Crear en Salamanca tiene el privilegio de publicar el poema de José Amador Martín traducido por la destacada poeta Elena Liliana Popescu (1948, Turnu Magurele, Rumania). Es doctora en Matemáticas por la Universidad de Bucarest, de la que actualmente es profesora. Pertenece a la Unión de Escritores de Rumania. Tiene publicados más de veinte libros de poesía y traducciones del inglés, francés y el español, publicados en Rumania y en el extranjero. Entre sus libros podemos citar: A Ti, 1994, Cânt de iubire- Song of Love (Canto de Amor, 1994), Peregrino (España, 2004), Himno a la Existencia (México, 2006), La versión china de Canto de Amor (Taiwán, 2006), Cât de aproape… – Lo cerca que estabas… (2007), edición bilingüe rumano y español, Unde eti, Timp? (Tiempo, ¿donde estas?, 2007), Poeme (Pakistán, 2008), edición bilingüe rumano y urdu, Peregrino (Brasil, 2009). Premiada y reconocida, entre otros, en el Festival Internacional de Poesía de la Uzdin (Serbia, 1997) o en el Festival de Poesía “Novalis” (Munich, 1998). Sus poemas traducidos al inglés, español, francés, italiano, serbo-croata, portugués, chino, urdu, albanés, neerlandés y latino, han sido publicados en varias antologías y revistas impresas y de Internet, tanto en Rumania como en Alemania, Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Cuba, EE.UU., Italia, España, México, Nicaragua, Puerto Rico, Serbia, Taiwán, Uruguay). Se puede visitar su página Web personal http://www.elena-liliana-popescu.ro. Ha traducido al rumano de la obra de más de cincuenta autores clásicos y contemporáneos, poetas y narradores.
FOTOS DE JOSÉ AMADOR MARTÍN
2 José Amador Martín y Elena Liliana Popescu (Salamanca, 2014. Foto de A. P. Alencart)
LA MEMORIA PERVIVE EN LA CIUDAD…
La memoria pervive en la ciudad, en esos pasos que siempre la recorren, en la ruina en que se alza, en la luz que la transforma en armonía.
Recorrerla en sentirla en las esquinas de los vientos en los parques que sin apenas saberlos los amamos en el sueño de los árboles.
En los muros pintados y en los rostros somos partícipes de un devenir de sombras, también en los cielos de cada atardecer que aquí pervive con los signos de la supervivencia.
Somos testigos de abrazos y crepúsculos de lluvias y de soles. Del tiempo que pasa como si no pasara nunca en la memoria y olvidos de todo lo que fuimos.
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MEMORIA SUPRAVIEŢUIEŞTE ÎN ORAŞ…
Memoria supravieţuieşte în oraş,
în acei paşi care-l străbat mereu, în ruina în care se ridică, în lumina care îl transformă în armonie.
Străbătându-l prin a-l simți în cotloanele vânturilor în parcurile, pe care, fără să le cunoaștem le iubim în visul arborilor.
Prin pereţii zugrăviți şi prin chipuri suntem părtaşi la o devenire a umbrelor, la fel în cer, cu fiecare apus de soare ce durează aici cu însemnele supravieţuirii.
Suntem martori ai îmbrăţişărilor şi amurgurilor de ploi şi de sori. Ai timpului ce trece ca şi cum nimic nu s-ar întâmpla în memoria şi uitările a tot ceea ce am fost. |
Elena Liliana Popescu en el Patio de Escuelas Menores de la Universidad (foto de Jacqueline Alencar)
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