LA ESPUELA Y EL HALDA
Ana S. Díaz de Collantes
Ediciones Vitruvio
Colección Baños del Carmen nº 282
Madrid 2011
Ana S. Díaz de Collantes nació en Salamanca, ciudad donde reside y donde se dedica a la enseñanza. Es autora de libros, Faltaba África y Salamanca, Plaza Mayor de Europa.
La espuela y el halda es su primer libro de poesía.
Viaje al mundo interior de la palabra
José Amador Martín
La espuela es la estrella que despierta, el aldabonazo de fuego que incita a volar, el destello de fuerza, de vida. El halda es el regazo materno y femenino, lo más íntimo y hondo, lo oculto. (Nota de la autora)
Quiero ser, sobre tus versos, un vuelo de pájaros al comenzar el día. Comparto mis horas de soledad con su lectura y con la reflexión interior que me producen. Quiero pensar, buscar interpretaciones a tus palabras, imaginar un mundo por descubrir y sentir como sientes.
Me dejo resbalar al viento mientras la noche penetra tras la llamada con la Aldaba de la puerta de tus versos y te haces un renacer a la luz en la búsqueda de un horizonte hondo y largo, luego callas y te preguntas al llegar el resquicio negro ¿Hay algo fuera?
Y los versos se hacen Imágenes que la retina retiene, de paisajes disueltos en la mente, que en el papel componen una experiencia, que en muchos casos resulta difícilmente repetible. Y la soledad se vuelve espesa en el pesado vacío y en el espacio deslizante de la mesa, allí, dentro de la morada apacible…nada
¿Qué es el color sino un campo infinito de sueños fértiles, un sueño de hierba, verde y fresca?
¿Qué es el alma cuando suena al golpear su nudo indócil, coral desvanecido en hojas secas acaso un cielo gris, negro y espeso?
¿Es esta la respuesta a la nada?
Esperaré la luz con manos transparentes de rocío.
Entonces, en el amanecer de los recuerdos, siempre danza el corazón y descansa con la esperanza de desenredar la vista y ungirla con la sal del mar; la mañana, la tarde, la luz, la sombra, el ansia oculta del eterno líquido azul, son espacios definitivamente en calma y hermosos.
Renacer es amar o amar es renacer mientras un espejismo habita las manos y un éter oro sale y entra desde los labios, mientras batallas mudas son germen de luces nuevas y nuevos amaneceres porque más allá de todo ya no habita la nada y el aire se pierde en las pestañas onduladas y largas, mientras un sueño extenso, un delirio anidado, un lago oculto es amor que rompe los muros y rasga las rocas de los silencios y de la soledad.
Sin lugar a dudas el poema más bello, es Palabras, en él el canto, la palabra se hace bella expresión de la amante Guardo tus palabras en mi lengua de amatista…, embriagan las venas, blanden la piel…, las atesoro, dan vida a mi cara Palabras cautivas de llanto, opacas, hermosísimas, mías ya…
Como si de un renacer se tratara, mantengo que amar es renacer, aquí en estos poemas su canto se transforma en canciones de amante que se desborda desde el alma hasta los ojos. Fenezco estéril de amor divino, el corazón habita tan sólo tuyo… Luego la ausencia, de nuevo
Preñada de caléndulas / me dejaste aquella tarde/ de camelia y trigo. /Cuando te fuiste,/ un llanto silente de lirios/ blancos y azul de fuego/ sepultaba en magenta y / grana cada rasgo del paisaje./
El paisaje, tus paisajes en los que perdida estás, medio oculta de los sueños, frecuentada de nostalgias al venir el día con albores de ausencia entre sábanas de escarcha. Desentierras en tus versos los paisajes ocultos, transformas el mar en sueño y los sueños en nostalgia, La geografía del cuerpo, y todo está ahí por la redención de la palabra…
Las colinas y los valles son rincones escondidos, un pequeño lugar, donde enviar el placer. El pájaro, en su nido, roba alguno de los rayos del sol y el camino se rodea de sueños, sueños nublados, inciertos inmaculados, Parece que es amanecer, pro aún no llega la luz… porque el mundo yace desmembrado con los dientes entreabiertos en un absurdo y perpetuo pasmo…
Leo y releo tus poemas , con tus palabras y tus dedos describiendo la geografía amante del cuerpo, con tus ojos llenos de ausencias y tu grito y lamento por la muerte De rodillas caí en tu vacío hermoso y resuelto como la Nada y sin consuelo lloré la ausencia de tu voz en la Casa de mis venas
Una añoranza de hogar paraliza los pasos. Cae la tarde y un sonoro silencio, resucita con su beso los recuerdos lejanos. Las colinas y la meseta son rincones escondidos, lugares, donde enviar el placer. Los silencios se desvanecen en el humo de las chimeneas. En el aire de la tarde, se deshacen los días de plata enterrada y de invierno sin luz. En la faz de la tierra, una sonrisa aparece cuando miras y en estos campos, encuentras el aire de Castilla. El tiempo llega con la perfección de toda su hermosura.
Castilla en el corazón… Tierra sin mar , Aún con hielo, las ventanas de mis ojos entresueñan ya mi tierra noble: candeal la estepa, la dehesa en sombra, henchido el labrantío, desde las tierras lejanas de Astaná. Así esta tierra se concibe como un espacio para la melancolía para abrazar el sol y la retama de niebla y sombra que trae el invierno… el ocaso del estío en mi Castilla espejea así, moruno en mi recuerdo.
La palabra así en los poemas es, sin artificios, la expresión de un corazón enamorado, a veces susurro y lamento, canto de amigo, sensorial y simbólico en los que escudriñar la soledad, la nostalgia, el amor y el ser de la persona que es capaz de escribir… Gema sin luz, lucero de noche oculto, inflamas en mis labios el ardor de la violeta
En la expresión honda de la poesía de Ana hay que bucear constantemente adentrarse en los caminos de los sueños hacer de lector y de interprete y aun así no llegaremos a descubrir su más profundo interior. Aunque quizá como en una novela el final no llega hasta la última página, momento en los que respiramos porque hemos entendido los hechos sucedidos, habrá que releer muchas veces cada verso, cada reflexión de este libro para que al final en un contundente poema se descifre la clave:
La palabra
Cada vez que tiendo la mano
a la añoranza
me retiene La palabra
Todo está en ti.
febrero 25, 2014
el silencio y la palabra, creo que es parte del equilibrio del ser humano.