La poeta cubana Odette Alonso
Crear en salamanca se complace en difundir tres poemas de Odette Alonso. Es poeta, narradora y promotora cultural. Nació en Santiago de Cuba y reside en México desde 1992. Su cuaderno Últimos días de un país obtuvo el Premio Clemencia Isaura de Poesía 2019 en Mazatlán; con Old Music Island ganó el Premio Nacional de Poesía LGBTTTI Zacatecas 2017 e Insomnios en la noche del espejo mereció el Premio Internacional de Poesía “Nicolás Guillén” en 1999. Compiladora de la Antología de la poesía cubana del exilio (2011) y coeditora de Versas y diversas. Muestra de poesía lésbica mexicana contemporánea (2020).
LA MORDIDA DE CRONOS
Quién lo iba a predecir entonces
el sol al rojo vivo sobre el hombro
cuatro gotas de azufre marcando el rosetón.
Quién lo iba a predecir
el aire dividido de un sablazo
un hálito fatal
un gesto que los años han borrado.
Yo no podría
ahora
estar tan cerca
despertar con el ojo en otro ojo
una voluta perdida entre los labios
la palabra no dicha.
Yo no podría
no
yo no sabría
poner mi dedo sobre la herida mustia
y fingir que no duele
y sonreír
y dormir cada noche
como un ángel caído
al que han vaciado el alma.
DESEOS
con Paulina
Tres deseos pido
una copa al filo de la tarde
un espejo donde reír
sin prisa
y el sí que se esconde en las palabras
que aún no digo.
Tres deseos
el mar y su perfume
acompasado ritmo de la cabalgadura
trozo de noche que no fue.
El tiempo
es este aletear entre las sombras
dedo sobre los labios en señal de silencio
humo y cicatriz.
Tres deseos quiero
la primera puntada del tejido
el grito de tus ojos al mirarme
y todo el tiempo
luego.
SUEÑOS
Esto soñé
una madre con su hijo adolescente
y una casa iluminada
cerca del mar
llena de amigos sentados a la mesa
esperando los manjares de su mano.
Aún no sucedía lo siguiente
ese ir y venir por las alcobas
sin resuello
inventando lo que no podría ser.
Esto soñé
una escalera colgando del vacío
viejas lámparas
y armarios empotrados
que de un golpe se volvieron polvo.
El tiempo se divide
y con un ojo cerrado
la mitad de lo visto es el olvido.
Hay ciudades que sólo viven en los sueños
cofres vacíos de los que apenas queda
un aroma que tal vez nunca existió.
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