Poetas Iberoamericanos que leyeron en la jornada inaugural
Crear en Salamanca se complace en publicar, en dos partes, las fotografías de los poetas que leyeron sus textos en el Teatro Liceo de Salamanca durante las jornadas centrales del XX Encuentro de Poetas Iberoamericanos, que esta edición rindió homenaje al poeta salmantino Aníbal Núñez (1944-1987). El reportaje fotográfico lo firma José Amador Martín.
PALABRAS DE BIENVENIDA
Y PRESENTACIÓN DEL XX ENCUENTRO
Julio López Revuelta, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Salamanca
Alfredo Pérez Alencart, poeta, profesor de la Universidad de Salamanca y coordinador de los Encuentros de Poetas Iberoamericanos
Aníbal Núñez retratado por Miguel Elías
POEMA DE ANÍBAL NÚÑEZ QUE DA TÍTULO
A LA ANTOLOGÍA DEL XX ENCUENTRO Y CUATRO
DE LAS CUARENTAIÚN TRADUCCIONES DEL MISMO
El rapsoda José María Sánchez Terrones dando voz a Aníbal Núñez
EXPLICACIÓN DE LA DERROTA
Se sentó ante las líneas enemigas
en una mecedora, sorteaba
los disparos, sonriendo: la primera
bala la había alcanzado mortalmente
Se seguirá meciendo
hasta dejar sin munición a todos.
CLADIS ENARRATIO
Traducción al latín: Luis Frayle Delgado
Hostis aciem versus in sella
versante sedit. Iacula levi risu vitabat.
Glans plumbea eam mortifera
tetigerat. Corpus leviter in sella agitabit
quousque belli facultates
omnibus arripiat.
ΕΞΗΓΗΣΗ ΤΗΣ ΗΤΤΑΣ
Traducción al griego: María Koutentaki
Κάθισε μπροστά στις εχθρικές γραμμές
σε μια κουνιστή πολυθρόνα, μετρούσε
τους πυροβολισμούς: η πρώτη
σφαίρα την χτύπησε θανάσιμα.
Θα εξακολοθήσει να κουνιέται
μέχρι ν’ αφήσει χωρίς πυρομαχικά τους πάντες.
ERKLÄRUNG DER NIEDERLAGE
Traducción al alemán de Nely Iglesias & Beate Igler
Sie setzte sich vor die feindlichen Linien
in einen Schaukelstuhl, wich
den Schüssen aus, lächelnd: die erste
Kugel hatte sie tödlich getroffen
Sie wird weiterschaukeln
bis allen die Munition ausgegangen.
Emilio Mozo leyendo la traducción de Stuart Park
EXPLANATION OF A DEFEAT
Traducción al inglés: Stuart Park
She sat on a rocking chair
before the enemy lines, dodging
their shots as she smiled: the first
bullet had struck her fatally.
She will continue her rocking
until they all run out of ammunition.
POETAS PARTICIPANTES EL DÍA 25 DE OCTUBRE
ÁLVARO ALVES DE FARIA
(Brasil)
FOTOGRAFÍA DE ANÍBAL NÚÑEZ
Veo la fotografía del poeta
y quedo en silencio dentro de mí,
como si me cerrase la boca
el paño que amordaza a la poesía.
Aníbal, la belleza no está en todo lugar
y ya es imposible cultivar el sueño
de los lugares por donde caminas
descubriendo el sentido de las cosas
y de la música que nadie oye.
Callas en ti ese poema que no fue escrito,
las palabras que murieron en la punta de los dedos,
en el ave
que la noche adormece en los árboles
y espera que llegue esa mañana imposible.
Nada diré de los andariegos que caminan
las distancias del poema,
pero hablaré de sus pies que pisan las piedras
y entran en los templos de puertas cerradas.
Salamanca es un retrato que traes en el bolsillo
de la chaqueta que cubre tu vida
con las penas de los pájaros
y los vuelos de las incertidumbres de las calles y paredes
No veo los muertos que recordaste al ver el sol,
mas veo las plantas que cargas en los hombros,
los ojos ocultos del mundo
que desaparece en la memoria de un tiempo olvidado.
Cabrá al poeta desvelar la geografía del alma,
como si así pudiese seguir con su historia.
La música de las manos en gestos que se gastan,
esa palabra olvidada en el fondo del bolsillo,
lo que se revela pero no se muestra
porque las piedras callan los campos de los recelos,
lo que la vida enmudece ante que el sueño exista.
Todavía es posible ver los ríos y sus aguas sagradas
donde puedes mojar los pies y el corazón en ruinas.
Veo la vieja fotografía del poeta,
el rostro que se revela,
algo que duele, tal vez el viento,
tal vez las imágenes,
lo que no se percibe pero está por dentro.
Los caballos vuelan con alas de ángeles,
de aquellos expulsados del cielo,
caminan por las flores
y aplastan esa poesía
que hiere más al atardecer.
No hay lugar, poeta, no hay lugar,
no hay lugar
no hay lugar
no hay lugar sino el abismo que abre la puerta
para un salto definitivo a la nada.
El mundo no es el mismo, poeta,
se transformó en un territorio de hombres tristes,
aquellos que caminan infortunios
y se pierden solitos.
El lugar es aquí, ese que olvidamos de vivir.
(Traducción de A. P. Alencart)
RAQUEL LANSEROS
(España)
A QUIEN CONCIERNA
A Aníbal Núñez
Recóndita en su hosquedad cercana,
auguriode piedra vieja,
llueve con orden dentro de la Plaza Mayor.
Su único habitante, paseo noctabundo
volviendo a descubrir lo tantas veces visto.
¿Dónde te escondes, tiempo,
que tensas la uniformidad de las ventanas,
te clavas en mi espalda,
me echas un pulso sin prisa entre las vértebras?
No sé qué va a cambiar
si callo o grito.
Los oídos no se prestan
para escuchar el canto siempre inoportuno de los desterrados.
Poesía entraña, déjame
darte un último abrazo.
Amémonos sin más, a pecho abierto
Y dejémoslo dicho
a quien concierna.
ANTÓNIO SALVADO
(Portugal)
PARA ANÍBAL NÚÑEZ, CON MI MANO EXTENDIDA
No temas, corazón, pierde cuidado
que no te he de dejar sin alimento…
Aníbal Núñez
- Saber qué decir esta mañana anodina
con chillido de gentes discutiendo no sé qué,
con nieblas fingiendo ser claridades,
más otras gentes caminando sin rumbo.
Un cielo que azul debía haber nacido
y que cual negro de brea se presenta,
un suelo mojado aunque no haya llovido
y jóvenes cansados que ya no luchan.
Qué día este, en modo alguno previsto,
horas que se perfilan tan funestas –
y yo por aquí hecho señor de mí,
balbuceando nombres y palabras,
cruzando líneas curvas con las rectas,
juzgando que el futuro se adivina.
- Ausente desvelando la compañía
de un hecho cualquiera, de un grácil gesto
que le conforte al ir repasando los días,
de tantas ilusiones resignaciones a la espera.
Confundir las estaciones: la primavera
ocupó lugar de otoño y de barbecho
y las tempestades acres del invierno
ganaron al verano tan compasivo.
Mas insiste el corazón en encontrar
un seguro camino de presencias
que le sean fieles y siempre al lado –
pero en el corazón, fluyendo, el tiempo
de sí mismo lo transforma en un ausente
que de él poco sabe. O casi nada.
(Traducción de A. P. Alencart)
LUIS FERNANDO MACÍAS
(Colombia)
PRIMERA IMAGEN DE ANÍBAL NÚÑEZ
… ante todo,
mi posición al margen.
Aníbal Núñez
Junto al río, los caballos
pacen el miedo de un muchacho.
Este, desde los débiles valladares
imagina
la derrota en una silla interminable
mecida por las balas enemigas.
En el corredor prolongado
de otros tiempos,
los frágiles vocablos
nunca acaban de acunar al derrotado.
Tal vez ha muerto…
Pero
adheridas a las lozas
del muro que se quiebra
las palabras del salmantino
emergen de la sombra
y cantan la hierba,
la ilusión del marginal.
MARÍA AUGUSTA MONTEALEGRE
(Nicaragua)
LOS SELLOS DEL ÁNGEL
–Soy el único
(y no soy de este mundo)
que se sienta a su lado y no pregunta nada-.
Aníbal Núñez
LOS SELLOS DEL ÁNGEL
Uno escribe en mi espalda:
¡Sed valiente, rendíos,
lanzaos al vacío
escupitajos de Dios!
El otro me engaña
con la densidad de un verbo
azul, dulce, melodioso,
tatuado a plena luz.
LOS EXTERMINADORES
Gabriel armado con la palabra;
Azrael con el silencio, porque
silencio es amor y armonía.
MASACRE
¿Quién le canta
una canción de cuna
a tanta bala con alma?
PÁJARO DE HOJALATA
La llave de San Pedro
ante rémoras soterrada,
hombre pájaro que canta
en la jaula del intelecto
¡avión de brújula veleta!
¿Quién se niega a ser Ícaro
en la esperanza?
PÁJARO PINTO
Pájaro de alto vuelo
Pájaro pensador
Pájaro paloma negra
Pájaro ruiseñor
Pájaro serpiente
Pájaro carpintero
Pajarito de dulce trino
Pájaro torturado
Pájaro sin redención
Pajarito que habla
Pájaro herido
Pájaro rojo
Pájaro sin plumas
Pájaro confesor
Pájaro enjaulado
Pajarito de la libertad
Pajarito asustado
Pájaro oscuro
Pájaro del deseo
Pájaro roto
Pajarito del amor
Pájaro con flores
Pájaro de la muerte
Pajarito de sol
METAMORFOSIS PARA UN FINAL
¡Derrotadme
que he vencido!
He luchado conmigo
PÍO E. SERRANO
(Cuba)
DISCURSO
“… el poeta… dispone las palabras a sabiendas
de que el tiempo ha dispuesto el cañamazo
de lo que va a escribir para el olvido.
Aníbal Núñez.
Este discurso
no es para celebrar las grandes hazañas de la historia
ni para estampar elogios en su frente,
apologistas sobran.
Buscamos, llanamente, en la palabra
sostener el peso universal del hombre,
fatigado vidente de un abismo
siempre callado,
siempre presente.
PEDRO ENRÍQUEZ
(España)
POÉTICA DEL BLANCO
A Aníbal Núñez, inspirado en su poema «Arte poética».
Termina el poema antes de su inicio.
Palabras sin mancha ni tañido
invocan un final:
símbolos invisibles,
rebaño del silencio.
Extinto el sol,
el oro reclama su broche.
En el cerebro toma forma
un escriba de ojos cerrados.
Hay que seguir, coherencia,
lápices y frutas, simulaciones,
el agua y la escritura.
Una lechuza en la noche.
Las vocales se deslizan,
batalla y vacío,
devastación sin nombre,
mudas las fauces.
Comenzar.
Nada que decir.
Ceguera del blanco.
HJALMAR FLAX
(Puerto Rico)
FUGAZ
Ella se va, se acaba, como en sueño,
fluyendo en el azogue de sus piernas
hasta llegar al borde del abismo
para caer en él, sin darse cuenta.
Ella se va, se pierde, como un ave
que vuela más y más en línea recta
hundiéndose en el cielo hasta volverse
un punto distanciado de la tierra.
Ella se va, la apura la distancia,
a cada instante se hace menos ella,
dejándome las manos detenidas
a mitad del dolor, palmas abiertas,
y el corazón trepándome en el pecho
como una rata ahogándose en su cueva.
(Para Aníbal Núñez, que en otro soneto supo decir: “Espera y huele el hueco que dejamos, / bella mujer, el hueco entre las flores / y los escombros. Rumia —y no, no llores— / la nueva agridulzura de tus manos…”)
RAFAEL SOLER
(España)
SIEMPRE FUIMOS UNA GRAN FAMILIA
El herido, en la hierba, después de la batalla
que no previó jamás, va a incorporarse.
Aníbal Núñez
Qué esconde ese tipo que llega con lo puesto
y silencioso ocupa el sitio que otros desdeñaron
y en su humildad extrema
escucha asiente templa calla
pone su moneda al paso de los cántaros
y ofrece al levantarse un abrazo rotatorio
qué torvas intenciones
oculta ese claro ademán de hacendoso talento
cuándo iniciará la ronda a quién clavará su daga
brindemos dice
por los que son y lo parecen
por los que son y no aparecen
y yo aderezo el gesto
preparo el paladar para una ingesta leve
muestro las encías en una mueca replicante
tan parecida a una sonrisa que parece una sonrisa
con tipos así
desprovistos y a las claras
es preciso jugar en su terreno
brindemos pide brindemos digo
y él pinta un corazón
y yo saco mi daga.
EMILIA GONZÁLEZ FERNÁNDEZ
(España)
DEL MUNDO RECREADO A BASE DE MIRADAS
A la memoria de Aníbal Núñez
Ojos tan transparentes nunca fueron
como cuando de sangre se llenaban
negra;
la fiel melancolía
entonces le guiaba la mirada
hacia los altos predios
de luces transparentes,
revelación extensa
Por aquel solitario nos cayeron
cortinas desidiosas de los ojos.
Que nos sean benditos
esos nuevos espacios.
LUIS FELIPE COMENDADOR
(España)
LA TRAICIÓN HACE EL TRIÁNGULO
No voy a matar más de lo que puedo
porque de verme dios estoy cansado.
Quizás me ahogue despacio en vino añado
en un rincón de bar tranquilo y quedo.
No voy a matar más a lo corsario,
porque el brazo se cansa y duele el dedo
de tanto disparar. Y ser Quevedo
me gusta mucho más que ser sicario.
El miedo que te ofrezco está en mi boca
porque hoy cambio las balas por palabras
que no saben de amigos ni banderas.
No voy a matar más, aunque no es poca
la amenaza de herirte. No me abras,
porque sé que otro tiene tus caderas.
ANTONIO COLINAS
(España)
MONTEMUERTE
[Para el Homenaje a Aníbal Núñez]
¿Qué haces tú aquí, Misteriosa Invisible,
junto al ara?
El ara es un monte de infancia
con forma de trapecio
de lágrimas,
al que aún hoy se asciende por bancales
de zarzas, como escala hacia el cielo.
Avanza un vendaval de nubes negras
sobre el ara, y llega hasta ti, Señora Muerte,
pero tú las contemplas impasible,
acoges en tus labios sus relámpagos
desde tu lecho de tumbas.
(¡Bajo sus losas duermen
tantos seres humanos, tanta sangre
inútil derramada,
tanto sueño imposible!)
Qué altivez la tuya, Misteriosa,
frente al ara del monte,
que con sus cenizales y sus ruinas
nos resumen la Historia.
No cesa tu presencia, te sostiene la música
que asciende de tus hijos,
los que duermen
bajo el frío del mundo,
bajo el frío de tantos
siglos, luchas y obras.
¿Para nada?
¿Y ese ser de hoy que está temblando
junto al ara de roca del tiempo,
junto a la escalinata que termina
en el vacío del firmamento?
¿Se empeña todavía en soñar
un más allá para salvarse?
¿Él soñando también, aún,
como todos nosotros,
al borde del abismo
del conocer?
¿Al borde del abismo de la luz?
Sobre el ara del monte de lágrimas
Venus es una lágrima de sangre.
Paura Rodríguez leyendo tras recoger su Accésit del IV Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador
PAURA RODRÍGUEZ LEYTÓN
(Bolivia)
PENSANDO EN ANÍBAL
Amo la escritura cuneiforme
-independientemente del sentido
del mensaje- la música…
Anibal Núñez
1
En este ajuste de cuentas
la nada suma el soplo de vida
del que florece tu canto.
2
No perder significaba
caer al fondo del cielo
en un sueño disperso de flores.
3
Dejas tus cosas en el mundo,
las de tu vida pasada,
una nueva piel reviste tu espíritu.
4
El cuerpo no es el mar,
es la célula que flota en infinito recorrido,
breve trino que se esfuma en el cielo.
5
En la tarde que cae
siembras luces
que en la noche te dirán el camino.
HÉCTOR ÑAUPARI
(Perú)
SALAMMBO
Diosa
si el filo de la espuma está conforme
con el diseño de tus labios,
tu sonrisa repite lo levísimo
del azul que te dio vida perenne
Aníbal Núñez, Nacimiento de Venus
Y todavía está en mis pupilas tu rostro abandonándome.
Esa lágrima última, salada como el sudor que nos cubría cada tanto, cada desenfreno callado, cada apalancarte en mis caderas y mover al mundo entero, nuestro mundo, a tu compás deslavado e inmisericorde.
Y todavía sueño.
Sueño con calles estrechas o escaleras que descienden a la nada en la noche, sin llegar nunca a la acera final, como esa tarde en que por tu culpa, tu gran culpa, buscábamos desesperados el cuarto definitivo de ese hotel laberíntico, centro de Lima a media luz, semanas de no vernos y tanta prisa y ropa por dejar abandonada como un lastre o un ejército en el que no se desea combatir más, pero si pelear en nuestros cuerpos hasta dejarnos la piel en la batalla y encontrarnos en el génesis de lo que debimos ser y en tan pocos momentos fuimos.
Y todavía sueño.
Sueño con cada caricia tuya, que está hecha a imagen y semejanza de la primera, Salammbo.
Por eso soy un incendio que sucumbe.
Y todavía sueño.
Me sueño condenado a ser tu sombra, Salammbo: tan próximo a tu cuerpo y sin poder tocarte.
Tan estrechamente mirarte y verte pasar sin poder enhebrarme a ti con cada uno de mis hilos.
Hoy que somos enemigos severos e implacables, nuestro amor yace al lado de tantas cosas abandonadas y yermas, olvidado cariño al que ninguno llama.
Tan sólo imagina la daga de la memoria enterrada en el corazón, y cuya hoja, oxidada ya, hecha una con el cuerpo, se saca arrasándolo todo para volverse a clavar en la misma llaga.
Maldita sea esta nostalgia tuya que me acuchilla el corazón, Salammbo. Danzas febril en los recuerdos invadidos de escombros de lo que fue lo nuestro.
Y todavía te sueño arrebatada en los peldaños de mármol de la casona donde nos tuvimos. Yo me fui del mundo, de mi destino, me fui de ti, fui tu fantasma, y todo para qué. Aún estás allí, llamándome desde tu boca que me abandona y se aleja.
Y todavía está en mis pupilas tu rostro abandonándome.
ARACELI SAGÜILLO
(España)
QUÉ DULCE LA SONRISA DEL RECUERDO…
«La memoria nos sobra
cuando vuelve, regresa
la que sobró de mal el momento»
Aníbal Núñez
Qué dulce la sonrisa del recuerdo,
y la estrella de color de grana.
en el rincón en sombra, la campana,
unida al sentimiento en que me pierdo.
La tierra adentro fue, sin yo saberlo,
testigo dulce de su bella prosa.
Palabra que estimula, que es hermosa:
más que el silencio, vivo sin quererlo.
Y queman las palabras, como un duelo,
y se desnudan ante el mismo cielo:
se agotan a la hora de morir.
Nada nuevo, al llegar la madrugada.
Una lluvia, bosteza la alborada
y reviven las ganas de vivir.
Muñoz Quirós recibiendo el II Premio Internacional de Poesía Francisco de Aldana, de manos de Stefania Di Leo y A. P. Alencart
JOSÉ MARÍA MUÑOZ QUIRÓS
(España)
INVISIBLE ES EL PASO DE LA LUZ…
“Cuando el cantor desciende a los infiernos.”
Aníbal Núñez
Invisible es el paso de la luz
si el infierno cobija
una legión de nieve,
un sudario de frío,
una esqueje de mar sobre la llama.
Invisible es el canto
si no atrapa la desnuda verdad,
si se envuelve en los miedos,
si el coraje de vivir no alienta
la sensación del tiempo
sobre nuestras palabras.
El cantor se detiene
en el filo del sueño,
y alza su ingravidez
como un dominio silencioso
en los ojos del monstruo.
Y entonces vuela
el dolor a los cauces
del alma donde aflige
su escaso estar
en la penumbra,
su delirio de flor
en descampado. Su ocaso
presentido en los abismos
que la fruta desnuda
en cada pulpa con sus labios.
Cuando descienda sabré
que allí se inmola
la fecunda verdad
derramada en cristales
sobre las alas invisibles
que derrota
un verso atado a la belleza.
ÁLVARO MATA GUILLÉ
(Costa Rica)
De niño
me preguntaba por la niebla mezclándome en ella,
dejándome ir en el letargo que abrazaba el polvo,
era un tiempo sin tiempo:
lo ajeno, la nostalgia,
yo mismo reapareciendo en la lejanía, en el cerro
que desdibujaba las cuevas de la bruja,
en los brazos de los árboles dirigiéndose hacia las lomas,
diluidos en la bruma,
en el vacío;
había unas pocas calles
recorridas por el sol y el rumor de algunos fantasmas,
voces de sombras que salían de las casas,
un antes de un antes inmerso en la penumbra,
confundido en el silencio,
al que percibía mientras buscaba (en el cúmulo de cosas,
el polvo, la lluvia, el viento)
cuál era mi rostro,
cuál mi voz
una sombra;
nací en un lugar sin nombre,
el país de los ausentes decía Jorge Arturo,
el pueblón le llamaba Eunice Odio,
un lugar que no era un lugar decía yo
ALVAR NÚÑEZ JUY
(España)
ALBINA (Anagrama)
“Las palabras deslícense”
Cayendo… En la copa De un roble dorado
Ella en las alturas Yo de pie en ruinas
Sublime belleza Pabellón fastos Donde el granate
predomina sobre el rojo; Y las estancias pierden su forma…
Los grabados parecen demonios Tan bellos todos, que los ánimos excitan,
Y el pulso se dispara en febril combate Entre destino y ego
-Porque la muerte tan sólo es La búsqueda del albor-
Arriba en las alturas Cayendo Carente de fondo y perspectiva,
Diluyendo ocre y nieve en un sueño tan perfecto
Que daña la retina Que devora la rutina; Encina, de mi olvido…
Allí estaba la belleza de gritos vestida,
Grietas por donde emerge el ideal, Donde las divinidades sonríen.
Cayendo…En un río estanco De fango y lirios,
¿Es delirio o es castigo?
La muerte vestida de blanco No inmuta al naufrago Asido al clavo
que arde de esperanza.
Y ciego añora, Lo que jamás Y añora
Abrasadas las ascuas en ceniza fría Que adorna los cuerpos
de los que faltan
-Pues muchos son los que extraviaron el alma-
Ella, la dama Estaba aquí primero.
Y la poesía Ya partió;
Rompió las ansias Quebró las venas azul plomo Que ya
fluyeron en manantiales desprovistos
De heridas…
Y la belleza perdida Alberga deseos De ser arrasada
Y yacer a los pies
De tan mágico cenotafio.
JOSÉ ANTONIO VALLE ALONSO
(España)
ESA FRAGUA DE AMOR
A la memoria de Aníbal Núñez, en su homenaje
Hay una esquina
que, aunque lugar de citas imposibles,
es el único punto que nos queda
para que la belleza del encuentro
y el dolor consecuente a la belleza
dignifiquen al menos nuestra ausencia.
Aníbal Núñez
I
Esa fragua de amor, ese suspiro
que se quedó a medio pulmón, ahogado
de tanto trasnochar, tanto desvelo,
tanta ceguera al fin, de tanta sombra.
De tanto ir y venir sin darte cuenta
que la plaza ya estaba en soledad,
callada, a la altura de las nubes,
a la profundidad del sueño herido.
En qué estabas pensando, qué silencio
se apoderó de ti, quién te llamaba
a tantas horas lejos de la vida.
Porque rodaba el corazón, helado,
por los acantilados de la muerte,
y aún querías volver para encontrarte.
II
Para poder decírtelo en silencio,
ese silencio eterno de los ojos,
que van llorando de melancolía
en la fuente dorada del olvido.
Y apenas renacida primavera,
estás brotando en ti, floral de lunas,
en el jardín azul del firmamento,
en las inmensidades de la noche.
La ternura embriagada de poemas
en la hora final cuando cedías
al lírico dolor de la locura,
la palabra perdida entre los labios
en las orillas de los callejones
mugrientos de soñar con pesadillas.
III
Alacranes picándote los pies,
fin del paseo que va a ninguna parte.
Y te sientes caído, abandonado, solo.
El último rincón de la miseria
que guarda la verdad de la morada
última, aquella que llenó tu sangre
de lobos y de cobras, al acecho,
mordiéndote el amor, tu esencia pura.
Y apenas un adiós, finges que miras
con esa levedad de terciopelo
que hace tu rostro aún más vulnerable.
Y has sonreído al fin, por todo aquello
bueno que has ido dándole a la vida,
poemas de tu alma, de tu alma hecha fiebre.
JOSÉ LUIS NAJENSON
(Argentina-Israel)
CON EÑE
(Contribución a la ‘guerra por la eñe’)
Si no he de escribir sueño ni cariño
ni mañana, ni antaño, ni retoño
si no puedo nombrar a todo niño
ni restañar las tardes del otoño;
si ni siquiera he de añadir a España
donde el mapa de Europa se despeña
en colombino mar, ninguna hazaña
podré contar con la debida seña.
Si algún tacaño oidor, de puro ñoño
ha querido ensañarse con la eñe,
ceñuda y señorial, de cinta y moño,
le diré que es al ñudo que se empeñe
pues nadie que escriba en español, ¡coño!
puede abjurar de la pequeña eñe.
LILLIAN MORO
(Cuba)
MADRID, 1970
… siempre he confiado
en la bondad de los desconocidos.
(Tennesse Williams,
Un tranvía llamado “Deseo”)
Al día siguiente de llegar
a la ciudad de los desconocidos
entré en un bar
y mientras disfrutaba un café diferente
vi mi rostro y los de los demás
en el espejo de la barra:
muchas miradas me rodeaban,
eran como sonrisas,
amables gestos de bienvenida prolongados.
Cuando aquella primavera anduve la ciudad
y caminé por sus calles ordenadas y limpias
mientras un aire ligeramente frío
susurraba en mi rostro,
de pronto presentí lo que llamaban el futuro.
Me dio gusto cruzarme con personas sin nombre,
saber que únicamente mi propia sombra me seguía;
cuántos vocablos nuevos que aprender
dentro del mismo idioma compartido,
otras costumbres que adquirir
y unos labios distintos para distintos besos.
Todo estaba al alcance de mis manos,
al menos eso parecía
hace hoy cuarenta y cinco años y ocho meses
de aquel presentimiento de futuro.
(Lo que vino después es otra historia).
Lectura de Lilliam Moro, ganadora del IV Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador. Están Miguel Elías, Inmaculada G. Salas, Fernández Labrador, Victoria Pérez y Julián Barrera
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