El poeta hondureño Dennis Ávila (Foto de Julia Henríquez)
Crear en Salamanca tiene el privilegio de difundir cuatro poemas del hondureño Dennis Ávila (Tegucigalpa, 1981). Ávila ha publicado los libros de poesía: Algunos conceptos para entender la ternura (Sexta Vocal, 2005), con segunda edición en El Salvador (Leyes de Fuga, 2005); Quizás de los jamases (Editorial de la Universidad de Costa Rica, 2008), Geometría elemental (Casa de Poesía, 2014); La infancia es una película de culto (Ediciones Perro Azul, 2016), con segunda edición en el Proyecto Editorial La Chifurnia (El Salvador, 2016) y una tercera edición en Trabalis Editores (Puerto Rico, 2017); y Ropa Americana (Amargord Ediciones, 2017). Obtuvo el Premio Único en el Certamen de Cuento de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (2005) y la Mención Honorífica en el Premio de Narrativa Hibueras (2006). Ha participado en eventos literarios en Centroamérica, Puerto Rico, Cuba, Bolivia, México, Estados Unidos y España. Su poesía se encuentra seleccionada en las siguientes antologías: Versofónica (20 poetas, 20 frecuencias), Papel de oficio (Cuadernillos de Poesía País Poesible), Chamote (Editorial Punto de Encuentro), Voces de América Latina (Media Isla Editores), Memoria del XII Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango (Metáfora Editores), Antología del V Festival Latinoamericano de Poesía Ciudad de Nueva York (Urpi Editores), Antología de Poesía FIP PALABRA (Puertabierta Editores), y en el primer volumen de IL FIORE DELLA POESIA LATINOAMERICANA D’OGGI (Raffaelli Editore). Su obra ha sido traducida al portugués, inglés, árabe e italiano.
Dennis Ávila participó en el El XIV Festival Internacional de Poesía de Granada, interviniendo en el homenaje dedicado a la memoria de su paisano Roberto Sosa, intervención conjunta con sus paisanos Salvador Madrid, Carlos Ordóñez y Rolando Kattan.
Los cuatro poemas publicados forman parte de su poemario ‘La infancia es una película de culto’ (E·diciones Perro Azul, Costa Rica, 2017, con prólogo de Osvaldo Sauma). En los próximos meses será publicado por la editorial española Amargord.
PINTURAS DE MIGUEL ELÍAS Y FOTOGRAFÍA DE JACQUELINE ALENCAR
El poeta
MUTACIÓN
Los poetas no se van:
su destino es un grillo
que raspa las paredes de la noche.
Al abandonar un país
creen dejar su infancia,
y lo que sigue
son pasos de niño sobre el mundo.
Alguien les niega un algodón de azúcar,
y no hay nada más triste
que la luz extinguida de un poeta
veinte años después
frente a un juego mecánico.
Inclinan la balanza
por un lugar en el camino
y cada regreso
es un volver mamífero.
Su maquinaria de hormigas
abre un sendero de hojas.
Los poetas son árboles en fuga
queriendo echar raíces
en un planeta propio.
Intervención de Dennis Ávila en el Homenaje a Roberto Sosa
EFECTO GIROSCÓPICO
En distintos momentos de mi vida
he contemplado
la fugaz existencia
de un trompo:
remolino de madera,
fusión de aire y manos.
Fríos como pinzas
crean el viento en miniatura,
la energía del sosiego
y los moldes para la utopía
del movimiento perpetuo.
Aunque giren en el suelo
o en la mano,
nadie que creció
cerca de un trompo
podrá evadir
los códigos ocultos
en su dialecto de espiral.
Su baile es centrífugo:
seres inanimados
que viven por sí mismos.
Para ellos
la eternidad es equilibrio,
el tiempo se llama profecía
y danzar significa espectadores.
En distintos momentos de mi vida
he visto morir a un trompo:
debilitarse hasta caer,
volver a empezar.
LA MEMORIA POR DENTRO
Las personas con Alzheimer:
¿recuerdan los besos verdaderos,
las guerras infinitas,
el cúmulo de atropellos y venganzas
tras la vía láctea de sus vidas?
Esas manos que parecen buscar un mapa,
¿en qué rostro están pensando?
Para ellos un mausoleo
no es un álbum de lápidas
sino almanaques vacíos,
paralelos
al limbo de cosas por volver.
Su memoria es un columpio:
una canción
puede enviarlos a la infancia
o traerlos de vuelta
con la mirada sucia de futuro.
Una mirada que se dilata en el aire,
como si allí naciera
la epopeya de los recuerdos
y no la urna donde habita
un sufragio de caminos disecados.
Uno piensa que no debe haber
nada más triste
que el olvido del Alzheimer.
Pero hay quienes cargan
hasta el final de sus días
una amarga niñez.
LA INFANCIA ES UNA PELÍCULA DE CULTO
I
Converso con el hombre que siempre va conmigo,
sentenció Machado,
y en mi interior camina un niño
que explora los colores del mundo.
Él es el personaje y yo la trama.
En su imaginación veo a los héroes
que soñó en mis pasos.
II
Mi lluvia baña el campito
que nos robó una constructora;
cierro los ojos
y aún no cae el muro
que nos partió en dos.
Al final de los diluvios
él recibe un casting de arcoíris.
Yo busco los míos
en la programación vacía del televisor.
Dennis Ávila (foto de Jacqueline Alencar)
III
Un niño
toma prestadas mis palabras.
A cambio recibo su forma de mirar.
Lanzamos una moneda
y nuestra vida
resplandece
detenida en el aire.
IV
Cosecho mis raíces
en sus árboles frutales
y busco en mis paredes
las pinturas que amaron
las niñas de su barrio.
Él abandonó los pinceles
por la poesía.
Yo, no lo pude evitar.
V
Camino y él sufre por nuestra madre:
el miedo
en cada uno de sus pasos,
los días lentos hacia la felicidad.
Se frustra
porque no tiene mi espalda
para echar un hombro
a nuestro padre
por tantas cosas encima.
VI
Sus guerras
fueron peleas
con soldaditos de plástico.
Las mías,
estas manos atadas.
VII
La infancia es una película de culto
y volveremos a ella
toda la vida.
Néstor Ulloa, Rolando Kattan , Martín Cálix, Alfredo Pérez Alencart, Carlos Ordóñez, Salvador Madrid y Dennis Ávila
Dennis Ávila entre los poetas del mundo invitados por el festival de Granada
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