Pinturas inéditas de Carlos Contramestre
Crear en Salamanca se complace en publicar este ensayo del narrador, poeta, ensayista y traductor venezolano Gabriel Jiménez Emán, director de “Imagen”, Revista Latinoamericana de Cultura, dependiente Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, de Venezuela. Las escribió a modo de presentación del Festival Palabra en el Mundo, celebrado en Coro, coordinado por él y Celsa Acosta. Dicho Festival, que se realiza en distintas ciudades del mundo, fue ideado por escritores en varios países: Alex Pausides en Cuba, el chileno Tito Alvarado en Canadá; Gabriel Impaglione en Italia y Lucy Ortiz en Argentina, entre otros. Las pinturas (inéditas hasta ahora) las hizo en Salamanca el notable artista venezolano Carlos Contramaestre, pocos meses antes de su muerte, en 1996, y son propiedad de Alfredo Pérez Alencart y de su esposa Jacqueline Alencar, entrañables amigos del pintor y poeta, como el propio Emán.
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* La poesía no se halla limitada al hecho de escribir buenos versos para el regocijo y el solaz de lectores privilegiados. No es un producto verbal dirigido solamente a los degustadores de belleza o a eruditos académicos para que escriban tratados sobre ella. La poesía está escrita para ser leída por cualquier persona, con un mínimo de sensibilidad. Ella podría entenderse como un lenguaje que aspira a ser conciencia sensible de la humanidad, un vínculo esencial del hombre con sus voces profundas, sagradas o ancestrales, vivenciales o de pensamiento.
* La poesía no se escribe para figurar en eventos culturales públicos, o espectáculos organizados para divertir o distraer, guiados por unos cuantos burócratas en alcaldías, gobernaciones o ministerios. La poesía está escrita desde la interioridad, y le permite a quien la escribe reconocerse en una voz que se articula desde la fibra última del ser humano para vincularse con su entorno, pero también con la tradición cultural y humana de quien la ejercita.
* La poesía no es un aditamento o un adorno de la cultura, una colección de palabras bellas para conquistar sentimientos amorosos o ideológicos inmediatos de otras personas, o deleitar paladares exquisitos puramente verbales. La poesía más bien puede ser vista como un acto de comunión humana, o una manera de comunicarse en secreto (o en silencio) con un lector a través de la palabra escrita, una palabra que procura una determinada excelencia formal y una cierta entonación expresiva que le permite trascender la mera circunstancia, el mero hecho práctico o material, pues aspira trascender el instante para hacerse imperecedera.
* La poesía no es un género limitado a una serie de versos sonoros y hermosos, rimados o musicalizados, más o menos bien escritos. La poesía puede percibirse en la lectura de una novela, un cuento, una obra de teatro o una película, en una pintura o una escultura, siempre y cuando sus formas hayan sido cumplidas de un modo artístico, elaborado con el mayor cuidado posible, las cuales posibilitan un vínculo con un estremecimiento de belleza y verdad que no puede ser experimentado por ningún otro medio, y nos permite permanecer y adquirir una conciencia de nosotros mismos que va más allá de la percepción lineal u ordinaria.
* El poeta no se limita a ser un profesional de la palabra, una persona que escribe libros para proveerse de prestigio personal, ganar premios o reconocimientos sociales, o volverse un individuo privilegiado de la sensibilidad o de la sociedad. Tampoco es una especie de mártir que debe renunciar a sus derechos u obligaciones, como cualquier otro ciudadano; lo cual no obsta para que el poeta no pueda ser una persona con vocación de rectitud moral y de un desprendimiento material que le permita reconocerse como una persona falible, limitada, pero también formando parte de un mundo natural donde convive con animales, árboles y paisajes que lo conectan al espacio de una geografía, y al mismo tiempo al momento de una historia.
* La poesía no tiene una definición precisa. Es un arte elevado de la palabra, pero al aspirar nombrar las cosas y los seres del mundo de modo permanente, no se deja definir por un solo concepto o por un conjunto limitado de ideas, con lo cual rebasa el campo del conocimiento científico. Por ello, siempre se podrán tener definiciones y acercamientos diversos del fenómeno poético, que es un fenómeno continuo y dinámico y no un concepto fijo o predeterminado.
* El fenómeno estético del lenguaje conocido con el nombre corriente de poesía, es un hecho complejo que adquiere en cada época una singularidad distinta, y ha venido experimentando un desarrollo similar al de las otras expresiones artísticas, con sus debidas relaciones con los fenómenos éticos, estéticos, históricos e ideológicos que caracterizan a cada época. En el siglo XXI, por ejemplo, el fenómeno poético se diferencia notablemente de los siglos anteriores, por la relación que ésta ha tenido con una avanzada tecnología y con los medios audiovisuales.
La poesía también puede ser:
* Un ejercicio de la libertad individual.
* Un acto de comunión con nuestros semejantes.
* Una manera de mirar confiados el rostro de Dios.
* Una manera de hablar con todos y cada uno de los seres humanos del mundo, en secreto.
* Un modo de consolarnos en nuestros semejantes a través de un acto de confesión silenciosa.
* Una manera de explicar lo inexplicable.
* Un modo de reinventar todos los días el lenguaje.
* Una manera de saludar a todos nuestros vecinos del barrio donde vivimos, sin que se den cuenta.
* El único rito espiritual cotidiano que sobrevive a la sociedad de consumo.
* La manera más eficaz de otorgar validez a lo invisible.
* Un método infalible para explicar la inmortalidad de los objetos.
* La mejor forma de interpretar la poesía que han escrito otros poetas.
* El único modo de desaparecer de un lugar concurrido sin dejar el menor rastro.
* Una forma de organizar el mundo patas arriba, sin que pierda sentido.
* El camino más corto para llegar a Grecia e invitar a Homero a beber vino.
* La única manera de argumentar donde no se requiere de argumentaciones.
* El método más fiable de leerse una biblioteca de mil volúmenes de una sola (h)ojeada.
* La expresión más luminosa de la soledad esencial del ser humano.
* El camino más corto para alcanzar el infinito.
* La única manera de ganarle una partida al reloj.
* Una manera de leer el mundo a diario, sin llegar a cansarse de él.
* La posibilidad extraordinaria de ingresar en la noche para encontrar una luz.
* Un modo de conocer a Dios sin tener que explicarlo.
* Una manera de descubrir la fragancia oculta que habita en cada cosa.
* Un método infalible para penetrar en el corazón de una mujer.
* La posibilidad más segura de escudriñar las tinieblas.
* Una manera piadosa de resucitar de la tumba a nuestros muertos para hablar con ellos.
* El modo menos violento para hablar con quienes no nos entienden.
El escritor Gabriel Jiménez Emán
Gabriel Jiménez Emán (Caracas, 1950). Su obra narrativa y poética ha sido traducida a varios idiomas y recogida en antologías latinoamericanas y europeas. Vivió cinco años en España y ha representado a Venezuela en eventos internacionales en Atenas, París, Nueva York, México, Sevilla, Salamanca, Buenos Aires, Santo Domingo, Ginebra y Quito. Ha publicado los libros de cuentos Los dientes de Raquel (1973), Saltos sobre la soga (1975), Los 1.001 cuentos de 1 línea (1980), Relatos de otro mundo (1988), Tramas imaginarias (1990), Biografías grotescas (1997), La gran jaqueca y otros cuentos crueles (2002), El hombre de los pies perdidos (2005), La taberna de Vermeer y otras ficciones (2005) y Había una vez… 101 fábulas posmodernas (2009), entre otros, así como las novelas La isla del otro (1979), Una fiesta memorable (1991), Mercurial (1994), Sueños y guerras del Mariscal (2001;2007), Paisaje con ángel caído (2004) y Averno (2007); los libros de ensayo literario Diálogos con la página (1984), Provincias de la palabra (1995), El espejo de tinta (2008), Una luz en el camino: fundamentos de ética para adolescentes (2004), Espectros del cine (1998) y El contraescritor (2008); los poemarios Materias de sombra (Premio Monte Ávila de Poesía, 1983), Narración del doble (1978), Baladas profanas (1993) y Proso estos versos (1998), Historias de Nairamá (2007), y las antologías y trabajos de investigación Relatos venezolanos del siglo XX (1989), El ensayo literario en Venezuela (1988), Mares: el mar como tema en la poesía venezolana (Premio Anda, 1990) y Ficción mínima: muestra del cuento breve en América (1996), entre otros, así como antologías literarias con estudios sobre Víctor Valera Mora, Luis Fernando Álvarez, John Lennon y Bob Dylan, Brian Patten, Baica Dávalos, José Lezama Lima, Vicente Huidobro, Ludovico Silva, Salvador Garmendia y Adriano González León. Ha recibido diversos reconocimientos, como el Premio Municipal de Narrativa del Distrito Federal, el Premio Romero García de Narrativa del Consejo Nacional de la Cultura, el Premio Nacional de Narrativa Orlando Araujo y el Premio Solar de Ensayo de la Fundación de Cultura del Estado Mérida (2007) por el libro El espejo lúcido. Es traductor de poesía de lengua inglesa y editor independiente. Dirige la revista y las ediciones Imaginaria, dedicadas a lo inquietante y lo fantástico, y es coordinador general de la Fundación “Elisio Jiménez Sierra”. Ha sido coordinador de la Plataforma del Libro y la Lectura, director general del Gabinete Ministerial de Cultura en el estado Yaracuy y miembro de la Junta Directiva Nacional de la Red de Escritores de Venezuela. Vive en la ciudad de Coro, estado Falcón.
junio 25, 2014
GRACIAS POR TAN GENEROSO GESTO DE INCLUIR MIS NOTAS SOBRE POESIA EN VUESTRA PAGINA!
junio 27, 2014
Encontrar estos dibujos de Carlos que desconocía, ha sido una re-revelación si así puede decirse…espléndida esta simbiosis de un magnífico texto y unos no menos espléndidos dibujos. Felicitaciones, Alfredo! Con mi eterno afecto