Pintura de José Carralero (España) De su serie Marginaciones.
Crear en Salamanca tiene especial satisfacción en publicar textos de cuatro autores de España, Portugal y Argentina, versos que están acompañados por pinturas de artistas como José Carralero (España), Martín La Spina (Argentina), Gro Johnsen (Noruega), Emilio Mozo (Cuba), Andreia Donadon (Brasil) e Iván Fernández Dávila (Perú)
PAULO JOSÉ COSTA
(Leiria, Portugal, 1976)
ELEVAÇÃO
Segura, tens a minha mão:
a que cultiva as sementes
no extenso território da esperança, pulsando e mantendo
o enlevo das coisas sublimes do amor,
entre os talhes profundos da terra.
Recolhe essa elevação: serás uma morada
que alberga nos dias frios
o corpo em retorno,
acalorando um vasto sorriso.
Refaz a esperança no meu mundo
tacteando os sinais do meu cântico interior,
reflexo fundo nos teus olhos prateados
como estrelas gloriosas na escuridão.
E permanece neste lugar
tanto como o cântico das ondas.
Pintura de Gro Johnsen (Noruega)
ELEVACIÓN
Segura, tienes mi mano:
la que cultiva las semillas
en el extenso territorio de la esperanza, pulsando y manteniendo
el encanto de las cosas sublimes del amor,
entre las huellas profundas de la tierra.
Recoge esa elevación; serás una casa
que acoge en los días fríos
el cuerpo sin retorno,
alentando una vasta sonrisa.
Rehaz la esperanza en mi mundo
tanteando las señales de mi cántico interior,
reflejo profundo en tus ojos plateados
como estrellas gloriosas en la oscuridad.
Y permanece en este lugar
tanto como el cántico en las olas.
(Traducción de A. P. Alencart)
LENTA ESPUMA
É distinto este lugar
ao norte.
Na lenta espuma, o areal em traços
acolhe da água atlântica
o canto sóbrio das marés,
como se uma nobre tonalidade
ou esplendor salgado
nos traçassem
montanhas erigidas
no mar.
Nunca é tarde
para beber esta paisagem
esculpida na concisão
e elegância cíclica do inverno:
na contemplação da tua ínsula
resgato a mansidão dos sonhos,
como se despertasse
de um exílio.
Canteiro de Sedução, de Andreia Danadon Leal (Brasil)
LENTA ESPUMA
Es diferente este lugar
al norte.
En la lenta espuma, el arenal en trazos
acoge del agua atlántica
el cántico sobrio de los mares,
como una noble tonalidad
o esplendor salado
nos trazaran
montañas erigidas
en el mar.
Nunca es tarde
para beber este paisaje
esculpido en la concisión
y elegancia cíclica del invierno:
en la contemplación de tu isla
rescato la mansedumbre de los sueños,
como si despertase de un exilio.
(Traducción de A. P. Alencart)
El poeta Francisco Álvarez Koki
FRANCISCO ÁLVAREZ KOKI
(A Guarda, Galicia, España 1957)
Reside en Nueva York
Pintura de José Carralero (España)
CIRCUNFERENCIA DEL RECUERDO
Esas risas, como cuchillos que hieren,
son los recuerdos, Madre.
El recuerdo es como una puerta abierta
donde uno nunca sabe si entra o sale.
¡Quiero cantar, Madre!
¡Quiero cantar llorando!
¡Quiero sentarme esta tarde
al lado de ese abismo lleno de nostalgias.
Abre las ventanas, Madre,
que al otro lado, donde no cantan los grillos ni hay alma,
te estoy mirando.
Las penas, Madre, las penas que van y vuelven,
y vuelven y vuelven, Madre.
Qué consejo me darías esta tarde que lejos de ti lloro
palabras.
Bajo por las sombras que me acechan, por las ruinas
de los recuerdos.
Madre, acurrucado entre páginas en blanco, te construyo.
Escucha, escucha, escucha, Madre, tras el hueco sonido
de tus pasos se arrastra mi memoria,
desde el principio, tal vez desde las entrañas,
donde sólo nos conocíamos interiormente.
Qué tiempos, Madre, pan y queso, el azul
siempre puro de aquel cielo. Me río mucho, me enseñaste
a reír, pero también lloro, llorar es bueno, Madre,
aunque no lo creas.
La sabiduría, Madre, es como el silencio que se siente
pero no se escucha, y yo he venido desde el silencio,
desde un hueco
profundo de la tierra,
como un recuerdo resucitado.
Hasta el perro se me ha muerto, Madre,
hasta el perro,
mientras yo aquí, a lo lejos,
cultivo su memoria.
Ahora cuando regrese, Madre,
en medio del atrio de los muertos,
cuando recorra esos caminos,
llorando nostalgias,
cuando te abracé, Madre,
despertaré soñando…
GLADYS CEPEDA
(Buenos Aires, Argentina, 1963)
BAJANDO ASCENSORES CON UNA NAVAJA
En verano
los cristales maduran temprano
la mujer se maquilla de Arquímedes
por las ventanas
pájaros y sus agujeros moribundos
encienden el olvido del ser
hay fuegos en los silencios deslucidos
entre espejos que se van fragmentando
bajo lluvias centenarias
la perfección alberga cansancios
lleva perfumes en jardines invisibles
que cobijan la palma de mi mano
entonces los días se postergan
tras la soledad porque nacen y mueren
en ojos que se alejan
de los desconocidos mientras caminan
sobre parques azules como venas
a la distancia las estatuas
realizan su homilía secreta
en el ambón de las materias infinitas
si se desgastan las sombras
vaga mi mente
pero los peces en bares
beben el naufragio
y observan como ciudades
se fugan por las alcantarillas
sus alvéolos se intoxican
de la respiración de reptiles bajando escaleras de los bancos
Pintura de Gro Johnsen (Noruega)
SEMANAS
Hoy tengo ojos de viernes
siento un cansancio oscuro, infinito
que me atraviesa los huesos
un terciopelo gastado
viste latitudes de mi carne
un viento crea mi lengua
y desata notas musicales apañadas por lunas
que cuelgan de la ventana
siento frío en las venas
nacido de los océanos que solo
conozco por fotografías
luces estallan en mis manos
fragmentados cristales
perdidos entre hojas gastadas
de libros amarillos
a la distancia se oyen campanas
que matan el día
pero yo solo bebo de la noche
la savia oculta que llevo en los poemas
ESTACIÓN SAN JOSE
Mil ojos de subterráneo
va hacia el suicidio
mientras el estertor de fuego
recorre arterias inveteradas
sin oxigeno
se apodera de su mendicidad mecánica
como una telaraña
perfectamente obradas por relojes
y rostros ajados
paralelas de nuevo siglo
como reacción en cadena aplastan hombros
de los que imprimen su huella digital de 7 a 21
El poeta Leopoldo L. Samprón (España)
LEOPOLDO L. SAMPRÓN
(San Julián-Vega de Valcarce; León, España, 1951)
Pintura de Gro Johnsen (Noruega)
LA VIDA ES UNA CALLE
La vida es una calle.
Las aceras, plantadas
de árboles y de bancos.
En uno de ellos estoy sentado.
¡Quiero envejecer mis poemas!
dándoles otros hijos, otros nietos.
Pienso. Miro al cielo
y robo las estrellas;
porque sólo las sucesivas noches
me harán ver si existo todavía
debilitado entre mis errores.
Me falta territorio para sembrar los sueños.
Para recordar lo efímero de mi existencia
y el poco precio que la misma vale.
Degradado el corazón y la apariencia;
el fiel aburrimiento que me invade,
tan sólo acelera el vacío
insondable de los tiempos
si no tengo Jesucristo tu presencia.
Quiero ver con claridad
a través de los cristales empañados
la oscuridad del alma,
y soñar tardes de murmullo y sol
junto al río y los castaños
escuchando la voz de Tu Palabra.
Dame más de tu Espíritu,
para que los espejos
de tu fulgor me invadan
y las alcobas del oscuro naranjo
se ausenten de la tierra de mis ojos
para verte con los jazmines tardíos
entre los muros y el tejado de la casa.
Danos un poco más de edad,
unos pocos más de bancos,
unos pocos más de árboles,
y que todos se inclinen a tus puertas
cuando te conozcamos.
La vida es una calle, Jesús,
y yo un invisible pasajero
de la intimidad de los años.
Homenaje a Sérvulo Gutiérrez, de Iván Fernández Dávila (Perú)
POEMA 333
El silencio nos deja pequeños latidos
y los primeros poemas del amor
errantes, van dentro de una bruma
del pensamiento en los abismos;
y errantes quedan las orillas
de la tenue soledad del corazón.
Sosiego, paz, quietud, olvido,
brotan con la anchura de las fragancias
en un atardecer bordeado
de recuerdos y fantasmas.
La soledad y la incertidumbre
de los pasos del ayer, lejanos
se amontonan en prodigios tersos
palpando a cada instante nuestra alma.
Cerramos los ojos y no vemos
más allá del torpe atardecer
remoto de las dormidas pestañas.
El aroma a tomillo nos invade
atrayendo verbos empleados
en la pródiga juventud oculta
detrás de los elementos y el paisaje.
De tantas cosas nos hemos olvidado
en el sudor de la vida cotidiana,
que ahora la nocturna humedad nos deja
ver todas las sonrisas que no dimos,
todos nuestros triunfos y medallas,
toda la inteligencia contra Dios,
todos nuestros antaños abismos
en afán por las riquezas mundanas.
Y ahora…
La fiebre nos deja un soplo de hielo,
mientras el sol cansado se oculta
y los amigos tristes nos lloran
en la espectra tumba de algún cementerio.
enero 30, 2016
Hola Muchisimas gracias por la publicacion de mis poemas en su prestigiosa publicacion una hermosa oportunidad de disfrutar ademas de excelentes autores y artistas del mundo !que bueno que existan estos espacios de tanta calidad que difunden y logran generar un excelente espacio para autores,artistas y lectores y hacen tanto por la cultura !!!!!!!!!!!!!!!Un agradecimiento al excelente Alfredo P.Alencart por todo su trabajo poetico y a los editores !!!Felicitaciones !!!!!!!!!!!!!!!!!!y que sigan los exitos
atte .Gladys Cepeda
febrero 11, 2016
Enhorabuena por todo el magnífico trabajo que estás llevando a cabo
Un abrazo