PARA PRESENTAR UNA COSECHA DE HAIKÚS. TEXTO DE LUIS ENRIQUE DE LA VILLA LEÍDO EN EL CENTRO HISPANO-JAPONES DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA

 

 

1 Luis Enrique de la Villa, durante su intervención (Foto de Jacqueline Alencar)

Luis Enrique de la Villa, durante su intervención (Foto de Jacqueline Alencar)

Crear en Salamanca publica con especial satisfacción el texto leído por Luis Enrique de la Villa Gil durante el acto de presentación de su poemario ‘307 haikús’ (El espolón encendido, Madrid, 2017), en el Centro Cultural Hispano-japonés de la Usal, Luis Enrique de la Villa es catedrático emérito de Derecho del Trabajo de la Universidad Autónoma de Madrid y doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca. El doctor honoris causa es uno de los juristas españoles más sobresalientes y un estudioso de la poesía, que está finalizando un extenso diccionario de poetas españoles. Quiso que sus poemas resuenen por primera vez en la Universidad de Salamanca. Y quiso también que el pórtico llevara la firma del poeta A. P. Alencart, profesor de la Usal.

 

El acto estuvo coordinado por el profesor Enrique Cabero, vicerrector de Promoción y Coordinación de la Usal, y buen amigo del poeta.

 

 

2 Pintura Sumi-E de Miguel Elías

Pintura Sumi-E de Miguel Elías

 

 

UNA COSECHA DE  HAIKÚS. DISCURSO EN EL CENTRO

CULTURAL HISPANO-JAPONÉS

 

Ilma. Sra. Vicerrectora de Internacionalización de la Universidad de Salamanca.

Ilmo. Sr. Vicerrector de Promoción y Coordinación

Sr. Director del Centro Cultural hispano-japonés

Profesores Palomeque y Pérez Alencart.

Queridos familiares, amigos y colegas.

Señoras y señores.

 

La ilusión de editar una primera creación poética, por modestísima que sea, es indescriptible. Sí puede, y debe, en cambio, trasladarse a palabra la emoción de presentar ese libro en una institución presidida por la cultura japonesa, madre de la composición poética que conocemos como haiku, cuyo origen y valor lírico son elocuentemente explicados en el Pórtico que firma un poeta de oficio largo y ancho como Alfredo.

 

Lamentablemente pertenezco a generaciones educadas en la cultura occidental, con inexplicable relegación de las culturas orientales. A pesar de ello, es tanta la riqueza y la belleza de estas culturas, y de la japonesa en particular, que ni siquiera a los más descuidados nos ha sido fácil ignorar la poesía que brota en los fascinantes relatos breves del Nobel Yasunari Kawabata (1899-1972), recopilados en español como Historias de la palma de la mano, un verdadero libro de mesilla. Ni cerrar los ojos ante la lírica incontaminada que destila el Rashômon de Akira Kurosawa (1910-1998). Ni quedar indiferente ante la luminosidad expresiva del primitivismo de Oshiro Tachibana (1941-2016), tan amante de España que eligió sus bosques para vivir y para morir. Ni dejar de escuchar a alto volumen la Rapsodia japonesa de Akira Ifukube (1914-2006), su primera gran composición, estrenada el mismo año de mi nacimiento. Ni privarse del hermoso contraste entre la suavidad de Masaaki Suzuki (1954) y los impulsivos gestos de Seiji Ozawa (1935), dirigiendo a Bach y a Mahler respectivamente.

 

 

3 José Abel Flores, Enrique Cabero, L. E. de la Villa, María Ángeles Serrano, Palomeque y Alencart (foto de Jacqueline Alencar)

José Abel Flores, Enrique Cabero, L. E. de la Villa, María Ángeles Serrano, Palomeque y Alencart

(foto de Jacqueline Alencar)

 

Poesía épica se encuentra en las megaestructuras de Kenzō Tange (1913-2005) y en el que fue icónico Hotel Okura de Yoshio Taniguchi (1937), mágico espacio penumbroso en contraste con el rítmico alboroto del Gintama del mangaka Hideaki Sorachi (1979).

 

Esencia poética prioritaria son las mandalas que soportan la meditación, las pagodas, los jardines, los estanques, los cerezos que envuelven la vida de los japoneses, porque la cultura japonesa esta imbricada en el arte de envolver. Hay quien recuerda que se envuelven los cuerpos en los kimonos, la comida en el arroz y el arroz en las algas marinas, así como se envuelven ceremoniosamente las mil clases de té en las tradicionales ochayas, impensables sin el vuelo de las geishas.

 

Pero donde yo he conseguido contagiarme de la magia de la poesía japonesa ha sido en el contacto con los grandes maestros del haiku, a cuatro de los cuales se presta leve homenaje en el libro que hoy presento, porque no me llega la altura para homenajes mayores a gigantes como Matsuo Bashō, Masaoka Shiki, Taniguchi Buson e Issa Kobayashi. Son ellos la llave de la puerta de ese tesoro que es la sencillez de lo auténtico.

 

Cabe preguntarse por qué tras muchos años de arañar diversos estilos y metros poéticos he elegido el haiku para editar un primer poemario. La ausencia de respuesta se debe a la inexistencia de causalidad alguna, como sucede con otras tantas acciones y conductas de cada día, por lo que buscar razones en esta ocasión sería abaratarlas en exceso. Ha habido desde luego atracción por ese metro sencillo, contrastado con la profundidad en la contemplación de la naturaleza, del fascinante momento que ininterrumpidamente propicia y, quizás también, seducido por la comodidad del desmembramiento indoloro de las partes del conjunto, apto para abstraerse del precedente y del consecuente.

 

En todo caso hubiera sido injustificada la omisión de la mímesis del haiku tradicional, esa ansiada aprehensión de casi todo en casi nada, tal el ejemplo que ha transmitido Bashō a la humanidad, con el que probablemente sea el haiku más universal … un viejo estanque, / salta la rana, / ruido de agua.

 

 

4 Un momento del acto (for de Jacqueline Alencar)

Un momento del acto (foto de Jacqueline Alencar)

 

Imitaciones de esa inquietud, que espero haber logrado en estos seis que reproduzco …

 

En el matorra l/ suena dulce la orquesta / de ruiseñores …

 

Flores de almendro / blancas, a veces rosas. / Competidoras …

 

Borran las olas / las leves huellas del pie / a orillas del mar …

 

La zarza agreste / ha quedado preñada / del cierzo invernal …

 

Huida del rocío. / Miedo por la llegada / del sol caliente

 

Tonalidades. / Atardecer violeta ./ De oro amanece

 

Mejor explicación encuentro en la decisión de conseguir distancia de esas inagotables combinaciones poéticas del hecho natural. Porque acabé cediendo a la tentación de vincular el haiku a la vida social, a la extrema mutabilidad de lo viviente, cuyo resultado tiñe la colección ofrecida, que es tildada por el prologuista, con toda razón, de serie heterodoxa, y no solo por la novedad de incorporar un título a cada haiku de estos 307, innovando, con un falso cuarto verso sin preocupación silábica, cualquier precedente conocido.

 

Hay, así, haikus dedicados a apuntar borradores de historias inacabadas, que cada lector puede completar y finalizar según sus sentimientos o sus precipicios interiores, de lo que serían ejemplo estos tres:

 

Cuarenta ancianos / contando sus historia s/ que a nadie importan …

 

La vecina fiel / inocula la histeria / a su marido …

 

Calles heladas. / Turno de madrugada ./ Marcha aterida

 

 

5 Alencart, Palomeque y de la Villa, retratados por José Amador Martín

Alencart, Palomeque y de la Villa, retratados por José Amador Martín

 

Presente había de estar, en esas formas cuya materia es la vida, su camino hacia la muerte, un mismo hecho visto desde el doble ángulo de la existencia de los hombres y de sus cosas …

 

La vida humana ./ Nacer, vivir, morir, / todo es alquimia …

 

Familia vulgar. / Trabajo rutinario. / Y un día muertos …

 

Un cementerio. / Las coronas de flores / también fallecen …

 

La muerte avisa. / La muerte advierte siempre. / A veces tarde

 

Queda, creo, muy visible en el libro el capricho de contraponer el amor sosegado y el amor de aventura,

 

Junto a la amada. / Encanecer unidos. / Espacio y tiempo …

 

Amor de riesgo. / No importa cómo y dónde. / Dicta la pasión …

 

Y cómo no atender obedientemente la voz del Génesis (1, 28), allí donde Yavé ordena … procread y multiplicaos y henchid la tierra …  aunque quizá no necesariamente de un solo modo, precepto que he reconducido, convencidamente, a estos dos haikus :

 

Libertad sexual. / Excluye la humillación / y la violencia

 

Supraerotismo. / Cantar de los Cantares. / Insuperable

 

 

6 Pintura Sumi-E de Miguel Elías

Pintura Sumi-E de Miguel Elías

 

Tampoco podría haber olvidado mis propias deformaciones, mi aversión a los tópicos o los nada casuales homenajes circunstanciales y permanentes a los que soy tan proclive. La deformación nacida del doble oficio practicado por más de medio siglo da paso a haikus afirmativos,

 

Los campesinos / irrigan el secano / con sangre propia …

 

Ricos y pobres. / No suelen celebrar a l/ mismo poeta …

 

Gélida el alba / El bar sirve aguardiente / a los obreros

 

Todos no caben. / Mas, los que ya están aquí / merecen calor

 

Riqueza y poder / tejen mundos aislados. / Insolidarios

 

Los tópicos no se neutralizan ni por las imágenes ni por el azar de la experiencia sino por la voluntad consciente de destruirlos,

 

¿Quién te regaló, / paloma sanguinaria, / símbolos de paz? …

 

Las religiones. / Todas ofrecen premios / una vez muertos

 

El homenaje circunstancial, ineluctable en el seno de esta octingentésima Universidad de Salamanca, queda personificado de este modo :

 

Tuvo la mente / mucho más afilada / que su perilla

 

A su vez, el homenaje abstraído de las categorías de espacio y tiempo, remite a los artistas, los que hacen la existencia soportable a costa de su tragedia personal :

 

Músicos, vates, / creadores gloriosos. / Infortunados

 

7 Luis Enrique de la Villa retratado por José Amador Martín

Luis Enrique de la Villa retratado por José Amador Martín

 

Creo que el modo más adecuado de finalizar esta breve declaración de intenciones será con el auxilio de la propia poesía, impávida ante los vanos intentos de categorizarla o etiquetarla diacrónica y sincrónicamente,

 

Ni apellido ni / nombre. No le hacen falta / para ser lo que es …

 

Toda poesía / refleja la experiencia / de quien la escribe

 

¡Gloria al poema! / Esplenden las palabras / esclarecidas

 

Y como quiera que no solo son automóviles los Rolls-Royce, un día, súbitamente, cumplidos los 81 años, tomé la decisión de actuar en lo nunca antes actuado, venciendo el horror a las reconocidas limitaciones personales, puesto que …

 

Vivir es crear. / O jaulas para grillos / o las Meninas

 

8 L. E. de la Villa firmando el poemario a la profesora Lourdes Burgos Rosado (foto de Jacqueline Alencar)

L. E. de la Villa firmando el poemario a la profesora Lourdes Burgos Rosado (foto de Jacqueline Alencar)

 

La inspiración distingue lo sublime de lo común. Pero las mil diferencias en el campo de lo común o son objetivas o no son nada, porque los poetas son siempre portadores de dignidad y, por tanto, esencialmente iguales. Me gusta recodar la reflexión aristotélica de que la tragedia es imitación de las acciones y no de los hombres, desarrollada siglos después por Menéndez Pelayo (1856-1912) en el capítulo dedicado al romanticismo dentro de la Historia de las Ideas Estéticas, y resuelto en la afirmación de que son las acciones y no los personajes lo que debe determinar la especie de un poema. Dicho con otro haiku, último de los que cito en este entrañable acto,

 

La igualdad no es /ser igual. Simplemente, / no ser desigual

 

Disculpad el ardor inocultable en el neófito al reproducir simplemente algunos de los versos escritos de 5, 7 y 5 sílabas. Por una vez, me veo liberado de la habitual tarea de enfrentar el abismo entre el Hecho y el Derecho. Esa inexigencia, unida a vuestra generosa compañía, y a la magia de este lugar, hace de ésta una noche irrepetible.

 

Salamanca, 5 de junio de 2017

 

 

9 María Jesús y Luis Enrique, en la Plaza Mayor de Salamanca (foto de Jacqueline Alencar)

 María Jesús y Luis Enrique, en la Plaza Mayor de Salamanca (foto de Jacqueline Alencar)

10 Portada del libro (foto de J. Alencar)

Portada del libro (foto de J. Alencar)

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