‘LA LUZ DE LA TRISTEZA’ Y OTROS POEMAS DEL ESPAÑOL RAMÓN BASCUÑANA, POETA VALORADO EN EL PREMIO PILAR FERNÁNDEZ LABRADOR

 

El poeta y narrador Ramón Bascuñana

 

Crear en Salamanca se complace en publicar una muestra poética de Ramón Bascuñana (Alicante, 1963), licenciado en Geografía e Historia. Entre otros premios de poesía, ha sido galardonado con el Premio Nacional Miguel Hernández [1997], el Paco Molla [1998], el Esperanza Spinola [2001], el Hispanoamericano Juan Ramón Jiménez [2002], el Julio Tovar [2003], el Mariano Roldán [2004], el Flor de Jara [2006], el Marina Romero [2006] el Juan Bernier [2013], el Fernando de Herrera [2014], el Ernestina de Champourcin [2015], el Ciudad de las Palmas [2015], Poeta Mario López [2017], Gerardo Diego, Diputación Santander [2018]. En narrativa ha obtenido también diversos premios. Entre otros: el de Cuentos Villa de Guardamar [2000], el Premio de Cuentos Alfonso Martínez Mena [2001], Premio Villa de Mula [2005], VIII Premio de Artículos Periodísticos Luis García Berlanga [2006], Certamen de Cuentos Santoña, la mar [2007], Premio de Cuentos Ciudad de Elda [2008], Premio Internacional de Cuentos Guardo [2009] Premio de Relatos Villa de Navia [2014] Premio Gerald Brenan [2014] Premio de relatos Navactúa. Nava [2018] Premio La felguera de relatos [2019]. Tiene publicados los siguientes poemarios: Hasta ya no más nunca [1999]; Quedan las palabras [2000]; Tal vez como si nunca [2001]; Los días del tiempo [2002]; Liturgia de la profanación [2002]; Retrato de poeta con familia al fondo [2003]; Ángel de luz caído [2005]; Vera Efigies [2005]; Las avenidas de la muerte [2005], Impostura [2006]; La piel del alma [2006]; Donde nunca ya nadie [2008]; El gesto del escriba [Antología] [2009]; El centro de la sombra [2014] Cincuenta por ciento [2014], El humo de los versos [2016], Desnuda luz de la melancolía [2016], Cuaderno de preposiciones [2017] y los libros de relatos “Lectores compulsivos” [ 2011, Editorial Aguaclara]. y “Todas las familias infelices” [2019, Ediciones Chamán].

 

 

El libro que presentó al prestigioso Premio Internacional de Poesía Pilar Fernández Labrador quedó tras los 15 finalistas, y entre los 10 libros recomendados por el Comité de Lectura para reconocer al autor/a con la publicación de una muestra de su poesía en las revistas que son afines al Premio. Se presentaron 1304 trabajos a esta VIII edición, que fue ganada por el mexicano Margarito Cuéllar y cuyo Accésit recayó en la española Carmen Palomo.

 

 

 

LA LUZ DE LA TRISTEZA

 

 

Nado contra corriente en el mar de los días,

lucho contra la fuerza del oleaje del sueño

y contra la rutina de las noches en calma.

Soy un superviviente en mitad de la nada,

un náufrago que anhela refugiarse en la playa

de la infancia perdida y levantar castillos

de arena con palabras escritas en la brisa

de la melancolía.

                              Quiero alcanzar la costa

de los seres felices, pero no lo consigo

a pesar de mi empeño.  Al final, como siempre,

la luz de la tristeza me atrapa entre sus redes.

 

[ De Desnuda luz de la melancolía]

 

 

 

POESÍA

 

La poesía es un televisor con el volumen silenciado

Mientras suena música y los cuerpos se enajenan.

Roger Wolfe.

 

 

Fría desolación

en la unanimidad del sentimiento.

 

Perseverar en el error es simple.

En ocasiones demasiado simple.

Un vaciarse de todo

-incluso de la vida-,

un desnudar el alma sobre el papel

borroso de la lluvia

o puede que un desnudar la lluvia sobre el alma

borrosa del papel,

para intentar hacer de la palabra

el aliento del cielo;

un lenitivo contra la tristeza.

 

[De El humo de los versos]

 

 

(LA TIERRA PROMETIDA)

 

 

después de atravesar las barricadas

los bosques medievales del olvido

este valle de lágrimas que alberga

el caudaloso río de la vida

del que tanto discuten los poetas

los húmedos umbrales del pasado

el desierto de tu propio espejismo

los fantasmas prohibidos y las calles

de todas las ciudades del presente

 

después de atravesar todos los miedos

por fin has alcanzado tu destino

 

la tierra prometida del poema

 

[De El centro de la sombra]

 

 

LAS PALABRAS DE SIEMPRE.

 

Escucha cómo suenan las palabras de siempre.

Esas que nos decimos por rutina o desidia:

Buenos días ¿Me quieres?¿Qué tal en el trabajo?

¿Te apetece una copa? Te amo ¿Me deseas?

Son una letanía carente de sentido.

No significan nada y en nada nos ayudan

a sostener la frágil verdad de nuestra historia.

En cuanto las decimos se marchitan y mueren

al borde de los labios. Quisiéramos que fueran

distintas cada día, que quien las escuchara

respondiese con otras palabras diferentes:

Desde luego ¿Lo dudas? Ni bien ni mal ¿Qué quieres?

Tan temprano ¿una copa? Sabes que te deseo.

Preguntas y respuestas guardan esa distancia

que da la cortesía de los que han recibido

tantos golpes y heridas que prefieren decirse

las palabras de siempre a soportar el peso

de un silencio que aplasta su amor contra la nada.

 

[De Apariencia de vida]

 

 

LA VENTANA INDISCRETA

 

Me asomo a la ventana del presente.

Contemplo el cielo azul y su derrota,

la calle del pasado que se aleja

y el futuro que apenas se insinúa

como una prostituta

                                    al doblar una esquina.

 

El miedo y el futuro

siempre laten al doblar una esquina.

 

Ya no siento añoranza

por la gente que habita la calle del pasado.

 

Vivir es asumir el riesgo de ahora.

El riesgo de perder objetos y personas

que fueron importantes para seguir viviendo.

Que lo son todavía.

Comprender que avanzar es un peligro,

un desgaste que antes o después

nos dejará en los huesos.

 

Hay que aceptar la vida con sus limitaciones.

La pena y la alegría suele darse la mano.

 

Me asomo a la ventana del presente

y miro cómo juegan los niños en el parque.

 

Juegan con la esperanza del futuro

-como si la esperanza fuera un balón de fútbol

al que pegar patadas-,

mientras yo los contemplo

desde este cielo azul y su derrota.

 

[De El dueño del fracaso]

 

 

APOLO PERSIGUIENDO A DAFNE

 

Yo te persigo, amor, aunque tú sabes

la maldición que pesa en nuestra contra.

Yo te persigo, amor, y al alcanzarte

tu carne será un tacto de madera.

El Amor es así, su sino es ése.

Es el Amor una categoría

del amplio espectro de las ilusiones.

Nada más alcanzarlo se transforma.

O, puede ser peor, se desvanece.

 

[De los días del tiempo]

 

 

 

ANTE EL CUADRO “LA MUERTE DE MARAT”

DE JACQUES LOUIS DAVID.

 

¿Duermes o acaso la muerte reflexiona?

Domina el equilibrio en la tragedia.

Solo el cuchillo inerte, equivocado,

traiciona los sentidos un instante.

Solo la herida leve, incipiente,

se obstina en recordar la infamia.

El cálamo prendido entre los dedos

ignora todavía su cruel destino.

Incluso en la muerte  yace la armonía.

Lenta fluye la sangre desde la cisura.

Solo la herida mutila la belleza,

La dejadez mortuoria del cadáver.

¡Oh mártir de la libertad! ¿Quién dijera

que tiene la muerte nombre y apellidos?

 

[De Quedan las palabras]

 

 

Bascuñana presentando uno de sus libros

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