Remigio Ricardo Pavón con retratos de Baquero al fondo
Crear en Salamanca tiene la satisfacción de publicar tres aportes en torno a la celebración que en Cuba se acaba de hacer para celebrar los primeros 105 del notable poeta Gastón Baquero. El responsable de esta incansable tarea es Remigio Ricardo Pavón (Banes, 1954), poeta, investigador y crítico de arte y literatura. Miembro de la UNEAC y Licenciado en Filología por la Universidad de Oriente. Es coautor del libro Gastón Baquero, un recuerdo familiar y otros textos del poeta (1995); además ha publicado Desnuda vocación de la palabra (2010); Fatuas entropías (2011); Las horas insalubres (2017). En 2014 preparó la selección de ensayos Una señal menuda sobre el pecho del astro, y la antología poética Testamento del pez en ocasión del centenario de Gastón Baquero. Ha colaborado en publicaciones periódicas como Letras Cubanas, La Gaceta de Cuba, Amnios, Videncia, Ventana Sur, Diéresis, La Campana, Ámbito, Quehacer, La luz y El Pliego, entre otras. Premio Internacional Imago en radio en 1996; Premio Nacional de Periodismo Cultural en 1997; Premio Nacional de Entrevista “Orlando Castellanos” en 2015; Premio Territorial de Artes Plásticas en 2016; tiene en proceso editorial los libros Toda luz es difícil y Sonetos del Baphomet.
OBLIGADA RECURRENCIA. INTRODUCCIÓN
A ‘INVENCIONES PARA EL RETORNO DEL PEZ’.
POR REMIGIO RICARDO PAVÓN
Alrededor del año 2014 se generó, dentro y fuera de Cuba, determinado despliegue literario y promocional acerca de la figura del poeta cubano Gastón Baquero. Ese año, en la fecha mayo 4, se cumpliría cien años de su natalicio. Y no fueron pocos los estudiosos e intelectuales incorporados a la celebración con visiones sobre la obra de quien fuera llamado en su momento uno de los poetas vivos más significativos del idioma en el siglo XX.
En Banes, la tierra que lo vio nacer y alimentó su vocación de joven soñador, ese acontecimiento empezó mucho antes. Allí, un escritor casi desconocido fuera de ese entorno, gestó una serie de proyectos que cristalizaron oportunamente en la fecha exacta del centenario.
Remigio Ricardo Pavón (Banes, 1954) es un poeta, investigador, ensayista, crítico de arte y literatura y promotor cultural que ha dedicado años a investigar y recolectar información sobre la obra literaria de Gastón Baquero. Su propósito, esencialmente cultural, ha sido la divulgación de ese trascendente legado para las letras cubanas, y como fruto supremo, llegue al lector.
Después de una aislada publicación sobre el tema en los años noventa: Gastón Baquero, un recuerdo familiar y otros textos del poeta, la ventana editorial que benefició el trabajo que venía desplegando Ricardo Pavón desde el anonimato se lo propició el sello Ediciones La Luz con el volumen Una señal menuda sobre el pecho del astro, la selección de ensayos más amplia que se haya hecho por cualquier editorial, además de poseer un documentado prólogo y una cronología de su secuencia creativa. En mi opinión, es en ese prólogo donde con mayor nitidez y concisión se ha enjuiciado la prosa discursiva del gran publicista que fue Baquero, convirtiendo al libro en un clásico, imprescindible para cualquier estudioso.
Después tuvo la posibilidad de compilar poesías, ensayos, testimonios, entrevistas, cartas, material gráfico, fotos originales, con notas y prólogo para Toda luz es difícil, una especie de órbita o apreciación múltiple del creador, encargada por la Colección Clásicos de Oriente de Ediciones Caserón, sin duda, el libro más completo que se conozca con esas características dedicado a Baquero.
También concibió el prólogo y escogió los poemas para el Libro-Arte Testamento del pez, con ilustraciones originales, ejemplares foliados, confeccionados artesanalmente por Cuadernos Papiro. Además, alrededor del 2014 y en los años siguientes, se le solicitaron presentaciones y selecciones para dossiers en publicaciones periódicas, así como conferencias y entrevistas. En medio de estas afortunadas conmociones, sus búsquedas no cesaron, acopió y fichó cuanto dato o cita de interés descubrió en la escritura baqueriana o en estudios, artículos ensayísticos, testimonios y reseñas sobre su obra y persona. Pero también le dedicó poemas, organizó y llevó a cabo las curadurías de exposiciones personales de artes plásticas y fotografía, inaugurando con ellas, las primeras muestras iconográficas que materializaban homenajes a Baquero en Cuba, y pienso seriamente que fuera del territorio nacional también.
Invenciones para el retorno del pez es un libro que nadie esperaba, ni siquiera su propio autor. Cuando se lo propuse, fue el primer descreído; leyendo y revisitando sus artículos alrededor de la figura y obra de Baquero, intuí que algunos de estos trabajos agrupados convenientemente, y con la venia del más apasionado investigador en Cuba del autor de “Testamento del pez”, podía resultar un libro interesante y útil, y testifico este aserto porque sobre Gastón Baquero no se ha dicho lo suficiente, y es de lamentar tratándose de un autor cuyo legado a la cultura cubana y a la del mundo hispano es incalculable.
Resumo a saltos lo acontecido en los últimos tiempos a Ricardo Pavón con el tema Baquero, porque me parece una muestra de su constancia, de ese afán de saber para entender, argüir para razonar, y cultivarse para expresar con la debida articulación y hondura sobre una obra que merece toda atención. Buena parte de esas atinadas visiones están registradas en este libro.
Por la variedad de enfoques, temas y puntos de mira, pudiera parecer un libro un tanto disperso, pero la realidad es que se sostiene en una conexión invariable, pues conserva un hilo conductor que permite esa coherencia. La primera parte, titulada “Hablar de lo que no se ha visto”, se propone develar los incuestionables valores que representa su creación lírica, esto es, en el universo que está situada su poesía, y a continuación brinda puntuales citas para teorizar sobre un posible ideario estético-poético. En la segunda, bajo el título de “Una manera de decir pensamiento”, están las indagaciones sobre su prosa ensayística, y cuenta con las reflexiones de Baquero alrededor del concepto más polémico a través de la historia, desde los patricios, pasando por Ortiz, hasta hoy: el de cubanía. ¿Quiénes somos? ¿Cómo somos? Enfatiza en la esencia de lo cubano, el sentido de la cubanía, y más que sentido, el sentir de cubanía. Luego, en “Otras visiones”, se reúnen Testimonios, Opiniones sobre su obra, Cuatro poemas a Baquero y finalmente, una entrevista a Ricardo Pavón realizada por este editor.
Pienso que se trata de un libro no orgánicamente concebido, pero sí bien estructurado, y sobre todo preciso para acercarse a la obra de un intelectual que nunca perdió su raíz y que, aún entre nosotros, sigue siendo un desconocido. Y es un libro necesario por lo que propone a través de múltiples variantes, nada esquemáticas, nada convencionales: estudios, análisis, valoraciones, interpretaciones sugerentes, deductivas, paradójicas, reflexivas, veraces, que poseen como centro la creación literaria de una de las más altas voces líricas de la poesía cubana, al mismo tiempo uno de nuestros grandes periodistas, y de los más agudos críticos de arte y literatura que hayamos tenido, considerado por muchos especialistas, y esto es algo realmente notable, entre los más significativos poetas del idioma en el siglo XX, como señalé al inicio.
No creo ocioso reiterar el provecho de este libro para quienes, sin prejuicios ni sectarismos, se interesan por la verdadera cultura, esa fuerza espiritual que nos identifica, enaltece, ilumina y sostiene como nación. De modo que viene siendo también una modesta contribución a la defensa de la cultura cubana.
(Índice de la nueva obra de Remigio Ricardo Pavón: Introducción: obligada recurrencia. Primera parte: Hablar de lo que no se ha visto. 1. Baquero, pensamiento y fabulación. 2. Los sonetos de Baquero o la expresiva lucidez de una herencia. 3. Lorca en Baquero. Antinomias para un tema. 4. Baquero, las invenciones del artifex. 5. Gastón Baquero o la metamorfosis del pez. 6. Para un ideario poético de Gastón Baquero. Segunda parte: Una manera de decir pensamiento. 7. Gastón Baquero, el ensayo como acto de comunicación estética. 8. Un ensayo poco conocido de Gastón Baquero. 9. En el centenario de Gastón Baquero -un sentir desde lo cubano. Tercera parte: Otras visiones. 10. Testimonios. 11. Opiniones sobre su obra. 12. Cuatro poemas dedicados a Gastón Baquero. 13. Su lector ideal es el lector cubano).
Remigio Ricardo Pavón durante la presentación del nuevo libro
RICARDO PAVÓN O EL DESAFÍO DE LAS INVENCIONES.
POR JULIO CÉSAR TORRES GÓMEZ DE CÁDIZ
Invenciones para el retorno del pez, así se titula la última entrega del poeta y crítico de arte y literatura, Remigio Ricardo Pavón (Banes, 1954) y de la Editorial Letra Abierta, en ocasión del 105 aniversario del natalicio del autor de Palabras escritas en la arena por un inocente. Si bien la celebración del centenario del eminente intelectual cubano en 2014 abrió las puertas a no pocos homenajes, ediciones, reediciones y compilaciones de su obra, en la que tomó parte Ricardo Pavón con la selección prólogo y cronología del volumen Una señal menuda sobre el pecho del astro, este libro de ensayos constituye un cambio de agujas en el itinerario editorial cubano asociado a la figura de Gastón Baquero. Invenciones para el retorno del pez es el primer libro aparecido en Cuba dedicado íntegramente a la divulgación, exploración, valoración y análisis de la obra poética y ensayística de este gigante de las letras cubanas y universales, desde múltiples perspectivas.
Los textos (ensayos-invenciones) reunidos en este libro han sido concebidos por Ricardo Pavón en el período de los últimos cinco años, buena parte de ellos como colaboraciones para diferentes publicaciones del ámbito literario nacional. A través de una prosa limpia, directa pero no exenta creatividad especulativa y sin el menor vestigio de academicismo, el ensayista nos conduce por determinadas zonas inexploradas o poco conocidas del universo baqueriano: la riqueza verbal e imaginativa de su obra lírica (“Gastón Baquero, pensamiento y fabulación”), la vigente capacidad reflexiva de sus ensayos (“Gastón Baquero, el ensayo como acto de comunicación estética”), las grandes paradojas planteadas a través de su pensamiento filosófico (“Lorca en Baquero. Antinomias para un tema”), los aspectos de visualidad, canon y transgresión de su escritura, así como los temas que obsesionaron al escritor acerca de los conceptos de cultura y cubanía.
Vale destacar, entre estas exploraciones del pensamiento baqueriano, la propuesta, también por vez primera, de trazar y modelar un posible ideario poético-estético de Baquero. El libro, que desborda los límites ortodoxos del género, es enriquecido con testimonios sobre la personalidad de Baquero (César López, Arturo Arango, Virgilio López Lemus, Rita Pérez Baquero, León de la Hoz, Rogelio Rodríguez Coronel, Camila Jessel Steward, Felipe Lázaro, entre otros); cuenta además con criterios y valoraciones sobre su obra literaria a través de las voces de importantes analistas de muy diversas generaciones; incluye como una muestra deferente de su quehacer, cuatro poemas originales de Ricardo Pavón dedicados a su coterráneo, y una entrevista a su persona a cargo del editor Enmanuel Castells Carrión.
Aunque la dedicatoria de libro es muy precisa: “Para Banes y su gente gallarda, donde quiera que estén”, sin lugar a dudas, Invenciones para el retorno del pez constituye desde este momento, un importante material de consulta para investigadores, estudiantes y lectores en general, que se aventuren a seguir los derroteros de la vida y obra de un cubano universal llamado Gastón Baquero.
Enmanuel Castells y Remigio Ricardo Pavón
LECTOR IDEAL ES EL LECTOR CUBANO.
ENTREVISTA A REMIGIO RICARDO PAVÓN
POR ENMANUEL CASTELLS CARRIÓN
Remigio Ricardo Pavón (Banes, 1954) ha dedicado buena parte de su quehacer intelectual de los últimos años a estudiar la obra del poeta cubano Gastón Baquero (Banes 1914 – Madrid 1997).
Pudiera conjeturar muchas hipótesis sobre su papel acucioso y profundo en la revelación de elementos esenciales acerca del hombre que escribió inocentes palabras en la arena, pero se hace obvio que sea su voz, en apretada síntesis, quien nos revele cómo ha sido esa búsqueda y esa pasión interminable.
¿Cuándo descubres a Baquero? ¿Cómo se da ese momento y qué repercusión causó en ti?
Yo conocí a Baquero, es decir, la obra literaria de Baquero, que es como entiendo tu pregunta, muy tardíamente, como les ha ocurrido a muchos cubanos. Sin embargo, siendo un niño, en los convulsos años sesenta, escuché en la puerta de mi casa este comentario: “dicen que el sobrino de Baudín, ese que era un gran periodista en La Habana, se exilió en la embajada de España”. Mi abuelo no era un lector de libros sino de periódicos, era un anciano inválido que permanecía sentado en su silla de ruedas mirando la gente pasar, y le comentaban sucesos de ese tipo, así como las noticias de los periódicos o las de la radio. Ebert Baudín era un señor que vivía una calle más abajo de la nuestra, había sido orador de un partido político y en esos momentos de que te hablo era conocido por su elocuencia despidiendo duelos. Luego supe que ese “sobrino periodista” se nombraba Gastón Baquero. Me parecía un nombre demasiado extraño para ser real, pero cuando me confirmaron que también era poeta, no dudé que fuera su verdadero nombre. Entonces, durante años anhelé conocer la obra de ese importante intelectual nacido en Banes, en mi barrio inclusive, pero eso era algo realmente imposible en aquellas circunstancias. Hubo de pasar mucha agua bajo el puente para toparme con el libro Lo cubano en la poesía, leí esos fragmentos de “Testamento del pez”, “Palabras escritas en la arena por un inocente”, “Saúl sobre su espada” y un soneto completo, “Del pan y de la muerte”, que reproduce Cintio Vitier en la Decimocuarta Lección, me permitieron intuir que se trataba de un gran poeta.
Después, en la Escuela Nacional de Arte, el profesor José Prats Sariol, que estaba estudiando la obra de Lezama y el Grupo Orígenes, lo mencionaba con frecuencia en algunas de sus clases y conversaciones, pero nada oficial; para el panorama literario de la Isla, Baquero no existía. Tuve que esperar muchos años para encontrar su obra poética. No sé cómo evaluar ese primer contacto con la lectura de su poesía, casi fue como conocerlo, su efecto en mi psiquis fue como caer en un estado de gracia divina. Aquellos poemas que no se sabe cuánto tiempo estuvieron vedados para nosotros, ¿sabes?, por esas jodidas contradicciones, me hicieron comprobar cuánto me había perdido… ¡Madre mía!, cosas que solo entienden quienes aman la poesía y la cultura, y en verdad fue una experiencia indescriptible. Puedo decir que disfruté el descubrimiento de una poesía original, consustanciada con tantos destellos mágicos y vida común, que ponen a prueba tu capacidad asociativa, como muy pocos creadores alcanzan. Estaba ante algo que era novedoso por su nivel de fabulación y a la vez natural por su licencia afectiva y comunicativa. Enmudecí durante un tiempo de tanto releer, no me atrevía a escribir nada, pero tuve una reacción positiva, comencé a releer la poesía de sus contemporáneos y la que desconocía. Trataba de constatar qué es lo que la distingue, qué la hace original, dónde y cómo su creación poética rompía con el canon establecido, y cuáles eran sus fuentes nutricias. Quería saber todo sobre él. Una aspiración difícil en aquellos momentos.
Desde ese punto de vista tuve una ganancia enorme. Sirvió de auto preparación y forja de espíritu, aunque te pueda parecer exagerado. Leyendo su poesía confirmé algo que ya yo sospechaba: para ser verdaderamente cubano no hay que estar mostrando constantemente los atributos superficiales que muchos nos atribuyen como identidad. Creo que ese concepto de cubanidad, del que habla don Fernando Ortiz, encaja en él de un modo muy especial, y lo digo así porque un hombre con una formación cultural como la de Baquero, que conocía con profundidad a los clásicos y a la vez las expresiones más avanzadas del arte y la literatura del mundo, tenía incorporado el ser (en el más amplio sentido filosófico del término) cubano con una espiritualidad tan arraigada que lo hacían único.
¿Sientes que la analogía de que tanto tú como Gastón Baquero son poetas y los dos nacieron en Banes, era… ¿un deber? ¿un compromiso? ¿un acto de justicia o de pasión dedicarte a su obra como lo has hecho?
Primero debo aclararte lo de “analogía”, pues que Baquero es un poeta estoy absolutamente seguro, pero que yo lo sea ya no estoy tan seguro, sería una desmedida presunción de mi parte creerme poeta, sobre todo cuando mencionas a un creador de su talla, a la vez que una excesiva generosidad de tu parte darme esa condición.
Ahora intento responder tu pregunta. Yo todo el tiempo estuve buscando información sobre el tema. Entrevisté al tío Ebert Baudín con una grabadora de casette que apenas podía reproducir lo grabado, pero yo “le pegué” el oído y transcribí las partes más audibles. Después, con más tiempo y paciencia, pude transcribirla completa, en todos sus detalles. Una primera versión la publicamos junto a una carta de Baquero a su antiguo profesor Luis Augusto Méndez, que había sido donada poco antes por el hijo de este profesor a la Biblioteca Municipal de Banes, e incluimos además tres poemas de Baquero: “El viajero”, “Manuelita Sáenz baila con Giuseppe Garibaldi el rigodón final de la existencia” y “Marcel Proust pasea en barca por la bahía de Corinto”. Salió así en 1995, Gastón Baquero: un recuerdo familiar y otros textos del poeta, realizado junto al amigo Julio César Guerrero, y gracias al poeta vasco Miguelángel Zorrilla a cuya cuenta corrió la edición en España, en realidad era un folleto de 32 páginas. Este folleto llegó a manos de Virgilio López Lemus quien nos envió una atenta carta en la que nos sugería continuar estudiando la obra de nuestro gran poeta, revestido el hecho por una singularidad toda vez que lo haríamos desde su tierra natal.
Gastón Baquero por Netto
Te soy sincero, aquello personalmente me alentó, pero lo de dedicarme al estudio de su obra no sabía cómo. Ocurrió que mi amigo se va a vivir a España y comienza a enviarme recortes, fotocopias, libros y materiales sobre el tema. Por ejemplo, en Una señal menuda sobre el pecho del astro, el libro de ensayos que publicó Ediciones La Luz, de Holguín en 2014, contiene unos diez artículos ensayísticos que yo poseía fotocopiados directamente de la revista Mundo Hispánico de la década del 70. Eran textos únicos, editorialmente hablando. Dedicarme a divulgar su obra creo firmemente que es un acto de justicia, al que también le he puesto pasión, claro, porque es un deber de cubano, de cubano de patria grande que ama intensamente su cultura; sería mezquino pensar en cuestiones de territorialidad, terruño o algo así. En el libro de ensayos hago una dedicatoria: “Para el lector cubano, que merece conocer esta herencia cultural”. Porque ante todo hay que ver esa obra como obra de un cubano, luego entonces pertenece a la cultura cubana. ¿Quién puede negarlo? ¿Quién posee el cetro divino para dictaminar: este autor puede pertenecer a la cultura cubana y este otro no puede? Si se tratara de un escritor mediocre, está claro que no vale la pena, pero no es el caso. Esa es mi proyección objetiva, y con sentido común pienso en el lector, pienso en las personas que pueden disfrutar de esa obra literaria, deleitarse, nutrirse desde el punto de vista estético, elevar su formación cultural y hasta estimular su sensibilidad y talento conociendo esta obra, enriqueciéndose espiritualmente y amando mucho más lo propio y original de la cultura cubana.
Se trata de una obra que convoca a muchos estudiosos dentro y fuera de Cuba. En fin, sólo me considero un divulgador de esta obra, por la que siento un gran respeto, dicho sea de paso, obra que está aún por descubrirse y, sobre todo, carente de estudios profundos. Pero antes quiero dejar bien claro que si algo se ha logrado ha sido gracias a intelectuales como Luis Yuseff, director de Ediciones La Luz, cuya participación en estos proyectos de divulgación fue decisiva, a los editores de Ventana Sur de Granma, quienes le dedicaron un dossier maravilloso en su revista, a otros artistas como tú, amigo Enmanuel Castells Carrión que realizaste una exposición fotográfica dedicada íntegramente a Baquero y a Banes, al joven artista de la plástica Ernesto Pérez Vicente (Netto) quien expuso una sorprendente iconografía de nuestro poeta. A ellos mi eterno agradecimiento por su colaboración.
Digamos que hay un Baquero más conocido que otro. El poeta de “Testamento del pez” o de “Palabras escritas en la arena por un inocente”, deja un poco en la sombra al excelente ensayista, periodista y crítico de arte que fue. ¿Cómo valoras esa dualidad? ¿Cuál consideras que ha sido su aporte en ese sentido?
El Baquero poeta es el más conocido, y eso es justo. Baquero es esencialmente poeta, poeta inmenso y singular. Un creador que no padeció de esos conflictos de identidad, ni del síndrome de la nostalgia, el dolor, la angustia o resquemor. Un hombre convencido que la vida es un evento que conduce a un solo destino: la muerte, y que la muerte es precisamente el retorno al punto de donde salió. Baquero descubrió el bosque hechizado de la poesía, se sumergió en él y, pródigo en imaginerías, fecundó el mundo poético que lo trasciende, con sus magias, sus códigos, sus invenciones, todo ello de un valor extraordinario para la cultura cubana. En fin, es el artífice de un pensamiento poético que se desmarca de retóricas, de trillados discursos, de folclorismos y convencionalismos líricos.
En su obra hay una eticidad, una filosofía, un deslumbramiento por todo lo que le rodea, imaginación sin límite y un fundamento de lo que es el Ser de la Poesía, de eso que los griegos de la antigüedad llamaban poiesis, y que quiere decir creación, la esencia que la identifica y su razón de existir como principio inmanente en la conciencia humana. Sus coordenadas afectivas, su persistencia en el misterio del mundo y al mismo tiempo en la existencia corriente, su palabra penetrante e iluminadora, crean un universo, el universo lírico Baquero. Está entre los más grandes poetas cubanos. Y no son pocos los que consideran que está entre los mejores poetas de la lengua. ¿Son necesarias otras pruebas de valor? Entonces, no viene al caso establecer dicotomías.
Sin embargo, debemos reconocerlo: su obra periodística en el terreno de la cultura, lo que se llama hoy en día periodismo cultural, clasifica sin ninguna duda entre lo más excelso que se haya producido en el periodismo cubano. Fuiste testigo de las expectativas creadas alrededor del libro de ensayo Una señal menuda sobre el pecho del astro presentado en el Pabellón Cuba en 2015, y después las opiniones que generó entre aquellos que no conocían su obra ensayística. También conoces Paginario disperso, la selección de ensayos que publicó Ediciones Unión. Los lectores descubren a uno de los más lúcidos analistas y guías en temas artísticos y culturales; sin discusión, una prosa discursiva de elevados quilates.
Clara Fernández Pagán, Enmanuel Castells y Remigio Ricardo Pavón
¿Consideras que ya está salvada la obra de Baquero para el lector cubano?
Salvado no hay nada. No olvides que siempre hay arribistas cuyo modus operandi es usar la ideología para manipular y obtener influencias. No basta con los pocos libros que han aparecido. Es necesario que circule más allá de los predios académicos, que se incorpore al torrente artístico-literario de la sociedad. Una población instruida como la nuestra que se supone encaminada hacia niveles culturales más elevados, y que sabe incorporar lo culto y lo popular con legítima coherencia en sus proyecciones, debe tener esta obra en un lugar visible y a su alcance.
Por ejemplo, Baquero ya aparece en la nueva Historia de la literatura cubana, aunque solo se le da tratamiento a su poesía inicial, la escrita en Cuba, y se soslaya las creaciones posteriores, y cuando se habla de los ensayistas del Grupo Orígenes apenas se dice: “sin obviar la aguda penetración crítica de un Gastón Baquero”. Creo que a partir de estos nuevos libros que divulgan sus ensayos y su poesía ha de ser otra la actitud de los historiadores.
Desde tu valoración crítica, ¿sientes que Baquero está realmente en el sitio justo que le toca dentro de la cultura cubana?
No está en el justo lugar que merece, pero entiendo que eso será gradualmente. Mira, al menos se ha levantado el silencio sobre su obra. Eso ya es un paso de avance. Parece que alguien con poder se dio cuenta que la prohibición no es la mejor política. Puedes leer esa obra y llegar a hacerla tuya en la medida que te identifiques con ella, sin limitaciones y prejuicios extraliterarios. Que llegue a estar en el lugar justo, el lugar que se merece, ya será resultado de un proceso que han de asumir los críticos, los estudiosos, los historiadores, los propios intelectuales que acudan a ella como referente, y también se necesita una política coherente, sin extremismos ni oportunismos, evidentemente.
Hasta el propio Baquero con su excepcional inteligencia, claro, se dio cuenta que su reconocimiento como poeta debía abrirse desde su patria, su pueblo, que su lector ideal es el lector cubano, el nacido en esta tierra y alimentado con su savia. Entre los escritores cubanos, más o menos de mi generación, que con pocas palabras han defendido esta posición de hacer lo justo por la cultura cubana, está Arturo Arango. Él habló en una entrevista del “derecho de Gastón Baquero a regresar a sus lectores naturales, y el derecho del lector, del ciudadano, a conocer y apreciar la obra de Gastón”. Y sus lectores naturales, obviamente, somos nosotros los cubanos –Y concluye la idea así: “Y no olvidemos que en Cuba, en el terreno de la política y de la cultura, actúan personas que no quisieran esa recuperación de Gastón Baquero, ni de Florit, ni de Padilla, ni de nadie”. Pero yo tengo fe en esa recuperación de su obra para bien de la cultura cubana, recuerda que en todas estas prácticas de extremismo se enmascara el oportunista, el arribista, el traficante de influencias, entonces, parafraseando la idea martiana te digo que el oportunista triunfa donde los justos y honrados son apáticos, y el pueblo cubano está siendo cada vez más cívico en estas cuestiones.
¿Qué es lo que más admiras de Gastón Baquero?
Esa condición, casi imposible de definir, que se llama cubanía.
¿Qué es lo que más te seduce de su obra?
El descomunal talento y sensibilidad puestos en ella tan sutilmente.
¿Qué le falta a hacer a Cuba por Gastón Baquero?
No tomarlo con pinzas.
¿Qué le falta hacer a Banes por su hijo más ilustre?
Un pueblo que solo piense en el éxodo poco puede hacer por su propia memoria.
¿Qué le dirías si lo tuvieras delante?
Gracias, Maestro.
¿Quién es Remigio Ricardo Pavón?
Un hombre de la tribu que araña la piedra.
Gastón Baquero por Alfredo Pérez Alencart (Salamanca, 1993)
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