Crear en Salamanca se complace en publicar algunos textos de tres poetas de la ciudad donde encontró reconocimiento (y ciertas animadversiones) Fray Luis de León, extraídos del volumen titulado Decíamos Ayer, antología del XVI Encuentro de Poetas Iberoamericanos realizada por Alfredo Pérez Alencart, poeta, profesor de la Usal y director del Encuentro.
Luis Frayle Delgado (Valverdón, Salamanca, 1931), es filósofo, poeta, ensayista y traductor. Licenciado en Filosofía y Teología y bachiller en Lenguas clásicas; Catedrático de Latín, se ha especializado en la traducción de obras latinas de Pensadores universales, especialmente del Renacimiento y el Humanismo: ha traducido obras latinas de Dante Alighieri, G. W. Leibniz, Francisco de Vitoria, Juan Luis Vives, Leonhard Euler, Erasmo de Rotterdam y Cicerón. Es miembro de la Sociedad Española Leibniz y colabora en la obra Leibniz en Español (19 tomos). Autor polígrafo, ha publicado una treintena de libros y numerosos ensayos sobre temas filosóficos y literarios en libros realizados en colaboración y en revistas. Y muchos artículos periodísticos.
ÉGLOGA I
Tu dos pechos como dos cabritos mellizos,
que están paciendo entre violetas.
(Cantar de los Cantares, IV, 5.
Versión del Maestro León)
Los pétalos de rosa
esparcidos por el nuestro lecho
y la esencia de jazmines blancos
que aroman el cielo de la alcoba
son alas de mi corazón
a tu mundo de misterio.
Tu eres la perla de este mundo
y tu dulce cuerpo
abierto a mis anhelos
se cobija en la fuerza de mis brazos.
Es la nave que navega entre mis olas
y destila suavemente
tus efluvios de hermosura.
Tú, mi Venus,
nacida de la espuma perfumada
de esta mar insondable
te ofreces a mis ojos siempre sorprendidos
y me acoges en tu amoroso seno
para bañarnos en el agua de la vida.
Déjame así, Amor, subir por las colinas de tus pechos
a contemplar el paraíso
y bajar a tu frondoso valle
y hundirme para siempre en tu belleza.
ÉGLOGA II
Huerto cercado, hermana mía, Esposa;
huerto cercado, fuente sellada.
(Cantar de los Cantares. IV, 12.
Versión del Maestro León)
Escucho yo las cuitas
de tu corazón herido
y el lamento del ruiseñor en la anochecida.
El quejido de la espera,
la soledad, la ausencia,
la hora del anhelo de reunirse con su amada.
¡Ay! Preciosa,
ábreme la cerca de tu alma
y contemple yo tu visión, descendida de los cielos.
Déjame abrirme camino
entre los pétalos rojos de las rosas
y embriagarme con el perfume blanco
de la flor de los jazmines
que cuelgan de los muros sagrados
de tu cuerpo.
Cómo anhelo meterme en las ermitas
del silencio de tu alma
y escuchar de rodillas el suave susurro
de tus íntimas palabras.
Y volver a las hondonadas de tu valle
a cobijarme en la calidez de tu jardín secreto.
Y, cansado de pastorear luceros,
acogerte en mi regazo.
Verónica Amat (1944). Poeta y directiva de la Sociedad de Estudios Literarios y Humanísticos de Salamanca (SELIH) y colaboradora del Centro de Estudios Ibéricos y Americanos de Salamanca (CEIAS). Sus libros de poesía publicados son El poeta ante la cruz (1995), Azulay (2005), Este destino (2007, con prólogo de Andrés Quintanilla Buey) y Sombra que desea ser iluminada (Verbum, Madrid, 2013, con prólogo de José María Muñoz Quirós). Poemas suyos aparecen en las antologías Salamanca, azul y oro (Caja Duero, 2001), Ut pictura poesis. Pintores y poetas desde la Salamanca universal (Verbum, 2002), El mundo al otro lado. Ochenta fotografías para ochenta poetas del mundo (Explorafoto, 2004), Os rumos do vento (Fundão, Portugal, 2005), Los poetas y Dios (Diputación de León, 2007), Habitación de olvidos (Edifsa, 2009), O Divino. Sílabas do Oeste (Sirgo, Castelo Branco, Portugal, 2011) y Sombra Branca (Fundão, 2013) También en revistas literarias como El cielo de Salamanca o Papeles del martes. Durante años formó parte de la sección literaria del Ateneo de Salamanca y de la Tertulia Literaria “Airén”.
DECÍAMOS AYER
Como si
nada hubiera sucedido,
decíamos ayer:
me sobra noche, amigos,
me sobra urgencia
para arrancar el miedo
a la distancia.
Sigo aquí,
en comunión de lirios,
en silencio.
(Julio 2013)
POR EL HUERTO DE FRAY LUIS
Absorta y de puntillas
voy cruzando dintel
que lleva al huerto
donde anidan primaveras.
¡Oh, enlazada espesura
por alta luz traspasada!
Aquí hay rumor de aves
volando la floresta.
Aquí, serenamente,
llega caudal de agua
hasta su fuente.
De ella beberé ese sabor
oculto, agradecido.
Aquí el alma hace cumbre
en el recuerdo.
Aquí habita generosa entrega
en frondoso huerto
que por odio
fue grandeza encarcelada.
Medito en su espesura
aquel combate,
entre aromas de incienso
y espigas altas.
Me quedare cautiva
paseando bajo el oro
de este otoño recamado.
Paseando sobre crujiente hojarasca
con sonido a fino laúd del viento
que hace honor
al mayor Señor
de sus señores.
(*) Junto al poeta Alencart y por invitación de su propietario, el doctor Emiliano Hernández Benito, se nos abrió el huerto de Fray Luís de León. La tarde nos abrazó en su silencio por el huerto angosto y solitario, dejando nuestras palabras de agradecimiento en el libro de visitas. Pasamos la tarde con aquella maravillosa familia que, juntos y por separado, recorrimos tan singular paisaje cargado de recuerdos.
José Amador Martín Sánchez (salmantino nacido en Elgoibar, Guipuzcoa, 1951). De ancestros castellanos, aquí vive desde los siete años de edad. En Salamanca cursó estudios de Química y aquí trabaja en la enseñanza y en el mundo de la imagen (destacables son sus videos “Salamanca, ciudad interior”, “José Ledesma Criado, poeta”, “Las Batuecas, literatura y mito de un nuevo mundo en Castilla” o “Dí tú que he sido. XV Encuentro de Poetas Iberoamericanos”, entre otros). Su obra poética se encuentra en el poemario Ciudad XX (con José Luis Matilla y José Luis de Diego) y en numerosas revistas, como Álamo, Río Arga, Mantxa, Artesa, Zurguén… Con Aníbal Núñez, Carmen de Celis y Jaime Siles fundó la revista Base 6. Ha obtenido los premios Guadiana (Ciudad Real), Pit de Roure (Palma de Mallorca), Lodosa (Navarra) y otros. Dirige la revista digital Crear en Salamanca.
INVISIBLE CÁNTICO
A Fray Luis de León
Desciendes a la luz de la mañana,
a la paz silenciosa
de esta ciudad perfecta coronada de luces,
cuando la luz recorre,
en el silencio, las calles solitarias.
Es luz que acaricia,
Luz que es música,
luz que muestra en las almas
la estructura perpetua del instante.
Es la infinitud de un cosmos,
que gira con su elevado acento,
en la armonía universal de las esferas.
El alma recobra del olvido
los versos serenos,
deseos del alma
en los que permanece el sueño,
en los que toda la belleza nos acecha.
El tiempo abandona su reposo,
cuando termina siendo triste llanto
belleza engañadora,
vil sentido de la gloria.
Mas cuando recobra su memoria
bajo el aire hermoso de la luz
y la música celestial,
es aire nuevo
con el que armoniza y goza
de felicidad divina.
Todos mis sentidos
arden en este bosque
de bóvedas tejidas por el tiempo,
como invisible cántico
de una catarata de luz que nos asciende
hasta los límites del día.
Suaves como la aurora
brillan silenciosas nubecillas,
rastros de rocío
solo visibles en la calma
de la paz interior de la Palabra,
cuando la palabra es luz,
calma serena
de un jardín de piedra coronado
en elevada sinfonía, en filigrana,
en el murmullo dorado que te asciende
al abrazo, infinito, de la tarde.
18 de junio de 2013
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