El escritor chicano Rolando Hinojosa.Smith
Crear en Salamanca se complace en publicar esta entrevista realizada por Manuel Quiroga Clérigo (Madrid, 1945), poeta, narrador, autor de teatro, crítico literario y periodista de la cultura, quien ha centrado su actividad en la labor poética y sus versos figuran en diversas antologías, revistas y trabajos colectivos, habiendo editado hasta la fecha dieciocho libros de poesía, entre los que están Homenaje a Neruda (1973); Fuimos pájaros rotos (1980); Vigía (1997); De Morelia callada (1997); Los jardines latinos (1998); Versos de amanecer y acabamiento (1998); Íntima frontera (1999); Desolaciones tardías. Aristas de Cobre (2000); Las batallas de octubre (2002); Mudo mudo (la aventura de Manila), (2004); Leve historia sin trenes (2006); Crónica de aves. El viaje a Chile (2007); Páginas de un diario (2010) o Volver a Guanajuato (2012), entre otros. Actualmente es Consejero de la Asociación Colegial de Escritores de España (ACE).
ENTREVISTA AL ESCRITOR CHICANO
ROLANDO HINOJOSA-SMITH
Considerado actualmente como el decano de las letras chicanas, tenemos ocasión de hablar con Rolando Hinojosa-Smith en el marco incomparable de la Universidad de Granada, con la Alhambra al fondo, donde ha participado en un Congreso de Lengua y Literatura Chicana, con interesantes ponentes españoles como el poeta y profesor de francés Jaime B. Rosa que ha publicado una interesante antología poética sobre autores chicanos. El profesor Hinojosa-Smith ha escrito más de una docena de libros, entre los que destacan la serie “Klail City” de gran éxito en Estados Unidos, muy apreciada entre los asistentes a la Semana Negra de Gijón y que, sin embargo, no ha tenido resonancia en el campo editorial español de cara a su publicación. “Estampas del valle y otras obras”, es el primer tomo de esta serie literaria. Con la conferencia titulada “Quo Vadis Chicano Literature?”.
Hinojosa-Smith hizo las delicias de su auditorio, tanto por la amenidad de sus comentarios como por la agradable sensación que iban dejando sus conocimientos sobre una temática tan poco conocida en España. El tema, de palpitante interés, también fue objeto de otras comunicaciones como la de Charles Tatum, de la Universidad de Arizona en Tucson, “Literatura chicana hoy”, esclarecedora y documentada exposición del presente de ese mundo cultural, con obligadas referencias a quienes, padres e hijos, hacen del idioma español su bandera, tratando de insertarlo en la historia del país de acogida. Angie López, de la Universidad Europea de Madrid, precisamente con “Estrategias de transferencias en la versión inglesa de “Mi Querido Rafa” de Rolando Hinojosa”, vino a renovar el compromiso de este escritor con la literatura chicana y su manera de entender la existencia. Todos ellos advirtieron que actualmente en Estados Unidos hay importantes grupos sociales que tratar de lograr una mejor pervivencia de las costumbres, el folklore y el idioma español o importado de los diversos países que lo tienen como lengua propia, en el marco de una identidad y una cultura que se remonta a siglos pasados. Figuras como Hinojosa-Smith, Miguel Méndez, Lino García Jr. O Carmen Tafolla, entre otros muchos hispanistas, novelistas como Sandra Cisneros y esforzados defensores de una historia que tiene como base el español.
Rolando Hinojosa-Smith recibió el Premio Quinto Sol allá por el año 1972. El segundo volumen se titula “Klail City y alrededores” y fue Premio Casa de las Américas 1976. En ambos aparece reflejado un universo que se centra en la existencia de los llamados méxico-americanos, o sea quienes habitan en lo que hoy es Texas y que México tuvo la mala ocurrencia de vender a unos Estados Unidos en un momento de esplendor imperialista, en el siglo XIX, por un plato de lentejas, es decir 15 miserables millones de dólares. Su familia se asienta tanto en el gran país como en México, aunque él se crió en la ciudad de Mercedes, en el Valle Texano de Río Grande. Hinojosa-Smith, al igual de otros autores cercanos, se consideran casi parte del pasado pues escriba tanto en inglés como en español, cuando los chicanos que se asientan en Estados Unidos rápidamente se acomodan a la nueva lengua, más comercial y con mayores posibilidades de expansión editorial, y publican sus libros únicamente en inglés, aunque enseguida traten de verlos traducidos al español. Estos escritores se consideran asimismo latinos, término propagado por Francia, ya por Luis Napoleón que comenzó a utilizar el término inventado por Michel Chevalier en beneficio de sus intereses, según cita Fernando del Paso en su novela histórica “Noticias del Imperio” (Plaza&Janés, Barcelona 1994). Ahora bien, quienes utilizar ese término no quieren asumir que la existencia de casi cincuenta millones de hispanohablantes es algo diferente a la mezcla que suponen los inmigrantes franceses e italianos y alemanes a turcos, polacos, rusos, serbios, etc, aunque Hinojosa ha dado reiteradamente su opinión de que al actual avance del español en Estados Unidos es algo ocasional, mostrando su pesimismo porque las segundas y siguientes generaciones pronto asumen como propio el inglés, debido fundamentalmente al acoso que el gobierno yanqui lleva a cabo contra nuestro idioma.
-Sigues siendo Profesor de Literatura Inglesa y Española en un espacio en que ambos idiomas, al menos en lo académico, se complementan.
-Durante muchos años he sido invitado de numerosas instituciones norteamericanas. Efectivamente mi ejercicio como profesor de literatura en ambas lenguas sigue siendo mirado con interés y mis libros son conocidos en el ámbito académico, en el cual se han llevado a cabo bastantes tesis doctorales en torno a ella. Si es cierto que mi nombre es poco popular entre determinados lectores, pero todo ello conllevaría una dedicación a la parte editorial como es el contar con un editor y una ocupación más sedentaria que me impediría viajar con la frecuencia que lo hago hasta la fecha.
-En lucha permanente con individuos como Bush y Schwazeneger cuando fue Gobernador de California, u otros más actuales, que siempre tratan de crear guetos para el español, ¿será nuestra lengua algún día considerada como un segundo idioma en Estados Unidos o, de forma más precisa, camina el país hacia un bilingüismo que sea aceptado política y culturalmente?
-No. Siempre habrá gente de habla hispana en cada Estado. Y su número crecerá. Pero la influencia del inglés es tan fuerte en todos los terrenos que, pese a los últimos avances en población que habla el español, este se iré borrando con el paso de las generaciones futuras. El inglés actúa de una manera abrumadora en los medios oficiales, académicos y militares y la influencia del español en los medios de comunicación y en la economía seguirá siendo escasa, de poca calidad. Antes de las terceras generaciones de hispanos llegados a Estados Unidos el español se verá, sino extinguido, reducido de una forma considerable aunque pueda mantenerse de alguna forma en el ámbito familiar. Otra cosa diferente es que los hispanos pueden tener influencia, publicar libros o estar en la enseñanza pues el acoso oficial de los anglos que, seguirán gobernando el país, será cada día más intenso.
-Nos referimos a tu conferencia “ Quo Vadis Chicano Literature?”. ¿Hacia dónde camina la literatura chicana?
-Desde que comenzamos a escribir, y publicar, contemporáneamente en 1.964, yo he ido viendo que la literatura tiene un mayor protagonismo en la mujer. Hay mujeres «que no escribían antes y ahora lo hacen. Ahora escriben y publican, incluso más que los hombres. Y además, en vez de publicar esporádicamente en una revista, por ejemplo, ya hay revistas que aparecen tres o cuatro veces al año. Y esas revistas, como Arte Público, La Casa, The American Review, ya llevan publicando literatura más de veinte años. Por lo tanto se trata de algo que tiene muy interesantes consecuencias. O sea que hay más mujeres que escriben, hay revistas y escritores más responsables, más editoriales. Y, además, ahora determinadas editoriales como Random House, Harper Col1ins y otras ya están publicando literatura chicana, lo cual no sucedía antes de los años 80. O sea que nuestra literatura va incorporándose con fuerza al panorama norteamericano. Nosotros seguimos escribiendo en español y en inglés, aunque a decir verdad el español como lengua escrita tiende a desaparecer en nuestro ámbito mientras que el inglés se mantiene y se incrementa.
-Pero sí parece que nuestra lengua se habla cada vez, se estudia en las universidades, se lee incluso…
-Sí, eso sí es cierto. Tenemos la mayor participación de la mujer en la literatura, el interés por lo chicano de las casas editoriales, etc. Hacia ahí va la literatura chicana. Otro punto a considerar es que si en años sesenta había sólo dos o tres universidades, de segunda o quizá de tercera categoría dictando cursos en español de literatura chicana, ahora ya son no menos de mil doscientas universidades, de primera, segunda y tercera categoría. y hablamos de sólo treinta años más tarde. Entre esas universidades, distribuidas por todo el país se cuentan algunas tan importantes como las de Columbia, Harvard, Yale, Cornell, Princeton, además de las que existen en el sudoeste, lo que nosotros llamamos “el suroeste español”. Hablo de la región donde dónde yo vivo, que es Texas, la cual ya figura en el primer censo de la corona española, en el año 1750 las familias son viejas y todas ellas se conocen. Lindamos con la frontera méxico-texana, principalmente donde el Río Grande desemboca en el Golfo de México.
-Pero a pesar de los censos y de la continua afluencia de hispanos hacia Estados Unidos parece que el español sigue teniendo poblemos de implantación, por la acometida de las autoridades fundamentalmente.
-Efectivamente. Debo transmitir, volviendo al tema del mantenimiento del español, mi creencia de que, desgraciadamente, tiende a desaparecer como idioma escrito, cosa que pocas veces se quiere reconocer, pero se va a mantener por muchos años como lengua que se habla.
-Y tal vez con pujanza, por lo que yo he visto en determinados lugares de California, en Nueva York, en Miami.
-Sí, con pujanza, con arraigo.
-Hace poco hablaba de estos temas en Guanajuato con mi amigo el profesor de Edinburg, Texas, Lino García de ese afán de los chicanos y de otros hispanohablantes por seguir enriqueciendo su lengua, la lengua española, en la vida diaria.
– Muy cierto. Hay centroamericanos, suramericanos, caribeños, naturalmente los mexicanos, de donde proviene uno, que viven alrededor del idioma. Lo real es que como compartimos estas dos mil millas, unos tres mil y pico kilómetros, estamos 1igados a México y a toda la cultura latinoamericana o hispanoamericana. Es algo a 1o que estamos ligados de una manera verdaderamente histórica, incluso económicamente. Pero también lo estamos psicológicamente. ¿Por qué sucede todo esto?. Pues, sencillamente, porque el Río Grande para nosotros representa una barrera jurisdiccional, pero representa una barrera cultural. La porosidad de esa frontera indica que el español va a seguir permaneciendo, aunque veamos que los jóvenes van perdiendo el afán y la manera de escribir en español.
-Y ya en el terreno de la escritura, ¿qué tiene más vigor entre los chicanos hoy: la narrativa o la poesía, el ensayo, etcétera?
-El movimiento literario chicano comenzó a manifestarse de forma primera con la poesía. Y es que la poesía es algo que la gente cree como más fácil de escribir. Pero la pujanza actual está fundamentalmente en la narrativa. Pero como se mantiene tanto entre nosotros como en México la tradición poética, la poesía entre los chicanos van a seguir teniendo una producción notable. Por 1o que yo conozco en la Península cada español es un poeta.
-Vamos a pasar a un tema más personal, a hablar de tu obra, de tus libros publicados. ¿De qué obra tuya estás más satisfecha, qué libro ha tenido más resonancia a tu entender, de los editados hasta la fecha?
-Me gusta mi primera obra que es «Estampas del valle». Es como si se tratara del primer hijo, de la primera creación literaria. Pero es en el año 1.976 cuando recibo la mayor satisfacción en el plano literario, al ganar el Premio «Casa de las Américas». Pero yo quería desde siempre escribir una novela epistolar y al final conseguí hacerlo. Se trata de «Mi querido Rafa». Cuando la terminé yo le dije al editor que si era publicada se perdería dinero. Sin embargo ya van editadas cuatro impresiones. Todo eso podría hacernos suponer que no conozco efectivamente el mercado de la edición de libros. Ahora bien, las favoritas mías, entre las obras que escribí en español, son «Claros varones de Be1ken», que es la cuarta obra escrita en este idioma y, luego, la quinta titulada «Los amigos de Becky». De todas formas y cada una tiene su importancia, el resumen es que, de mis diez obras, he escrito cinco en español y cinco en inglés, o sea cincuenta por ciento en cada idioma. Sin embargo tengo más afecto por aquellos titu1os que he escrito en castellano y que he publicado en mi país, donde se dé un especial dominio del inglés. Pero los jóvenes leen. Y creo, muy sinceramente, que eso es lo más importante. El mercado de mis obras es fundamentalmente universitario: es un mercado abierto, grande, importante.
-Volvemos, pues, a un tema anterior que no por reincidente es menos interesante a nuestros efectos: ¿podríamos concluir que en Texas, en el Suroeste de Estados Unidos se lee mucho, tanto en los ambientes universitarios como en el resto de los ámbitos sociales; se lee en Arizona, Nuevo México, en Luisiana incluso aunque ya no haya predominio de lo español?
-Pues sí, es un espacio donde la lectura tiene raigambre. Después saltamos ya a Miami si hemos de referirnos a la zona hispanohablante.
-Incluso podríamos hablar de Nueva York donde los hispanos son buenos lectores… al menos de la prensa local y deportiva escrita en español.
-Lectores y hablantes, al menos o sobre todo en sus círculos familiares y de relaciones entre los propios hispanos.
-¿Cómo se han ido desarrollando en el aspect académico, sobre todoTexas, las relaciones con la literatura y la cultura que han tenido y siguen teniendo un tinte español?
-Desde siempre en Texas todo lo que nos llegaba en español era bien recibido, se estudiaba y se apreciaba.
-¿Cuáles son los escritores mexicanos, quienes están o estaban más cercanos a todo lo que hacía o hace en Texas, me refiero a lo que se publica, a la crítica literaria, conferencias, encuentros o, incluso, tertulias que, me consta, existen al otro lado de la frontera, del Río Grande/Bravo o de los muros?
-Bueno, de los escritores mexicanos todos. Siempre han sido muy leídos autores como el ya fallecido Mariano Azuela, pero también ahora recuerdo a Fernando Arazabana, un
yucateco que escribe muy bien, a Carlos Monsivais, que siempre fue un ensayista muy apreciado. En Texas ciertamente hay mucha influencia mexicana, la hubo en el siglo pasado y la sigue habiendo.
-Leí hace poco en Los Ángeles la novela de Ignacio Solares «Columbus». Creo que Solares creo es de El Paso. Pero también hay poetas importantes, muy interesantes, en México. Los nombres son varios.
-Por supuesto. Hay que nombrar a Efraín Huerta que era una persona seria. Ahora su hijo David también está haciendo un trabajo muy intenso como poeta.
– Octavio Paz… Pero en la pregunta anterior no me refería tanto a autores sino a aquellos símbolos que pueden tener los chicanos en su literatura, en su existencia cotidiana. Por ejemplo, ¿la Revolución mexicana es un hito o es algo olvidado o superado? ¿Es más importante 1o que está sucediendo en sus familias, en sus vidas, en su estancia en los Estados Unidos: se ponen de parte de ese tipo de vida americano en el cual desarrollan su trabajo, escriben o estudian?, ¿ o tienen sus afectos, sus inquietudes en lo que era México cuando lo abandonaron, el México de sus padres y de sus antepasados?
-A decir verdad, yo creo que México ya no está tan presente en los chicanos, aunque realmente sientan como algo afectuosamente cercano. México era muy importante para cierta generación, y yo formo parte precisamente de esa generación pues nací en 1.929. Pero para estos chicos, de cincuenta años para abajo, la realidad es algo más cercano…
– ¿Tal vez más preocupante?
– Sí. Lo que importa ahora es su vida cotidiana en Estados Unirlos. Esa es su realidad, el conflicto diario y todo lo demás, o sea lo que es vivir. México para ellos es como Italia para los italo-norteamericanos, una cosa lejana. Y como a veces no dominan el idioma les surgen otros problemas. ..Y bastante tienen con preocuparse de esas cuestiones y de su situación en la sociedad.
– Y hablando más específicamente de los chicanos, ¿hacia dónde tienen a fusionarse en ese panorama de culturas que son los Estados Unidos o, más concretamente, tratar de mantener su propia identidad, incluso en pugna con otros estereotipos’.
Lo que sucede es que esa lucha, esos conflictos de la gente joven, a veces puede llegar a apartarles de sus propias raíces.
Tal vez estén en desventaja con los anglos, que suelen ser mayoría en todas partes y sobre todo en los gobiernos de los estados, de los ayuntamientos y de otras instituciones, académicas o no. Con su insistencia y con el valor de esas mayorías están logrando leyes integradoras para su propio beneficio. Aunque también hay casos de hispanos que son capaces de crear sus propios condicionantes, como sucede con los cubanos de Miami que hay construido una nueva Cuba en el corazón de La Florida y eso no hay quien lo detenga.
Ciertamente. Pero todo ello ha sido posible porque no están esparcidos por todos los Estados Unidos.
Otra imagen de Hinojosa-Smith
Y por ser un grupo social compacto, concreto. Tienen alcaldes en los pueblos, aportar incluso senadores y congresistas a la nación norteamericana, etc.
Sí señor. Los cubanos de Miami son unos tres millones de personas. Los hispanos somos más de treinta millones en todo el país. Pero fíjate que en Texas ya tenemos importante presencia institucional. Hace unos años los cuatro diputados nacionales pertenecientes al Sur de Texas eran González, Salomón Ortiz, Alberto Ronilla y mi primo Rubén Hinojosa, que sustituyó a otro texano llamado Eligio de la Garza. Y esos cuatro diputados tenían una gran preocupación por la situación de los hispanos en el conjunto de la ciudadanía estadounidense, tanto en relación con cuestiones sociales, como en lo referente a su capacidad intelectual o a la literatura que aportaban y que venía a hablar de sus raíces.
Bien, aprovechamos ese comentario para pasar a hablar de esa literatura, en concreto la chicana y, más cerca, de algunos autores. Por ejemplo la obra de Víctor Villaseñor. ¿Qué nos dirías de su novela “Macho”?
Villaseñor antes se llamaba Edmund, Edmundo, ahora es Víctor. Pero su novela «Macho» es una mala novela. Está mal escrita en inglés, no es que él no sepa inglés, pero la novela está mal escrita. Lo que si tiene Víctor Villaseñor es una continua presencia en televisión y a los norteamericanos esto es algo que les encanta.
En «Macho» parece que habla de la mujer como un prototipo, más que como un estereotipo, aunque mezcla muchas ideas en torno a los sexos y cosas parecidas.
Sí, pero además lo que sucede con Villaseñor es que tiene cierta inseguridad. A la hora de escribir, a la hora de narrar, me refiero. Un escritor importante tiene que saber superar todo eso.
Un tema preocupante es como se ve la literatura española traducida al inglés…
Eso es algo difícil. Los traductores tienen una teoría bien hecha, pero ¿qué vas a hacer tú con «Verde que te quiero verde»?. Gracias a Dios que nunca me ha pedido nadie que yo traduzca a Federico García Lorca. No parece muy fácil.
Sin embargo si se lee a Miguel de Cervantes.
Mucho.
Alguien ha dicho que la 1engua española ha penetrado como un caballo en los Estados Unidos, sobre todo en los últimos años.
Y así fue. Y por eso está muy viva. Hay un escritor famosísimo del siglo XVIII, británico, que escribió «Tom Jones», y «Joseph Andrews», llamado Henry Fielding que dice en el pró1ogo de la primera obra «Si yo no hubiese leído a Cervantes, no podría haber escrito mi novela «Tom Jones». Caray, que una persona, un escritor de la talla de Fie1ding, diga eso ya es muy significativo. No hay que olvidar la extensión, la calidad y el diseño de sus obras…
De eso me hablaba Sergio Ramírez en México, de que algunas de las obras cervantinas son la base de toda la literatura universal.
Por supuesto. Cuando yo era jovencito, recién 1icenciado del ejército, tenía un buen profesor que era de Almería. Hablo de la época en que estaba pensando en especializarme en literatura peninsular que no conocía, porque en casa leíamos a los mexicanos, y lo peninsular no lo había leído con detenimiento. Pues este profesor, que había sido pupilo de Fernando Vil1aespesa, era ya muy mayor. Se llamaba Miguel Romero Navarro y un día dijo, con ese acento propio de los naturales de A1meria: «En el mundo de Occidente ha habido tres grandes genios: Cervantes, Shakespeare y Goethe». Alguien entonces preguntó: “¿qué tal Byron?”. Y el profesor enseguida contestó “Byron era muy bueno, pero no llegó nunca a la medida de estos tres”. Ahí comencé a darme cuenta del verdadero valor de Cervantes, en unión con los otros dos genios. Goethe era un gran amigo de Beethoven. Y Goethe se quitaba el sombrero cuando pasaba un nob1e. Lo de Cervantes y Shakespeare también es curioso. Ya sabes que murieron el mismo día, con las diferencias del calendario ju1iano y del gregoriano, Y yo veía como muy raro y muy cruel el haber perdido dos genios en un mismo día.
¡Qué inventiva la de uno y la de otro…!
Pero los texanos también van a otras partes de Estados Unidos, escriben, enseñan en las universidades…
Ciertamente. Los texanos estamos yendo a otros Estados, como lo hacía Jesucristo, nos estamos moviendo, a veces demasiado. Porque tenemos el doctorado y por muchas razones. La gente de mi edad, que éramos veteranos de la guerra, estábamos cinco años en la universidad y durante ese tiempo nos daban un estipendio, nos pagaban todos los gastos, matricula, etcétera. La influencia de todas esas generaciones, post 45, post 50 (la guerra Corea), y otras más nuevas dio como resultado una masa muy importante de profesionales en la Universidad y la gran mayoría de nosotros fuimos académicos, y lo seguimos siendo. Y eso es lo que ha ayudado. Porque para educar al enemigo uno ha de estar con ellos.
Hay que infiltrarse, como hace la misma CIA, que se la ve hasta en las calles de La Habana o en la Gran Vía de Madrid.
Bueno, y también para que lo vean a uno, para que no crean únicamente lo que les dictan los padres. Es preciso que ellos mismos vean la muestra, que trabajen para lograr sus titulaciones, para progresar.
Y la guerra continua de los diferentes gobiernos USA por erradicar el español, ¿la van a ganar o no?
Definitivamente no. Son leyes, son enmiendas. Están en los libros, en los boletines. Ahí están las leyes. Pero la gente va a seguir hablando español, el español seguirá estando entre el pueblo, en la calle. Esa es la única realidad. Por encima de esas leyes, que no se pueden llevar a cabo, el empuje del español va a permanecer en los Estados Unidos, y creciendo, aunque siga siendo el inglés el idioma predominante.
Quiroga Clérigo e Hinojosa-Smith
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