El poeta y filósofo colombiano Jaime García Maffla
Crear en Salamanca tiene el auténtico privilegio de publicar, de forma exclusiva, esta entrevista que el periodista Ricardo Jiménez acaba de hacer, vía Email, al notable poeta y filósofo colombiano Jaime García Maffla (Cali, 1944). JGM realizó estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de los Andes y un Máster en Literatura en la Pontificia Universidad Javeriana. En su obra se traslucen influencias de la tradición hispánica y del existencialismo. Ha sido considerado, junto a otros destacados poetas, como perteneciente al grupo de la ‘Generación Sin Nombre’. García Maffla, experto en la obra de Cervantes, es el autor del prólogo y las notas de la primera edición colombiana del Quijote, y uno de los poetas más relevantes (y ‘ocultos’) de Colombia y Latinoamérica. Fue cofundador de la revista de poesía ‘Golpe de Dados’, que apareció en 1972, junto con Mario Rivero, Giovanni Quessep y Fernando Charry Lara. En 1997 recibió el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia. Ha sido coordinador de talleres de la Casa de Poesía Silva y profesor de posgrados en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana y del Instituto Caro y Cuervo, en Bogotá. Entre otros, sus libros poéticos son: ‘Morir lleva un nombre corriente’ (1969); ‘Guirnalda entre despojos’ (1976); ‘En el solar de las gracias’ (1978); ‘La caza’ (1984); ‘Las voces del vigía’ (1986); ‘Poemas escritos a lápiz en un viejo cuaderno’ (1997); ‘Vive si puedes’ (1997); ‘Al dictado’ (1999); ‘Caballero en la Orden de la Desesperanza’ (2001); ‘Antología mínima del doncel’ (2001); ‘Poemas del no-decir’ (2011); ‘Buques en la Rada – Lais’ (2014), ‘De las señales’ (2014) y, recientemente, de la antología íntima ‘Herida del Juglar’ (Hebel Ediciones, Santiago de Chile, 2016. Con pórtico de Alfredo Pérez Alencart).
Portada de la antología coordinada por el poeta A. P. Alencart
Acaba de publicarse en Salamanca la antología ‘Al hidalgo Poeta’, fruto del XIX Encuentro de Poetas Iberoamericanos y donde se ha incluido su poema ‘Don Quijote’. ¿Cuál su valoración de la poesía en El Quijote y del propio Cervantes poeta?
Hace don Quijote una personificación de La Poesía en figura de una doncella dotada de todos los saberes y virtudes, a la cual las demás ciencias –o doncellas- han de ir para hallar un sustento. Pero enfatiza en que debe alejársela del público común, para ser preservada en su pureza. Cervantes como poeta escribe en sesgo narrativo dirigiéndose a los poetas consagrados de la tradición y presente españoles, casi en ironía. Poesía de autodiálogo –no monólogo-, que nos vuelve a su ideario, en la tajante diferenciación que hay entre Poesía, Poético y Poema-, depositando lo poético en el ideal de don Quijote.
En Chile apareció hace pocos meses una amplia antología de su obra poética, titulada ‘Herida del juglar’. ¿Cómo se sintió seleccionando buena parte de lo que estima sus versos más íntimos?
La selección de ‘Herida del juglar’, no fue dándose en escogencia de poemas representativos de mi mundo poético como alcanzados artísticamente, ni de lograda composición en el marco de una Obra, sino en aparición por ondas sucesivas y espontáneas desde registros interiores de un ver y resonancia “íntimas” y afectivas. Son algunos de los poemas que más directamente consignaran el sentir de la conciencia de ser y de estar, en anhelo de lograr explicarlo y asumirlo, búsqueda de percibirnos en medio de las cosas, contenidos visibles de cuanto somos, y de un actuar entre lo vivido inmediato. No tuvo el propósito inicial de libro.
Portada de la antología de García Maffla
¿Podría comentarnos que encontrará el lector que se acerque a dicho volumen? ¿Por qué derroteros o temáticas transitan sus poemas?
Territorios temáticos no los hay –como anteriores a la composición- sino el recibir en un estado de necesidad a todo cuanto viene, y pregunta desde la incertidumbre y la certeza de existir, en horizonte hacia una propia verdad que de forma a una interioridad delante de la cual se alzan las diversas y a veces contrarias presencias materiales e inmateriales del mundo que nos cerca. Algo así como un abrir los ojos a lo pleno de lo vacío delante del Todo.
¿Cuál su interés por lo sagrado, por la capacidad de la poesía para restaurar el sentido sagrado de las cosas?
Lo sagrado es lo intocable –ajeno a los rituales que, sí en verdad lo mantienen presente- lo intangible y de significación dignificadora. Es el valor del don del diálogo con todo cuanto miramos, y el sabernos mirados. Trasciende porque va a los otros y a “Lo Otro”. Sagrado es algo que nos lleva hacia nuestra “verdad” ajena al mundo, y aquí regreso a Fray Luis, San Juan y Teresa de Ávila; en los dos primeros la experiencia de la prisión, y en la segunda el más riguroso y formal ascetismo. Castillo interior, el poeta, al dar forma a su verso, está trascendiendo hacia sí mismo.
El ser humano se define como el ente que pregunta; si tiene una creencia, ya tiene una respuesta, pero si no la tiene debe asumirse como inmerso en el seno del Misterio. No podría traducir en términos de mi diálogo con cuanto me rodea la pregunta: “¿Dejar de ser para ser. Trascender para ser? Ya en buena medida está atrás respondida, pero añado: el olvido de sí es conquista de lo propio originante, ser en medio de todo estar, y, por supuesto, aún contando con la Mónada de Leibnitz, se lo logra cuando se alcanza el abandono en el fluir de todo cuanto hay, material y espiritualmente. Abolición del “ego” es construcción de un sí-mismo, o “Self”, que actúa en la inacción.
Si la física cuántica es energía, la poesía es antecedente de la física cuántica… Aparte de ser, ella, la poesía, la única ciencia exacta y único calendario –los días pasan uno tras otro-, real y último de toda alma.
Página sobre JGM aparecida en el suplemento Las Artes (Diario del Otún, Pereira – Colombia)
Poesía y Filosofía, ¿cuánto de afinidades o distancias?
Filosofía y Poesía, o Razón versus Intuición; Conocimientos versus Sentimientos; Saber versus Emoción; Unidad versus Diversidad. En un poema sí puede entrar el pensamiento, pero el propio pensamiento del autor, su No-saber. Debo en esta respuesta hablar de ciertas influencias en mi trabajo creador. Una de ellas es la música atonal, y otra –de carácter personal- la escultura no figurativa de Edgar Negret, al lado de la de Chillida, su maestro, con inclinación a lo abstracto. Doy como ejemplo el inicio de un poema que quiero especialmente, pero está lejos de eso íntimo vivido, y por lo mismo fuera de ‘Herida del Juglar’:
Fantasía, claro juego
De la antigua mirada,
Que despierta y dispersa
A la pasión seduce
O reconcilia: grave
Música de palabras…
¿Dejar de ser para ser, o trascender para ser?
Tema de la abolición del “yo”: se deja de ser en figura de un estar en sí mismo y en un ahora secreto que resguarda, para la búsqueda de un despojamiento que se hará entrega de todo lo pleno indeterminado. En éste último habitan las esencias. La Filosofía precisa del amparo, mientras la poesía del desamparo. Abandonarlo todo es ya poseer el todo. Quien se afirma en su “yo”, ya tiene el regalo que lo pierde.
Hay personas que se mienten diciendo: “escribo para mí”; se escribe siempre para ser oído o leído por alguien, así éste haya de existir dentro de muchos siglos. Siempre se escribe para un “alguien”, que también puede hacer parte del amor o afecto imaginados.
Unamuno, de Miguel Elías
Mucho nos gustaría que se explayase sobre su admiración hacia Unamuno
Miguel de Unamuno volvió a poner a España en sintonía con el pensamiento Europeo. Y entró en la tradición del Existencialismo, que aún puede tener inicios en San Agustín y en San Pablo. Aparte de ello, está la ya esencial actualidad de “la angustia”. Comparte con Fray Luis la unión entre la persona viva, presente, y lo universal intemporal, vía por la cual también escribió la vida de don Quijote… En él todo sentimiento es un razonamiento desde lo cordial único por personal e intransferible, como el pensar una recepción de todos los contenidos espirituales del mundo físicamente creado. Pero sobre todo encarna la voz “lucha”, o “agonía”. Aquí traeré de memoria unas palabras suyas: “No soy un pensador sino un sentidor; por cultura entiendo la más intensa vida interior, la de más inquietud, la de más ansia…”.
¿Y fray Luis de León? ¿Y San Juan?…
De Fray Luis, inicialmente, su relación con la ciencia. En término segundo, la valoración que da a la armonía y unión humanas concretas. El caso de Juan de Yepes sí me asalta en condición de drama insoluble. Mi convicción: la poesía mística no existe ni puede existir. La naturaleza de lo místico como experiencia de unión es irreductible. Después de esa experiencia, San Juan descendió al arte de la poesía, que tiene que comparar o, competir necesariamente, y cotejar su obra con toda una tradición lírica; creo fue consciente de que situaba el “Cántico” en su centro. Para mí es el autor de la “Noche oscura…”.
Jaime García Maffla
¿Cómo llevó sus años de docencia universitaria?
En la vida de hoy, iniciada en el siglo XX, fueron realmente los Estados Unidos el país que llevó ya en trabajo estable, al poeta a las aulas y creó la profesionalización de la ciencia literaria, con obvios antecedentes en Francia y Alemania, pero países éstos que no incorporaron plena y contractualmente al poeta al mundo laboral de un Profesor, con pertenencia de tiempo completo y dedicación exclusiva. No era, pues, el “Decíamos ayer…”, de Fray Luis… Entonces el poeta debe entregarse a un trabajo intelectual que en algún porcentaje le es ajeno y obligado. El poeta tiene que saber sólo de lo suyo para crear el mito, y respondo recordando una hermosísima parábola de Claudel, en la cual Ánimus personifica la poética, y Ánima la poesía: “… Ánima es una ignorante, una tonta que nunca fue a la escuela, mientras que Animus sabe un montón de cosas, leyó un montón de cosas en los libros… Todos sus amigos dicen que nadie sabe hablar como él. Ánima no tiene derecho a decir una palabra… él sabe mejor que ella quiere decir. Un día que Ánimus volvía de improviso a la casa oyó que Ánima cantaba sola, detrás de la puerta cerrada, una curiosa canción. No había manera de encontrar la clave, una extraña y maravillosa canción…”.
¿Sería posible saber su opinión sobre la poesía de Aurelio Arturo León de Greiff y Porfirio Barba Jacob?
Tres poetas del inmediato pasado en la poesía colombiana. En su orden cronológico: Barba, de Greiff y Arturo. El primero aceptó y asumió la creación poética bajo estados de mente “alterados”, en cultivo de una excepcionalidad del “ser poeta”, que carece hoy de sustento. En dos o tres momentos, sí, de sinceridad, dio en el blanco, como en el que con razón se considera segundo poema de influencia en Colombia, la “Canción de la vida profunda” (si el primero es el “Nocturno” de Silva), acertando en la fluctuación de los estados de ánimo humanos, pero sin importar la acción ante la vida. Pone el acento en ese ánimo y no en la relación como realidad exterior tal como ella es y su demanda. El segundo también cultivó la excepcionalidad –convertida en excentricidad- de la figura de aquel a quien ha sido dado el don de la palabra, asumió la leyenda personal, dándose casi se en espectáculo, al escribir poemas basados en el arcaísmo y la lengua medieval, lo cual no lo hace oscuro o hermético, sino más propiamente ininteligible, en lo cual basaría buena parte de su sobresalir. Subrayo de mi afirmación, el que, a pesar de lo anterior (e involuntariamente en él), trasciende por un pequeño poema ajeno a la vanidad: “Esta rosa fue testigo…”. De Arturo hay que referir un episodio. Escribió su ‘Morada al sur’ y calló. Treinta años después, casi ante la muerte, volvió al poema, y alcanzó a dejar sólo cuatro con una poética que une conciencia humana, mirada, palabra y naturaleza. Sí se lo considera como el poeta nuestro del siglo XX.
Jaime García Maffla y Jotamario Arbeláez
¿Qué nos dice de la poesía que actualmente se publica en Colombia? ¿Hay nombres a tener en consideración?
No está en mis manos la respuesta a esta pregunta, por razones divergentes, aunque sí una anotación que considero precisa, y es que después de nuestro anacrónico movimiento de vanguardia, el Nadaísmo, que se dio casi veinte años después de concluidas las vanguardias en el mundo, sí inauguró algo que en la tradición colombiana no se daba antes: el poema objetivo. Su falta está en lo ingenioso de sus versos, pues donde aparece el ingenio, desaparece lo poético. Pero responderla incorporaría un juicio de valor, una jerarquización y una enumeración por las cuales temo dejar fuera algún valor que se preserve más oculto. Aparte de lo anterior, considero como marginal e insular mi posición en la poesía de Colombia.
La noche y la soledad, ¿cómo las entraña?
Todos mis versos se han dado en la vigilia diurna. Escribo cuando sé de las presencias que van al lado mío, así estén ausentes, sabiendo que en cada una y a todo ser humano la soledad le habita. ¿Cómo sobrellevarla en un igual, de mayor intensidad sobreponerse? También es ella ámbito de toda interioridad o espiritualidad. En aislamiento sí lo hago (en los amaneceres), pero entonces verme aislado de todos es sentirme unido más a todos.
Ha visto publicado su poema ‘Salamanca’, en la antología ‘Salamanca, amor a primera vista’, coordinada por José Amador Martín. ¿Cómo le viene esta relación con la ciudad?
Es la ciudad que logró transfigurar el “scrptorium monacale”, en estrado ante oídos que precisan del conocimiento e interpretación de un legado. Si se mira su historia, fue alzada piedra a piedra por la heráldica hispánica. En ninguna otra ciudad se sitúa el valor exacto del saber como crecimiento de aquello que se es sin utilidad exterior, del acto del estudio de la maquinaria del mundo, aún de vida y vidas.
También para España Salamanca es Castilla, con todo el ideario de los poetas de la generación del 98. Y para mí un ideal de vida conventual… La Sagrada Escritura en la piedra, labrada o transcrita.
Portada de la antología de fotos y poemas
Don Quijote, con introducción y anotaciones de Jaime García Maffla
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