La poeta Carmen Palomo
Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar, por vez primera, estos poemas de Carmen Palomo Pinel (Madrid, 1980), doctora con Premio Extraordinario en Derecho Romano, materia de la que es profesora en la universidad CEU San Pablo de Madrid. Compagina su labor docente e investigadora con la escritura poética. Como romanista es autora de una monografía y varios artículos de investigación. Su libro ‘Glosas al fuego’ mereció en 2016 el I Premio Internacional de Poesía «Francisco de Aldana» y fue publicado en edición bilingüe (español-italiano) por Hebel Ediciones, de Santiago de Chile. En 2018 obtuvo el Premio Esdrújula de Poesía, por su libro ‘Las costuras del hambre’, otorgado por un jurado formado por los poetas Ángeles Mora, Raquel Lanseros, Antonio Praena y Joaquín Pérez Azaústre. Y este 2021 acaba de obtener el Premio Gravitaciones de Poesía, por su libro ‘Madre de cenizas’. Además, en 1998 obtuvo el I Premio de poesía «Miguel Hernández», otorgado por el Colegio de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias de Madrid. También le han sido concedidos premios de creación literaria de ámbito universitario, como el I Premio de poesía «Ángel Herrera» en 2001 o el I premio de poesía Universidad San Pablo CEU en los años 2002 y 2003. En el año 2006 fue galardonada con el I Premio en el Concurso Internacional de sonetos «Memorial Bruno Alzola».
Los poemas que ahora presentamos forman parte del libro ‘Un silencio habitado’, por el que obtuvo el Accésit del Premio Pilar Fernández Labrador, el mismo que será publicado por Ediciones Diputación de Salamanca. La selección ha sido hecha por el poeta A. P. Alencart, coordinador literario del Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador.
Foto de José Amador Martín
UN SILENCIO HABITADO
1
Aprendo de esas cosas
que han conseguido hablar de otra manera
y llevan su hermosura en el morir:
la música,
la rosa,
su existencia exhalada,
su entregarse al aire o al sentido,
su devanarse eléctrico.
El silencio,
su extinguirse en favor de la palabra.
Cómo en darse se pierden.
Aprendo de la nieve y su madeja
de lana en el jersey del tiempo
esa sabiduría
de las cosas que mueren deshaciéndose,
de las cosas que viven desnaciéndose.
La belleza precisa de la quiebra;
es su zarpazo:
su impecable factura,
su impecable
fractura.
Foto de José Amador Martín
2. LA PALABRA: INSTRUCCIONES DE LAVADO
Sin ella nada fue, pero a veces se ensucia:
tranquilidad,
no es grave.
Sin gran preocupación, sin estridencias:
extiende
una ternura jabonosa
sobre su superficie. Frota.
No olvides sus bolsillos: son silencio habitado.
Sin miramientos (es cartílago y sueño).
Descoyunta y ensambla, varía y desvaría.
Retuércela,
escurre,
centrifuga.
Mas déjale al final
siempre
una mancha:
su misión es traernos la noticia
de todo lo que no puede nombrarse.
Foto de José Amador Martín
5.
Busco amar entendiendo
y amar para entender
(para, entendiendo, amar).
Porque mi corazón es un vientre sin hijo.
El hijo nos empuja más allá de los límites
del amor.
El amor nos empuja más allá de los límites
del lenguaje:
no verbo no adjetivo
solo presencia solo mirada
tú.
El lenguaje nos lanza al fondo de los actos.
- DE DEFINITIONIBUS
Palpo la vida que solo puede sugerirse,
la vida
que no entiende de términos.
No es lo mismo el límite que limita
que aquel que es limitado.
Se diluye hasta el punto de no saber si está,
si alguna vez estuvo.
Nos queda una intuición: algo ha ocurrido,
me ha rozado una idea,
un hombre me ha tocado.
No con su mano, no con su piel:
con el hombre que es
entero
me ha tocado,
me ha dado un límite en que reconocerme.
Con ternura unas cosas delimitan a otras;
definiéndolas
también
las difuminan.
Su existir es caricia fronteriza,
se cuidan y se curan mutuamente,
en cuerpo y en palabra
se balizan,
se dan y se construyen.
Y, a la vez, ese amor suyo, el mismo amor
las desfigura,
les borra los contornos,
las hace
solo una:
latemúltipleyunoelmundoentrelazado.
Foto de José Amador Martín
14.
σύμβολον (de συμβάλλω, reunir):
objeto partido en dos del que dos personas
conservaban cada una la mitad.
Donde otros ven un vaso de agua
contemplo todo un mar precipitado,
una tela finísima de lágrimas
sobre la piel del mundo.
La belleza me lleva de la mano
a un modo extraño de sentirme sola
sabiendo que no estoy sola del todo,
porque mi soledad también es
símbolo.
Foto de José Amador Martín
- PIETAS
Cuánto estremecimiento ante los locos,
ante los que me amaron;
los sordos y los ciegos,
los que me atribuyeron
mayor bondad, mayor hondura,
más coherencia,
más sabiduría
y vieron en mí el ojo del halcón peregrino
y no el del huracán que arrasa el mundo;
los que juzgaron
que no era necedad darme su vida:
abuelo, padre, hermano,
amigo ido tan pronto,
inmensidad hundida hasta el cimiento
en la experiencia humana.
Cómo restituir
o siquiera tentar saldar mi deuda
de aurora y ruiseñores,
de báculo en camino hecho de amor ajeno,
sino en feliz entrega
del propio sueño en báculo,
en ruiseñor y aurora para otros,
para que ellos se apoyen, contemplen e iluminen
a otros que, a su vez,
tampoco lograrán nunca
pagarles.
Foto de José Amador Martín
ENHORABUENA A CARMEN PALOMO
POR EL I PREMIO GRAVITACIONES DE POESÍA
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