ojo, el sexo,

La boca y la mano abiertas.

 

Se tienen fuerte unos a otros

Para no dejarse partir.

 

Foto de José Amador Martín

 

 

JEHUDA AMICHAI

 

Ludwig Pfeuffer nació en Würzburg, Alemania en 1924. Su familia emigró a Israel en 1936, allí se llamó Jehuda Amichai. Durante la segunda guerra mundial participó como soldado en la Brigada Judía creada por el ejército británico. Luego, durante la guerra de independencia, en el Palmach que fue el brazo armado de Haganah.

 

Jehuda Amichai es reconocido como el gran poeta nacional de Israel, sus poemas han devenido canciones populares, los niños los recitan en las escuelas…  Pertenece a lo que se llamó «La generación del estado», al igual que Nathan Zach y David Avidán, quienes en la década de los cincuenta del siglo XX fundaron en Jerusalén la revista LIKRAT : Versos, donde se fraguó una verdadera revolución literaria, tanto en la elaboración de un nuevo discurso poético, como en la percepción novísima del entorno cultural. La generación anterior (arqueo-semántica) representada por Shonsky y Alterman, habían centrado la literatura sobre los modelos de la imaginación, donde el estado es quien confiere forma, substancia y finalidad al discurso literario.

 

 

Contra esa situación actuó la generación de Amichai.

 

La doble heredad judía y hebraica se verá confrontada a la realidad israelita, pletórica de conflictos, mutaciones, reconsideración de los valores pioneros fundadores del discurso social. Esta revisión fue debida, entre otras cosas, a la necesaria normalización del estado de Israel, y  su corolario, lo Israelita. El acto poético deviene así un acto político y cultural que, en  la larga tradición de perennidad del verbo y del libro, reformula la relación fundamental entre el poeta y el estado, la lengua y su futuro poético. La generación del estado conduce el discurso poético a una redefinición más semántica (creación de una lengua poética moderna), que territorial (fundadora de la ideología del estado), de su objeto. Se emprende así la aventura del nuevo lenguaje poético a la escucha de la lengua cotidiana y de la realidad psico-política de la sociedad Israelita (Sabra), con un idioma saturado de siglos y de sentidos.

 

De esta manera Amichai reasumió la parte judía de su identidad Israelita, confrontándola no solamente a la larga cadena de la historia del pueblo judío, sino también a su presencia física y moral en una geografía determinada. Él mismo se definía como un fanático de la paz.  Fue enseñante, trabajó y colaboró con escritores e intelectuales Palestinos. Falleció en Jerusalén el año 2000.

 

Para este homenaje a la poesía de Jehuda Amichai me he apoyado en los trabajos de Michel Eckhard (Actes Sud.1985.Francia), de Renate Maier (Gedichte von Jehuda Amichai. Ed. Suhrkamp. Alemania, 1998), así como de Boaz Arpali (The Flowers and the Urn. Amichai’s Poetry. 1986), ciertos textos originales en lengua hebrea me desbordan.

 

Como Eckhard, he intentado presentar los tres tópicos esenciales de la poesía de Jehuda Amichai: el amor, la paz, Jerusalén,  esperando que a través de la poesía (de fuerza y frescura poco frecuentes) el lector pueda acercarse a ciertos aspectos de la densa realidad del Israel moderno.

 

Mario Camelo. Fribourg, Suiza, 2014.

 

El poeta y traductor Mario Camelo

 

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